Los pasos pesados de los hombres acercándose junto a los gritos de auxilio de aquel hombre eran una hermosa melodía para Kim TaeHyung.

Vio entrar a cuatro de sus principales escoltas a su sala, trayendo consigo a quien más esperaba esa noche. Sonrió de lado, dando una mirada a sus servidores para que le destaparan los ojos al rehen.

—P-por favor... ¿qué quieren? —la voz asustada del joven solo hacía que Kim sintiera ansia en su interior. Cuando se le quitó el vendaje, y pudo ver a quién tenía en frente, la voz ya no le pudo salir ni en sollozos; eso solo hizo que TaeHyung sonriera aún más.

—Hola, Park JiMin. —su voz sonaba tan tranquila, que al mismo JiMin le entraban escalofríos con cada letra que soltaba. TaeHyung se relajó más en su sofá de cuero blanco, su vestimenta negra y su camisa con unos botones afuera solo le daban una imagen más intimidante de la que su piel levemente bronceada hacía partícipe. Sus largos dedos decorados con anillos de oro, en su mano derecha sosteniendo con delicadeza el cigarrillo que andaba fumando y en la izquierda una copa llena de whiski, su cabello negro estando correctamente peinado hacia atrás.

JiMin no sabía si saldría vivo de allí, ante semejante hombre, pero sí sabía lo peligrosa que era toda la situación en la que estaba.

Cuando su voz pareció poder decir algo, lo único que pudo soltar fue: —Vante...

TaeHyung dio una profunda calada a su cigarro, soltando el humo que quedaba en su boca en cada palabra que decía: —Sabes quién soy, eso es un gran avance, amigo mío.

¿Y cómo no iba a saberlo? JiMin era policía, sabía a quién tenía en frente.

Al mismísimo diablo de Corea.

A Kim TaeHyung, mejor conocido como Vante, el rey de la mafia coreana.

El silbido que dio el azabache lo sacó de sus pensamientos, Park lo miró con miedo.

—No te pierdas en tus emociones, lindo. Necesito que escuches con claridad todo lo que voy a pedirte, sino... habrán graves consecuencias para tu miserable vida. —la tranquilidad que los rodeaba solo le daban más poder a las palabras que TaeHyung soltaba.

JiMin no entendía nada, hace unas pocas horas estaba caminando por las calles de Seúl en su día de descanso hasta que unos hombres lo secuestraron y ahora estaba frente al hombre más temido de Asia.

—¿Qué- Qué quieres de mí? —preguntó por fin, viendo la sonrisa de Kim volverse algo cínica.

—Es algo bastante complicado, pero sé que será pan comido para ti, ¿No, capitán Park?

Antes de que pudiera responder, el sonido de unas cadenas arrastrándose empezó a escucharse cada vez más cerca del lugar, JiMin vio a los hombres de Vante colocarse más derechos de lo que humanamente se pudiera hacer, nerviosos y tratando de mantener la vista arriba.

¿Qué era eso que se acercaba y era tan temido por todos los hombres que formaban parte del grupo más terrible de Asia?

¿Había algo o alguien peor que todos ellos juntos?

¿Quién o qué era lo que hacía estragos en un espacio en el que ni siquiera había entrado?

Park se hacía muchas preguntas y otras locas ideas, aunque no pudo llegar muy lejos con ellas ya que la voz de TaeHyung le interrumpió:

—Pensé que llegaría un poco más tarde, pero al parecer no pudo esperar tanto.

Y JiMin se confundió más, los sonidos se detuvieron detrás de él. Tenía muchas ansias por voltear y ver, pero no lo hizo por miedo a una mala reacción.

—Park JiMin, —la atención del mismo se vio acaparada por TaeHyung otra vez— el trabajo que te tengo podría ser difícil para ti, pero sé que no me vas a decepcionar en hacerlo.

JiMin podía estar muerto de miedo, pero quiso intentar ser valiente por primera vez en la noche: —¿Qué te va asegurar que haré ese trabajo?

Pero la sonrisa tan amplia que le dio Vante lo dejó helado, y antes de poder preguntar, un fuerte golpe lo azotó en su espalda y lo hizo caer contra el piso, dejándolo sin aire.

TaeHyung se rio, mientras veía con gracia a JiMin tratando de respirar.

—Que buena pregunta, amigo mío. —Kim dio una calada a su cigarrillo y una sonrisa socarrona se dibujó en su cara.

—¿Qué- —JiMin apenas podía hablar, alguien pisó su cabeza con una bota de un grueso material, casi aplastándolo, aunque solo fue por unos breves segundos.

—Si no haces tu trabajo, tengo la respuesta perfecta para ti. —TaeHyung dio unas palmadas en su regazo luego de colocar la copa en la mesita a su lado, incitando a quien sea que fuera a sentarse sobre él.

Park tardó unos minutos en recomponerse, y cuando lo hizo, vio a un precioso muchacho sentado en las piernas de Vante.

Tenía el cabello rubio, ondulado y medio largo, sus ojos de color azul, un azul oscuro que te llamaba a acercarte, pero con una mirada sumamente peligrosa, su piel blanca y limpia como la porcelana, su vestimenta era un conjunto negro de cuero, con un corset y un pantalón que no dejaba a la imaginación el cuerpo tan esculpido que tenía, su vestimenta tenía cadenas colgando de decoración, y un bate de metal con las iniciales KJ grabado era sostenido por él. Su rostro estaba algo maquillado, y tenía aretes que le colgaban y un anillo de oro decorando su mano derecha.

De matrimonio, cabe destacar.

JiMim no sabía quién era.

Pero al ver como TaeHyung le daba un suave beso en la mejilla, se pudo hacer una idea.

—Capitán Park, te presento a mi esposo Kim JungKook.

Dicho JungKook miraba a JiMin con molestia: —Questo è l'idiota che farà l'omicidio? (¿Este es el idiota que hará el asesinato?)

TaeHyung se rio, pero Park no entendía nada, la voz de JungKook era profunda y a la vez suave, esta vez eso solo destacaba su tono molesto.

—Amore mio, lui farà bene. (Mi amor, lo hará bien.)—Kim miró al policía— ¿Verdad que sí?

—N-no entiendo.

—Mi esposo piensa que no harás bien tu trabajo, y yo le estoy asegurando que sí. 

—¿P-por qué la confianza? S-soy un policía.

—Park, creo que no entiendes el asunto. —pasó una mano por el muslo interno de JungKook, sacándole una sonrisa coqueta y un bajo jadeo al mismo— Mi esposo es el hijo de un Don de Italia, ¿Sabes qué significa eso? —el rubio negó— Don se le llama al jefe de alguna familia de las mafias italianas, por lo tanto ahora te harás una idea. Mi esposo es italiano, aunque sus orígenes en parte sean asiáticos, perteneció a Costra Nostra, nació y se crió dentro de ella, yo que tú... me lo pensaría bastante.

JiMin sentía escalofríos bajo la mirada fría de aquel del que tanto hablaba Vante.

—Mi esposo estará encantado de hacerte saber la respuesta si no consigues realizar tu trabajo.

El policía bajó la cabeza, y, tirando su dignidad al suelo, preguntó: —¿Qué... se supone que debo hacer?

Kim sonrió— Es algo bastante sencillo, debes asesinar a un viejo amigo mío.

La palabra "asesinar" hizo estremecer al rubio, que miró espantado al mafioso, viendo las sonrisas tan cínicas que decoraban los rostros de los esposos.

—¿A- Asesinar?

—Sí... quiero que asesines a quien ahora mismo se está postulando para un puesto bastante grande en el gobierno, quiero que asesines a Min YoonGi.

Y la sola mención de quien era su amante desde hace bastante años hizo mirar negro a JiMin.

La

puta

madre.

N/A 2023:
aka estaaa, espero les gustee ❤

noconfioenelresultadoperovanemedijoquestababienylosubi :D

gracias @VanTTGirl por animarme a subirlo, muamua

N/A 2024🍃:
Hola chikoS, he estado mega ocupado con el trabajo y la universidad, más mis temas personales. Dejaré esta historia aquí publicada, pero no les prometo un final rápido ni actualizaciones seguidas. Sinceramente tengo mucho sin escribir, pero quiero acabar esta historia y las demás que debo, así que daré mi mayor esfuerzo por traerles algo bueno.

Muak, los kierooo✨

RESUBIDO: 19/08/2024