♡( 01 )♡
DULCE LOCURA ♡ Marianilo
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advertencias:
Mariano y Camilo tienen 23 años, Camilo doncel, Mariano yandere.
Escenas explícitas de homicidio, sexo y violencia tanto verbal como física y psicológica. Por favor ser discreto.
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Toda su vida las mujeres habían sido un problema mayúsculo incluso si había intentado por todos los medios ser una buena persona, un buen hombre y sobre todo un buen novio.
Pero simplemente ellas no lo apreciaban.
¿Era tanto pedir una mujer buena, amorosa y respetuosa que compartiera sus mismas metas en la vida?
No le importaba la raza, religión o color, si era ama de casa o profesional, baja, alta, ciega o muda, le daba totalmente igual mientras lo amara.
Sin embargo ninguna mujer supo siquiera darle lo mínimo como ser humano, y eso le dolía en lo más hondo.
Él sólo deseaba una mujer como su madre. ¿Era tanto pedir?
Ella fue la única mujer respetable que conoció en su vida, una mujer ejemplar y buena que había sido excelente madre y esposa. Eso era lo que él necesitaba en su vida y nadie consiguió llenar los enormes zapatos que su madre dejó vacíos.
Era una pena, realmente una pena.
Si contaba sus intentos de hallar a aquella mujer que enamorara su tierno corazón se quedaría sin dedos en sus manos, sus pies y las manos y pies que estaban enterrados bajo la casa.
Había intentado tanto, con tanta fuerza que sentía que poco a poco su deseo sincero e inocente de formar una familia y vivir una vida tranquila se transformaba en resentimiento oscuro por el sexo opuesto. Y comenzaba a odiar a las mujeres.
Cada mujer que llegaba a su vida sólo reforzaba la idea de que la última mujer buena murió en su madre.
Todas lo despreciaban, lo engañaban, usaban sus buenos sentimientos para conseguir lo que querían y descartarlo como un envoltorio de hamburguesa.
Él ya estaba cansándose de las mujeres y sus actitudes egoístas, del "yo, yo, yo" que constantemente repetían pero a él no le daban nada, ni siquiera el respeto básico que cualquier humano merece, y eso lo estaba llevando a su límite.
Por ejemplo, la última, llevó a un hombre a la cama que compartían juntos y él los atrapó en el acto cuando llegó más temprano del hospital.
Pero eso no pasaría de nuevo.
─ ¡Por favor, Mariano! ¡Suéltame, no lo haré de nuevo! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR!
Él era una persona paciente y comprensiva, había estado con sus novias en las buenas y en las malas como su mamá le enseñó, no obstante él tenía un límite y su confianza no podía recuperarse después de un error tan garrafal como el que ella cometió.
Se lo iba a dejar claro, no permitiría que ella lo olvidara.
─ ¡MARIANO! ¡MARIANO!
Se dio la vuelta y ella se retorcía a pesar de que claramente eso no la soltaría de la mesa.
─ Por favor...─ sollozaba con su rostro ya deformado por las lágrimas─ no lo haré otra vez, déjame ir... no le diré a nadie... te lo ruego...─ sin embargo, al contrario de ella, el rostro de él estaba inexpresivo, acomodándose los guantes de cuero negro y limpiando suavemente la sangre del amante de el filo de su cuchilla favorita.
A él le gustaban las cosas limpias, aunque no era muy bueno limpiando, y tener todo ordenado, así que una vez que hizo a un lado el cuerpo desmembrado del hombre que aparentemente era más merecedor de su novia que él, se acercó a la mesa y ajustó las correas que tenían sometida a su novia.
─ Mariano... te lo ruego... Mariano...
También apartó parte de los mechones rubios de ella que a él tanto le gustaban, ya que siempre le atrajeron las mujeres con cabello bien cuidado, y rodeó la mesa pensando por cuál parte empezaría.
─ ¡Mariano!
¿Las piernas?, para que la esperanza de correr se desvanciera desde el principio.
¿O las manos?, aquellas manos que eran para él pero también tocaban a otro.
─ ¡Mariano, por favor! ¡Mariano!
Tal vez esa boca que no se callaba, la que soltó tantas mentiras que él creyó a costa de lo que su instinto le decía.
Sí, ese era un buen comienzo.
─ ¡Mariano, por favor, suéltame! ¡Mariano, te lo ruego!
Lentamente fue subiendo sus manos a través del cuerpo de ella, desnudo y marcado con los toques de su amante, hasta llegar a su boca impertinente e infiel.
La tomó fuertemente de la quijada y ella no paraba de llorar como si estuviera en un funeral. El suyo.
Le rogaba entre balbuceos que la soltara pero él no permitiría que lo hiriera otra vez, ni a él ni a otra persona. Él haría justicia. Él acabaría con ella.
Alzó bien alto la cuchilla con su mano hábil para que ella la viera bien yendo hacia su rostro.
─ P-ffavr...─ lloriqueó una última vez mirando fijamente a los ojos a su novio.
Quizás así él sentiría lástima, sentiría piedad. Lamentablemente una vez que la confianza de él se quebraba sólo el amor podría recuperarla, y en su corazón ya no había amor para ella, ella no estaba a la altura de ser llamada "mujer" como su santa madre.
Era sólo un desperdicio de carne.
─ Te haré sentir en el exterior... lo que yo siento en el interior.
Y Mariano arrancó un último grito de ella capaz de desgarrar el oído de cualquiera.
Camilo miró otra vez su teléfono esperando que mágicamente apareciera la respuesta de su novio al mensaje que le envió dos días atrás y todavía no vio.
¿Estará bien?, tal vez le pasó algo malo. Debería llamar a algún amigo suyo para asegurarme... espera, ¿conozco algún amigo suyo siquiera?
Volvió a ver la pantalla de su teléfono por vaya Dios a saber cuánta vez en el día y suspiró lanzándose de espaldas al sofá de su sala.
La casa era un chiquero y la había limpiado el viernes antes de irse a trabajar.
─ Mejor vamos a limpiar...
Levantó lo levantable, barrió lo barrible y pasó la aspiradora por todo lo que no encajaba en las categorías anteriores para dejar la sala impecable.
Aunque seguramente su novio la ensuciaría otra vez en una sola tarde mientras él estuviera trabajando como pasó el viernes y pasaba siempre.
Bueno, si aparece.
Y honestamente no estaba seguro de si le molestaría que no volviera ese infeliz culo sucio. Al menos así la casa duraría limpia un día entero por primera vez en la vida.
No es que a Camilo no le gustara limpiar, porque al final de cuentas era lo único que él sabía hacer en la casa, si no que limpiar después de volver del trabajo, cansado y con ganas de cenar y dormir, no era muy justo.
Bah, nada con el inútil de su novio era justo, y encima tenía la desfachatez de quejarse de que Camilo no lo satisfacía.
Es un malnacido... un malnacido desagradecido.
Camilo ni siquiera entendía cómo vergas terminó junto a ese mamahuevo.
Tengo pésimo gusto en hombres, eso es.
Y pensándolo bien: no, no le molestaría que no volviera. Hasta quizás ni siquiera iría a la policía a reportarlo desaparecido si no volvía. Seguramente se escapó con alguna mesera. Ya se lo hizo dos veces antes.
Capaz era su oportunidad de salir de esa espantosa relación y conseguirse a alguien que realmente lo ame, no a un gringo estúpido que cuando se enojaba lo amenazaba con deportarlo.
¡Dios? ¡¿en qué mierda estaba pensando al salir con él?!
O no salir con nadie y ya, porque Camilo estaba convencido de que en ese país todo racista jamás conseguiría al hombre romántico de sus sueños con quién fundar una familia.
Su historial de malas relaciones y novios abusivos era la mejor prueba de ello.
─ Bueno, basta, pensemos en otra cosa─ suspiró Camilo─ quiero ver algo en la tele.
Extendió su pie sobre la mesa ratona a por el control remoto de la tv, lo colocó al alcance de su mano y apretó el botón de encendido, cambió a los canales de películas y justo el catálogo del cable decía "Cinecanal: MIB 1".
Oh, él amaba esa película.
Sin más Camilo fue a por su teléfono, pidió tres pizzas familiares como a él le gustaban, porque ya no tenía un novio que lo avergonzara por sus gustos, y se abarrotó de comida viendo a Will Smith como J.
Cuando se dio cuenta, era lunes en la mañana.
─ ¡Mierda! ¡el kinder!─ exclamó.
Se levantó del sofá de golpe pisando y pateando todo en su camino, si hubiera una abuela en el medio también la patearía, rumbo al baño a darse una ducha que lo dejara fresco antes de ir a su empleo.
Se lavó cada rincón con fervor y fue a hacerse un café bien cargado como vergazo de electricista.
De esa forma Camilo ya se sentía listo para lidiar con lo que el lunes tuviera preparado para él, fuera lo que fuera, y obviamente con los infantes que tenía a su cuidado, pero ese lunes era 21 de septiembre y comenzaba el otoño, así que él tenía lista una actividad de collage para sus alumnos y había dejado los materiales en una caja en su alcoba.
Buscando, encontró la cámara de su novio bajo la cama.
¿Uh?
La misma que él usaba para su empleo fotografiando niños y familias, de esa manera se conocieron.
Qué extraño ¿se fue sin ella?
Y aquella cámara kodak era su más privada pertenencia, por demás improbable que su novio la abandonara antes de irse.
Entonces Camilo la encendió por si las moscas.
Veamos...
Tenía un presentimiento muy oscuro sobre esa cámara.
A pesar de tener el tiempo medido estaba convencido de que debía echarle un vistazo. Conectó la cámara a su laptop y abrió la memoria para ver qué demonios guardaba su novio tan celosamente allí.
Fotos de niños, fotos de familias, fotos de mujeres en la calle y fotos de paisajes haciéndose el master.
Nada fuera de lo usual.
Camilo siguió bajando por inercia y sus ojos se fueron abriendo como platos a medida que las fotos más recientes aparecían en su pantalla.
─ ¡¿Qué mierda?!─ exclamó desencajado.
Y con razón, sus fotos desnudo (que en realidad no tenía idea de que su novio le sacó mientras cogían) se alternaban con muchísimas fotos en pelotas de una mujer que él no reconocía pero que claramente tenía una relación amorosa con su novio porque Camilo no creía que esa mujer rubia de largo cabello y grandes senos se dejara fotografiar por uno mientras es penetrada por otro.
O tal vez sí, pero eso a él le daba putas igual, su novio lo había estado engañando.
─ ¡Me cago en tu madre, hijo de puta! ¡ojalá te mueras!
Después de tantos años, después de haberlo apoyado en todas sus crisis, él lo había engañado, ¡y con una rubia!
Camilo se sentía doblemente engañado.
Arrancó la cámara de la laptop y la lanzó al piso para pisotearla hasta que se desquitara totalmente ya que su EX novio no estaba ahí para ser apaleado.
Era un maldito, un malnacido, un reverendo hijo de puta e iba a pagárselas si lo veía de nuevo algún día. Camilo jamás se lo perdonaría.
Sólo deseaba haberse dado cuenta antes de acabar con esos cuernotes de venado encima.
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Ola, acá volví y con otro fic, sorrybutnotsorry.
Tenía esta idea en la cabeza desde hacía mucho, y en realidad tengo un montón de aus de Mariano yandere pero decidí decantarme por este que es medio una mezcla de todos.
Son como 1900 palabras y espero que sea una introducción decente, la vdd yo apesto haciendo gore y suspenso, pero de verdad quería plasmar esta idea y espero que al menos a alguien le guste.
Con eso aclarado, gracias por leer, vendré pronto con el siguiente capítulo. Si querés más Marianilo tengo otros fics en mi perfil que no son de esta temática pero sí son smut.
Ojalá te gusten, bye <3
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