
Capítulo 6
•IBALLA GONZÁLEZ•
-Jesús.. -digo nerviosa- tengo que ir a clase -ríe
-¿Te apetece comer conmigo esta tarde?
Se esboza una amplia sonrisa en mi rostro pero se entristece al momento.
-N...no puedo Jesús -me marcho dejándole atrás
Entro en clase un tanto deprimida y me siento en mi lugar. Lo que más deseo ahora mismo es acabar ya la jornada lectiva y salir de aquí, de este leve infierno en el que me estoy adentrando lentamente.
-Te noto distante -dice Rocío llegando a la salida
-No estoy de ánimos, nos vemos mañana -me despido
Me dirijo a casa sin alzar ni la mirada ni la cabeza del arcén. Entro y subo a mi habitación sin comer, no tengo apetito.
Tras discutir con mis padres por el hecho de no haber almorzado, y mi vida estar convirtiéndose en un caos, decido ir al parque más cercano y me siento en un banco.
-¿Por qué todo es tan difícil? Son tan protectores que ni siquiera puedo hacer lo que hacen todos los jóvenes de mi edad, divertirse -una lágrima desciende por mi mejilla
-¿Ahogada en tus pensamientos? -pregunta Jesús
-Necesito estar sola -digo limpiando mi mejilla
-Toda chica de papel necesita a alguien que la sujete, ¿no crees?
Me mira con esos dulces ojos marrones, es inevitable perderse en ellos, es como una dulce introducción al caos.
-Déjame ayudarte -susurra dulcemente
Me dejo llevar y le abrazo. Escondo mi rostro en su pecho y rompo en llanto mientras él acaricia mi cabello suavemente, y consigue su principal objetivo, tranquilizarme.
-Gracias -limpia mis lágrimas
-No las des -sonríe
Nos quedamos escasos segundos en silencio, y decido preguntarle algo que ha pasado por mi mente estos últimos días.
-¿Por qué eres así conmigo? -me mira
-Eres frágil, dulce, tímida -nuestras miradas se encuentran una vez más- eres una chica con bastante amor que dar -acaricia mi mejilla- eres diferente a las demás y me gustaría llegar a lo más profundo de tu corazón
¿Estoy soñando? ¿He escuchado bien? No puede enamorarse de mí, no puede.
-Soy un amor imposible Jesús -suspiro
-No estoy de acuerdo -sonríe- aunque sea un amor imposible, del corazón no se manda -dice cogiendo mi mano y colocándola en su pecho- y créeme que el mío late por ti, cada vez más y más deprisa
-Eres la calma en medio de todas mis tormentas -musito a escasos centímetros de sus labios
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro