•IBALLA GONZÁLEZ•
-Me gusta halagar a las chicas -dice

-Pues conmigo pierdes el tiempo -contesto

Se muerde el labio inferior y suspiro mientras se marcha a la piscina. Rocío se acerca y se acomoda a mi lado.

-¿Y ahora qué te pasa? -pregunta

-Son tan diferentes pero a la vez tan iguales -suspiro

-No te conviene enamorarte de ninguno de ellos

-¿A qué te refieres? -la miro

-Lo descubrirás con el paso del tiempo

Me quedo intrigada, ¿a qué se referirá con eso? Como ha dicho ella, ya lo descubriré pero ¿cuándo?

Estamos un rato más en la piscina y comenzamos a vestirnos, puesto que se hace de noche. Me acompañan a casa y me despido, pero Jesús sujeta mi mano.

-Seguid caminando, ahora les alcanzo -asienten- ¿sigues enfadada? -niego- ¿seguro?

-Segurísima, fue una tontería -sonríe

-Espero volver a verte -susurra en mi oído- buenas noches

Deposita un beso muy cerca de mis labios y sin darme cuenta, cierro los ojos. Noto su sonrisa en mi mejilla y los abro inmediatamente.

-Buenas noches -se marcha sonriendo- ¿por qué hace esto? -me pregunto entrando en casa

-Pensaba que no ibas a llegar para cenar -dice mi madre

-Siento la tardanza, me entretuve en la piscina con Rocío -agacho la cabeza

-No te veo muy convencida

-Estoy cansada, eso es todo -contesto

Voy a la cocina y comenzamos a cenar. Cuando termino recojo mi plato y subo a mi habitación, me doy una ducha de agua fría para lidiar las tensiones y me acuesto.

Me despierto con el desesperante e irritante sonido del despertador una mañana más.

Voy al baño y seguidamente me pongo unos jeans de tiro alto color vino y una camisa blanca con mis converse. Bajo a la cocina, cojo una manzana y me voy a la universidad con muy pocas ganas.

-Qué suerte la mía encontrarte aquí -musita Jesús a mis espaldas

Mi corazón se acelera una vez más, su voz resuena en mi oído y me estremezco nerviosa.

-¿Q...qué haces aquí? -me giro despacio

-Vine a poner plaza para el próximo año -dice

-¿Pero tú no vivías en Madrid? -asiente

-Pero quizás aquí encuentre lo que llevo buscando bastante tiempo -acaricia mi mejilla

-¿A qué te refieres? -pregunto nerviosa

-Quizás el amor de mi vida esté a la vuelta de la esquina -susurra