•IBALLA GONZÁLEZ•
-Sabes perfectamente que necesito concentrarme -musito

-Si quieres les pido que se marchen -contesta

Les miro y uno de ellos me dedica una amplia sonrisa. Se levantan y vienen hacia mí.

-Hola bonita, soy Daniel -le doy dos besos

-Hola, yo soy Jesús -agarra mi mano y la besa cordialmente

-Iballa, encantada -respondo tímida

Mi mirada se encuentra con la de uno de ellos, exactamente con la de Jesús. Examino su mirada y a su vez, sus ojos color café.

-¿Vamos a estudiar? Se nos hace tarde -dice haciéndome desconectar

Subimos las escaleras y cruzo por última vez mi mirada con la suya, ¿qué me pasa? Empezamos a estudiar y no consigo concentrarme, ella se percata de ello y cierra el libro sin ton ni son.

-¿Estás bien? -asiento falsamente

-¿Quiénes son esos chicos? -pregunto curiosa

-¿Por qué lo preguntas?

-Curiosidad -sonríe

-Son mis primos, pero les veo muy poco -contesta

Me pongo las pilas y comienzo a estudiar. Memorizo el temario y la ayudo explicándole todos y cada uno de los puntos más representativos.

-A ver si hay suerte y apruebo -suspira

-Verás que sí, y recarga ya las pilas que sólo nos quedan 3 meses -la abrazo

Al bajar Jesús me desconcierta con su sonrisa, ¿por qué lo hace? Me despido con la mano tanto de ellos como de Rocío y regreso a casa.

-¿Dónde estabas? -pregunta mi padre

-Se me hizo un poco tarde -suspiro

Ceno sin articular palabra alguna y subo a mi habitación. Me doy una ducha rápida de agua prácticamente fría, me pongo el pijama y me acuesto en la cama pensando en aquel cruce de miradas tan intenso.