Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23. Unidos por siempre

(Foto de arriba hecha por Poki_Papillon)

Sweety: Esta será la última vez que nos veamos... ¡¡Cada vez que toméis azúcar u os comáis un caramelo... acordaos de mí, nya!! Al final se venden dosis de insulina por tiempo limitado, nya...

- ¿Eh? Qué... ¿Qué pasó?- Bon despertaba de su profundo sueño, encontrándose en su cuarto, tumbado en la cama.

- Al fin despiertas, bello durmiente- la voz de una chica sonó al otro lado de la habitación-. Parece que tú también has tenido un problemilla en la cabeza.

-¿Irene?- el peliazul se intentó levantarse de la cama, pero un dolor punzante llegó a su cabeza- ¡A-Auch!

- Espera, tranquilo, no debes hacer nada brusco...- la chica lo tomó de los hombros y lo volvió a recostar en la cama-. Te pegaste un buen golpe en la cabeza al caerte de la rama.

- ¿Q-Qué?

- ¿No te acuerdas? Bonnie me llamó hace unas horas diciéndome que te habías desmayado y te habías caído de una rama.

- ¿B-Bonnie?- al peliazul le dio un algo al escuchar aquel nombre, empezó a mirar por todos lados- ¡¿Dónde está Bonnie?! ¡¿Le ha pasado algo?! ¡¿Dónde está mi conejito?!

- E-espera... ¿Acabas de llamar a Bonnie "tu conejito"?- Irene estaba perpleja.

- Eh... sí. Siempre lo he llamado así- el moreno estaba algo confundido-. Tú mejor que nadie sabes que siempre lo llamo así.

- Entonces... ¿te acuerdas de todo?

- ¿Te refieres a recordar todo el año desde que conocí a los Animatrónicos, junto a mi conejito, y todo el resto hasta ahora, contando la semana en la que "accidentalmente" me convertí en bebé y Bonnie tuvo que cuidarme?- Bon tenía los brazos cruzados y una cara que decía "¿En serio me lo estás preguntando?".

- ¡Sí, a eso mismo!- la castaña estaba que saltaba de alegría- ¡Por fin te has acordado! No puedo creerlo. ¡Bonnie se pondrá súper feliz!

- ¿Pero dónde está? ¿Está bien?- el peliazul estaba muy preocupado.

- Oh, sí, tranquilo...- miró su reloj de muñeca- ... son las 3 de la mañana, así que estará durmiendo en el salón abajo...- suspiró la chica y se sentó en el borde de la cama- ... la verdad es que me ha estado preocupando mucho... cuando me llamó casi no lo entendía, porque estaba llorando mucho... y cuando llegué lo encontré llorando a mares sobre tu pecho... me costó mucho hacer que se separara de ti un poco para poder revisarte... pero al final  conseguí hacer que estuviera cerca de ti y a la vez me dejara curarte... ha estado contigo todo el día, estaba muy preocupado de que no despertaras... y al final estuve una hora tratando de consolarlo diciendo que estarías bien y que todo se arreglaría... terminó quedándose dormido, pero me pidió que lo avisara si había alguna novedad... así que será mejor que tú lo avises antes...- le sonrió.

- ¿No será muy impactante para él?

- ¿Quieres verlo ahora y así poder dormir con él el resto de la noche o prefieres quedarte aquí despierto preguntándote por qué no lo fuiste a ver antes?

- Tú ganas.

Con cuidado, se levantó de la cama para luego salir de ella. Con ayuda de Irene, bajó con cuidado las escaleras, y luego esta subió un poco para poder dejarlo sólo. Una vez entró en el salón, se quedó de piedra al contemplar aquella escena. Bonnie estaba en el sofá, tumbado, con una manta tapándole hasta por debajo de los hombros. Tenía los brazos pegados a su cuerpo, como en su típica postura. Sus ojitos estaban cerrados con algo de presión... como si tuviera un mal sueño... tal como dijo Irene.

- P-Por favor... m-maestro...- oyó cómo el pequeño pelimorado lo llamaba en sueños- ... d-despierta... n-no me dejes... s-solo... q-quédate... por favor...

El peliazul se quedó perplejo al escuchar la suave y dulce voz de su conejito. Se acercó a paso rápido hasta él y pasó una mano por su mejilla derecha. Estaba húmeda. Signo de que había llorado.

- Bonnie... despierta... tranquilo, estoy aquí...- lo sacudía un poco tratando de despertarlo, pero no funcionaba, así que intentó algo- Buhnie~... deshpierta... please...- puso voz de bebé para ver si funcionaba, y al parecer sí, ya que el pelimorado empezaba a abrir los ojos.

- ¿B-Bon?- el de piel pálida no podía creer lo que veía, sus ojos estaban clavados en aquellas esmeraldas tan hermosas y brillantes que portaba su querido peliazul, el cual sonreía al verle ya despierta.

- Tranquilo, conejito, sólo fue una pesadilla- le dijo dulcemente.

A Bonnie le dio un vuelco el corazón al escuchar a su chico llamarle por su apodo de nuevo. No pudo con las lágrimas y estas empezaron a rodar libremente por sus rojas mejillas. Se abalanzó rápidamente sobre el chico, casi tirándolo del sofá, abrazándolo con todas sus fuerzas.

- ¡¡Maestro!! ¡¡ESTÁS BIEN!!- lloraba y lloraba el pobre pelimorado- Creí... creí que te había perdido...

- ¿Perderme? ¿Tan fácilmente? Me parece que no podría dejar que pasara, conejito- dijo feliz el peliazul correspondiendo el fuerte abrazo de su novio, solo que sin tanta fuerza.

- ¿C-Conejito?- al pelimorado le sorprendió que Bon lo volviera a llamar así- ¿M-me... llamaste c-conejito?

- ¡Claro! Porque tú eres mi dulce y adorable conejito... y yo siempre seré tu lindo conejito azul~- le guiñó un ojo, dándole a entender que ya se acordaba de todo, poniendo mucho más feliz al pelimorado.

- ¡BON!- lo volvió a abrazar del cuello, notando que el otro se levantaba del sofá y le empezaba a dar vueltas en el aire- Entonces... ¿ya puedo decirte lo que siento?- dijo poniendo sus manos en las mejillas del contrario y enrollando sus piernas en el torso del otro.

- ¿A qué te refieres?- dijo el ahora sonrojado moreno, recibiendo una risita por parte del otro.

- Me refiero a que te amo, maestro~- dijo para luego sellar su frase en un tierno beso.

Bon ya extrañaba los besos que le daba su querido conejito, y no dudó en corresponderlo. Lo abrazó más por la espalda con un brazo y el otro subió hasta su cabello. Era un beso tierno... dulce... inocente... cariñoso... lleno de amor. Ambos movían sus labios casi al mismo ritmo, totalmente compenetrados.  Ambos tenían los ojos cerrados. Sólo disfrutaban del sabor de los labios del otro. Se separaron por la falta de aire, y se miraron ambos a los ojos, sonriendo como bobos.

- ¿Ahora me entiendes?- rió el pelimorado.

- Mmm... no sé...- lo abrazó más- ... tal vez con otro besito~...- dijo mostrando sus labios.

- Jaja, maestro... te amo tanto... aún siendo tú un babotas adorable...- dijo volviéndolo a besar.

No se dieron cuenta de que alguien les estaba tomando fotos.

- Qué rápido crecen... Por fin vuelvo a tener mercancía- suspiraba Irene enternecida mientras hacía muchas fotos con su móvil y las archivaba en su galería.

- ¿Te parece si nos vamos a dormir ya, conejito?- le sonrió el peliazul, separándose del beso.

- Ajá... uaah~- dijo bostezando el pequeño en altura, acomodándose en el hombro del contrario, empezando a quedarse dormido, pues el sueño ya le empezaba a ganar.

- Sin duda él sí que parece un bebé...- rió bajito el moreno de piel, agarrando fuertemente al otro para que no se cayera y lo llevó a su cuarto, encontrándose a Irene justo en las escaleras- ... Irene, como es muy tarde, si quieres, puedes quedarte en la habitación de invitados esta noche.

- Eres muy amable, Bon, pero no quiero causar molestias...

- No molestas en absoluto. Además, no puedo dejar que salgas a semejantes horas de la noche tú sola.

- Okey... tú ganas, me quedaré- observó cómo Bonnie se había quedado dormido sobre el hombro de Bon-. Así al menos podrás dormir con "tu conejito"- dijo riendo marcando las comillas.

- Eh, sólo YO puedo llamarlo así- la miró "desafiante", pero con una sonrisa.

- Jaja, vale, lo que tú digas... buenas noches...

- Hasta mañana.

Cada uno se fue a su cuarto, y el peliazul recostó a su novio en la cama, tumbándose a su lado y abrazándole por la espalda, besándole la cabeza, dando gracias al destino por tenerlo junto a él.

~Dos meses más tarde~

- ¿Estáis listos todos?- preguntaba muy entusiasmada Chica, detrás del escenario.'

- ¡Sí, vamos!- contestaron todos.

- Recordad: da igual si perdemos o ganamos, lo importante es divertirse- recordó con una sonrisa Mangle.

- Ese es el espíritu- respondió Foxy.

- Y ahora, démosle una cálida bienvenida a estas dos bandas que han decidido... ¡unirse en una! Recibamos con un fuerte aplauso a... ¡¡Los Toys Animatrónicos!!

Toda la sala se llenó de aplausos y gritos de fans locos. Eso sólo aceleró los corazones de todos los miembros de la gran banda. Salieron de detrás del escenario con una sonrisa plasmada en sus rostros, pero nadie las podía ver, ya que todo estaba oscuro, a petición de la banda. Todos se colocaron en sus respectivas posiciones, con sus instrumentos ya preparados. De repente, un sonido de guitarra se empezó a escuchar... seguido de otra. Un foco de luz blanca iluminaba a ambos guitarristas, los cuales se miraban entre sí, causando ya varios gritos de fangirls y fujoshis. Se fueron uniendo el resto de instrumentos, para así finalizar con los vocalistas. Todos se complementaban a la perfección. Habían merecido la pena esos 2 meses de prácticas. Bon miraba directamente a Bonnie, el cual tocaba su guitarra con gran ligereza como siempre, sacudiendo su cabeza, haciendo que algunos mechones acabaran en su cara. Se sonrojó un poco al verlo, pero pronto le empezó a seguir el ritmo, adentrándose en la música y uníendose junto al pelimorado. Llegó el momento de sus solos. Ambos se miraron de reojo, sintiéndose más unidos que nunca entre ellos. Se sonreían muy felices, dándole un toque personal a la canción. Y así concluyó su actuación. Todos empezaron a aplaudir y gritar muy fascinados. Cualquiera pensaría que se iban a romper las manos. Los chicos de la banda se miraron todos entre todos y se cogieron de las manos, para así hacer una reverencia colectiva.

- ¡Wow! Menuda actuación que hemos presenciado este año. Sin duda, un gran trabajo en equipo. Ahora es el momento de votar. En 10 minutos diremos los resultados.

- ¡Maestro!- el pelimorado se lanzó a los brazos del peliazul- ¡Has estado increíble, maestro!

- ¿Qué dices? Tú sí que has mejorado mucho, conejillo- le dijo este besándole la nariz y una mejilla.

- Ejem... chicos, no es que quiera aguaros la fiesta...- decía Foxy intentando aguantar las ganas de vomitar por tanta cursilería- ... pero, ¿no teníais que ir con Irene para...?

- ¡¡EL CONCURSO DE CIENCIAS!!- soltaron ambos chicos, y salieron corriendo hacia donde se celebraba el evento.

- Joo... quería decirlo yo...- hizo un puchero el pelirrojo.

Ambos conejitos corrieron tomados de la mano, tratando de averiguar dónde se encontraba la castaña. Lograron hallarla a tiempo, pues la ceremonia estaba a punto de empezar. Entraron sigilosamente a la sala y vieron cómo esta les hacía señas para que fueran con ella. Bonnie captó su mensaje y tomó la mano de Bon para poder conducirlo hasta ella, causando un repentino sonrojo en este.

- Menos mal que llegáis. Ya temía que me dieráis plantón- se cruzó de brazos la chica, sonriendo a ambos jóvenes.

- Lo siento...- dijeron a la vez, sonrojándose a la vez... otra vez.

- Jaja, tranquilos, pero necesito vuestra ayuda.

- ¿Qué necesitas?- habló Bonnie.

- En el hipotético caso de que quisiera demostrar que la pistola funciona, ¿quién se ofrecería voluntario?

Ninguno dijo palabra, pues no querían que saliera mal como la última vez.

- Yo me ofrecería- dijo el peliazul, sorprendiendo a ambos.

- ¿Estás seguro, maestro?- dijo preocupado el pelimorado, abrazando su brazo.

- Tranquilo, conejito, yo creo que esta vez no pasará nada malo.

- Y tienes razón. Esta vez está todo predispuesto para que salga perfecto- sonrió satisfecha la chica.

- Señoras y señores. Ha llegado la hora de galardonar al ganador del Concurso de Ciencias de este año.

A Irene le dio un pequeño escalofrío al escuchar aquellas palabras. Bon y Bonnie la trataron de calmar y acabaron abrazados por la chica, que tiritaba de los nervios. Agarraba con fuerza la mano del peliazul y el pelimorado la abrazaba del cuello.

- Y el premio al mejor invento de este año es para... ¡¡Irene Marín con su pistola rejuvenecedora!!

Todo se empezó a llenar de aplausos. La castaña abrió los ojos, y no pudo reprimir un grito de felicidad que salió de su boca, y sus dos mejores amigos la abrazaron, contentos por su amiga. Esta salió al escenario para recibir su premio, que era un trofeo de oro con una escultura de un átomo, el símbolo de la ciencia. Ambos conejitos aplaudían felices por el logro de su amiga, pero no se esperaban lo siguiente.

- ¡Muchas gracias por el premio! La verdad es que tuve muchos obstáculos para conseguir un resultado tan exitoso como es el que me ha dado este invento... Es más, ya que estamos, voy a hacerles una demostración de cómo funciona, y para ello, voy a utilizar a uno de mis acompañantes para enseñarles cómo funciona... - tomó la pistola que tenía el representante del concurso en sus manos, el cual se la mostró para que la agarrara-... Bon, ¿puedes salir un momentito~?- canturreó con voz divertida la chica, poniendo los pelos del chico peliazul de punta.

Tragó saliva en seco, girándose hacia su novio, el cual le sonrió y lo abrazó, susurrándole que lo apoyaba. Sonrió algo nervioso, temiendo que saliera mal, pero al final salió al escenario al lado de la castaña como buen macho pecho peludo que era... aunque por dentro gritara que quería irse a casa.

- Más te vale que no me pase nada raro- le susurró desconfiado el chico a Irene.

- Tranquilo, lo tengo todo controlado- le susurró de vuelta, guiñándole un ojo y dirigiéndose al público-. Bien, ahora, para la demostración, convertiré a mi ayudante en un pequeño niño de 2 años con su conciencia totalmente intacta- giró la ruleta de su pistola hacia el número 2,  luego pulsó el botón de la conciencia en el modo "mantener", y por último puso la duración del efecto para 10 minutos, para luego apuntar a su amigo-. Si no quieren quedar ciegos, les aconsejo que cierren los ojos un momento- volvió a mirar a Bon, el cual ya estaba listo.

Y así, la chica apretó el gatillo y el rayo impactó contra el chico, causando que un rayo cegador inundara la sala. Todo se llenó de silencio, hasta que una vocecilla llamó la atención de todos.

- ¡Estoy bien!- era el peliazul, el cual estaba sentado en el suelo, con una sonrisa y con el pulgar  levantado en símbolo de que seguía vivo.

Todos empezaron a aplaudir fascinados. Irene recogió a Bon del suelo e hizo una reverencia junto a él, para luego susurrarle un "gracias" en el oído.

- ¡Maravilloso, Irene!- el director de la escuela se acercó para estrecharle la mano a la chica y sacudir el cabello del pequeño- Sin duda es un invento extraordinario. Te mereces con creces aprobar las materias de Física, Química y Matemáticas con matrícula incluida.

- ¡¿Es en serio?!- la castaña estaba rebosante de felicidad- ¡Muchas gracias, de verdad!

- De nada, espero que sigas así de brillante el año que viene.

- Cuente con ello- sonrió la chica, notando un pequeño agarre en su manga.

- Irene~ ¿me puedes llevar ya con Bonnie~?- era Bon, que quería ver la reacción de su conejito al verle así... de sólo pensarlo ya creía que le daría un derrame nasal.

- Oh, sí, enseguida... Que tenga un buen día, director- se despidió la chica, yendo hacia su amigo pelimorado.

- Igualmente.

La castaña se fue hacia Bonnie, el cual los esperaba detrás del escenario.

- Jeje, creo que no le gusta estar apartado de ti- la chica le entregó el peliazul al chico, el cual lo recibió muy a gusto.

- A mí tampoco me gusta estar alejado de él...- rió el pelimorado, mirando a los ojos al moreno de piel, al cual lo abrazó por el cuello, dando señal de que no quería apartarse de él.

- Jajaja, ay... qué tiernos seguís siendo... Por cierto, ¿qué tal el concierto? ¿Ya os han dado el premio?

- No... han dicho que en media hora darán los resultados- contestó Bonnie, colocando a Bon sobre su hombro.

- Oh, pues qué justo- sonrió la castaña-. He calculado que el efecto de la pistola durará 10 minutos.

- Pues qué casualidad- suspiró el peliazul.

- Creo que tendríamos que volver con el resto- dijo Bonnie-. Seguramente Foxy no se habrá acordado de avisar al resto de que estamos aquí.

- Será mejor que os acompañe- se ofreció la chica-. No quiero que por mi culpa Mangle y Chica os maten.

- Pues también es verdad- rió nervioso Bon al recordar cómo puede llegar a ser la peliblanca.

Los tres chicos caminaron por los pasillos, solo que el pelimorado casi no podía mirar al frente, ya que no podía apartar la mirada del peliazul, el cual estaba recostado sobre su regazo, casi durmiéndose. Irene, que estaba al lado, se dio cuenta del embobamiento de su amigo, por lo que decidió guiarlo mientras seguía mirando al pequeño. Justo en eso de percató de alguien que caminaba hacia ellos.

- ¡Irene!- una chica castaña de ojos azules corrió hacia los tres.

- ¡Paola!- contestó la otra, abrazando a su amiga.

- Por fin te veo, ya hacía tiempo que te daba por perdida- rió Paola

- Ya, ya, he estado algo liada...

- Ya veo...- dijo mirando al pequeño peliazul siendo cargado por el pelimorado- ... sin duda no cambiarás nunca... ¿Y eso?- apuntó a su trofeo.

- Esto, mi querida amiga, es mi recompensa por hacer ese "secador de pelo" otra vez- marcó las comillas, mirando de reojo a Bonnie.

- ¡Wow, enhorabuena, amiga!- la castaña le dio una palmada en la espalda a su amiga.

- Jeje, gracias- dijo la de gafas.

- Ya sólo faltaría que te encontraras un novio y sería la bomba- aquello hizo que Irene se tiñiera de rojo, y que Bon y Bonnie soltaran una carcajada.

- ¡P-Pero qué cosas dices, Paola!- soltó muy sonrjorada la castaña, y en eso se dio cuenta de alguien que caminaba también por aquel pasillo... un chico peli-blanco con su típica ropa negra y una ¿daga?- Oye, ¿ese no es...?

- ¡CJ, COMPAÑERO!- gritó de la nada Paola, llamando la atención del chico.

- ¿Huh?- se giró el chico al escuchar su nombre, encontrándose con los 4 chicos- ¿Paola? ¡Irene! Cuánto tiempo sin vernos...

- Jeje, cierto... ¿cómo has estado?- dijo algo sonrojada la castaña de gafas, por el repentino encuentro con su amigo.

- Bastante bien, la verdad, no te vas a creer lo que me ha pasado...- contaba emocionado el chico.

- ¿Qué pasó?- preguntó Paola.

- ¡Te encontré!- un chico rubio salió de detrás del peliblanco-negro, abrazándolo por detrás de la espalda- ¿Me extrañaste?

- Jaja, justo estábamos hablando de ti... Chicas, este es Kim... mi novio- dijo sonriente el chico de negro.

Por alguna razón, a Irene le dolió un poco el hecho de que aquel chico tuviera ya pareja... podría ser que ella fuera la última de su grupo en tener algún "crush". Aún así sonrió y se acercó al chico.

- Me alegro mucho por ti, Cj...  espero que seas realmente feliz a su lado- se giró a ver a Kim-. Un gusto de haberte conocido.

- Igualmente- le dijo el rubio.

- Bueno, tenemos que irnos. Me ha encantado poder veros de nuevo- tomó la mano de su novio y se despidieron.

Todo se volvió completamente silencioso. Los tres chicos miraron a la castaña, la cual estaba con la mirada baja. Escucharon un gran soplido de su parte, por lo que decidieron acercarse un poco.

- Irene, ¿estás bien?- preguntó algo preocupado el pelimorado.

- Me siento forever alone...- dijo con dos cascadas en los ojos, pero con una sonrisa algo divertida, heciendo reír un poco al resto.

- ¡No te preocupes!- Paola le golpeó el hombro- ¡¡Yo te consigo un novio!!

- Espera, ¡¿qué?! ¡¡NO, NO HE DICHO ESO!!- la castaña se alejaba de sus amigos- ¡¡PAOLA, NO TE ATREVAS!!- y fue detrás de ella.

Bon y Bonnie se quedaron viendo cómo sus amigas se perseguían, por lo que se miraron unos momentos y empezaron a reír. De un momento a otro, una luz blanca rodeó al peliazul, causando que el de piel blanca cerrara rápidamente los ojos. De repente, notó un gran peso en sus brazos, y no tardó en caerse al suelo.

- ¡Auch!- soltó un quejido de dolor, pero la caída no fue tan dolorosa como había pensado.

Se dio cuenta de que estaba encima del peliazul, el cual ya estaba en su forma normal y se sobaba la cabeza por el golpe. Se sonrojó por la postura tan... comprometedora en la que estaban. Se apartó rápidamente y se levantó de su sitio, ofreciéndole la mano al otro.

- C-Creo que el efecto ya se pasó...- sonrió nervioso el pelimorado, tomando la mano del peliazul.

- Sí... un momento... eso quiere decir que...

- ¡¡MANGLE Y CHICA NOS VAN A MATAR!!- gritó despavorido el pelimorado, llevándose las manos a la cabeza.

- Entonces...- el moreno se puso detrás del de ojos rojos, y lo tomó en brazos al estilo princesa- ¡Ahora me toca llevarte a ti en brazos!

Corrió con toda su energía con su conejito en brazos hacia la sala de música. Bonnie, sobresaltado, se aferró con todas sus fuerzas al cuello de su novio. Bon miraba sutilmente a la cara del pelimorado. Tenía los ojitos cerrados, y las mejillas aún coloradas por lo anteriormente ocurrido. Por poco se tropieza por andar en las nubes del cielo en donde Bonnie es el ángel más bonito de todos... ya me puse cursi, perdón. En fin, Bon agarró más fuerte a Bonnie para asegurarse de que no se le cayera, consiguiendo estar más próximo a él, lo que le brindaba al pelimorado más seguridad y calidez por parte del otro.

Logró llevarlos a tiempo hasta la sala, donde ya todos los esperaban, y Bon bajó con cuidado a Bonnie al suelo, recibiendo un beso en su mejilla por parte de este.

- ¡¿SE PUEDE SABER DÓNDE ESTABAIS?!- Mangle sonaba realmente furiosa.

- Eh... ¿Guitada?- dijo Bon como de costumbre, pero con un tono más infantil, causando que el resto hiciera una facepalm.

- No vas a cambiar nunca...- susurró Bonnie con una sonrisa, mirando de refilón a su maestro.

Y así, subieron todos juntos al escenario, en donde les dieron el trofeo del Concurso de Música. Todos los empezaron a aplaudir, y la banda estaba que saltaba de alegría. Lo que no se esperaron fue el grito de dos de las chicas del fondo que, al parecer, tenían algo en mente.

- ¡¡Que se besen los guitarristas!!- dijeron a la vez... sip, eran Irene y Paola, quienes querían aprovechar el momento.

Todo se llenó de gritos de fujoshis histéricas y aplausos con ánimos diciendo "¡Beso, beso, beso!" una y otra vez. Bon y Bonnie no podían estar más rojos, a parte de estar en una de las esquinas, pero el grupo se apartó de ellos para que todas los pudieran ver.

- ¡Bonnie, saca tu lado "destructor"!- le gritó el pelirrojo al pelimorado, el cual asintió divertido y, sin que el peliazul lo notara, se agarró de nuevo el pelo en una pequeña coleta y tomó de sorpresa la mano de su novio.

- ¿B-Bonnie?- tartamudeó un poco nervioso el moreno de piel, notando una pequeña sonrisa traviesa en la dulce carita del pelimorado.

El mencionado hizo un rápido movimiento con su mano, haciendo que el peliazul girara sobre sí mismo y cayera sobre el brazo del pelimorado, casi tumbado del todo. Todas las chicas soltaron un grito de emoción total al presenciar aquella escena y la posición de ambos chicos.

- ¡¡EL UKE SE REVELÓ!!- gritaron todas a la vez.

- Jeje...- rió el pelimorado al ver la cara roja del otro- ... Me parece que tendré que seguir cuidándote... ¿no, maestro?

- Mientras seas tú, no me quejaré- sonrió también el otro, poniendo sus brazos al rededor del cuello del otro y cortando la distancia de sus rostros con un tierno beso.

- Yo los considero sukes... pero bueh, mientras se sigan queriendo yo soy feliz- murmuró la castaña de gafas muy contenta por sus amigos, los cuales le darían diabetes por un laaaaargo tiempo.

Y así concluyó esta maravillosa historia de nuestros queridos conejitos, los cuales se demostraron que, seas grande o pequeño, el amor nunca cambia... y que el amor es el mayor tesoro que puede albergar el ser humano, y es mejor si lo compartes con más personas... sobre todo con tu media naranja...

O al menos, así lo descubrió el peliazul durante su dulce infancia...

Fin~

--------------------------

Palabras: 4156

Ay... ahora sí que sí se ha acabado esta historia... lo siento... pero no habrá tercera temporada...

¡Pero bueno! ¿Os ha gustado la historia?

A mí en lo personal me ha costado hacerla un poco... pero me lo he pasado muy bien escribiéndola y viendo vuestras reacciones... y muchas gracias por todos los fanarts que hacéis, ¡me llenan de alegría!

Y bueno... como en el primer libro... ¿queréis especial? Si es así, ahora preguntaré en otro apartado para que me digáis si queréis y las opciones... porque vais a poder elegir XD

Y por último... ¡los últimos fanarts!

Este sin duda me hizo muchísima gracia XD (fue una parte del directo)

Irene: No amo a Fred... pero le tengo respeto... pero no lo amo...

Fred: <:"v

Muchas gracias por todo el apoyo... Bon, Bonnie, ¿queréis decir algo?

Bon: Yo la verdad es que no sé qué decir... ¡Guitarra! :3

Bonnie: Yo sólo estoy feliz de que mi maestro me recordara por fin... lo extrañaba muchísimo...

Jeje, me alegra que todo se haya solucionado... bueno, nos veremos pronto.

Bon, Bonnie e Irene: ¡Chau!

¡Disfruten!

- Bon, Bonnie e Irene

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro