Capítulo 14. La práctica
(Foto de arriba hecha por Poki_Papillon)
(Leer el final, es muy importante, gracias)
- ¿Hey, Bonnie, puedo acompañarte?- la castaña le agarró la muñeca antes de que este saliera por la puerta con el bebé en brazos.
- Claro, Irene- le sonrió cálidamente el chico.
- Pues esperadme a mí también, qué yo sí tengo que ensayar- Paola se colocaba al lado de Irene.
- Ah, es cierto, ahora eres de la banda.
- Aún no puedo creer que les convencieras de que te admitieran... -murmuró la castaña.
- Ay, querida Irene, es que hoy demasiado genial- hizo una pose de diva, haciendo reír a sus amigos.
- Pues vamos marchando ya, que si no se nos hará de noche- rió levemente el pelimorado y todos salieron de la casa de la castaña.
Mientras iban paseando, Abby y Félix aprovechaban a fotografiar a la parejita, lo que ponía muy nervioso a Bon. Una vez llegaron al instituto, ya que habían reservado la sala de música, se despidieron de los Funtime y entraron. Recorrieron los pasillos desiertos en silencio. Sólo se oían sus pisadas resonando contra el frío suelo.
Llegaron a la sala de música, pero al abrir la puerta, escucharon una melodía de piano y una voz masculina llenar el ambiente. Un chico peliblanco-negro tocaba aquel instrumento con gran talento y gracia.
Cj cantaba con los ojos cerrados, dejándose llevar por la melodía que sus dedos creaban al presionar las teclas. Era un momento en el que podía liberarse, sin que nadie le interrumpiera, o eso creía él. Una vez terminó se escucharon aplausos de los espectadores desde la puerta, sobresaltado al chico.
- ¡Bravo!- animaba Paola junto a Bonnie- ¡Eres asombroso, Cj! ¿Verdad, chicos?- el pelimorado asintió, pero la castaña ni sé inmutó- Eeh... ¿Irene, estás bien?
No obtuvo respuesta. La chica se había callada, mirando directamente hacia el recién alabado. Notaba cómo el calor se iba apoderando de sus pálidas mejillas, hasta teñirlas completamente de rojo. Se había quedado asombrada del espectáculo del joven, pues era la primera vez que le escuchaba cantar y tocar el piano. Fue simplemente sorprendente para la muchacha. No tardó en reaccionar al notar que Paola chasqueaba sus dedos en su cara, para devolverla a la Tierra.
- ¡Irene, te estoy hablando!
- ¿E-eh? ¡A-ah! ¡S-sí, muy bueno Cj! Jeje... te quedó... genial- ahora le daba pena mirar al chico, y este no evitó sonrojarse por el cumplido de su amiga.
- O-oh... gracias, Irene- hubo un silencio incómodo entre todos. Paola miraba a Bonnie preocupada, y este sólo se encogía de hombros... Bon sólo no se enteraba de nada, era muy inocente.
Un sonido detrás de Irene hizo que todos se sobresaltaran, haciendo que el silencio se rompiese bruscamente.
- Hey, muy buenas chicos- saludaba Foxy de, curiosamente, bastante buen humor.
- Hola Foxy- le saludó sonriente, como siempre, Bonnie, ganándose que el pelirrojo le revolviera los cabellos.
- Hola chicos, perdón por el retraso- Chica se disculpó, mientras que era seguida por el resto de la banda.
- Tranquila, acabamos de llegar- la calmó Paola.
- Bueno, ¿empezamos ya?- inquirió Mangle.
- Espera, ¿no habría que hacerle una prueba a Paola? Ya sabéis, para ver cómo es...- preguntó Freddy.
- Cierto... hay que saber si está a nuestro nivel...- le retó Fred.
- ¿Perdona? ¿Excuse me?- y Paola entró en plan diva- ¿Me estás diciendo que no soy de vuestro nivel?
- Bueno... ya empezamos- murmuró Irene golpeándose la frente.
- ¡Irene, al piano! ¡Necesito inspiration!
- Okey, okey, no me grites...- obedeció a su amiga y se puso al piano, para luego su amiga acomodarse en el micro.
Todos se quedaron embobados con lavoz de la castaña, sobre todo un cierto rubio. La habían sobrevalorado.
- Vale, tienes voz... Admitida- le animó Foxy.
- Jolín, qué fácil, ¿no?- le susurró de vuelta a Paola la castaña, sin que el pelirrojo la escuchara.
- Gracias, poste telefónico- rió Paola, ignorando el comentario de su amiga.
- ¿Ahora sí podemos empezar?- dijo Chica tomando su bajo.
- ¡Sí, vamos allá!- afirmó con seguridad Golden.
- ¡Bonnie, necesitamos guitarrista!- le advirtió Freddy.
- ¡Un segundo!- le devolvió el grito al castaño, mientras se dirigía a Irene con Bon en brazos- ¿Podrías vigilarlo mientras?
- Claro, no te preocupes- recibió en sus brazos al pequeño.
- Gracias- se recogió el pelo y miró al peliazul, quien lo miraba con ojos brillantes-. Vas a ver que aprendí de ti, maestro.
Le sonrió y se fue con sus amigos, para empezar así su canción.
Mangle y Joy los miraban atentamente, como si los estuvieran analizando. Un poco más atrás de donde tocaba la banda, Irene estaba sentada en una silla mientras tenía a Bon sentado en su regazo, el cual aplaudía al ritmo de la música y no apartaba la vista del pelimorado.
- Sin duda se nota que aún tienes pasión por la guitarra- murmuró la castaña al ver cómo el pequeño parecía muy feliz al escuchar la melodía de dicho instrumento.
No se percató de que alguien se posó a su lado, sentándose en el suelo, dejando salir un pesado suspiro cansado.
- Pues si que lo hacen bien, ¿verdad?- la voz de Cj llamó la atención de la chica, pero no la del peliazul.
- Sí, no me extraña que ganaran la competencia- sonrió con melancolía al recordar aquel concierto, cuando aún era parte de los Animatrónicos, antes de centrarse sólo en la ciencia.
Cj quiso añadir más, pero prefirió quedarse callado. Justo la banda terminó y todos comenzaron a aplaudir, aunque Bon sólo quería zafarse del agarre de la chica para poder abrazar al de piel pálida y ojos rojos. Después de mucho esfuerzo y pucheros, consiguió que la castaña lo dejara en el suelo, y rápidamente intentó correr hacia el chico y le abrazó con fuerza la pierna, como solía hacer. Bonnie lo tomó del suelo y lo elevó al aire, para luego besarle su nariz y juntar sus frentes y verse a los ojos. Todos miraban enternecidos aquella escena, hasta Foxy y Cj admitían que eran muy adorables.
Después de dos horas de practicar todos juntos, menos Irene, Bon y Cj, decidieron que era hora de irse a casa. Pero la castaña de gafas prefirió quedarse un poco más.
- Chicos, id saliendo, yo voy en un momento...
- Oki, ¡hasta luego, Irene!- se despidió Chica con la mano junto al resto.
Una vez se quedó sola, recorrió con la mirada aquel lugar que le daba muy buenos recuerdos. Se acercó al piano y acarició con cuidado las teclas. Sacó su móvil de su bolsillo y lo enchufó al altavoz, para luego agarrar el micrófono, dispuesta a dar su "último concierto".
- Agh... creo que me he dejado mi daga por aquí...- sip, no hay nada más normal que perder una daga en una sala de música... ah, esperad, que es Cj.
Cuando encontró su daga, no evitó quedarse a escuchar un poco a la castaña. ¿Si ella le había escuchado cantar, por qué él no? Se escondió detrás de la puerta y escuchó con atención a Irene. Vale, admitía que tenía bonita voz... pero él seguía prefiriendo la de su querido Bon. Al terminar la canción, se fue sigilosamente de la sala, dejando a la castaña sola, como si no hubiera pasado nada.
Al salir de la sala, pudo divisar cómo caminaba un pelimorado con un pequeño peliazul en brazos, el cual estaba abrazado a su cuello y su cabecita en su hombro. No pudo evitar una pequeña lágrima que caía de su ojo izquierdo... pero aún así sonrió.
- Espero... que seáis muy felices...- susurró para sí mismo y se fue a su casa cabizbajo.
Ya en casa de los conejitos, Bonnie estaba dándole un baño a Bon, el cual jugueteaba con el agua, muy feliz.
- ¡Wii, jajaja!- salpicaba con sus manitas- ¡Paf, paf!
- ¡Bon, me estás empapando!- reía el mayor, mientras intentaba bañar al pequeño, que no se dejaba.
Un rato más tarde, el pelimorado le estaba secando sus cabellos al peliazul, dejándole el mismo peinado que la noche anterior, solo que ahora el pelo le goteaba.
- Jeje, te queda muy bien ese look...
- Mmm...- al pequeño no pareció convencerle, por lo que infló sus mejillas enojado y sacudió la cabeza, tratando de devolver su antiguo peinado a su cabeza.
El de ojos rojos comprendió y terminó de secarle el pelo para ya peinarle su típico tupé y terminar de vestirlo con su pijama. Lo cargó sobre su hombro y lo llevó a su cama para irse ya a dormir.
- Bueno, Bon, ya es hora de dormir- lo tomó en brazos y lo acostó en la cama para luego arroparlo.
- Buhnie...- llamó el pequeño antes de que Bonnie se fuera al baño para cambiarse- ¿Puedesh contarme un cuentoh?- le preguntó tímidamente mientras agarraba el extremo de la manta y se tapaba la carita con esta.
- ¿Un cuento?- se sentó en el borde de la cama.
- Oy me dijo... que erash mu bueno contando cuentosh- se destapó un poco, dejando ver sus enormes ojos verdes-. ¿Puedesh... plis~?
Y sí, le puso la misma cara que puso en el capítulo 30 antes de que Bonnie lo mandara a la friendzone, sólo que ahora el pelimorado no podía resistirse ante tal mirada, por lo que se sonrojó bastante y respiró hondo para tratar de calmarse y no tartamudear.
- E-está bien...
- ¡Yey!- elevó sus bracitos al aire y se sentó en su sitio con las piernas cruzadas para escuchar mejor al mayor.
- Bueno, pues...- intentó pensar una buena historia, el peliazul lo miraba con ojitos brillantes, y en eso se le ocurrió una idea- Érase una vez... un pequeño conejito morado, el cual vivía en un pequeño bosque. El pobre era muy tímido y no tenía amigos...- el pequeño hizo una expresión de tristeza-. Pero un buen día, conoció a unos animalitos que se convirtieron en sus mejores amigos: un zorrito, un pollito y dos ositos... Y entonces... conoció a un lindo conejito azul- ahora sonrió-. Ambos conejitos se llevaban genial, y siempre quedaban para tocar con sus guitarras...
- ¿Lo conejitosh pueden toca guitada?- preguntó confundido el peliazul, a lo que el mayor sólo rió.
- Es que estos conejitos eran muy especiales- le tocó la punta de la nariz.
- Oohh~
- Bueno... Siempre se pasaban todo el tiempo juntitos... pero un mal día, el conejito morado se quedó atrapado en una trampa y se lastimó una patita- Bon se tapó la boca con sus manitas-, pero el conejito azul pidió ayuda a sus amigas, la gatita y la perrita, y lo ayudaron a salir de allí. Lo curaron y decidieron que el conejito azul cuidaría del conejito morado- sonrió por reflejo-. El conejito azul siempre estaba pendiente del conejito morado, jugaba con él, dormía con él y siempre lo protegía de todo... pero, un mal día, una pequeña osita mimada apareció en aquel bosque, diciendo que quería llevarse consigo al conejito azul- el pequeño se tapó con la manta-. Obviamente, el conejito azul no quería, y el conejito morado tampoco, pero claro, la osita no se iba a rendir tan fácilmente, por lo que intentó llevárselo a la fuerza... Por mientras, un águila que volaba cerca del bosque, vio cómo paseaba tranquilo el conejito morado, pero claro, el águila quería comer... por lo que se acercó velozmente, lo agarró con las garras y se lo llevó volando muy lejos del conejito azul...- del susto, el pequeño se tapó completamente con las sábanas y se hizo bolita. Bonnie, preocupado por su reacción, lo volvió a destapar y vio que tenía los bracitos sobre su cabeza, y con los ojitos ligeramente humedecidos.
- Ño quello quel águila malo me coma...- murmuró con miedo el peliazul.
- Tranquilo, Bon- lo cogió en sus brazos y lo sentó en su regazo para luego secarle sus lagrimitas-. No permitiré que ningún águila malo te coma. Pero no todo les fue tan mal a los conejitos.
- ¿Mm?- se agarró a la camiseta del mayor, aún con miedo.
- Cuando el conejito azul se enteró de lo que pasó con el conejito morado, pidió ayuda a todos los animalitos del bosque. Lograron saber dónde estaba el pequeño conejito morado, que estaba en una gran cueva, lograron derrotar al águila y a la osita y cuando se encontraron, ambos conejitos lograron escapar junto con sus amigos- Bon empezaba a dormirse en el regazo del pelimorado, y Bonnie lo recostó en su cama-. Unos días después, el conejito morado se recuperó de su patita y pudo volver a tocar guitarra con su amigo conejito azul...
- ¿Y vivieron feliches?- preguntó inocente el peliazul, y Bonnie sólo sonrió mientras lo arropaba.
- ... por siempre jamás...- le acarició el pelo y besó su frente, para luego acariciar su mejilla y notar cómo se formaba una sonrisa en el pequeño- Buenas noches, Bon...
- Buenash nochesh... conejito...- bostezó el pequeño y empezó a cerrar sus ojitos.
- ¿E-eh?- no evitó sonrojarse el mayor.
- Pareshes... un conejito...- y se durmió.
Bonnie sólo soltó un suspiro enternecido y lo terminó de arropar. Se quedó unos instantes observándolo delicadamente... Sin duda, era demasiado tierno, puede incluso que más que él... pero le encantaba ser el único que presenciaba tanta ternura.
Se levantó de la cama y se cambió, para luego volver a su cama y dormir junto con su pequeño niño.
- Tú siempre serás mi lindo conejito azul...- le besó la mejilla con delicadeza y se durmió, con el pequeño acurrucado en su pecho.
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Palabras: 2260
Holi, personas, ¿cómo estamos?
Perdón si tardé en subir, pero aquí lo tenéis. Voy a ir un poco deprisa, tengo muchas cosas que decir.
Antes que nada, las canciones que he usado:
- Can you survive? - Rezyon
- Halleluya - Cover by Luciana Zogbi
- Shape of you - FNAFHS
- My heart will go on - Cover by Kendall Gary
Vale, segundo...
¡¡Muchas gracias otra vez por los 1K!! Aún no me lo creo, sigo gritando como loca...
Y voy a explicar lo del lemmon... Mucha gente me dice que sólo lo haga cuando Bon crezca... Pero lo que yo quiero decir es que será un One-Shot, a parte, no tendrá nada que ver con esta historia, además de que estará situada en un periodo de tiempo más avanzado, es decir, que ya serán mayores de edad cuando lo hagan (ya lo veréis cuando lo suba).
Luego... sólo quería enseñaros este boceto que me gustó y lo pinté, ¿qué os parece?
Creo que Bonnie me salió muy femenino... Nah...
Oki, eso es todo.
¡Disfruten!
- Irene
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