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10. Ceder

Al día siguiente, mi padre estaba mejor y siguiendo su vida como siempre, así que me separé de él, pues tenía cosas que hacer, como organizar a las nuevas personas que habían bajado, etc. Tuvimos una reunión Hyuk, Hyun y yo con ellos, en la que hablamos de varias cosas importanes. Una de ellas fue qué haríamos con los cuerpos de los fallecidos, ya que al estar encerrados dentro de un edificio no había un jardín disponible en donde enterrarlos decentemente.

Hyuk y yo nos miramos en ese momento y supe que ambos pensábamos lo mismo: había un sótano, que sonaba horrible para dejar los cuerpos a que se descompusieran, pero estaba en reparaciones y tenía una espacio de tierra donde podríamos darles un entierro digno. Además, también habían unas ventanas pequeñas (un poco cerradas con unos tablones de madera) que dejaban entrar el sol, lo que les daría luz... algo que, la verdad, ni un muerto, ni una tumba necesitan, pero se vería lindo y sería un consuelo para sus seres queridos y para los vecinos, que ellos tuvieran un lugar así donde descansar en paz, con tierra, luz natural y aire puro, algo que nosotros no teníamos desde que llegamos al vestíbulo del edificio la primer noche del apocalipsis. También la luz había dejado crecer unas cuantas plantas muy verdes y hermosas sobre la tierra, lo que era un plus y hacia que la habitación no fuera tan deprimente y fea, con los tablones en las ventanas, materiales de construcción, los muros derruidos por la húmedad, la pintura descascarada, la suciedad y el polvo.

Así que allí nos encontrabamos, en el sótano, después de que Jayhun y el señor Ahn se ofrecieran a cabar las tumbas. También les habían hecho cruces con unos palos que encontraron allí y grabaron sus nombres en ellas. Park Min-Ju y Lee Su-Ung. La niña, llamada Sook, les hizo unas flores de papel y se las entregó al señor Ahn, que las dejó en las tumbas mientras decía:

—Nacimos humanos, morimos humanos. —Y realizó un saludo militar.

Luego de eso, los que estabámos ahí nos dispersamos dejando solo a la madre de la colegiala junto a la tumba de su hija.

—Hana, tengo que hablar contigo —me dijo Ji-Soo en cuanto las personas comenzaron a alejarse—. En privado —agregó a avistando sobre mi hombro. Seguí su mirada y me encontré con los ojos de Hyuk, que estaba a pocos pasos nuestro.
—Ok, Unnie. ¿Puede ser más tarde? Tenemos ciertas cosas que hacer —le respondí señalando hacia atrás, a Hyuk, aunque en realidad también me refería a Dusik, pero él no estaba allí, ya había comenzado a trabajar porque necesitabamos cuánto antes de su ayuda. Hyuk y yo teníamos que estar haciéndole indicaciones, pero nos tomamos unos minutos por respeto para venir al entierro y funeral de los fallecidos.
—Sí, claro. —Ella asintió cortesmente y se fue.

Mientras iba hacia mi destino con Hyuk siguiendo mis pasos, descubrí cuchicheos. Prestando un poco de atención, supe que hablaban de mi padre. Decían muchas cosas de él, cómo si debían hecharlo o no, que había detenido a un asesino, que lo mató, que podría matar a otros, que él era el asesino, que los salvó, etc. Por un momento me pregunté cómo descubrieron todo, sí yo no se lo confié a nadie, y por supuesto que mi propio padre tampoco lo haría. Jamás.

Entonces, segundos después, obtuve la respuesta. Llegó un nuevo vecino al grupo de chismosos y no sabía de qué hablaban, así que le explciaron: Jayhun había encontrado el celular de mi padre y visto un mensaje. El mesanje era de quién contrató a mi papá para el recado de encontrar al ser humano despreciable, el dueño del apartamento en donde nos estabamos quedando. El empleador le decía que pronto se reuniría con su hija (a la cual él había mandado a mi padre a buscar porque al parecer la tenía el tipo del departamento) y mandaba información importante sobre el secuetrador, decía que era un asesino, un abusador, etc. También le agradecía a mi padre por su ayuda, aunque no encontrara a la chica, que él mismo seguro pronto la vería y que ya dejara de buscarla, por último, le deseaba que se encontrara a salvo.

De nuevo, regresó la discusión sobre sí mi padre era asesino, si hizo bien o mal en matar al tipo, de qué sería capaz, etc. Al mismo tiempo que dos tipos se enfuruñaban y se aferraban a la idea de echarlo, gritando y creando una discusión, yo detuve mi andar un segundo y miré a Hyuk mientras él no me quitaba los ojos de encima. ¿Bastaría utilizar algo de saliva para acallar a aquellos tipos o solo debía mirarlos para que dejaran de joder? Tal vez ni eso, tal vez ignorándolos, se rendirían solitos. 

Un instante después, apareció mi padre, aún caminaba algo chueco y tambaleante, pero no por eso intimidaba menos, ya que en cuanto lo vieron cerca, los dos hombres que querían echarlo, bajaron la cabeza y se dispersaron rapidamente, en silencio y temerosos. Una sonrisa suave se plantó en mi cara y seguí mi camino con la seguridad de siempre. Papá iría a hacer sus cosas y no me necesitaba allí, así como yo iría a hacer las mías y tampoco lo necesitaba allí. A penas nos miramos cuando nos cruzamos en el camino; aún estaba algo avergonzado conmigo, tal y como había dicho Eun-Hyuk, así que yo también trataba de darle su espacio para que pudiera asimilar todo y seguir adelante.

Para llegar hasta Dusik debimos pasar por la habitación en donde estaban encerrados los monstruos, es decir, Hyun, que yacia sentado en la cama, y Seok, el viejo enano cascarrabias, que estaba apoyado en una ventana con rejas y había dejado un gran rastro de sangre por la pared, también su nariz (por donde se desangraba), su boca y ropa estaban todas ensangrentadas.

Después de llegar hasta Dusik para darle indicaciones sobre el trabajo necesario de la barricada y otros planes que teníamos Hyuk y yo, procedimos a planear un simulacro de monstruos. Fue un tema importante en la reunión de aquella mañana ya que teníamos con nosotros a dos personas que se estaban mosntrualizando y en cualquier momento podrían convertirse del todo y matarnos. Ji-Soo se ofreció para hacerse pasar por la persona monstrualizada y hasta se había puesto algo rojo en la cara para asemejar la sangre (¿qué era? ¿De dónde lo había sacado? Ni idea). Ella apareció en el vestíbulo moviéndose como un zombie de película y jadeando (muy buena actuación), los que estaban allí cerca corrieron despaboridos, mientras Hyuk sonaba un silbato y yo tocaba la alarma (una campana) para avisar del monstruo, así los demás se ponían en alerta, agarraban sus armas y tomaban sus posiciones. Jayhun fue quien enfrentó a Ji-Soo, con su katana desenvainada y la guió hasta la trampa (una red), entonces cuando estuvo en el punto indicado, tres de los vecinos subieron la red y la atraparon. Simulacro finalizado. Lo más importante era mantener al mosntruo controlado para encontrarnos seguros y preparados, para posteriormente matarlo sin que acabaramos heridos o muertos. Y para eso habría que estar organizados, preparados, alertas y en calma.

Unos aplausos interrumpieron los falsos quejidos de monstruo de Ji-Soo. Era Eun, que parecía molesta, pero aplaudía fascinada y alentaba a los gritos.

—¡Estuvo genial! —bufó, sarcástica, dejando de apaludir—. Que divertido —soltó con cara amargada antes de retirarse, tomó la dirección del baño.
—¿De verdad serán hermanos? Parece adoptada —escuché decir a alguien.
—... Descancemos por hoy. Bien hecho. —Interrumpió Hyuk, incómodo.

Supongo que al igual que yo, había notado que a casi nadie de allí le agradaba Eun. Vi como luego de que bajaran a Ji-Soo de la red, esta se dirigía al baño para limpiarse la supuesta sangre, luego salió limpia y con su bate al hombro, para ser seguida después por Eun, que la miró con una mueca fastidiada antes de ir por el lado contrario.

Yo tenía a dos amigas muy diferentes, tanto que al parecer jamás podría juntarlas. Eran como agua y aceite.

—Iré a ayudar a Dusik —le avisé a Hyuk antes de irme en busca del ingeniero. Él asintió.

Por fin estabamos trabajando como compañeros. Habíamos conseguido armonía.

Cuando estaba con el hombre, oí más rumores viniendo de la gente que nos rodeaban. Fruncí el ceño ante lo que decían, porque no podía ser verdad, era un estúpidez enorme. Pero los cuchicheos allí rara vez se equivocaban, así que dejé a Dusik que iba muy bien encaminado y trabajaba excelente solo, para ir a hablar con Hyuk.

Respiré con calma, sin encontrarme nada alterada, lo cual era una novedad. Lo divisé; mi idea era preguntarle por qué y tratar de entenderlo, iba con eso en mente mientras me acercaba a él. Tenía que haber una razón lógica.

—¿Es posible que hayas echado a Yi-Kyung?

¿Cómo podría haber echado a la bombera cuando alguien con sus conociemientos es muy necesario en una situación como la nuestra? En especial, siendo tan extrema como la que estamos viviendo. Única. Inigualable. El apocalipsis mismo.

—Sí —fue lo único que dijo.
—... ¿Y por qué? —interrogué luego de mirarlo boquiabierta durante un tiempo prolongado.
—Escucha, sé que la necesitabamos por su profesión, pero ella no estaba con la mente en esto como tú y yo. Estaba preocupada por otras cosas, solo pensando en ella, no nos sirve alguien así aquí. Somos una comunidad ahora y tenemos que pensar como una. Sobrevivir como una.

Miré hacia otro lado analizando sus palabras. ¿Preocupada por otras cosas? Bueno, todos podíamos tener otro tipo de preocupación, no solo el apocalipsis, eso lo entendía bien. ¿Pero echarla por eso? Me parecía excesivo.

—No pienses que no le di otra opción, ella fue la que eligió irse. Dijo algo de que tenía que resolver un asunto, tomó la moto de Ahn que estaba estacionada afuera y se fue —continuó diciendo al no haber obtenido respuesta de mi parte.

Supuse que me contaba aquello porque no quería que lo culpara de haberla echado.

—¿Me entiendes, verdad? —preguntó buscando mi mirada.

Él quería que lo entendiera. Y yo quería entenderlo. Así que reflexioné, y llegué a la conclusión de que sí ella se fue así, sin resistencia, fue porque esaba decidida. Aún no entendía del todo el porqué Hyuk la echó o le sugirió irse, pero ya no importaba, porque al final la decisión la había tomado ella.

¿No?

Esperaba no estar cediendo ante algo importante solo para mantener la paz entre Hyuk y yo. De todas formas, así como él ponía de su parte y cedía ante mí para conservar el pequeño retoño que estabámos cuidando juntos (un ambiente organizado y estable para poder sobrevivir en comunidad), yo también podía hacer lo mismo. Debía hacer lo mismo.

Y aquello no era tan importante como para comenzar a desquebrajar la tranquilidad y confianza que estábamos teniendo. ¿No? Así que decidí asentir y seguir adelante, como si nada. No pelearía por eso; si bien me resonaba el tema, viviría con ello sin problemas mayores.

Hasta lo olvidaría, tarde o temprano. Así que asentí.

—Me alegra que me comprendas. —Colocó su mano sobre mi hombro... Yo aún no me acostumbraba a que nos tocaramos así -aunque fuera un simple contacto inofensivo- tan de la nada y con confianza—. Hay que apoyarnos el uno al otro desde ahora, porque somos lo único que tenemos.

Su mirada me quemó cuando pronunció aquellas palabras y mi corazón parecía estar a punto de sufrir un infarto por la fuerte sacudida que dió. Sin mebargo, sabía que Hyuk se refería a que nosotros estábamos a cargo de todos los demás y que nos necesitábamos el uno al otro para seguir adelante y manejarlos, ya que nos complementábamos muy bien, y también nuestras ideas. Además nos éramos útiles para delegar el trabajo y ayudarnos, porque si uno solo tuviera que cargar con todo esto... Le sería demasiado complicado y no sería ninguna sorpresa que se desmoronara más temprano que tarde.

Así que quise decir algo, lo que fuera, porque ya llevaba un rato en silencio, pero simplemente era como si mi voz se hubiese esfumado, como sí yo ya no fuera dueña de ella, ni pudiera controlarla.

—¿Vamos a comer?
—¿Qué? —logré decir, sorprendida por el cambio de tema, haciendo que mi voz sonara quebrada.
—¿Sí quieres ir a comer? Ya es la hora del almuerzo.
—Ahh, vale, ok —asentí y lo seguí hacia el mercado, donde entregaban las viandas de comida. Él tomó dos y se alejó de la gente, a mitad de caminó miró hacia atrás para ver sí lo seguía y vino a buscarme porque me había quedado congelada en mi lugar. ¿Quería que comiéramos juntos? ¿Solos? ¿Lejos de los demás?

Me tomó delicadamente del codo y me guió suavemente, como si estuviera manejando una flor a la que se le pudieran caer los petalos en cualquier momento si no se trataba con ciudado.

Se sentó contra la pared y yo lo hice frente a él. Lo vi acomodar las botellas de agua y la comida frente a nosotros. Busqué mi voz y hablé.

—¿Cómo lo llevas? —solté. Él levantó la vista y clavó sus ojos en mí.
—¿Qué cosa? —murmuró.
—¿Los videojuegos? ¿Tienes abstinencia? —arqueé las cejas y él igual.

Hyuk era muy fan de los videojuegos y se la pasaba 24/7 jugando, solo deteniendose para pelear con su hermana, conmigo o para estudiar.

—Un poco —respondió—. Me concentro en esto, se siente como una misión.
—Excepto por el pequeño detalle de que son personas en una situación real.
—Sí, excepto por eso —dijo acomodándose las gafas.

Estiré la mano buscando la lata de conservas y me topé con la mano de él, quién rápido la apartó. Bajé la mirada cuando noté que fruncía el ceño para tapar el sonrojo de sus mejillas.

—¿Qué tal ibas estudiando para entrar a la universidad? —dijo carraspeando.
—Bien, aunque ahora se siente como tiempo desperdiciado —murmuré llevándome una cucharada a la boca. 
—Bueno, pero podríamos salir de esto, ¿no? Y cuando llegue la hora, reabran las universidades, solo tendrías que repasar.
—No creí que fueras alguien tan... —me detuve antes de decir nada—. De llegar a salir de esto, harán falta años para volver a esa clase de normalidad.
—Tienes razón, solo trataba de ser algo... positivo, como dicen. Se ve que no me sale, ¿eh?
—Es mejor que solo seas tú mismo, así eres más... bonito —jugué. Él sonrió vivaz.
—Al menos, de saber algo de medicina, podrías ayudar a alguien de aquí, eso sí que no te lo has pensado —dijo, volviendo al tema anterior.
—Espero que no los necesitemos, ni siquiera hemos empezado a cursar la carrera... Ni siquiera hemos hecho el examen de ingreso.
—Bueno, pero a ver, sí sabes, sabes. Además no es como si hubieran muchas más opciones que nosotros. Por ejemplo, ¿qué harías en una pancreatitis?
—¿Qué? Debes estar bromeando, no haré un examen por diversión.
—Tú puedes preguntarme si quieres —dijo llevándose una cucharada a la boca.
—Estás loco, ¿Así es como te diviertes?
—¿Y qué haces tú para divertirte? ¿Escalar montañas? ¿Saltar en bungee?
—¿Ir al cine?
—Sí, yo también, pero nada de eso podemos hacer aquí.
—Aburrido —bufé—. Pero en caso de pancreatitis hay que operar de urgencias.
—¿Y el procedimiento?

Rodé los ojos, pero igual respondí, porque lo sabía y me gustaba mucho la medicina, era por eso que quería estudiar y ejercerla. Luego seguimos charlando sobre otras enfermedades y tratamientos, aprendiendo el uno del otro.

En ese momento me di cuenta que era muy lindo llevarme bien con Hyuk. Y había muchas cosas en las que podía ceder o que podría sacrificar con tal de seguir teniendo esta armonía con él.

No podía creer que había estado semanas, meses, matándome con él y odiando la existencia del otro cuando podríamos haber estado así, juntos y en paz.

Ya habíamos llegado hasta aquí y no creía que nada pudiera romper esto que habíamos logrado construir juntos, porque era hermoso y tenía unos cimientos muy sólidos. Y estaba muy segura de que él pensaba igual.

Ya conocíamos la peor parte del otro, ya nos habiamos odiado y peleado. No había más que seguir adelante, puesto que ya habíamos aceptado como éramos separados. Ahora teníamos que ser, juntos.

De ahora en adelante, seríamos un todo. No él por su parte, ni yo por la mía.

Estábamos juntos. Éramos nosotros.

No él. No yo.

Nosotros.

N/A: Capítulo bonito y medio larguito para compensar la demora. ¿Quien diría que casi llevo medio año sin actualizar?🫠

¿Que linda es la calma antes de la tormenta, no?

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