Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo

[Para una mejor experiencia, luego de leer estos símbolos «♩ ♪ ♫ ♬» procedan a poner la canción de multimedia]

El día iba acorde a la situación; las gotas de lluvia no dejaban de caer. Era la primera vez en mucho tiempo que llovía; desde que todo había comenzado, nadie había vuelto a ver algo tan normal como una llovizna.

Era un día tan apagado, tan melancólico y tan abatido como ella. Con su mente abarrotada de nubes y sus ojos, oscurecidos como la noche, que liberaban su lluvia sobre las mejillas. Y sí le prestabas la suficiente atención, podías notar como rayos rojos cruzaban su mirada antes de que más lágrimas soltara.

Pero al amanecer, el sol volvió a salir como cada día, haciéndole pensar a los demás que no todo estaba perdido.
Y tal vez «la muerte» no era el final de todo, tal vez había algo más allá de eso, como un renacimiento, igual que el ave fénix, o tal vez ni siquiera existía esa tal «muerte»... Solo quedaba esperar a que se vaciara nuestro cascarón.

¿Volvía a nacer o tan solo volvía a ser él?

Sin memoria, sin recuerdos, sin deseos, sin sentimientos o emociones...
Llegó a la planta baja luego de romper su cascarón, al ver un celular tirado en el piso una extraña sensación lo invadió, se acercó y la música lo llenó al apretar el botón de play.

¿Sin memoria? ¿Sin recuerdos? ¿Sin deseos? ¿Sin sentimientos? ¿O emociones?

Con las primeras notas, las lágrimas se acumularon en sus ojos al igual que le había sucedido a ella cuando entendió lo que él iba a hacer. Cuando entendió que se sacrificaría por ellos, por el grupo.

Por ella.

La podía ver aunque no estuviera con él, su expresión retadora, su mirada molesta y su tierna risa. Su ropa oscura y extraña, su largo cabello pintado de azul eléctrico y luego cortado sobre sus hombros disparejamente...

«—¿Tan mal quedó? —Frunció el ceño tocando su cabello.
—Sí —soltaron Hyuk y Wook.
—No —respondió Hyun. Los hombres se miraron entre ellos analizando sus respuestas—. Digo... con unos retoques puede que... ¿Mjm? —tartamudeó Cha, provocándoles muecas de disgustos a los otros dos, que negaron con sus cabezas, como diciendo «no le mientas.»

La primera vez que sus miradas se encontraron...

«Él miró al guardia y luego a ella, mientras el señor se seguía disculpando y explicaba que nadie más podía cortar el césped el fin de semana porque no había muchos empleados. Era muy bonita y desprendía un aura de misterio que le resultaba muy interesante.»

La primera vez que hablaron y se tocaron...

«—Corre... —soltó, pero ella aún seguía paralizada—. ¡Corre! —Él rápidamente se le acercó, tomó su mano y tiró de ella con toda su fuerza.»

Y la última...

«—Te quiero —le interrumpió, dejándola pasmada—. Gracias por acompañarme hasta el final —confesó refiriéndose a la frase que ella le dijo hacía un rato junto con Jung Jayhun, acerca de Dusik: No podemos elegir cómo los demás pelean sus batallas, pero sí podemos acompañarlos hasta el final.»

Ella fue quién lo acompañaba en cada salida...

«—La edad perfecta para luchar contra monstruos —dijeron al unísono y luego se miraron confundidos por ello.»

Y quién más entendía su monstrualización...

«—No lo dejes... No lo necesitas —dijo en tono bajo, esperando que solo él la escuchara—. Hyun-Soo, no lo necesitas. Tú puedes, puedes solo.
—... Estoy bien —respondió él cuando logró recuperarse.
—¿Le ganaste? —susurró.

Él la miró extrañado y asintió levemente.»

Compartían aquello, sin embargo, que ella se estuviera monstrualizando era un secreto, uno que solo ellos dos sabían. Algo que guardaban solo para ellos, algo que no compartieron con nadie más y que los convirtió en cómplices.

Revivió la sensación de su corazón contrayéndose cuando la observó inconsciente en el suelo luego de salvar a los niños, su sobresalto y sorpresa cuando ella despertó y lo encontró limpiando su rostro.

Su estómago se revolvió pensando en que a ella le gustaba estar a su lado, por eso hacía todo lo posible para pasar tiempo juntos, aunque a veces fuera casi suicida...

«—¿Quieres venir con nosotros? —preguntó la pelirosa.
—Solo si va Hyun-Soo —declaró ella.

Él la miró sorprendido.

—Está bien —aceptó él—. Cuatro serán mejores que dos.
—Genial —dijo levantándose.»

«—Si te echan de aquí. Iré contigo. Afuera.
—¿Por qué? —frunció su ceño, cambiando su expresión de asombro.
—Tengo más de una razón.»

«—¿Puedes traer a ése ingeniero del 1408? —le interrogó Hyuk, ignorando a la chica a su lado.
—¿Yo solo? —preguntó asustado.
—Claro que no, te acompañaré —respondió ella cruzándose de brazos y viendo como Hyuk quiso refutar—. Y si llegas a tratar de impedírmelo, juro que te voy a poner los huevos de corbata —habló mirando al otro chico—. No eres ni mi padre, ni mi dueño para decirme qué hacer.»

¿Cómo podría olvidar lo fuerte, demandante, valiente, amenazadora y determinada que era?

«—No pienso perderme la oportunidad. Te desafío —soltó el anciano apuntando a su cuello con una botella de vidrio—... Veamos si te atreves a convertirte en monstruo.
—Yo pienso que el monstruo aquí es otro —articulo ella en tono bajo, pero mordaz, sin embargo el anciano la ignoró.
—Maldito monstruo. ¡¿No te enseñaron a responder cuando te hablan?! —gritó hablándole aún a Hyun-Soo.

Myeong-Suk, harta, tomó su brazo, lo apretó fuertemente sobresaltándolo y lo dobló hacia abajo para luego soltarlo.

—Nadie responderá a amenazas —escupió ella.
—¿¡Quién te crees, mocosa maleducada!? ¿¡Nadie te dijo que respetes a tus mayores!? —le chilló.
—De donde yo vengo, el respeto debe ser mutuo. —Lo miró con odio y él repitió esa acción.»

«—Baja la mano, muchacho —exigió el hombre, al notar que Hyun se tapaba la grande herida que tenía en la cabeza. Entonces le apuntó con su ballesta—... Pedazo de mierda. Estás convirtiéndote en un monstruo. ¿Cierto? —siguió diciendo él.
—¿Eh? —soltó Yuri.
—¡Aléjate de él, Yuri!
—E-espera... ¡Escucha! —soltó Wook nervioso.
—Quítate la mano de la frente ahora mismo o éste gigante dejara de respirar para siempre —habló apuntándole ahora al mafioso.

Ella desenfundó su Glock, le sacó el seguro y le apuntó al anciano en menos de un segundo.

—Señor, le impresionaría saber lo veloz que ésta arma dispara. Sí hace siquiera un amague de presionar ese gatillo, no sabrá qué lo mató —expresó fríamente.»

Siempre defendiéndolo...

«—La verdad es que yo tampoco sé qué hacer contigo. Pero sigues siendo humano, así que no puedo echarte todavía —admitió Lee.
—Que ético —le respondió Hyun-Soo.
—Tienes tanto derecho de estar aquí como cualquier otra persona. Deberían dejar de decir tanta mierda —terció ella, enojada.»

Y preocupándose...

«—¡Hyun! —chilló ella lanzándose a su lado.
—¡Ey, niño! ¿Estás bien?

Ella colocó la cabeza de él sobre sus piernas y despejó su rostro de su fleco, sus ojos estaban cerrados.

—Hyun, ¿cómo estás? ¿Estás bien? Dime algo, por favor.

Él soltó una tos seca y luego abrió sus ojos, primero miraron al techo, luego se centraron en ella. Suspiró aliviada y acarició su mejilla, él se acurrucó un poco.

—Un día me matarás del susto —se quejó ella.
—Sí es que puedes morir —bromeó en un susurro.
—Sí, bueno, se ve que a ti no te faltan las ganas —negó divertida.»

Queriéndolo cuando ni siquiera él mismo se quería...

«—Claro que no eres solo eso, Hyun-Soo. Puedo enumerarte todas las razones por las que me importas. Y también asegurarte que no soy la única persona —habló ella.
—... La voz en mi cabeza dice que mientes, mis recuerdos me gritan que es imposible... Pero te creo. Quiero creerte. Solo que... necesito una razón. Solo una para combatirlos... —pidió.

Ella le sonrió con cariño y lo abrazó. Al principio no él no le correspondió por la sorpresa, pero luego sí; colocó sus brazos alrededor de su cintura.

—Eres una persona muy agradable, Hyun-Soo. Amable, bondadoso y desinteresado. Salvaste mi vida, cuando pudiste dejarme morir y huir, fuiste el primer sobreviviente que conocí y he estado contigo prácticamente desde que todo ésto comenzó. Te he acompañado, te he intentado ayudar, me he preocupado por ti y me he portado como lo hago porque es lo que uno hace cuando quiere a alguien: da sin pedir nada a cambio, sin querer nada más. Te quiero, Cha Hyun-Soo —confesó.»

Todo lo que él había hecho mal, por culpa de su monstruo interior y de los demonios de su pasado... Había exagerado, mentido y actuado egoístamente con ella, la había herido de tal forma que nunca se podría perdonar a sí mismo...

«—No, yo no entiendo porqué lo haces. Estás todo el tiempo ahí, intentas animarme y no sé porqué. A veces me ahogas. No finjas que quieres protegerme, solo me molestas. No te conozco, ni tú a mi, no sabes por lo que he pasado y yo tampoco sé de ti. He llegado hasta aquí solo y así quiero estar, yo no te necesito, no necesito tu ayuda para nada. Aléjate de mi.
—¿Pero que te sucede, Hyun? Tranquilizate...
—No me pidas que me calme. Estoy calmado. —Le observó fríamente—. Solo tú me alteras. No te quiero cerca de mí. ¡Vete lejos! No quiero volver a verte.
—Bien, bien, me voy, no te molestaré más. Lamento mucho todo ésto —se limitó a decir.»

Aunque se había disculpado y para su suerte, ella lo entendió y lo perdonó. Se tenían el uno al otro para apoyarse, ya no solo era ella apoyándole a él, sino que él también pudo estar para ella cuando lo necesitó...

«—Está bien... Ella está bien, respira. Está viva. —Trató de tranquilizarla.
—Pero yo la ahorqué, hice que se desmayara. ¡Pude haberla matado!
—Pero no lo hiciste. —La abrazó aún más fuerte y dejó un beso en su frente cuando tuvo que marcharse.»

Y cuando por fin se besaron... Lo fue todo para él.

«—No creas que voy a desaparecer para siempre. ¿Sí? Siempre estaré cerca. Te prometo que volveremos a vernos. No sé cuándo, ni cómo, pero lo haremos —le informó ella.

El rostro de él se había pegado a la cabeza de ella y sonreía contra su cabello.

—No te dejaría ir sí creyera lo contrario —contesto Hyun-Soo

Los recuerdos, su sonrisa y su voz, sus manos sobre lo suyas y sus labios, su apoyo y ayuda, su cariño, comprensión y cada una de sus palabras...

Las lágrimas por fin comenzaron a derramarse, cayendo velozmente, una tras otra, por sus mejillas hasta el borde de su rostro para luego terminar en el suelo.

Llegó a su mente la promesa que él no había cumplido...

«—Tú debes seguir luchando, tienes que seguir con tu deseo, con el que esa cosa no puede cumplir. Sigue queriendo vivir, Cha Hyun-Soo.
—¿Por qué me dices esto? Iré contigo, yo no...
—Claro que no, tú te quedarás.
—¡No, yo no...! —dijo apartándose de ella mientras la observaba desconcertado. Jamás pensó que ella le diría algo así.
—Sí, tú si. Aún están aquí todos los demás: el señor Ahn, Dusik, los niños, Ji-Soo, Yuri, Sang-Wook, Eun, Hyuk y pronto volverá Yi-Kyeong. Te necesitan y tú a ellos.
—... ¿Y qué pasó cuando dijiste que sí me echaban, irías conmigo? ¿Por qué tú sí puedes acompañarme, pero yo no puedo salir contigo?
—Por aquel entonces recién comenzaba todo... Ahora es más complicado, Hyun. —Suspiró y volvió a acercarse a él para apretar sus manos—. Quédate, por mí —Conectaron sus miradas hasta que él comenzó a ceder. Asintió y eso le provocó una sonrisa a la chica—. Ahora promételo.
—¿Qué cosa? ¿Quedarme? —consultó confundido.
—Y aferrarte a la vida. —Sonrió ligeramente.
—Sí, bien... Lo prometo. —Se encogió de hombros.
—Cha Hyun-Soo, lo digo en serio —dijo seria.
—Yo igual —confesó y ante su mirada molesta, suspiró—. Prometo que me quedaré y me aferraré a la vida.
—¿Por mí? —Colocó sus manos alrededor de las de él.
—Lo prometo, por ti. —Sonrió.»

La música seguía sonando, «Dulce hogar» se seguía escuchando, aquella canción que Ji-Soo había grabado y se la había hecho escuchar, esa misma canción a la que él prometió escribirle una letra.
Sus recuerdos se reprodujeron como un documental y sus sentimientos aumentaron con cada memoria.

Su pecho se contrajo antes de salir de Verde hogar, sin aún poder parar de pensar en ella.

Su enamoramiento fue fuerte, inevitable e irremediable, sin embargo, él no había logrado verlo hasta que llegó el final.

Nevaba en el asentamiento aquel día. El invierno había llegado y una fina capa blanca cubría toda superficie como una manta, desde el muro hecho de tablas de metal y madera con alambre de púas, hasta las carpas y edificaciones.

Una flecha pasó velozmente cortando el aire e incrustándose en un trozo de madera que yacía sobre un barril. Yuri lo utilizaba de blanco para practicar su puntería con la ballesta que fue del señor Ahn.

Otra flecha cruzó y dio sobre la flecha de la pelinegra, ella abrió la boca soltando un sonido de exclamación a causa de aquella precisión. El aliento cálido que salió por sus labios contrastó con el aire helado provocando un halo blanco.

Giró su cabeza, vio las carpas militares, los soldados charlando, sus camiones e incluso la ambulancia. Siguió buscando con su mirada y entonces los vio: los Park.

El padre de Myeong-Suk llevaba también llevaba su ballesta y era quién había disparado, tenía una increíble puntería; a su lado estaban sus hijos, Myeong-Kwan tenía entre sus brazos al gato atigrado llamado Gumiho, mientras su hermana sostenía un par de flechas y llevaba una pequeña sonrisa en su rostro.

Desde el día en que salieron de Verde hogar, no la había visto sonreír de verdad y por felicidad plena. Al principio todo era triste y apagado, pero con el tiempo fueron superando las pérdidas y notando que se podía seguir adelante; ni los monstruos, ni la muerte eran el final.

Aunque de igual forma, sabían que nada volvería a ser lo mismo. A quienes más les costaba era a Eun-Yoo y Myeong-Suk, quienes habían perdido a personas muy cercanas a ellas. Pero Park tenía a su hermano y a su padre, y al verlos a ellos tres juntos hacía recordarle a Eun a quienes perdió... Tal vez esa fue una de las razones por las que, cuando llegaron al campamento militar, el señor Park decidió hacerse cargo de la adolescente y la incluyó como parte de su familia.

Suk pasó cerca de Yuri y Eun, quien había estado practicando con una lanza, luego se dirigió hacia Yeong y Sook, ya que la mayor le trataba de enseñar al menor tiro con arco y le habían pedido más flechas a la peliazul.

Wook salió de una de las carpas y caminó hasta la altura de Yuri, quien comenzó a hablar tan directamente con él que logró ponerlo nervioso y provocándole que sus mejillas se tiñeran ligeramente de rojo.

Luego de que Myeong les entregara las flechas (que en realidad, eran palos de madera afilados) a los niños, se fue hacia la carpa en donde estaban Jayhun y Ji-Soo. Le había prometido a la pelirosa que ella la ayudaría a escribir la letra de «Dulce hogar», por Hyun-Soo. Él se lo había prometido primero y a ambas le parecía justo que Suk cumpliera su palabra. Por él.

♩ ♪ ♫ ♬

La peliazul se sentó en la misma cama que Yoon, se sacó los zapatos y cruzó las piernas para estar más cómoda, mientras Jung, ahora era el novio de Ji-Soo, las acompañaba sentado en la cama de al lado.

Entre las dos terminaron la canción, luego de tachar, agregar y cambiar algunas frases en la pequeña libreta donde la habían estado escribiendo, mientras Jayhun daba su opinión como espectador.

Una vez que los tres estuvieron conforme con la letra y el ritmo, Yoon comenzó a acariciar suavemente las cuerdas de la guitarra, con paz e incluso amor.

Las dulces notas llenaron el aire.

¿Cuál es tu deseo? —cantó Myoung.

La música comenzó a expandirse por toda la zona.

Donde se oyen en el interior.

Tan pronto llegaba a los oídos de las personas allí presentes, llamó la atención de todos por la calma y ensoñación que transmitía la agradable melodía.

¿Puedes oír esas voces? Persistiendo en tus deseos...

Sin embargo, para Myeong-Suk la canción era mucho más que eso.

Así que aguanta, no te sueltes.

A ella transmitía calma, aunque también caos, amor y desamor, felicidad y tristeza, melancolía y nostalgia, dolor y una sensación indescriptible, pero que llenaba completamente su corazón.

Sostén mi mano, no pierdas la vista.

«Dulce hogar» era capaz de detener sus latidos y también de acelerarlos; podía destruirla en pedazos y volverla a armar; lograba hacerla sentirlo todo y a la vez, nada.

Donde se esconde tu monstruo, no dejes que se muestre.

Era tan complejo y tan sencillo.

Para que puedas encontrar tu hogar más dulce.

Casi imposible de poner en palabras.

No tengas miedo, estoy aquí para quedarme.

¿Cómo algo podía ser tan feliz y hermoso...?

Mientras el mundo ha perdido la esperanza, no te alejes.

¿... Y a su vez darte ganas de llorar, mientras te quemaba por dentro?

Porque eres mi principal esperanza.

Aunque ella lo sabía.

Mi principal esperanza.

Al escucharla, pensaba en él.

Así que aguanta, no te sueltes.

Porque era para él.

Sostén mi mano, no pierdas la vista.

Quien estaba sobre el muro vigilando el horizonte se había quedado dormido y despertó con la melodía.

Y fue entonces que a la distancia, al otro lado del muro, observó lo que todos querían volver a ver alguna vez.

Donde se esconde tu monstruo, no dejes que se muestre.

¿Era una alucinación?

Para que puedas encontrar tu hogar más dulce.

¿Cómo podía ser posible?

Nuestro dulce hogar —finalizó.

Él dio aviso rápidamente a todos los que pudo; los niños fueron los primeros en entrar a la carpa buscando a Myeong-Suk para explicarle lo que estaba pasando fiera. Entraron alarmados y corriendo, señalaban hacia el muro mientras gritaban.

A ambas chicas se les llenaron los ojos de lágrimas. Park dejó de lado la libreta, Ji-Soo su guitarra y al mismo tiempo se levantaron de un salto. Salieron corriendo, seguidas por el pelinegro, sin importarles que no tenían zapatos puestos y que afuera estuviera nevando.

El vigilante les hizo una seña de que subieran a ver. Ellas lo hicieron rápidamente, e impactadas, observaron al ser que estaba parado del otro lado del muro.

Estaba descalzo. Cubría su cuerpo con una especie de manta sucia y rota. Llevaba su rostro semicubierto por su cabello, se podía notar su boca y nariz, pero su su frente y ojos estaba tapados por su fleco oscuro.

Y a pesar de todo eso, ella lo reconoció en seguida.

Pensó que sus ojos la engañaban... Aunque en ese caso, los ojos de todos tenían que engañarlos.

Recordó lo que le contaron sus amigos: algunos «monstruos» evolucionaban.

Cuando todos sus deseos se cumplían, cuando ya no tenían razones para dejar que la monstrualización los dominara, una capa oval se formaba a su alrededor; como un huevo, con ellos dentro.

Y luego, el cascarón se rompía y volvían a ser los humanos de antes.

Aunque no del todo.

Despertaban sin deseos, sin sentimientos y sin recuerdos.

Físicamente eran ellos, aunque por dentro... Eran otra cosa.

Cuando él levantó cabeza, sus ojos chocaron directamente con ella.

Myeong-Suk se aterrorizó por un instante pensando en qué él no era él.
No recordaría nada, no sentiría nada...

Sin embargo, en cuanto las comisuras de los labios de Hyun-Soo se elevaron ligeramente, ella supo que él lo recordaba todo.

Supo que era el mismo chico que había conocido.

Los dos comenzaron a soltar lágrimas, y Myeong-Suk, con una enorme sonrisa formándose en su rostro, bajó rápidamente.

Les abrieron la puerta y todos los que conocían a Hyun-Soo salieron en su encuentro. Eun sabía que venía solo, pero sí realmente era Cha, había posibilidades de que su hermano regresara a ella algún día. Eso le daba muchísimas esperanzas.

Suk iba caminando hacia él lentamente, al mismo ritmo que los demás, aunque ella estaba delante de todos. Pero en cuanto tuvo a Hyun a pocos metros de ella, sin que nada se interpusiera entre ellos, corrió y se lanzó entre sus brazos.

Por fin, se reencontraron.
Ahora, de verdad.
Ahora, definitivamente.

Él le correspondió de una forma tan dulce y tan fuerte que ambos podían sentir los latidos acelerados del corazón del otro.

Se besaron y la falta que sentían el uno hacia el otro desapareció. Se tenían para siempre.

Al fin, ambos estaban en su «Dulce Hogar».

N/A:
Se acabó. Se terminó.
Aquí termina ésta historia, con un final, a mi parecer, desgarradoramente hermoso.

Lloré incontables veces y no podía parar (y eso que no es fácil hacer llorar -creo yo-); si tú no lloraste ni una vez, si ni siquiera se te aguaron los ojitos, deja me decirte que tienes una resistencia tremenda xD

Ahora, en serio. Muchas gracias por llegar hasta aquí, por leerse ésta historia, por agregarla a sus bibliotecas y sus listas de lectura, por apoyarla, por dar una estrellita, por comentar y por esperar actualizaciones -si es que llegaron antes de que la terminara/corrigiera-. Cada cosa de las anterior que hayan hecho me ha llenado el alma y el corazón, siempre les estaré agradecida por eso, se han ganado mi amor completo❤

Amé la serie, amé el Webtoon y amé escribir esta historia. Espero ustedes también hayan amado leerla o al menos se les haya hecho entretenido.

Espero realmente que hayan acabado ésta historia satisfechas y felices (aunque deshidratadas jsjsjsj)

Y ya saben, si algo no entendieron del todo, preguntenme y les sacaré sus dudas con gusto😉

Y sí quieren que les dedique un capítulo, me dicen🥰

Para finalizar esto, me limitaré a decir que ya subí el fanfic de Hyuk para que puedan agregarlo a su biblioteca. La pueden buscar en mi perfil como Dulce Hogar [Lee Eun-Hyuk] 💖💞  Espero que también les guste 😁






































Soundtrack:

×Background music: MZ.

×MZ Feat. Chloe.

https://youtu.be/xr7OtWAeo20

×Letra y voz (versión no oficial): Abigail Barro.

https://youtu.be/ushYfpurXpc (multimedia).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro