5 [Parte 1]
La molestia y odio que sentía comenzaron a disiparse de a poco viendo como ése hombre había obtenido lo que estaba sembrando.
Con una sonrisa de satisfacción dejé de mirarlo y observé a Hyun-Soo, quien estaba nuevamente en la cama donde había despertado luego de que el monstruo araña lo atacara. Nos encontrábamos en la habitación en la que habíamos «descansado» anteriormente, a ambos hombres los habían encerrado ahí por seguridad; a Kim Seok lo habían dejado en la cama donde yo había dormido. Hyun había llegado despierto, pero al parecer decidió dormir una siesta.
Digo al parecer, porque yo al principio no estaba allí. Eun-Hyuk no me había dejado entrar porque yo no estaba infectada (que sí, que estaba, pero claro que él no lo sabía, ni nadie aparte de Hyun). Ni siquiera me dejó entrar luego de amenazarlo. Una idea estupida se me había venido a la mente...
Estaba apunto de contarle la verdad sobre mi para poder acceder a la habitación e ir a acompañar a Hyun.
«No lo hagas.»
Tú no me dices que hacer.
—Hyuk... —Con suerte pude decir, antes de que la monstruo en mi interior me hiciera sufrir.
Sentía como si una máquina de cientos de toneladas me aplastara la cabeza y mi cuerpo se prendiera fuego.
Me quejé de dolor y me doblé a la mitad.
—¿Estás bien? —preguntó el chico de mi edad acercándose más.
—Si, solo... tengo retortijones.
No tienes autoridad para amenazarme.
Déjame o le diré.
Ya no se trataba de una cuestión de poder acceder a la habitación. Ahora esto se trataba de poder.
«No te atreverías.»
—Hyuk. Debo entrar a esa habitación porque soy... —El dolor aumentó y tuve que mantenerme en silencio un momento, era tan fuerte que no podía pensar las palabras ni ordenarle a mi lengua que las articulara—. Tengo que estar ahí porque soy... una de ellos —logré admitir en un murmuro.
«¡Nos pones en peligro!»
Déjame en paz o lo gritaré.
—¿Qué? No te oí.
Luego de eso, el dolor fue desapareciendo gradualmente.
Me incorporé y lo miré, tratando de recuperar mi seguridad y confianza.
—¿Tú eres qué? ¿La novia de Hyun-Soo? —Trató de seguir mi frase.
—Su compañera. Tal vez su amiga. Y sería mucho decir, no es fácil confiar en alguien durante el fin del mundo —hablé con convicción—. Ahora, cuatro ojos, ¿vas a dejarme entrar?
Caminé hacia él y retrocedió hasta que su espalda chocó contra la pared. Llevé mis manos al cuello de su camisa y lo apreté entre mis puños.
—... No confío en ti.
—Ni yo en ti. Ya abre la puta puerta.
Obedeció con molestia y yo entré. Tomé asiento en un pequeña parte de la cama de Hyun que estaba libre, a sus pies.
Y así había llegado hasta aquí. Fue entonces que decidí hablarle a la monstruo dentro de mí, porque yo sabía que ahora estaba allí, escuchándome.
›Deberías aceptar mi trato, monstruo, y eso no pasaría.
«No debería pasar de ningún modo. Podrían matarte.»
›Y sí yo muero, tú mueres...
«... Sin oportunidad alguna de salir.»
›Prefiero vivir con la posibilidad de que me maten por usarte, que contigo dominándome. ¿Entiendes por qué lo que más te conviene es aceptar?
Luego de un largo silencio de su parte, decidí proseguir.
›Deberíamos hablar y llegar a un acuerdo, es algo normal entre humanos. ¿Entre ustedes no? Tal vez así nos llevaríamos mejor. Compartimos un cuerpo, deberíamos llevarnos bien.
Sí, yo ya había perdido la cordura. Pero, ¿y qué? ¿No dicen que en un mundo loco, solo los locos están cuerdos? ¿Y que en un mundo loco, ser cuerdo es una locura?
Aunque una vez escuché por ahí que sí te crees loco, es porque estás cuerdo. Y sí te crees cuerdo...
—Hola... —susurré al ver a Cha despertarse.
—¿Qué hacés aquí?
Me encogí de hombros en respuesta.
—Cuido que no se maten el uno al otro —Bromeé señalándolo a él y al anciano. Hyun quedó en silencio—. Sí te molesto, me voy —contesté a punto de levantarme.
Él negó. Se sentó a mi lado y comenzó a ver la pared como yo.
—... Hay más posibilidades de que tú lo mates a él, que que nos matemos entre nosotros —respondió a mi broma y sonreí.
Quedamos en silencio un gran rato. Miré mi celular, traté de reenviar los mensajes a mi padre y hermano, pero el teléfono seguía marcándome error.
Entré a la imagen del perfil de mi padre, era una foto familiar en la playa.
Vi que Hyun también la miraba.
—Es mi madre, Isabel. —Señalé a mi progenitora—. Mi padre Min-Ho, mi hermano Kwan y nuestro perro Max. Fueron nuestras últimas vacaciones familiares... ¿Tienes familia a la que contactar? —Lo miré y negó—. ¿Alguien vivo allá afuera? —Volvió a negar—. Lo siento.
Aunque, tal vez, en una situación como está, en un apocalipsis en dónde estar vivo es un milagro, en dónde es casi imposible contactarse con alguien por teléfono, estar solo sea lo mejor. Sí estuviera sola, no estaría preocupada por mi familia... Sí ellos estuvieran sin mí, seguirían a un lugar seguro sin arriesgarse a morir en las calles buscándome.
Observé que la mano de Cha estaba sobre la cama, a pocos centímetros de la mía. Subí mi mirada por su brazo.
—¿Tenemos confianza? —interrogué.
—¿Por qué? —Inclinó su cabeza.
—¿Trataste de matarte? —solté sin tacto.
—... Algo así.
—¿Por qué? —pregunté, luego de largos segundos en silencio me rectifiqué, dándome cuenta de que me estaba metiendo en algo muy personal y que él no quería responder—. Lo siento. No quise...
Colocó su mano sobre la mía, como sí tratara de decir que no importaba.
—Te lo contaré desde el principio —articuló provocando que lo mirara al rostro—. Pero no hoy.
Asentí ante su respuesta.
Más tarde, Seok se despertó, empezó a disculparse y pedirle a Cha que le contara su secreto, cómo era que aún no se había transformado. Y lo que Hyun le contestó solo sirvió para asustarlo más, por lo que traté de disimular mi sonrisa.
Luego de eso, la puerta se abrió dejando ver a Hyuk, quién buscaba a Hyun.
Ambos salimos, tanto él y yo, pues yo no tenía anda que hacer ahí dentro sí mi amigo no estaba.
El chico de lentes nos enseñó cómo era que aseguraron la puerta del primer piso y nos informó de su plan. Nos dijo la razón por la que peleó porque Hyun-Soo se quedara.
—De ahora en adelante, vas a ser nuestro tanque. A partir de ahora, estarás a cargo de todo lo que sea peligroso. Sí te niegas, ya no podré ayudarte.
—¿Q-qué? —contestó nervioso.
—¿Así que por eso lo ayudaste? ¿Para utilizarlo? —solté molesta.
—¿Puedes traer a ése ingeniero del 1408? —le interrogó, ignorándome.
—¿Yo solo? —preguntó asustado.
—Claro que no, te acompañaré —respondí cruzándome de brazos y vi como el cuatro ojos quiso refutar—. Y sí llegas a tratar de impedírmelo, juro que te voy a poner los huevos de corbata —hablé mirando al otro chico—. No eres ni mi padre, ni mi dueño para decirme que hacer.
Tragó saliva, sin responder.
—Yo también voy —dijo Wook apareciendo con las cosas de Hyun y acabando con ls tensión del momento—. Pero recuerda: si te conviertes en monstruo, voy a tener que sumarle otra raya a mi brazo —habló mostrando una línea de tinta en su bícep.
Me preparé y antes de irnos decidí ir al baño. Me lavé las manos y mi rostro; al mirarme en el espejo vi mi cabello azul y noté lo largo que lo tenía. En tiempos así, aquello era peligroso.
Saqué mi navaja multiusos y con la tijera que traía comencé a cortarlo.
Cuando finalicé, quedó unos centímetros por encima de mis hombros. La verdad terminé disgustada con el resultado: sin duda, yo no tenía el don de ser peluquera. Estaba todo chueco y con mechones más cortos que otros. Pero, bueno, iba a luchar contra monstruos, no a una pasarela (era lo que me repetía para no ponerme a llorar por lo feo que estaba).
Al salir, fui directo a las escaleras y allí me encontré nuevamente con los tres hombres. Wook y Hyuk hicieron una mueca al verme; Cha, por otro lado, me observó sorprendido.
—¿Tan mal quedó? —Apreté los dientes tocando mi cabello y me repetí mentalmente que no era una pasarela...
—Sí —soltaron Hyuk y Wook.
—No —respondió Hyun.
Los hombres se miraron entre ellos analizando sus respuestas.
—Digo... con unos retoques puede que... ¿Mjm? —tartamudeó Cha, provocándoles muecas de disgustos a los otros dos, que negaron con sus cabezas, como diciendo «no le mientas».
Lo miré, me reí por lo dulce que fue en ese momento y comencé a subir las escaleras con mejor humor del que había tenido. El mafioso me siguió y luego tuvo que volverse a buscar a Hyun, que vaya uno a saber porqué se tardaba tanto, pero lo que fuera, lo tenía perturbado y de malhumor, se le notaba en el rostro. Tal vez había hablando con Hyuk, lo cual tendría sentido, ya que es muy fácil que el chico de lentes ponga a alguien de malos humores.
Wook y Hyun comenzaron a tener una conversación de la que no quise participar. Básicamente Wook hablaba sobre que Hyuk era el líder, aunque a los mayores no les gustaba porque era muy joven, pues tenía la misma edad que Hyun y yo, pero era muy inteligente y que han sobrevivido gracias a él.
También nos contó que el plan que había ahora era reforzar la entrada del edificio y buscar un vehículo resistente, porque la comida solo duraría unas semanas más. La idea era seguir viviendo en el edificio, pero salir a buscar más comida cuando fuera necesario, por eso reforzaríamos las entradas para que nadie indeseado se metiera y los autos del garage para que no fueran destruidos por los monstruos al salir.
Esa era la razón por la que subíamos. Íbamos por Dusik, él podría mejorar los automóviles para poder buscar las provisiones.
Luego Cha comenzó a crear una teoría conspirativa o algo así contra Eun-Hyuk, diciendo que le parecía raro que solo nos enviara a nosotros tres y no todo un equipo, considerando lo importante que era Dusik.
Wook respondió que era porque en la última misión murió alguien y que él mismo se debió culpar por confiar tanto en su propio plan.
Escuchamos que la señal de las llamadas en nuestros celulares eran interrumpidas por la presencia de algún monstruo y el señor mafioso no tuvo mejor idea que ir a explorar el piso, cuando podíamos evitarlo. Pero él quería matar monstruos y buscar provisiones, así que no nos quedó de otra más que seguirlo.
—Voy a la derecha; tú, niño, a la izquierda y tú, chica, cubre a quien lo necesite —Asentí ante sus palabras—. ¿Están listos?
—Sí.
Al asomarnos notamos que estaba despejado, lo que nos relajó un poco. Por órdenes de Wook, él revisó el pasillo de la izquierda y Hyun el de la derecha, yo cubría sus espaldas. Al final, hubo un monstruo en el pasillo de la derecha; había una mano gris enganchada a una esquina de la pared. Así que alertamos a Wook, quien nos siguió hasta allí.
«Niña...»
›Ay, no, tú no. Ahora no. Estoy ocupada.
—¿De verdad quieres hacer esto? —interrogó Cha sin dejar de mirar la mano.
«Tengo un mal presentimiento.»
›¿Y eso me importa por qué...?
—Por supuesto que sí —contestó el hombre, obviando el hecho de que enfrentaría al monstruo.
«¡Atrás! ¡Mira detrás de ti!»
Me volteé al mismo tiempo que una mano gris tomaba a Hyun y de un movimiento la corté con uno de mis cuchillos. No conté con que se regenerara rápidamente; a la vez que la parte regenerada atacaba nuevamente a Cha, la mano suelta me atacó a mi y no hubiese tenido miedo, de no haber sentido su fuerza bruta. Logré alejarla un poco de mí, pero parecía saber donde estaba yo, ya que volvía a acercarse.
«Fuego.»
Al final tiré el cuchillo y utilicé el aerosol con el encendedor, siguiendo el consejo del mosntruo en mi cabeza, así que en pocos segundos la mano cayó quemada.
Escuché como la otra mano rompía los huesos de Hyun, pero sin pensarlo dos veces, él le clavó su lanza y la electrocutó, lastimándose a él mismo también.
—¡Hyun-Soo! —chillé.
—¿¡Acaso quieres morir!? ¡Suelta esa lanza! —gritaba Wook.
—Solo... un poco más. ¡Vamos! —Logró decir entre quejidos.
—Cha, basta —articulé preocupada.
—¡Hyun!
—Más... ¡Más! —gritó mi amigo.
La mano lo soltó y él dejó de luchar. Ambos cayeron al suelo.
—¡Hyun! —chillé lanzándome a su lado.
—¡Ey, niño! ¿Estás bien?
Vi como Wook se iba a quemar al monstruo para que no se recuperara, mientras maldicia entre dientes por Cha. Por otro lado yo tomaba entre mis brazos al chico, sin importarme lo caliente, humeante y oloroso que estaba... Olía a carne quemada.
Coloqué su cabeza sobre mis piernas y despejé su rostro de su fleco, sus ojos estaban cerrados.
—Hyun. ¿Cómo estás? ¿Estás bien? DÍme algo, por favor.
Soltó una tos seca y luego abrió sus ojos, primero miraron al techo, luego se centraron en mi.
Suspiré aliviada y acaricié su mejilla, se acurrucó un poco.
—Un día me matarás del susto —me quejé.
—Sí es que puedes morir —bromeó en un susurro.
—Sí, bueno, se ve que a ti no te faltan las ganas —negué divertida.
Wook volvió hacia nosotros con el líquido flamable en mano Hyun comenzó a levantarse.
—Guarda eso. Todavía estoy bien —bromeó Cha. Me horroricé al pensar en que sí llegaba a monstrualizarte totalmente... Deberíamos quemarlo.
—Déjame ayudarte —le comenté, levantándome primera para socorrerlo.
—De verdad te recuperas bastante rápido —dijo Sang asombrado.
—¿Lo mataste? —consultó Hyun una vez que estuvo de pie, aunque se apoyaba en mi, con uno de sus brazos rodeando mi hombro y el mío alrededor de su cintura.
Wook mostró dos marcas en su bícep, pues se iba escribiendo en su piel una línea recta cada vez que mataba a un monstruo, y luego comenzó a hablar de qué clase de monstruo era.
Seguimos nuestro camino y decidí agradecerle mentalmente a la monstruo en mí por ayudarme, aunque sabía que solo lo hizo para ayudarse a si misma a seguir viviendo.
Recorrimos un piso por separado buscando sobrevivientes o provisiones, pero no encontramos nada. Los próximos pisos Hyun también quería recorrerlos y yo no podía evitar mirarlo desconcertada; eso solo nos ponía en peligro y nos hacia perder tiempo.
Por suerte -y por una razón que desconozco- seguíamos las órdenes de Wook y él se negó. Hyun insinuó que él tenía miedo y comenzó a hacer bromas, provocando que el mafioso se enojara.
Wook soltó algo sobre que entre más el monstruo ayudaba a Cha, más le afectaba. Hyun no dejaba de bromear de forma oscura y con su rostro inexpresivo, por lo que yo tenía que darle la razón al señor.
—¡Wook, ya! —interrumpí una vez que él golpeó al chico para que volviera a la normalidad.
—¿Ya volviste a la normalidad? —Lo soltó.
—Sí. Gracias, lo digo en serio. Pero eso sí que dolió.
—Al menos no necesitas pedirle ayuda al monstruo —dijo, poniéndome incómoda sin saberlo.
—Sí, es cierto.
—¿Qué sería del mundo sí el hombre no intentara arreglarlo todo usando los puños? —Suspiré y comencé a subir las escaleras.
Traté de ignorar su conversación, pero solo lo logré cuando mi teléfono comenzó a sonar. No fui lo suficientemente rápida y terminé por gritar al toparme de frente con el monstruo de los tentáculos, ese contra el que no pudimos Ji-Soo, Jayhun, Cha y yo.
Había pensado que al final lo mató ese grupo que vino desde abajo, el que conformaba Wook, ese señor que murió y algunos otros más. Pero al parecer no, seguro solo lograron hacerlo huir muy herido, pero no lograron acabarlo al 100%. Así que yo le lancé fuego y bajé las escaleras tan rápido como daban mis piernas.
Ni Hyun, ni Wook estaban por ahí.
No tendría tanto miedo sí fuera el monstruo gigante, el de recién o incluso el ciego, porque creo que sí podría recuperarme de sus ataques. Sin embargo, a éste monstruo le encantaba despedazar cuerpos.
Y de eso aún no podía regenerarme.
Comencé a hiperventilar cuando seguía sin encontrar a mis compañeros. Estaba sola.
Crucé la puerta de las escaleras y corrí entre los pasillos. Casi grité cuando algo me tomó del brazo, aunque por fortuna, me taparon la boca y noté que era Wook. Pude relajarme un poco pensando que aún no me tocaba morir.
Sí tuviera la ayuda de «mi amiga» tampoco debería preocuparme tanto. Pero, bueno, aún no es lo suficientemente inteligente para notar que ambas nos necesitamos de verdad.
El mafioso me hizo un gesto de que hiciera silencio y fue a atacar al monstruo.
Espera. ¿Qué?
¡Estoy rodeada de puro suicida!
Salí del escondite para ver como Hyun acaba con el monstruo luego de que Wook le echara el líquido flamable. Se prendió en llamas.
—¿Estoy... muriendo? No puedo... morir ahora. —Atacó la puerta de un departamento y luego entró activabando el rociador de incendios—. Estoy... vivo. Ahora... soy... fuerte —habló mientras el fuego se apagaba y su cuerpo tomaba la forma de una especie de araña verde, gigante y deforme.
Maldición. ¿Por qué tenía que ser más listo que los otros monstruos?
Mientras mis compañeros discutían, el bicho escupió un líquido verde hacia el mafioso, que logró esquivarlo y terminó en la pared, derritiéndola. Luego el monstruo persiguió a Cha, pero Wook y yo logramos llamar su atención ya que habíamos notado que la lanza de mi compañero no le hacia daño y Hyun no sabía como más luchar contra él.
Entonces comenzó a atacarnos al hombre y a mí, él le lanzó lo que parecía ser la última botella de solvente, pero el monstruo la atrapó y nos escupió veneno, que al parecer en realidad era ácido. A mí no me dio, pero sí un poco a Wook, quien comenzó a quejarse de dolor.
A causa de los movimientos bruscos que hicimos esquivando el ácido, nuestros celulares salieron volando y el monstruo los pisoteó.
—¡No! —grité desesperada pensando en que no pude comunicarme con mi familia.
—So... sobreviví —soltó él.
Estaba a punto de atacarme a mi con una de sus patas de punta filosa cuando un... ¿Cepillo de dientes? Lo golpeó. Todos miramos hacia la dirección de dónde venía el objeto y vi a un señor mayor que estaba por tirar una botella con un trapo encendido por fuego. Rápidamente me aparté del monstruo y de la zona a la que ese hombre apuntaba.
El tiro fue errado, pero asustó a la araña gigante y ésta se fue.
—¿Cómo pudiste fallar ese tiro? ¿¡Estás ciego!? —dijo una muchacha que parecía estarlo acompañando, se veía de la edad de Jayhun.
—Cállate. Lo hice a propósito. Ése bicho es un cobarde. No tenemos porqué molestarlo más. Solo hay que darle un buen susto para que salga corriendo. —El señor nos miró—. Díganme, ¿ustedes tres fueron los idiotas que molestaron a ese miedoso y lo hicieron evolucionar?
Pues, para que le digo que no, si sí.
El hombre se llamaba Seop Ahn y la chica Yuri Park, era su cuidadora. Nos invitaron a su apartamento y ella se ofreció a curar las heridas de mis compañeros. Comenzó con Wook que no dejaba de quejarse, provocando que ella se burlara e incluso lo golpeara ligeramente en la zona adolorida.
Quiso seguir con Hyun, pero él no se dejó ya que en realidad sus heridas se curaban solas, claro que no lo dijo, aunque Seop lo notó.
—Baja la mano, muchacho —exigió el hombre, al notar que Hyun se tapaba la grande herida que tenía en la cabeza.
Le apuntó con su ballesta y a mi se me erizaron los vellos del temor y la sorpresa.
—... Pedazo de mierda. Estás convirtiéndote en un monstruo. ¿Cierto? —siguió diciendo él.
—¿Eh? —soltó la chica.
—¡Aléjate de él, Yuri!
—E-espera... ¡Escucha! —soltó Wook nervioso.
—Quítate la mano de la frente ahora mismo o éste gigante dejara de respirar para siempre —habló apuntándole ahora al mafioso.
Desenfundé mi arma, le saqué el seguro y le apunté en menos de un segundo.
—Señor, le impresionaría saber lo veloz que ésta arma dispara. Sí hace siquiera un amague de presionar ese gatillo, no sabrá qué lo mató —expresé fríamente.
Él me observó con los ojos entrecerrados y bajó la ballesta. Al mismo tiempo, Cha descubrió su frente y mostró que ya no estaba herido.
—Salgan de aquí en éste instante.
—G-gracias por su ayuda, señor —agradeció Wook.
—Sí hubiera sabido que andaban con un monstruo, no los hubiera ayudado. Y ahora váyanse.
—Pero la cosa es que... éste chico —intentó explicarle el mafioso, pero Hyun se levantó haciéndonos señales de que deberíamos irnos.
—Ya vámonos. —Tomó su mochila y arma, enfrentó al señor e hizo una reverencia—. Perdón, señor.
—¡Ey, Hyun! —le dijo el hombre.
Y de repente, el señor comenzó a reírse.
—A veces eres un autentico imbécil —dijo su cuidadora.
—Solo quería hacerles una broma. No se tienen que ir, era un chiste —habló dedicando la primera parte de sus palabras a su compañera y la segunda a nosotros.
Apreté los dientes molesta y puse el seguro en mi arma. No quería disparar por «accidente».
—Ey. ¿¡Pero qué carajos!? —se quejó Wook.
—¿Crees que un viejo al que le queda poco tiempo tiene miedo de divertirse un poco?
—¿Qué?
—¿Qué le queda poco tiempo?
—Yuri —la llamó él.
—¿Sí?
—Quédate aquí... Dijeron que van al piso 14, ¿no? Hay unos niños allá arriba.
—Sí, pero, ¿por qué?
—Necesitan a alguien que no le tenga miedo a la muerte. ¿No crees? —Se levantó.
—¡Señor!
—Ya has cuidado bien de éste viejo gruñón. Estás despedida. —Miró a Yuri y luego a nosotros—. Quiero probar eso de ser un héroe antes de estirar la pata. ¿Hay algo que pueda hacer?
—Usted es un mentiroso —lo enfrentó Cha mirándolo enfadado.
—¿Qué?
—¿Que le queda poco tiempo? ¿Y qué? No sea ridículo, nadie quiere morir.
—Mmm... ¿Acaso ésto de convertirte en un monstruo te hace perder la paciencia?
—Ey. ¿Qué te pasa? —preguntó el mafioso, yo solo me limité a mirarlo extrañada.
—Pe-perdón, señor —se disculpó Hyun por la forma en que le habló.
—Un pequeño consejo, niño. No tener miedo a la muerte y querer morir son cosas totalmente distintas. Pienso vivir más tiempo que todos ustedes.
Al final, todos salimos del departamento rumbo al piso 14. El señor Ahn insistía en que Yuri se quedara en la casa, pero ella no quería ya que no le parecía que quedarse sola sea una buena idea, además de que era la única con un teléfono que andaba.
Wook le preguntó de dónde había sacado la ballesta y ella respondió que se la quitó a un tipo muerto, luego comenzaron a discutir sobre que era ilegal llevar armas sin licencia.
Había tensión ahí.
—Gracias por la información inútil... ¿Ha sobrevivido todo éste tiempo sin un arma señor? —dijo ella.
—Sí.
—¿Por qué? ¿Por qué es ilegal?
—No. No es mi estilo.
—Está loco de remate, señor.
—¿Por qué me dices señor? ¡Ni que fuera tan viejo! —gritó.
—¿Cuántos años tienes?
—32 —dijo, sorprendiéndome. Pensaba que era más mayor.
—¿Qué? Mentira. No puedes tener menos de 40 —respondió Yuri.
No sé si tanto, pero no le daba menos de 35, ni más de 40.
—M-menti... ¿Mentira? ¿¡Y cuántos años tienes tú!?
—28.
—Ni siquiera te llevo tantos años de diferencia.
—¿Podrían hablar más bajo? —les pidieron.
—Ah, perdón.
Bien, ¿Se pueden formar ships en un apocalipsis?
Obvio.
Cha nos hizo una seña al cruzar la puerta de las escaleras. Había un monstruo dándonos la espalda. Le preguntó a la cuidadora si escuchaba algo por el auricular, pero ella negó. Hyun fue a echar un vistazo y notó que dormía. Íbamos a tener que subir en silencio para no despertarlo.
Primero fueron mis compañeros, luego el señor, seguí yo y por último Yuri. El monstruo despertó cuando ella pasó. La agarró del cuello en un segundo y comenzó a usarla como escudo para que no lo atacaramos. Ahn quiso ir por ella, pero ni Hyun, ni yo lo dejamos.
Wook insultó al monstruo y se lanzó sobre él, pero al parecer la habilidad que tenía era correr velozmente, era tan rápido que ni siquiera lo vimos soltar a Yuri, quien cayó desmayada. O al menos esperaba que estuviera desmayada y no muerta.
La peor parte es que justo antes de irse, el monstruo golpeó al mafioso en el rostro y lo dejó inconsciente.
—Demasiado... lento —soltó antes de bajar las escaleras.
—Váyanse —habló Cha.
—¿Qué? —interrogamos Ahn y yo.
—Sígan sin mi.
—No... no puedo. Tengo que salvar a Yuri —dijo el señor.
—Rescaten a los niños. Eso es mucho más importante que vengarse.
El rostro del señor cambió entendiendo que las palabras de Hyun eran ciertas y comenzó as subir las escaleras.
—¡Te veo en el piso 14, niño! —Aceptó.
—Tengan cuidado —nos dijo mi amigo.
—¿Estás seguro? —pregunté poniendo mi mano sobre su brazo, deteniéndolo.
Asintió.
—Eres fuerte, sé que podrás defenderte a ti, y también a los demás, de ser necesario. Prefiero que vayas con los niños. Y yo... creo que puedo hacer ésto solo —se sinceró.
—Bien, Hyun-Soo. Te veré luego. Por favor, no mueras. —Me echó una última mirada sonriendo, asintió y desapareció.
Comencé a subir las escaleras buscando a Ahn, pero me distraje cuando una puerta de metal salió volando. Era la araña. De nuevo.
«Acepto.»
›¿Qué?
«Acepto el trato.»
Después de eso, las palabras de mi padre vinieron a mi mente.
"Si no estás sola, cuídate. Cualquier persona infectada puede ser un peligro. Mejor aléjate de ellos, mantente segura hasta que estemos contigo."
Lo siento, papá, otra vez debo tomar un camino diferente del que querías para mí.
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