Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10

Ya estaba un poco harta de llorar, pero era imposible con todo lo que estaba pasando. Aunque al menos esta vez, las lágrimas derramadas eran alivio, emoción e incluso felicidad. No había tristeza como todas las anteriores veces que había llorado en las últimas semanas...

Mi hermano y mi padre también lloraban, algo que me ponía aún más emocional ya que ninguno era fan de exteriorizar sus sentimientos, ni siquiera con películas o series.

—Estoy tan feliz de verlos... —sollocé.

Nuestro abrazo grupal no era fuerte, sino ligeramente apretado, de esos que significan: te extrañé, no te dejaré ir otra vez o nunca vuelvas a irte. Lo normal sería que no doliera fisicamente, pero por lo que me había pasado minutos antes (que Dusik monstrualizado me hubiera lanzado hasta la otra punta de la habitación), dolía cada parte de mi cuerpo, incluso zonas que no sabía que podían doler. Lastimosamente, la ligera presión de ellos me causaba aún más dolor, así que fui la primera en separarse.

—Nosotros a ti, cariño. Podemos respirar de nuevo —confesó papá.

Decidí que las preguntas que tenía para hacerles, como cómo me encontraron o sí habían visto mi señal de humo, tendrían que ser más tarde, cuando todos estuviéramos en un lugar seguro, o al menos en el camino hacia allí. Sino me equivocaba, ahora no había mucho tiempo para hablar.

—¿Se conocen? —preguntó Wook y lo miré con obviedad, yo literalmente había gritado «papá».
—Son mi familia, mi padre y mi hermano —expliqué—. Pero ahora saber eso no es importante. ¿Alguien quiere explicarme qué está pasando aquí? ¿Por qué en el edificio hay fuego y está rodeado por monstruos?

Todo era una locura. Desde que llegamos. Primero Dusik que estaba agonizando, y si quería irse, nadie se lo podía negar. Pero luego básicamente estaba aceptando su deseo. Y después llegó ese perturbador hombre desconocido -y desnudo- que se acercó a Hyun; en un momento vi a Cha asustado, luego afligido y al siguiente segundo golpeándolo, no había entendido nada de lo que sucedió, pero sabía que en ése corto lapso de tiempo, muchas cosas pasaron por su mente y pudo llegar a la conclusión correcta.

Luego Dusik nos atacó y Hyun pensaba que debía pararlo, pero intenté hacerlo yo, porque sé que es demasiado para él, no debería hacerlo él... Pero no lo logré, no sé por qué, no alcancé ni a moverlo de su lugar cuando Pyeon sí. Ni siquiera conseguí transformarme, y con eso tenía mi mente hecha un lío; la monstruo de mi interior no me hablaba hace días, eso me había traído paz, pero ahora no sabía que me estaba sucediendo y solo ella podría darme respuestas, sin embargo seguía sin responder.

Ni siquiera la sentía ahí.

—Quisiera saber lo mismo, solo me fui por dos horas —soltó Jayhun.
—En resumen: no sabemos porqué, pero todos los monstruos vienen para acá, estaremos rodeados en menos de media hora y además ya no hay electricidad, comida, ni agua... —explicó Sang.
—Hyuk tiene un plan. Todos están en la terraza, vamos a bajar por una tirolesa hecha de sábanas hasta las montañas —me informó Cha—. No nos queda de otra, no podemos salir del edificio caminando porque seremos pocos los que sobrevivamos a todos los monstruos que se están acercando.

Lo observé y me limité asentir; había tanto para decir y tanto para preguntar, pero con eso me conformaba. Teníamos que salir ya mismo.

—Entonces no esperemos más —decidí.

Comenzamos a caminar hacia dentro del edificio, había notado que un desconocido vino con Wook y todos parecían conocerlo menos yo, así que supuse que debía ser uno de los criminales que tomaron el edificio. ¿Había sido bueno con los residentes de Verde Hogar? ¿Tal vez se arrepintió de lo qué hizo? ¿O sino por qué razón lo aceptaban con ellos como si nada?

—¿Están bien? —Yo quedé al fondo del grupo junto con Kwan y mi padre, así que quise iniciar una conversación mientras subíamos las escaleras.
—¿Tú lo estás? —preguntó mi hermano menor y yo sonreí.
—Sí, eso creo.
—Ahora nosotros también —respondió mi padre poniéndome una mano sobre el hombro.
—... Yo fui a buscarlos, la casa estaba... en cenizas. Había varios muertos y yo pensé... creí que ustedes... —Mi voz tembló.

Vi como ambos se ponían tristes e incómodos, pero aún así me respondieron.

—Alguien adentro se transformó, tratamos de quemarlo, pero el fuego se salió de control y... —comunicó mi hermano.
—De todo el grupo, solo nosotros sobrevivimos —finalizó papá.
—¿Incluso Max...? —pregunté refiriéndome a nuestro perro, ya que no lo había visto con ellos.

Ambos asintieron lentamente.
Ok, aquello me había caído como un disparo en el estómago.

—Fue el mismo día que vimos tu señal de humo —avisó Kwan—. Nos estábamos preparando para venir cuando sucedió.

Cuando fui a la casa, el fuego ya no estaba, pero sí que aún había muchísimo humo, como sí en incendio a penas se hubiera terminado de consumir. Sí pasó cuando yo hice la señal de humo, significa que duró varios días activo. Ya habían pasado casi dos semanas desde eso... Entre mi estadía en Verde hogar y mi estadía en el mercado.

—Cuando todo acabó, decidimos que teníamos que partir antes de que algunos monstruos se acercaran. Nos tardamos en llegar hasta ésta zona porque debíamos escondernos demasiado ya que las calles están abarrotado de monstruos. Fue muy complicado llegar hasta aquí.
—¿Pudieron ver mi ubicación exacta?
—No, pero investigaríamos toda la zona de ser necesario —contestó papá—. Aunque por suerte nos topamos con Pyeon Sang Wook que necesitaba ayuda, dijo que estaba en un grupo de sobrevivientes y automáticamente supimos que aquí debiste estar.

Nerviosa retorcí mis dedos.

—Sí, estuve aquí, pero me fui un tiempo porque... me he estado... monstrualizando —admití, avergonzada. Decidí que teína que soltarlo así, rápido, porque sino nunca lo haría.
—... ¿Estás segura? —interrogó mi padre.

Fruncí los labios y arrugué las cejas confundida. Su mirada dejó mi rostro y pasó a mi cuerpo, igual que la de mi hermano; seguí la misma trayectoria  y vi mi ropa rota y ensangrentada, nada anormal.
Entonces, noté que en algunas aberturas la sangre no se veía seca, sino reciente y húmeda. Al tocar uno de esos tajos, uno que estaba en mi muslo, ahogué un grito de dolor y al revisar algunos otros, me pasó lo mismo: estaban abiertas y escocían.

La adrenalina de la última hora no me había dejado ver, ni sentir que tenía varias heridas que no habían dejado de sangrar desde que ayudé a Jung con el monstruo.

De repente, una música comenzó a oírse por todo el edificio, era fuerte, estridente y rítmica. Nos confundió a todos.

—¿Eh? Ese sonido parece un bajo —soltó el tipo que yo desconocía.

Pyeon, Jayhun, Hyun-Soo y yo paramos por un segundo, nos observamos y con solo una mirada todos supimos que sucedía. Era ella.

—Ji-Soo... —susurró Hyun, antes de desaparecer rumbo al departamento de la pelirosa.
—¡Mierda! Esa chica se volvió loca —habló Sang comenzando a correr.
—Lo siento, tengo que ir a ayudar —me disculpé con mi familia.
—¡Park Myeong-Suk!
—Tengo que —respondí a mi padre.
—Entonces te cuidaremos las espaldas —contestó resignado, dándose por fin cuenta de que no podría detenerme.
—Ten. —Mi hermano me arrojó dos de sus armas y sonreí, porque me había dejado las mías en el almacén.

Comencé a subir corriendo lo más rápido que podía y con ello mis dudas sobre mis capacidades aumentaron: Hyun-Soo desapareció en un instante, mientras yo iba casi a la misma velocidad que Wook.
Al llegar al piso de Ji-Soo, Pyeon se detuvo a observar cuántos monstruos había cuando Hyuk apareció.

—Ya pueden subir. —Logré escuchar que articuló el muchacho hacia Sang mientras me acercaba, antes de ponerse frente a los monstruos y disparar al techo—. Ey, ¿ya se terminó la fiesta? —Todos lo miraron.

Bien, al menos el plan que se me había ocurrido a mi era dispararles a los monstruos de sorpresa, no llamar su puta atención disparando a otro lado.
En suicida y peores planes, Eun-Hyuk Lee me ganaba.

En un instante, la puerta del apartamento de Yoon se abrió y Cha atacó aprovechando la distracción que hizo Lee. Noté que su transformación física había comenzado, su cuerpo parecía tener el músculo expuesto en vez de verse su piel, al igual que le sucedió a Dusik; su rostro se veía colorado y sus ojos completamente negros. Clavó a dos de los montruos con su lanza y los electrocutó, abriéndole así un camino a la pelirosa para que huyera. Ahí fue cuando Hyuk, Wook, Jayhun, mi padre, Kwan y yo atacamos. Incluso Ji-Soo también atacó y ella solo tenía un bajo, que terminó destrozando contra la cabeza de un monstruo.

—¡Parece que solo hay pequeños; los grandes no deben haber podido pasar pasar por la puerta! —gritó Hyuk.
—¡Guau, no sabes que alegría me da! —respondió de la misma forma Sang antes de ser herido.

Hyuk y yo actuamos ayudándolo. La mayoría de los monstruos estaban heridos, pero se iban a recuperar rápido, por lo que tendríamos que irnos ya mismo.

—¡Hyun, vamos! —chilló Yoon.

Sin embargo, él no hacia el menor caso, parecía dominado por su otro lado. Entonces la lanza se le quedó sin batería...
Por un momento pensé que él no lograría salir vivo, y luego me sentí estúpida, porque él detuvo cada uno de los ataques de los monstruos, los golpeó con una patada y chocaron contra la pared, destrozándola; para cuando terminó con ellos, Hyun estaba manchado de sangre, con un tentáculo de uno de los monstruos colgando de su boca -pues se lo había arrancado con los dientes- y el brazo de otro monstruo entre sus manos.

Sentí como mi boca se secaba y me pregunté qué tan perturbada mentalmente tenía que estar yo para que eso me pareciera tan sexy...

—E-eso fue increíble —habló el mafioso.
—Todavía no bajes la guardia —recordó Lee.

Los monstruos comenzaron a recuperase pronto.

—Parece que no vamos a salir vivos de esto —confesó el Pyeon.

Y antes de que sucediera cualquier cosa, un tipo de cabello claro, camisa leñadora y jeans, llegó y atravesó a la mayoría de los monstruos con sus brazos...
Sacando mis propias conclusiones, supe que debía ser ese tipo del que me habló Jayhun, el que estaba con los criminales y se estaba monstrualizando igual que yo. Según había escuchado en el estacionamiento, se llamaba Ihyun y podía asesinar al menos hasta 4 monstruos a la vez... él solo.

Uno de los monstruos se hizo una bola y rompió la pared del edificio, tirándose por ahí  hacia fuera del edifico, al vacío, y arrastrando a al menos a tres monstruos más con él; al resto de los monstruos, Ihyun los lanzó por el mismo hueco.

—¿Qué? ¿Qué haces aquí? —intervino Hyuk.
—Soy fuerte, pero no voy a poder sobrevivir solo —contestó y luego miró a Hyun—. Te ves genial. ¿Todavía estás cuerdo? —Asintió—. Bueno, rápido chicos. —Se dirigió hacia las escaleras.
—Esperen. Yo no voy. —Llamó la atención Hyuk.
—¿Qué? —habló Sang, todos volteamos a ver al chico de anteojos.
—De todas formas, me estoy convirtiendo en monstruo... —admitió.

Minutos más tarde, yo iba riéndome mientras Wook arrastraba, literalmente, a Lee de su camisa, escaleras arriba.

—¡Ah, vamos! ¿Tienen idea de lo que me costó mantener la calma antes de bajar? ¿Y ahora quieren que vuelva a subir? Ustedes no me vieron, voy a quedar como un idiota —se quejó como niño pequeño.
—¡Cállate! ¡Piensa en tu hermana Eun! —le regañó Sang.
—Ella va a estar bien sin mi...
—No —dijo Cha metiéndose firmemente en la conversación—. No importa sí viven o mueren juntos, la familia tiene que permanecer unida. ¿Entendiste, tontito? —Reí por el «insulto», nunca le había dicho nada parecido a Hyuk.
—Hyun, te ves aterrador, amigo... —confesó el cuatro ojos.

Volví a reír.

—Yo creo que se ve bien —admití tomando su brazo.

De reojo, vi los rostros de mi familia mirándonos y supe que luego tendría que explicar ciertas cosas...

—Hyun, no te rindas —soltó Pyeon.
—No sé preocupen, sí cualquiera de ustedes se convierte en monstruo voy a asegurarme de matarlos —confesó segura Ji-Soo.

Nos puso un poco incómodos la forma en la que lo dijo, pero todos sabíamos que era la mejor opción.

—No te transformaste —soltó de repente Hyuk, mirándome—. Pudiste hacerlo hace unos minutos, luchar contra tantos monstruos y no lo hiciste. Y tengo entendido que cada vez que podías, lo hacías.
—... He tratado, pero... No lo sé, algo me está sucediendo y... simplemente, no puedo —confesé sabiendo que era el centro de atención de todos.
—¿Es en serio? —preguntó Hyun y asentí.
—Luché con un monstruo hace un rato, y sí pude hacerlo, pero aún sigo herida, no me he curado nada. —Señalé la herida de mi pierna, que era la mejor grande de todas.
—... ¿Crees que se puede eliminar? ¿Qué puede desaparecer el monstruo interno? —interrogó Lee.
—No lo sé, tal vez sea posible... Aparece por un deseo profundo e intenso, tal vez sí ya no lo deseas...

Por fin llegamos a la azotea y nos encontramos allí al tipo que había llegado con Wook al estacionamiento y que siguió subiendo una vez que el resto de nosotros se detuvo en el piso de la pelirosa para luchar contra los monstruos.

—¿Eh? ¿Qué haces aquí todavía? —preguntó Hyuk.
—M-me dan miedo las alturas. ¡No puedo ir solo! ¿Me puedes ayudar? —habló corriendo hacia Ihyun—. ¡Llévame en tu espalda! ¿Porfi?
—Ay, ay, hasta los niños pudieron... —se burló—. Bueno, está bien —aceptó.

Me asomé al borde de la terraza y vi a Eun, los niños que llevaban a Gumiho en su bolso, Yuri y uno de nuestros vecinos del que no recordaba el nombre, mirándonos desde la montaña.

—¿No falta gente? —pregunté dándome cuenta que cuando me fui eran varios más que solo ellos.
—No, ellos son todos —contestó Hyuk—. El resto murió, se transformó o ambas cosas. —Se acercó al borde—. Ah, cuando llegue ahí, me va a matar —habló Lee observando a la distancia el rostro de odio de su hermana.
—Trataste de abandonarla, yo en su lugar sí te mataría —confesé.

Escuché a dos personas carraspear, sabiendo que era mi padre y mi hermano, decidí ignorarlos. Lastimosamente, se acercaron.

—Sí, hablaremos sobre eso al llegar a un lugar seguro —soltó papá.
—¿De verdad llegaron hasta ahí con esa cosa? ¿Desde acá arriba? —intervino Pyeon acercándose al borde y mirando la tirolesa improvisada—. Dios, éstos chicos.

Al mirar la tirolesa de sábanas, noté que abajo en la calle había un cuerpo muerto con una mancha de sangre en su abdomen. Era la chica que casi asesiné, Hyein.
Ji-Soo también se acercó, ella y Sang miraron hacia abajo, hacia Hyein.

—Dios mío —dijo ella.
—El maldito monstruo volador la agarró a mitad de camino. Me deshice de él, pero no hay forma de saber cuando va a recuperarse y aparecer de nuevo. Tenemos que apresurarnos —informó Ihyun.
—Tiene razón. Ya sé que es muy triste, pero no hay tiempo para llorar a los muertos... Bueno. ¿Quién quiere ir primero? —estableció Lee.

De repente, Ihyun y Hyun se pudieron en guardia mirando hacia el otro lado del edificio. Entonces todos giramos y lo vimos.

—¿Je-jefe? —dijo el tipo que nos estaba esperando aquí arriba, mientras miraba a un enorme monstruo que había trepado hasta allí por la parte externa del edificio.

El «jefe» le dio una patada que pareció haberle quebrado todos los huesos, y como si eso no fuera del todo mortal, también salió despedido fuera de la azotea, hacia la calle, al vacío.

—¡Hijo de puta! —gritó Sang y fue directo a atacarlo seguido de Jayhun.
—Wook Pyeon —le llamó el monstruo mientras rompía la katana de Jung.

Y a ambos los tumbó de un golpe.

—Mierda, ¡Reaccione jefe! —le gritó Ihyun tratando de pararlo.
—Te... odio... Te... odio —repetía el monstruo.

Cha quiso clavarle su lanza en la espalda, pero el monstruo lo esquivó rápidamente. Agarró a Hyun de su ropa y lo azotó contra el suelo, resquebrajándolo.

Era increíblemente rápido y fuerte. Un humano, moriría antes de intentarlo.

›¿Estás ahí?
›Por favor, responde.
›Te necesito.
›Sé que no me debes nada, pero en serio necesito que salgas...
›Te lo suplico.

Siguió sin contestarme y me desesperé.

—¡Muérete! —gruñó Hyuk y le disparó una vez, lo cual no le causó nada.

Supongo que no me quedaba otra más que hacerlo de ése modo.
Levanté mis armas y... El monstruo gritó ensordeciéndonos. Cuando terminó, quise moverme, pero no pude, solo temblaba sin control. Igual que el resto.

—Ya sé que le debo mucho, jefe, pero voy a tener que matarlo —avisó Ihyun tomando el control de la situación.

Al principio, por un instante, todo parecía salir como él quería, atacó y esquivó los ataques del monstruo.
Luego notó que no fue por completo.

—¿Eh? No... no lo puedo creer. Jefe... es gigante. ¿Cómo puede... ser así de rápido? —murmuró antes de caer muerto, pues le había arrancado el brazo, parte del hombro y del pecho.

El «jefe» golpeó el piso rompiéndolo en dirección a nosotros y pedazos minúsculos del suelo nos llegaron a todos, hiriéndonos. Además, por el impulso, todos caímos mientras la azotea se llenaba de polvo.

Fui de las últimas en recobrar la consciencia. Tan pronto pude levantarme, le disparé incontables veces al monstruo. Pero me detuvieron.
Sostuvo entre sus dedos mi muñeca, lo que fue suficiente para llamar mi atención y detenerme. El toque de Hyun era diferente a antes, caliente y más áspero a causa de la nueva capa de piel/músculo, pero aún así, sentimentalmente, se sentía igual.

—No —estableció seriamente.
—Pero...
—Sí no te estás curando... Quiero que te vayas. Ve a las montañas.
—No voy a huir —negué.
—Myeong-Suk... —me llamó.

Lo miré directo a los ojos. Fue como si nunca antes lo hubiese visto, al menos, no de verdad. Con solo aquel gesto, pude saber todo lo que me quería decir, aunque no usara palabras.

Rompió mi corazón sin decir nada.
Mis ojos comenzaron a arder y un nudo se formó en mi garganta.

—Hyun-Soo...
—Volviste. Cumpliste tu promesa... —susurró.

«Te prometo que volveremos a vernos.», le había dicho.

—Pero yo no puedo cumplir la mía —terminó la frase.

«Prometo que me quedaré y me aferraré a la vida... Lo prometo por ti.»

—¿De qué hablas? ¿Qué es lo que...?
—Te quiero —me interrumpió, dejándome pasmada—. Gracias por acompañarme hasta el final —me confesó refiriéndose a la frase que le dijimos Jung y yo acerca de Dusik: No podemos elegir cómo los demás pelean sus batallas, pero sí podemos acompañarlos hasta el final.

Le hizo una señal a la pelirosa y ella me tomó de los hombros.

—Ji-Soo, lamento no haber podido escribir la letra para tu canción —dijo comenzando a alejarse hacia el monstruo, se detuvo frente a él y comenzó a transformarse—. Pero pensé en el título.

Cada parte de su cuerpo se había agrandado y tenía aquella capa de músculo color bordo, ahora cada una de sus extremidades triplicaba su tamaño anterior.

—¡Hyun! —grité, seguida de la voz de Hyuk, Pyeon, Jayhun y Yoon. Quise ir y detenerlo yo misma, pero la bajista me sostenía fuertemente—. Hyun. ¡No, por favor!

Y sé, que había dicho sobre Dusik que sí quería irse, nadie se lo podía negar, pero... pero...
Él no podía... No debía irse... No quería que me dejara... No así.

—El título es... «Dulce hogar» —exclamó y finalizó su monstrualización. Sus cavidades superiores tomaron un color más oscuro todavía, sus hombros se ancharon como cinco veces más y su cabeza... tenía una especie de casco hecho de músculo.

Comencé a llorar sin darme cuenta. Lo vi atacar al otro monstruo y de un solo movimiento se deshizo de su cabeza, su pecho y hasta parte de su abdomen. Lo mató.

Cuando se dio la vuelta noté un cierto parecido con Ryan, el caballero guardián, uno de los personajes de la película «María desde el cielo». Él siempre hablaba de esa saga de películas y de que el 25 de octubre se hubiese estrenado el episodio final, hasta me había mostrado fotos en su celular porque yo no las conocía.

Ji-Soo, impresionada de verlo, me soltó y lo primero que hice fue salir corriendo hacia él, ignorando que todos me gritaban «¡No!».

—Hogar... —gruñó.
—Hyun, Hyun... —murmuré deteniéndome cerca, él permaneció inmóvil, mirándome.
—¿Estás bien? —le dijo la voz de Yoon acercándose.
—No, Ji-Soo, aléjate de él —interrumpió Sang.
—¿Qué quieres decir? Nos acaba de salvar. Puede que sea un monstruo, pero nos sal... —la pelirosa se interrumpió porque, en un movimiento, Hyun les arrojó la lanza a sus amigos.

Sino fuese porque Sang lo vio y tuvo tiempo suficiente para quitarse del medio, llevándose a la pelirosa con él, ninguno de los dos hubiese sobrevivido.
Y ahí fue cuando supe que Hyun ya no era él, aunque no quisiera admitirlo.

—Ahora es un monstruo. ¡Tenemos que alejarnos de él! —Oí decir a Wook.
—Hogar... —bramó Hyun.
—Hyun... —Estiré mi mano hacia él, pues aún no me había hecho nada a mí.

Entonces los disparos llenaron el aire. No entendí muy bien qué estaba sucediendo.
Mi hermano fue por mí y me alejó, papá le disparaba con sus armas a Cha, yo estaba en shock y solo escuchaba como Ji-Soo gritaba el nombre de Hyun una y otra y otra vez.

Él comenzó a acercarse a nosotros.

—¡Tenemos que irnos! —insistió Sang.
—P-pero... le prometí que sí se convertía en monstruo... —gimoteó Yoon.

Hyuk interrumpió su conversación colocándose delante de todos, fue entonces que mi padre dejó de disparar.

—Que lástima. Supongo que ya no podremos ver la película de María juntos —se lamentó dirigiéndose a Hyun.
—Hogar... —repitió Cha.
—Hyun, ya sé lo que quiero. Ven aquí —se sinceró.

Abrió sus brazos y en un segundo, Hyun obedeció, pero en vez de abrazarlos, atravesó el estómago de Lee con su brazo.

—¡No! ¡No, no, no! —grité sollozando, detenida ésta vez por mi hermano.
—¡Corran! —nos gritó Hyuk y luego se dirigió a Cha—. Escucha, Hyun, lo que quiero es detenerte y salvar a todos.

Cha quiso golpearlo y Lee logró pararlo porque ya estaba comenzando a monstrualizarse. Toda su piel se volvió como la del resto de los monstruos y por su deseo, de él salieron tentáculos que se clavaron fuertemente en el suelo.

—¡Voy a detenerte!

A la fuerza fui arrastrada hacia la soga de sábanas, todos ya habían subido excepto por mí y mi familia, quienes esperaban a que yo cruzara antes.

Miré hacia Hyun y Hyuk.

... Ya era tarde.

Los observé bien, sabiendo que sería la última vez.

Sin dejar de sollozar, hice lo que debía, seguida por mi hermano y mi padre. A la mitad del camino, escuché algo parecido a una explosión y al mirar hacia la terraza, vi como una enorme masa de un tono naranja rojizo cubría gran parte de la azotea, en especial donde habían estado mis amigos.

Al llegar a las montañas y contar lo que sucedió, quienes estaban allí comenzaron a llorar con nosotros, en especial Eun que estaba destrozada y no paraba de golpear un árbol.
Aún así, nadie tardó mucho en ponerse en marcha, sabían que teníamos que buscar un lugar seguro.

Fui la última en caminar. Volví a mirar el edificio de residencias antes de irme.
Era improbable que volviera alguna vez a Verde Hogar y sí hubiera sabido que el fin del mundo estaba cerca, nunca hubiera huido de casa para venir a este lugar.
Pero me alegraba haberlo hecho.

En Verde hogar, por momentos, encontré seguridad, conocí a mis vecinos, aunque también monstruos que me podían asesinar, hubo personas amables y otras despreciables, no logré encontrar a mi familia, pero ellos a mí sí.

A veces rezaba con fervor estar delirando por mi monstruo y no estar enamorándome en medio de un apocalipsis. Pero al final tuve un amor correspondido, aunque terminó en un corazón herido.

Vivir y sobrevivir, no es lo mismo, pero ambas cosas hice en la vecindad. Aunque también una parte de mi murió en ella esta noche.

Conocí tantas personas y cada una de ellas me marcó de una manera diferente.
La imagen de Hyun-Soo vino a mi mente antes de voltear hacia la cima de la montaña de nuevo... Su cabello oscuro, largo y despeinado; sus ojos carentes del brillo de la vida, pero con ganas de vivirla; su sonrisa, llena de dolor, heridas y rechazo, pero siempre con una pizca de esperanza; y sus abrazos, que transmitían el amor más puro que alguien podía dar.

Me alegraba haber ido a parar a Verde hogar, porque ahí estuve con él.

Me destrozaba haberlo perdido, pero más destrozada estaría sí nunca lo hubiera conocido.

Párrafo para hacer un minuto de silencio o llorar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro