V
Los exámenes finales fueron la cosa más estresante en la vida de Baekhyun, no solo tenía que preocuparse por estudiar, sus notas o casi vivir en la biblioteca, sino, que también debía soportar a sus compañeras hadas con sus sucios insultos o sus ataques físicos.
—¿Por qué esos ojos llorosos, pequeño? —dijo una voz gruesa.
Baekhyun, quien había estado viendo el suelo, ahora levantó su cabeza para poder ver al hombre enfrente. Sonrió débilmente, intentando cubrir sus propios sentimientos y suspiró cuando el ceño de Chanyeol no se relajó.
—Lo de siempre —se encogió de hombros.
Chanyeol levantó su mano para apartar el suave cabello dorado y, aunque Baekhyun puso algo de resistencia, Chanyeol ganó con su fuerza y pudo estirar el cuello pálido, solo para encontrarse con una quemadura en forma de línea horizontal. La sangre del mago se incendió.
—¿Quién? —dijo con la mandíbula apretada.
—No importa —se apartó del toque y mordió su labio inferior.
—Me dices o yo destruiré este maldito lugar hasta encontrarlo —se acercó peligrosamente a Baekhyun, quien tragó saliva.
—Por favor, no, estamos a punto de graduarnos. Solo no quiero problemas —dijo con dificultad, porque temía que su pareja hiciera algo impensable.
—Dime.
Baekhyun se quiso quejar, pero sabía que Chanyeol no lo dejaría pasar, por lo que luego de lamer sus labios resecos, levantó su vista hacia los ojos encendidos de Chanyeol, el mago se encontraba furioso, lo que provocó una leve corriente en la sangre del hada. No debería estar pensando en esas cosas ahora, se reprendió.
—Rouse, Kale y Tyle —dijo débilmente.
—Pasare a saludarlos —levantó una de las comisuras de sus labios.
—Chan, no hagas algo...
—No te preocupes, pequeño —sonrió completamente y luego se inclinó para capturar los labios del hada—. Iremos a la enfermería —lo cargó entre sus brazos aún compartiendo cortos besos.
Baekhyun fue llevado a dónde la médica y luego de curar su quemadura, Chanyeol lo llevó a la cafetería para que estuviera satisfecho y luego lo dejo en la biblioteca a pedido del hada. Baekhyun se quedó solo, porque Chanyeol dijo que tenía que traer su maleta.
Baekhyun se quedó estudiando y sin notarlo, se había olvidado del resto, demasiado inmerso en sus libros tan gruesos como los pecados de un fanático. Cuando pensó que ya había hecho las suficientes notas y recopilado información acertada en su mente, vio por la ventana que el cielo se había vuelto oscuro. Mordisqueó su labio inferior cuando notó que Chanyeol aún no había regresado.
Comenzó a guardar sus cosas y ordenar los libros, que fue a devolver a la bibliotecaria. No sabía si tenía que esperar a que Chanyeol apareciera o irse a su cuarto, pero decidió que no sería malo esperarlo unos minutos.
Cuando se puso la maleta en el hombro, vio esa cabellera oscura y sonrió al ver que Chanyeol estaba completamente bien, así que se apresuró hacia él y lo abrazó.
—¿Dónde estabas?
—Unas cosas, nada de que preocuparse —se encogió de hombros y se apartó un poco al hada para besar su frente—. Vamos a cenar.
—Síp —sonrió contento y fue llevado por la cintura hacia el comedor.
Chanyeol se aseguró de que Baekhyun comiera todas sus frutas y miel, luego lo llevó hasta el bosque donde se despidieron con un toque sucio de labios, dónde se podía escuchar su saliva chocando y pequeños gemidos por parte del hada.
—Te veré mañana, pequeño —dejo un último beso, dejando ir al otro.
Baekhyun no se quería alejar de su calor, pero asintió y desplegó sus alas para irse, girando su cuello para darle un último vistazo a su novio. Suspiró y decidió irse para no terminar arrepentido sobre el mago otra vez, ya lo extrañaba.
A la mañana siguiente, Baekhyun hizo su rutina y bajó de su bulbo hasta encontrarse con Luhan y Jeonghan, quienes le dieron un abrazo antes de retirarse del bosque.
—¿Qué ocurre? —preguntó Baekhyun, una vez que sus zapatos tocaron el suelo de piedra.
—¿De qué? —dijo Luhan.
—Allá —señaló a un grupo de hadas.
—Oh, al parecer alguien embrujó a unas hadas y esos deben ser sus amigos —Jeonghan respondió está vez.
—Oh sí —Luhan golpeó su palma—, recuerdo que alguien dijo que esas hadas estaban demasiado aterrorizadas para decir quién las hechizó, así que nadie sabe.
—¿Será que aún no las pueden curar?
—No lo sé. Una de las hadas era Rouse ¿No es la tipa de cabello rosa que siempre te está insultando? —Luhan miró a Baekhyun.
El hada de cabello dorado se puso pálido, se tenso y recordó la conversación que tuvo el día anterior con su novio y su cabeza empezó a maquinar. ¿Chanyeol lo había hecho?
—Vamos al salón, tenemos que dar un examen —Baekhyun dijo apresurado mientras empezaba a caminar, alejándose.
Jeonghan y Luhan se miraron por un momento, frunciendo el ceño ante el comportamiento de Baekhyun, pero no dijeron nada y decidieron olvidar el asunto de la enfermería, ya que esas hadas no eran sus amigas. Fueron al salón.
🧚♂️🪄
—Me gustaría saber ¿Cómo hiciste para que tus padres accedieran a qué dejaras a tu prometida y estar con el hada? —preguntó Kyungsoo, sintiéndose confundido.
—Oh, bueno —Chanyeol apoyó su espalda en la pared de uno de los pasillos—. Les dije que había embarazado a Baekhyun.
—¿Qué? —tanto Jongin como Kyungsoo exclamaron con sus ojos sumamente abiertos— Pero no lo está ¿Lo está? —Jongin preguntó, levantando una ceja.
—No hemos pasado ninguna noche juntos —resopló—, tenía que ganar algo de tiempo y romper el compromiso.
—Me extraña que no hayan propuesto quitarle el niño a Baekhyun para que lo cries con tu prometida —Kyungsoo se cruzó de brazos.
—Lo hicieron, pero los padres de ella no estuvieron de acuerdo, así que se rompió el contrato por parte de mis padres y los suyos.
—¿Qué haras cuando el colegio termine y tus padres no vean una panza en el hada? —Kyungsoo presionó.
—Pues me tengo que apresurar a poner una barriga en él —sonrió con picardía.
—Oh, eres increíble —Jongin se burló y rodó los ojos.
—Veamos con que resulta todo —finalizó Kyungsoo.
Chanyeol se sentía nervioso, aunque pretendiera estar calmado, porque sabía como pensaban sus padres y temía que Baekhyun saliera lastimado por ellos, pero sabía que debía ser el soporte del hada, así que trataba de tragarse sus miedos.
Esa noche dejo a Baekhyun en el bosque como siempre y luego volvió a su dormitorio, dónde vio una caja negra en la mesita de noche. Suspiró y la abrió, viendo un anillo de oro con un diamante grande en el centro y varias esmeraldas a los lados. Sabía que era pronto para pedirle algo así, no salían ni seis meses, pero también sabía lo que pasaría si Baekhyun se negaba.
Faltaban tres días para terminar los exámenes finales y luego sería la graduación, entonces cada individuo haría su propia vida. Se puso su pijama y luego se envolvió entre los edredones de su cama, pensando en que el tiempo se agotaba.
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Los días pasaban, Chanyeol seguía dándole regalos a Baekhyun, le entregaba dulces y lo bañaba en besos bajo el claro de luna, junto al agua tranquila. Sin embargo, no sabía si era suficiente para ganar su corazón por completo.
—¿Pasa algo? Te noto algo apagado —preguntó en su último fin de semana.
—No, pequeño ¿Por qué? —sonrió y puso su brazo encima de la cintura estrecha del hada.
Ambos estaban acostados en la cama de Chanyeol, aprovechando la ausencia de los demás alumnos, quienes habían preferido ir al pueblo para hacer compras o pasear. Baekhyun estaba acostado de lado, acariciando el pecho de Chanyeol.
—Usualmente estás sonriendo siempre o haciendo alguna broma boba, ahora estás callado y serio ¿Hice algo mal? —sus brillantes ojos viajaron hasta el rostro de Chanyeol.
—No, por supuesto que no, es solo el estrés de los exámenes, ahora que terminaron estaré mejor —le regaló una sonrisa y luego capturó sus labios.
Baekhyun se dejó envolver por el sabor de la boca ajena y aquellos dientes que mordían sus labios. Cerró sus ojos y presionó su cuerpo contra el más grande, sintiendo su calidez.
—Si pasa algo ¿Me lo dirás? —dijo en un susurro sobre sus labios.
—Por supuesto —asintió y lo abrazó.
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A lo largo de la semana se fueron presenciando las graduaciones de cada tipo de criatura mágica, la de los magos y brujas fue el lunes, la de las hadas el viernes. Baekhyun quiso vomitar el lunes.
—Así que este es el señor Baekhyun —dijo una voz grave y femenina, como si pronunciar el nombre le sentará mal.
—Gusto en conocerlos, señor y señora Park —Baekhyun bajó la cabeza un poco.
—Al parecer —dijo el hombre, mirando de pies a cabeza al hada mientras formaba una mueca con la boca, ignorando su saludo.
—Papá, mamá, podrían mostrar algo más de educación —Chanyeol levantó una ceja, apretando a Baekhyun contra su costado con su brazo.
Ambos magos levantaron su nariz como si el aire llevará aroma a muerto entre sus brisas, luego dijeron un escueto saludo que solo hizo enojar a Chanyeol, quien sentía un leve temblor por parte del hada.
—Bien, supongo que no se puede hacer nada. Vamos —dijo el hombre con resignación, la mujer iba detrás de él.
—Me odian —susurró el hada.
—Eso ya lo sabíamos, pero no importa, no tendrás que verlos demasiado —se encogió de hombros y empezó a caminar con su pequeño a un lado.
—¿Iré con ustedes? ¿A dónde vamos? —se aferró más a la capa de graduación de Chanyeol.
—Francia, una comida familiar, no sé dónde con exactitud.
—¿Crees que quieran que yo vaya? Podría quedarme aq-
—Aunque no te quieran, ya te consideran parte de la familia, así que está bien —lo interrumpió y lo sostuvo más fuerte para que no se fuera.
—¿Por qué? —frunció el ceño.
Chanyeol agrandó sus ojos y lamió un poco sus labios algo secos por el sol, no sabía que decir en ese momento. ¿Sería correcto decirle que era porque sus padres creían que Baekhyun cargaba en su vientre al siguiente heredero? No quería pelear con su hada en ese momento.
—Porque eres mi novio y saben cuánto te amo —sonrió algo nervioso, pero Baekhyun pareció dudar un poco—, vamos, no será tan malo, luego de comer te traeré de nuevo.
—¿No te quedarás? —levantó sus cejas.
—No puedo, ya no estudio aquí.
Baekhyun comprendió y lo acompañó. Los padres de Chanyeol usaron su magia para llevarlos a los cuatro a otro lugar. En cuanto llegaron, la madre de Chanyeol los apuntó con la varita para cambiar su ropa, aunque Baekhyun no negaría que se asustó cuando ella hizo eso, creyó por un momento que lo iba a hechizar.
—Es un poco raro —susurró el hada mientras caminaban.
—¿Qué?
—Esta ropa —se miró a sí mismo, usando telas suaves y de aspecto caro que hacían juego con varias joyas que caían por su piel.
—Yo pienso que te ves hermoso, además tu sueles vestir con pétalos de flores ¿Cuál es la diferencia?
—No sé —bajo la cabeza para ver sus brillantes zapatos blancos.
Entraron a un restaurante opulento dónde un hombre les pregunto sus apellidos, el tipo pareció encantado cuando escuchó el apellido Park y eso lo hizo sentir más incómodo. Sin embargo, al levantar su vista, Chanyeol lucía normal, así que no quería avergonzarse por lo que prefirió cerrar la boca.
La comida fue algo tensa a ojos de Baekhyun, Chanyeol compartía alguna que otra palabra con sus padres, quienes mantenían sus facciones puntiagudas, los ojos escrutadores, como si criticarán todo a su alrededor, y sus narices alzadas.
—Hemos decidido que su médico de cabecera sea Hamilton —dijo la señora—, no podemos arriesgarnos a que nuestro heredero nazca enfermo.
—¿Qué? —Baekhyun descansó su tenedor en el plato, algo que el señor Park vio reprochable— ¿Heredero?
—Por supuesto ¿O es más de uno? —ella junto su delicado entrecejo.
Baekhyun se quedó en silencio y levantó su cuello para mirar a Chanyeol, quien seguía comiendo como si nada. Estaba perdido ¿Chanyeol había embarazado a alguien? ¿Él tenía hermanos mayores? ¿La señora Park estaba en cinta?
—Solo es uno —respondió Chanyeol al sentir la mirada punzante de su madre.
—Me alegro, es mejor que sea solo uno en el primer embarazo —ella asintió.
Baekhyun quería preguntar de que hablaban, pero una voz en su interior le decía que esperara un poco para formar un drama a Chanyeol. Prefirió centrarse en su comida, porque de igual manera, el matrimonio parecía ignorarlo y prestarle más atención a Chanyeol.
Aunque el almuerzo había estado delicioso, un platillo llamado Ratatouille, no pudo saborearlo bien por esa espina que tenía clavada en su mente y además, se molestó cuando no lo dejaron beber vino, supuso que era por ser menor de edad, pero cuando vio que a Chanyeol si le permitieron, se fastidio.
—La mansión en el bosque del este sería buena para ustedes —dijo el padre.
—Supongo...
Cuando la comida terminó y los señores Park se despidieron, no sin antes darle la misma mirada de decepción a Chanyeol y de inmundicia a Baekhyun, el hada pudo respirar en paz. Chanyeol lo tomó de la mano para caminar un poco, ambos estaban en silencio.
—¿Quién se supone que está embarazado o embarazada? —Baekhyun se soltó del agarre de Chanyeol y se cruzó de brazos en cuanto llegaron a un pequeño parque.
—El clima está cálido ¿No? Creo que debería comprar unos helados ¿Cuál es tu sabor-
—Chanyeol —su voz floto en tono peligroso.
—Bien, tú —dijo directo y luego balanceó sus pies de adelante hacia atrás mientras miraba a otro lado, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—¿Yo? Pero no lo estoy —arrugó su rostro.
—Lo sé —detuvo sus pies y suspiró para poder ver a Baekhyun—. Mis padres nunca hubieran roto mi compromiso solo porque te amo, para ellos eso es irrelevante.
—¿Entonces?
—Les dije que estabas embarazado, al principio quisieron que abortes, pero les invente que no podías por algo de la madre naturaleza —blanqueó los ojos.
—Ya...
Baekhyun miraba a sus pies, zapatos caros sobre ellos. Estaba intentando procesar la información que se había filtrado en su cerebro y luego puso una mano en su vientre plano, dónde se supone que crecían los bebés. Así que ellos creían que él estaba esperando y por eso su actitud.
—¿No hubiera sido más sencillo para ellos quitarmelo y que lo cries con tu esposa? —arqueó una ceja, recordando la clase de su profesora.
—Lo dijeron, sí —asintió apenado—, pero los padres de ella no estaban de acuerdo con que su hija criara a un bebé que no era suyo.
—¿Tus padres realmente lo hubieran hecho? —sus ojos se agrandaron con miedo.
—Sí, por eso tuve miedo cuando lo hice, pero no ví otra opción.
—¿Qué pasará cuando vean que no estoy en cinta? —ladeó su cabeza.
—Podemos arreglar eso —dijo en un tono bajo mientras llevaba una mano al brazo pálido del hada.
—Ajá —respondió sin humor, viendo con precaución la mano en su piel.
—Si ellos se enteran, harán todo lo posible para separarme de ti y casarme con alguien más —su tono era apagado.
—Entonces ¿Debo embarazarme? —dijo lentamente.
—Sí, yo no quiero obligarte. Si tú no-
—Está bien —asintió y levantó sus ojos para encontrarse con los del mago—, llevaré a tu bebé, bueno —se rascó la nuca—, a nuestro bebé.
—¿Lo dices en serio? —su voz salió casi en un jadeo, su respiración se cortó y sus ojos se abrieron más de lo normal— Yo no, no quiero obligarte.
—No me estás obligando, sé que es pronto y quizás nos separemos en un año o no lo sé, pero —levantó sus manos para ponerlas en los hombros anchos del alto— ¿Y si funciona lo nuestro? No me molesta que tengamos un hijo, claro, hubiera preferido que sea después, pero no tenemos mucho tiempo.
—No pienso separarme de ti —paso con fuerza su saliva—. Gracias, yo realmente no quiero dejarte. —Chanyeol no pudo evitar atraer al hada en un fuerte abrazo.
—Yo tampoco, Channie —le dijo con dulzura, descansando su cabeza en el pecho fornido.
Chanyeol mantuvo seguro a su hada en el calor de su cuerpo, porque necesitaba acariciar aquella piel suave y tersa, sentir su aroma a algodón de azúcar con caramelo. Necesitaba a Baekhyun como una droga.
—Por cierto —el chico más pequeño se apartó un poco, lo suficiente para verlo— ¿Cómo se hacen los bebés específicamente? —levantó sus cejas.
—¿Quieres que te enseñe? —torció su boca con una sonrisa burlona y sus ojos brillaron con lujuria cuando Baekhyun asintió.
Pasaron la tarde comiendo golosinas y caminando por los pequeños senderos entre árboles y flores del parque. Baekhyun se sentía relajado al estar en la naturaleza y no en aquel restaurante con flores muertas dentro de jarrones.
—Te voy a atrapar —dijo Chanyeol cuando Baekhyun salió corriendo de agarre.
—Nop —por momentos volteaba el cuello mientras sonreía hasta que sintió el cuerpo caliente de Chanyeol contra su espalda—. Eso es trampa, eres más grande.
—No seas mal perdedor —se rio, levantando en sus brazos a Baekhyun para luego colocarlo sobre su hombro.
—Bájame, tonto mago —sonrió, moviendo un poco sus piernas.
Después de un momento, Chanyeol puso a Baekhyun en el suelo y lo acercó, pasando sus brazos por los hombros más pequeños. Ambos sentían comodidad junto al otro.
—¿Cuándo? ¿Cuándo quieres que lo hagamos? —Chanyeol miró al otro.
—Cuando sea, puede ser hoy ya que estamos juntos —bajo la cabeza, jugando con sus dedos.
—Bien —suspiró.
Chanyeol no estaba tan seguro, pero sabía que mientras más pronto lo hicieran sería mejor, así que llevó a Baekhyun hasta un callejón vacío y apuntarse a sí mismo para llevarlos hasta otro lugar.
—¿Dónde estamos? —Baekhyun miró con curiosidad el entorno.
—Mi casa de invierno —explicó, llevándose al hada hasta la cabaña de dos pisos frente a ellos.
Baekhyun cerró los ojos por un momento, disfrutando el viento helado, los escasos rayos de sol y el aroma a vegetación del lugar. Amaba este tipo de lugares, porque su magia lo arropaba como una manta a un bebé. Abrió de nuevo los ojos cuando sintió como un brazo alrededor de su cintura lo instaba a caminar.
Entraron a la cálida cabaña y vio como Chanyeol estaba algo sonrojado, lo que le pareció extraño, ya que el calor del lugar no era extremo. No le dio importancia y se quito el abrigo de su traje, porque le daba curiosidad conocer el lugar.
—Es tan bonito, podría pasar todos los días aquí sin aburrirme —pensó en voz alta.
—¿Aquí? Es muy pequeño —frunció los labios el mago.
—No lo creo, está bien para mí ¿Puedo explorar? —giró su cuello hacia el otro.
—Claro, no creo que te pierdas de todos modos —se rio y comenzó a quitarse la corbata.
Baekhyun paso más de una hora viendo todos los cuartos, memorizando los pasillos y deslumbrándose con los paisajes de árboles gigantes, arbustos de bayas y pequeños animales corriendo de un lado a otro. El lugar a su pensar era grande, ya que él había estado acostumbrado a vivir en bulbos.
—¿Terminaste? —preguntó Chanyeol cuando vio a Baekhyun bajar por las escaleras.
—Sí, amo está casa —admitió encantado.
—¿De verdad? Solo es una casa vacacional, dónde viviremos será unas cincuenta veces más grande —le explicó.
—¿Por qué tan grande? —frunció el ceño— Aquí hay varias habitaciones para criar a más de dos niños y el resto de cuartos son espaciosos.
—Hablaremos de eso después, vamos a cenar —finalizó, sin querer discutir con su pareja.
—¿Cocinas?
—No, tenemos magia, pequeño, pedí la comida de un restaurante conocido.
Chanyeol se sentó en la cabecera de la mesa de vidrio con patas de troncos, Baekhyun se sentó a su derecha. El hada lamió sus labios cuando el aroma a frutas con miel llegó a su nariz.
—¿Nunca comes carne?
—No, las hadas no podemos comer eso, nos hace daño, solo las sirenas comen carne.
—Ya veo.
Baekhyun tomó un tenedor para poder empezar a comer, solo con el ruido de la chimenea como fondo. Se sentía a gusto y bien, no como la comida tensa del almuerzo. Sonrió, pensando que si el año pasado le hubiesen dicho que estaría ahora cenando en un propiedad Park junto al heredero, que ahora era su novio, probablemente habría soltado una gran carcajada.
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Fue en la noche que ambos estaban ya bañados y vestidos con sus pijamas, que Chanyeol era un mar de nervios con Baekhyun acostado a su lado. No sería la primera vez que tendría sexo, pero hacerlo con alguien que amaba era nuevo.
—Oye ¿No sé suponía que debíamos hacer un bebé? ¿Cómo empezamos? —preguntó Baekhyun de pronto, mirándolo con curiosidad.
—¿De verdad no tienes una idea? —Chanyeol habló en voz baja.
—No, solo sé que se necesita un hombre para ello. Cómo no nos reproducimos, no hablamos de eso —se encogió de hombros.
—Bien, bien —asintió—. Será un poco doloroso para ti, no quiero lastimarte.
Baekhyun ladeó un poco su cabeza y estiró su brazo para acariciar la mejilla del mago, finalmente sonrió, mostrando sus dientes blancos.
—Sé que jamás me harías daño.
Eso fue todo lo que Chanyeol necesitó para tomar la nuca de Baekhyun y comenzar a acercarlo para capturar sus labios en una presión suave que luego se transformó en leves mordiscos y succiones sonoras. El alto sacó su lengua para pedir permiso, que fue concedido de inmediato.
Ambos sentían como su sangre se calentaba y sus corazones se aceleraban, bombeando sangre en los lugares correctos. Sus estómagos revoloteaban y sus magias bailaban alrededor de sus cuerpos.
—Te necesito tanto —susurró Chanyeol, llevando su mano a la cadera del más pequeño.
La boca del alto dejó los labios, bajando por la quijada hasta su cuello pálido el cual comenzó a chupar. Sus manos grandes se adentraron hasta el abdomen cálido y completamente plano. Sonrió al pensar que en unos meses habría una curva muy notoria.
Poco a poco la ropa empezó a desaparecer, ninguno quería usar magia para acelerar las cosas, Baekhyun se dejaba llevar por Chanyeol y este último quería saborear cada parte de tomar al hada, a su hada.
Chanyeol recostó a Baekhyun sobre su espalda contra el colchón, mirándolo a sus ojos, pequeños ojos de cachorro que se estaban nublando con éxtasis. Las manos grandes separaron aquellos muslos lechosos, acomodándose entre sus piernas.
—Tu piel contra la mía se siente muy bien —susurró Baekhyun, jadeando por los besos de Chanyeol.
—Por más que saboreo tu piel, siento que necesito más y más de ti, no me puedo llenar de tu cuerpo —susurró contra su cuerpo.
—Chan~ —gimió cuando sintió la erección del mago frotándose contra la suya ¿En qué momento su miembro se había levantado?
—Relajate, yo haré todo, solo disfruta —dijo antes de comenzar a mover su cadera para seguir aplastando el miembro de Baekhyun con el suyo.
Los besos suaves habían pasado a ser succiones y mordidas más despiadadas, Chanyeol estaba seguro de que ahí aparecerían varios moretones después y sonrió travieso ante aquel pensamiento. Quería marcar cada parte de aquella piel impoluta.
—¡Uhmg!
Chanyeol levantó su cabeza, solo para encontrarse con los ojos de Baekhyun cerrados con fuerza mientras su espalda se arqueaba y sus labios dejaban salir gemidos bajos. Bajó la mirada para ver que había una mancha blanca, se había venido.
El mago se impulsó para quedar de rodillas entre las piernas pálidas, viendo el pequeño desastre en el que se había convertido Baekhyun. Decidió delinear el abdomen manchado del chico y embadurno las puntas de sus dedos en semen caliente solo para dirigirlos a su boca.
—¿Qué- qué fue eso? —preguntó confundido, luego de haber salido de la bruma.
—Un orgasmo —sonrió, terminando de limpiar sus dedos con su lengua—. Sabes tan bien, dulce como tu aroma.
—¿Qué es esto? —frunció el ceño al ver la viscosidad encima de su abdomen, con sus dedos la tocó y separó, dejando ver unos hilos blancos.
—Semen.
—Me siento tonto por no saber —limpió sus dedos en la manta y cerró sus ojos, intentando recordar si antes había sentido algo así.
—No te preocupes, después de esta noche, serás un experto en el tema— dio una caricia a uno de los muslos rellenos—. Ahora, quiero probar otro de tus jugos.
—¿Uhm? ¿De mis qué? —levantó sus cejas y unos segundos después sus ojos se abrieron de manera exagerada, porque había algo húmedo en su entrada— ¿Qué haces ahí? —murmuró nervioso.
—Solo probarte.
Un montón de sensaciones nuevas pasaban por la cabeza y venas del hada, él jamás había tocado su cuerpo más que para asearse, y, ahora estaba sudando, con la mente dispersa y un cosquilleo inmenso explotando en su cuerpo. Pequeños gemidos empezaron a salir de sus labios finos. Podía sentir como la lengua de Chanyeol entraba y salía de su entrada provocando que se removiera sudoroso.
—Eres tan dulce, siento que estoy tomando el mejor almíbar de este mundo —dijo Chanyeol, levantando su cabeza y dejando ver su rostro, que tenía el brillo del lubricante que Baekhyun arrojaba a montones.
Chanyeol agarró los muslos blancos para mantener abiertas las piernas y siguió chupando, lamiendo y metiendo la lengua hasta que sintió como el pequeño cuerpo se removió debajo, por lo que aceleró sus movimientos, manteniendo la cadera de Baekhyun, pegada a la cama. No pasó mucho tiempo antes de escuchar un gemido alto y tener a Baekhyun temblando. Se había venido por segunda vez, lo que provocó que el pequeño pene volviera a escupir semen y la entrada regara fluidos como si hubieran abierto una llave de agua.
—Siento —jadeó— que mi corazón —jadeó— va a estallar.
—No te preocupes, es normal, mi caramelo —Chanyeol se cernió sobre él, mordisqueando y besando su pecho hasta que llegó a un pezón.
—Amgh~ —sus párpados se apretaron cuando sintió algo entrando en su cuerpo— ¿Qué-
—Te estoy preparando —susurró aún sin dejar de chupar el pezón rosa.
—¿Para?
—Para poner a mi bebé en tu vientre.
—No sabía que se hacían tantas cosas para tener un bebé —dijo entre suspiros, escuchando el chasquido de la saliva de Chanyeol, le calentaba sentir como sus botones rosas eran estirados y succionados con fuerza.
—Está es la mejor parte de tener un hijo —se rio—. Hacerlo.
Baekhyun hizo una mueca de dolor cuando sintió otro dedo en su entrada, el primero fue incómodo, pero no dolía, ahora sentía como esa piel delicada era estirada a más de su tamaño. Sin embargo, Chanyeol siguió besando su piel y eso le relajó, por lo que enseguida otro dedo se unió a sus hermanos para poder estirar con suavidad el agujero que seguía escupiendo lubricante.
Pasaron pocos minutos dónde los dedos gruesos y largos se divirtieron dentro del cuerpo de Baekhyun, y Chanyeol pensó que ya estaba listo, por lo que dejó un ruidoso beso en los labios ensalivados de Baekhyun y se colocó de rodillas, mirando el ano palpitante.
Quitó los dedos del hada, escuchando un pequeño ruido y un gemido de protesta por parte de Baekhyun, sonrió. Empezó a frotar su propio miembro, embadurnando el tronco con el lubricante del más pequeño; se sujetó a sí mismo, dirigiendo la punta a aquella entrada que lo invitaba de manera descarada.
Empezó a introducirlo con lentitud, viendo cómo el rostro de Baekhyun se contraía, el hada respiraba hondo y en ningún momento hizo algún intento por apartarlo, solo apretaba las mantas. Sujetó la cadera del chico y con su otra mano, empezó a bombear el miembro más pequeño, provocando que Baekhyun se distrajera del dolor de ser abierto por su cavidad.
—Mierda, siento que me vas a aplastar el pene —se quejó Chanyeol—, trata de respirar más lento, harás que me corra —le dijo a Baekhyun, mirando aquellos ojos nublados.
—Sí, lo siento —hizo lo que le dijo, empezando a calmarse.
Chanyeol se quedó en su posición por unos segundos, sintiendo como los músculos alrededor de su miembro, cedían. Salió un poco de Baekhyun y volvió a entrar, robándole un sonoro gemido de dolor. Sabía que la primera vez no era muy bonita para el que recibía.
Volvió al trabajo de masturbarlo y succionar sus pezones mientras movía la cadera de atrás hacia adelante, penetrando con precisión su interior. Necesitaba encontrar el punto dulce del hada, por lo que se separó para levantar una de las pálidas piernas, colocándola sobre su hombro, cambiando el ángulo de penetración.
—¡Agh~! Me- me gusta ahí —gimió ruidoso Baekhyun.
—Bien —sonrió y comenzó a martillear el lugar, viendo cómo el rostro de Baekhyun se contorsionaba.
Chanyeol puso sus manos a cada lado de la cabeza de Baekhyun, mirando sus mejillas rojas, sus labios hinchados que dejaban escapar fuertes gemidos y sus ojos que tenían un velo de excitación. Amaba saber que era el único que podría ver a esta pequeña hada así, hecho un desastre, que nadie más podría tener el cuadro ante sus ojos y mataría a aquel que quisiera obtener está visión erótica, porque Baekhyun era suyo, solo suyo.
Se podía escuchar el chapoteo por los golpes de la pelvis de Chanyeol contra las nalgas húmedas de Baekhyun. Su miembro grueso estiraba la piel sin dejar un solo espacio vacío, entrando y saliendo como si ambos estuvieran acostumbrados. Chanyeol bajó la espalda para poder besar los labios de fresa, chupando y mordisqueando de manera descuidada, lamiendo su lengua.
Chanyeol sacó la pierna de su hombro. Baekhyun llevó ambas piernas a la cintura del alto, envolviendo su cuerpo como una serpiente a su presa, también tenía los brazos alrededor de su cuello, compartiendo saliva entre sus bocas.
—Te amo, mi caramelo, eres lo mejor que me ha pasado —Chanyeol gemía sin dejar de golpear el interior de Baekhyun.
—Yo también te amo, mi mago idiota —sonrió con cansancio.
Aunque Chanyeol haya compartido la cama con más personas antes, todas ellas eran rostros difusos ahora, porque en su mente solo podía estar Baekhyun con su rostro sudoroso, sus labios abiertos clamando por más, por más de él y sus caricias, más de él y sus besos, más de a sus constantes embestidas profundas.
No pasó mucho tiempo antes de que el pene de Baekhyun explotará una vez más entre la fricción de sus abdómenes. Contrayendo todos sus músculos, curvando su columna y rasguñando la espalda del alto.
Chanyeol gruño cuando sintió su orgasmo, comenzando a llenar el interior del hada con su esencia, dando unos últimos empujes para terminar de vaciar toda su carga en el chico, dueño de su vida, sujetando con fuerza sus caderas para dejarlo quieto. Suspiró cuando finalmente terminó, cayendo encima de Baekhyun por unos segundos, luego salió, dejando escuchar un sonido obsceno por su separación. Se dejó caer a un lado; ambas respiraciones eran pesadas y ruidosas.
—Eso fue increíble —susurró Baekhyun—, pero me duele.
—Es normal, déjame tomar un poco de aire y te limpiare —le miró y Baekhyun se acercó para besarlo con dulzura.
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Con Baekhyun ya limpio y sanado por la magia de Chanyeol, este último también fue a tomar una ducha. Ambos durmieron acurrucados, Baekhyun entre los brazos grandes y Chanyeol sujetando su mundo contra su pecho, amaba está sensación.
A la mañana siguiente, ambos comieron como si no hubiera un mañana, estaban hambrientos y Baekhyun seguía con algo de dolor, pero era soportable, por lo que no cojeaba.
—¿Entonces ya estoy con tu bebé en mí? —preguntó cuando terminaron de desayunar y se sentaron en el sofá frente a la chimenea.
—No lo sé, a veces hay que hacerlo varias veces para que se pueda crear el bebé —lo miró, amaba esos ojos llenos de confusión al aprender algo nuevo.
—¿Cómo se sabe?
—Usualmente es al mes y se consulta con un médico, ellos saben hacer ese tipo de magia para verificar.
—Entonces ¿Hay que seguirlo haciendo? Deberíamos ir a la cama de nuevo.
—Aunque amo esa idea, tu cuerpo aún está contraído y quiero que estés perfecto para la siguiente ocasión y además, me encantó hacer el amor contigo, por lo que no quiero que te presiones por quedar embarazado, solo hay que disfrutar.
Chanyeol lo atrajó más cerca para poder repartir un montón de besos en su rostro delicado, acabando en su boca.
—Pero tus padres...
—No te preocupes, estoy seguro que quedarás en estado, pero no te estreses por ello ¿Está bien? —le guiño un ojo.
—Bueno —dijo algo inseguro.
Chanyeol odiaba esta presión que había puesto en su pareja, por lo que lo tiró hacia atrás y comenzó a hacerle cosquillas mientras besaba su cuello, oírlo reír era como un coro de angeles en sus oídos. No cambiaría nada por esto, lo amaba.
En lugar del colegio, pasaron sus días en aquella cabaña, riendo, comiendo y echados en el sofá, de vez en cuando salían a recorrer un poco el bosque donde Baekhyun podía levantar sus alas para volar alrededor. Chanyeol creía que Baekhyun era la cosa más hermosa del mundo con sus alas blancas aleteando y dejando destellos atrás.
Su hada, su amor.
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Llegó el día viernes y con eso la graduación de Baekhyun. Cómo era obvio, no había padres, solo él, porque el resto de hadas igual se graduaban. Baekhyun se veía un poco extraño con aquella toga, porque se había acostumbrado a la ropa hecha de hojas, flores y ramas del hada. Un día se puso un vestido de pétalos de rosas que dejaban ver sus torneadas y pálidas piernas, el día anterior. Chanyeol no pudo evitar hacerle el amor.
En cuanto terminó el programa, Baekhyun se lanzó a los brazos del alto, quien lo atrapó enseguida. Ambos compartieron un dulce beso que fue mal mirado por los excompañeros de su novio, a excepción de dos.
—Baekkie, Baekkie —dijo Luhan, apartando a las hadas en su camino mientras jalaba de la muñeca a Jeonghan.
—Lulu —los abrazó a ambos.
—Te voy a extrañar mucho —dijo con pesar Jeonghan—. Estaremos muy lejos.
—Lo sé, pero vendré seguido a verlos, lo prometo —besó las mejillas rosadas de Jeonghan.
—Siempre pensé que terminaríamos viviendo juntos en el bosque —Luhan hizo un puchero—, pero al verte tan feliz ya me complace, tus ojos brillan más que la magia.
—Gracias, Lulu. Los voy a extrañar mucho.
Chanyeol se había apartado del grupo para darles su espacio, no quería romper la burbuja rosa que se había creado, de manera metafórica, alrededor de ellos. De hecho, los tres eran bastante tiernos.
Después de varios minutos entre despedidas, lágrimas y sonrisas, las hadas se fueron y Baekhyun se acercó a él. Lo abrazó y se puso sobre las puntas de sus pies para besarlo.
—Me hace sentir mal tener que separarte de tus amigos.
—No lo estás haciendo, tú no me estás llevando a la fuerza, yo quiero ir contigo.
—Mi pequeño ángel —sonrió—. ¿Quieres ir a algún lugar en especial?
—Nuestra cabaña.
—Bien —asintió, sonriendo al escuchar la palabra "nuestra" amaba que Baekhyun se incluyera.
Chanyeol lo sujeto y se apuntó a sí mismo con su varita para trasladarse hasta el lugar. Vio la cabaña por un momento y sonrió, porque creía que no sería tan malo construir un hogar ahí. Claro, él estaba acostumbrado a los lugares grandes, su casa era como un palacio, tantas habitaciones, y tan grande, que podrías perderte con facilidad, pero todas esas paredes de mármol siempre estuvieron frías. Jamás sintió que hubiera un hogar en su mansión.
Sonrió al ver cómo Baekhyun caminaba con felicidad a la casa, él mismo empezó a seguirlo. Sabía que está sería otra pelea con sus padres, pero si Baekhyun quería criar a su familia en esta cabaña, entonces así sería.
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—Baekkie ¿Podrías ir al bosque a conseguirme unas frambuesas? —dijo en la tarde.
—¿Frambuesas? —frunció el ceño.
—Sí, el otro día las ví junto al río donde... dónde nosotros hicimos el amor, ya sabes —se sonrojó un poco.
—Ah sí, lo recuerdo —sonrió, tocando su abdomen—. Bueno, vuelvo enseguida.
Chanyeol se quedó de pie en medio del recibidor, viendo cómo Baekhyun se iba volando hacia el interior del bosque. Suspiró y luego sacó su varita, porque no tenía mucho tiempo antes de que su chico regresara.
Limpió todo con un simple movimiento y luego adornó la mesa con platillos humeantes, postres y fruta a rebosar, también decoró las paredes con flores arrastrándose por las paredes y macetas con las plantas favoritas de su hada. No era el mejor en decoración, pero quería hacerlo bien para Baekhyun. Él mismo se puso ropa más formal, no tanto como a sus padres les gustaba, pero tampoco jeans y camiseta; solo vestía un pantalón formal y una camisa blanca.
—Chan, aquí está- wow —sus ojos se abrieron de manera cómica al ver el interior de la cabaña.
—Bienvenido, amor —tomó la mano libre de Baekhyun para besar el dorso.
El hada dejo la canasta con frambuesas en una mesita de apoyo y siguió mirando todo el decorado, luego su estómago gruño cuando vio el montón de postres y fruta en la mesa.
—¿A qué se debe esto? —miró a Chanyeol.
—Es tu graduación, quería hacer algo lindo por ti —lo condujo hasta una silla.
Chanyeol se lamió los labios al ver que Baekhyun había cambiado su toga por un vestido corto hecho de margaritas y lavanda. Sacudió su cabeza, este no era momento para esos pensamientos intrusivos que le decían que arroje a Baekhyun a la mesa, abra sus piernas y lo haga suyo. Ahora no, eso sería después.
—Gracias, Channie, no sé decir —sonrió.
—No necesitas decir nada, solo come —se encogió de hombros y luego pico un trozo de papaya con su tenedor para dirigirlo a la boca de Baekhyun, quien lo comió gustoso.
—Delicioso.
—No más que tú —le robó un pequeño beso, que lo hizo sonreír más.
Así continuaron la cena, con Chanyeol alimentando a Baekhyun y este dejándose mimar mientras se sonrojaba por algunos comentarios de Chanyeol. Amaba sentirse tan deseado y querido por su mago, no solo era carnal, el alto le recordaba que lo quería en cada frase.
En cuanto terminaron, Chanyeol sacó su varita y todo se oscureció, lo que asustó un poco a Baekhyun, pero sus ojos se asombraron cuando hubo velas flotando alrededor. Pudo ver a Chanyeol de rodillas frente a él ¿Por qué hacía eso? ¿Se estaba disculpando por algo que había hecho?
—Sé que fui un imbécil contigo desde que te conocí y te pido perdón de nuevo-
—Cariño, no es necesario, yo ya te perdone —estiró una mano para acariciar la mejilla de Chanyeol.
—Lo sé y te amo por tener un corazón tan grande para perdonar todas mis malas acciones —suspiró, besando el brazo de Baekhyun—. Sin embargo, yo quiero decirte que aunque nunca espere que terminaramos juntos como pareja, lo hicimos y no quisiera otro camino en mi destino si no es contigo.
—Channie —susurró, sintiendo como su corazón se agitaba.
—Sé que accediste a llevar a mi hijo para que no nos separaran, pero quiero que nuestro amor sea más sólido que un hijo, quiero que nuestra cercanía sea por amor absoluto —sacó una pequeña caja de terciopelo de su bolsillo y la abrió delante de los ojos sorprendidos de Baekhyun—. ¿Me permitirías compartir tu vida conmigo hasta que estemos viejitos como pasas y vayamos a la otra vida? ¿Me harías el honor de ser mi esposo?
—C-Chan~ yo, sí, sí —asintió frenéticamente, sintiendo como lágrimas gruesas caían por sus mejillas tersas. Apenas el anillo se deslizó por su dedo, no pudo contenerse para saltar encima de Chanyeol—. Te amo, te amo, Chan.
—Yo también te amo, Baekhyun, jamás había sentido algo así por nadie —lo abrazó y hundió su nariz en su cuello, sintiendo el aroma a algodón de azúcar y caramelo.
—Yo tampoco, antes incluso pensaba que no podía amar y ahora tú tienes cada parte de mí —decía entre sollozos, mojando la camisa de Chanyeol.
—Y atesorare por siempre cada parte de ti —dijo con calma, acariciando la espalda temblorosa del hada.
—¿Puedo invitar a mis amigos? —dijo después de un rato.
—Por supuesto, no te preocupes.
—Gracias.
Después de unos minutos, Chanyeol levantó a Baekhyun para llevarlo a la cama donde se pudo dar el lujo de hacer lo que sus pensamientos le decían. Arranco las flores encima del cuerpo de su ahora prometido y luego de dejar besos en cada centímetro de su piel. Ingresó en su cuerpo.
Esa noche se llenó de gemidos y palabras de amor, sus manos se entrelazaron, manteniéndose juntas y moviéndose por la fuerza de las penetraciones. Baekhyun era una máquina ruidosa de suspiros y gemidos que imploraban por más, porque jamás tendría suficiente del hombre encima de él. Siempre tendría hambre de él.
No supieron a qué hora de la noche terminaron de amarse, solo que cuando abrieron sus ojos ya era de día y el sol entraba sin vergüenza alguna a su alcoba.
—Channie. ¿Cómo se hace una boda? No sé nada de eso —hizo un puchero mientras desayunaban.
—Te traeré muchos libros, porque jamás dejaré que mi madre te ayude, ya me imagino la boda snob que haría —sacudió su cabeza—. También te ayudaré, pero quiero que todo esté a tu gusto ¿Sí?
—¿No quieres nada para ti?
—Me conformo con que el novio este frente a mí ese día —se encogió de hombros.
—Bobo, no me perdería mi propia boda —le sacó la lengua y gimió cuando el otro la atrapó con sus dientes.
—Obvio no, yo te buscaría por toda la tierra y te llevaría en mi hombro hasta la ceremonia —dijo una vez que lo soltó.
—Arrugarías mi traje —se burló—. Entonces quiero esos libros.
—Los traeré —asintió y empezaron a comer de nuevo.
Pasaron varios días en la cabaña, de vez en cuando paseando, recogiendo frutas silvestres o haciendo el amor. Sin embargo no todo podía ser bueno y eso lo hizo saber el señor Park, cuando en una mañana fría, decidió mandar una carta donde pedía la presencia de su hijo.
—¿Crees que sea algo malo? —dijo Baekhyun preocupado, acurrucados encima de mantas en la sala, ambos estaban desnudos.
—No lo sé, aunque supongo, nunca me manda a llamar para felicitarme o darme un abrazo —resopló.
—No vayas —pidió con un puchero, acurrucándose más en el pecho de su amado.
—Me encantaría, pero si no voy, él vendrá y armara un escándalo por no obedecer —chasqueó la lengua, y con su mano empezó a acariciar la cintura del hada.
—Tus padres son tan ash —rodó los ojos.
—Lo sé, por eso no dejaré que se involucren mucho contigo o nuestros hijos, son una mala influencia —se rio y el otro hizo más pucheros.
—¿Entonces tienes que ir?
—Sí, mi amor —asintió con pesar antes de ser asaltado por los labios ansiosos de Baekhyun.
—¿Una última ronda entonces? —se colocó encima del cuerpo más grande.
—Sabes como debilitarme —se quejó, viendo la sonrisa engreída en su pareja.
Baekhyun comenzó a mover su trasero por encima de la semierección de Chanyeol, sintiendo como su propia entrada volvía a lubricar. No pasó mucho tiempo para que ambos cuerpos jóvenes estuvieran listos, Baekhyun había aprendido como meterse él mismo el miembro de Chanyeol y este último, se deleitaba en ver cómo aquella mano delicada tomaba su pene para colocarlo en esa entrada hambrienta y finalmente ser engullido con un sentón fuerte de Baekhyun.
—Maldita mierda, que apretado —maldijo Chanyeol, sujetando las caderas de Baekhyun con sus manos.
El hada hundió sus uñas en el pecho ya maltratado de su prometido y tal como había practicado antes, empezó a mover sus caderas para meter y sacar aquel miembro grueso. Su corazón se aceleraba al ver cómo Chanyeol disfrutaba de su cuerpo, de sus besos, de sus movimientos, aunque torpes en algunas ocasiones por falta de experiencia, como disfrutaba de estar con él.
Cuando ambos llegaron al climax, Baekhyun bajó para tomar los labios de su amado mientras sus cuerpos temblaban, explotando en fluidos. Baekhyun nunca lo había dicho, pero le encantaba ser llenado por la semilla de Chanyeol, podía sentirla tan espesa y caliente entre sus paredes, le calentaba saber que estaba siendo fecundado por su hombre, su amor.
Los días siguientes fueron bastante grises para Baekhyun, porque estaba solo, ya que el padre de Chanyeol lo había obligado a empezar a trabajar en su empresa. La llamada fue para hacerle saber que tenía que empezar a hacerse cargo del negocio familiar. Debido a esto, Baekhyun pasaba tiempo mirando las revistas de bodas que Chanyeol le había dado, en un cuaderno iba enlistando las cosas que quería para ese evento.
Con su magia, formaba pequeños escenarios en la sala, viendo cómo quería que fuera la boda, con flores de tal tipo o colores. Quería casarse en el bosque, pero aún no le había dicho a Chanyeol y no sabía que diría al respecto. Dejaría los platillos de carne a gusto de su prometido, porque él no sabía absolutamente nada de eso.
No supo cuántas semanas se fueron entre que Chanyeol se iba temprano y regresaba tarde, pero Baekhyun se sentía más solo con cada día que pasaba y ahora, había empezado a dormir más de lo usual, lloraba cuando empezaba la noche y Chanyeol aún no volvía.
—Te extraño —susurró un día, cuando Chanyeol se estaba vistiendo.
—Yo también, prometo que esto solo será por ahora, luego tendré más tiempo —se había arrodillado delante del hada—. Mi padre solo está jugando sucio.
—¿De qué hablas? —se acomodó en la cama, sentado y levantó su mirada llorosa hacia el arrodillado.
—Con está carga de trabajo innecesaria quiere que tú y yo nos separemos —suspiró—. Prometo que haré todo lo posible para compensarte—. Se inclinó hacia Baekhyun para capturar sus labios.
—Te amo —con los ojos cerrados, susurró sobre sus labios.
—Yo también te amo.
Baekhyun no sabía si era por la tristeza de estar solo o el frío del clima, pero había empezado a comer más, todas las frutas y hortalizas desaparecían en pocos días. Chanyeol se había percatado, pero no había dicho nada, porque se sentía incapaz de increpar a Baekhyun por cualquier cosa.
Un día, Chanyeol había discutido con su padre, porque no podía ser justo pasar tantas horas dentro de la oficina, siendo que los otros trabajadores podían pasar en sus casas, y él, siendo el hijo del dueño casi vivía entre el escritorio y la pared de vidrio.
—¿Qué haces?
Chanyeol había llegado a casa y estaba tomando el almuerzo junto a Baekhyun, pero eso no era lo realmente extraño, sino, que Baekhyun había robado un pedazo de su pescado frito.
—Lo siento, no quise robar tu comida —dijo tímido, masticando la carne suave y blanca.
—Eso no me molesta, es que tú... nunca comes carne —levantó sus cejas y mordió su mejilla interior.
—Oh sí, pero tu pescado huele tan bien, realmente me gusta su sabor —dijo animado.
—Bien... —asintió y cortó un pedazo para dejarlo en el plato del hada.
—Gracias, amor —le envío un beso por el aire y comenzó a comer su pescado como si estuviera muriendo de hambre.
Ahora que había empezado a pasar más tiempo en casa, con su padre gruñendo por no poder controlarlo por completo, se comenzó a percatar de algunas acciones extrañas por parte de Baekhyun.
En la noche, ambos estaban en el baño, frente al espejo rectangular, pero los ojos de Chanyeol se agrandaron cuando vio gotas de sangre en el lavado de Baekhyun. Estaban lavando sus dientes.
—¿Estás frotando mucho?
—No, algunas veces me sale un poco de sangre, no sé a qué se deba —se encogió de hombros.
—Debería llevarte a un médico —dijo con preocupación.
—No exageres, no siempre pasa —enjuagó su boca y la sangre junto a la espuma se fue.
Ambos fueron a la cama, acurrucándose para poder dormir. Baekhyun lo sujetaba con fuerza contra su pecho, casi queriendo fundirse a su lado. Esto era algo extraño para él, como últimamente Baekhyun no se despegaba de su lado y parecía querer contacto constante. Lo atribuyó a los meses que pasaron separados.
A la mañana siguiente, Chanyeol se despertó por un ruido fuerte y cuando quiso abrazar a Baekhyun, no había nada más que un espacio caliente. Se sentó, frotando sus ojos y levantándose de la cama para ir al baño, de dónde venía el sonido.
—¿Baekhyun? —tocó la puerta.
—¡No entres! —escuchó el chillido de Baekhyun para luego volver al sonido que lo despertó.
—¿Estás bien?
Chanyeol no obtuvo respuesta, solo más del mismo sonido y a medida que iba despertando, pudo asociarlo con vómito. ¿Baekhyun estaba enfermo? ¿Quizás el pescado le hizo daño al no estar acostumbrado a la carne?
Pasaron unos minutos, escuchó la cadena siendo tirada y luego de un momento Baekhyun salió. Chanyeol se asustó cuando vio a su pareja pálida, no blanco rosa como solía ser su piel, más bien un blanco gris; además parecía más delgado de lo normal, ojos hundidos y labios resecos.
—Te llevaré a un médico, luces como la mierda —dijo casi sin pensar Chanyeol.
—¿Piensas que soy horrible? —su voz ahogada con un nudo fuerte en la garganta—. Yo sabía, seguro que en tu oficina hay chicas y chicos lindos, que por eso ya no venías y-
—Baek ¿Pero qué cosas dices? —se acercó a Baekhyun, quien ya estaba llorando y temblando.
—Que ya no me quieres, ya te aburriste de mí —su llanto aumento—. Capaz que me vas a abandonar aquí y te irás con alguna bruja de sangre pura.
—¿Por qué perdería mi cabaña? ¿No sería mejor abandonarte en el bosque? —se rio.
Baekhyun levantó su mirada hacia Chanyeol y se quedó en silencio por un momento solo para luego comenzar a llorar con más fuerza, dejando salir sus mocos.
—Ya, ya, mi amor, lo siento, no quise decir eso —lo abrazó, sujetándolo contra su pecho—. Te amo, no hay nadie más, así que porque te amo, iremos a un médico ¿Bien?
—¿No me dejaras botado para siempre en el hospital? —formó un puchero mientras las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas gorditas.
—No, estaré contigo todo el día.
—¿Y tu padre? ¿No sé enojara?
—Que se joda, tú eres más importante —besó los labios con sabor a menta por la pasta dental.
Así fue como Chanyeol los llevó con varita hasta un hospital de magia donde, por su apellido, le atendieron rápido y Baekhyun estaba en una camilla acostado, con una bruja, examinando su cuerpo con su varita.
Pasaron algunos minutos, y tal como Chanyeol prometió, no soltó la mano de Baekhyun en ningún momento. El hada estaba mirándolo, como si pensará que Chanyeol iría a desaparecer en cualquier momento.
—Oh, felicidades, su pareja está sana —la señora sonrió—. Solo tiene cambios hormonales por el pequeño en su vientre ¡Serán padres!
—¿En serio? —tanto Chanyeol como Baekhyun jadearon.
—Sí, tiene aproximadamente un mes de gestación, por lo que tiene que mantener reposo constante y nivelar su ingesta de azúcar.
—Él es un hada y no acostumbra a comer carne, pero le da ganas ¿No es malo?
—Oh no, porque los nutrientes de la carne pasan directo al embrión y el resto es expulsado en sus desechos —los tranquilizó—. Ahora, les mandaré una receta con los brebajes y hierbas que él debe comer para mantener fuerte a su hijo.
Apenas terminaron su chequeó completo y escucharon las recomendaciones de la médica, fueron hacia su casa donde Baekhyun comenzó a saltar sobre la hierba fría.
—Voy a tener un bebé —dijo alegre, corriendo entre las flores.
—Seré padre —se rio en voz baja, mirando con cariño como Baekhyun volaba alrededor de los arbustos de moras—, con mi pequeña hada.
—¿Crees que sea niño o niña? —Baekhyun aleteó hacia Chanyeol y tomó sus manos, mirándolo con todo el amor que tenía.
—Quiero que sea una niña para que sea tan hermosa como su madre —él sonrió, inclinándose hacia arriba para capturar sus labios, ambos cerraron sus ojos y el viento sopló.
Los meses pasaron, con Chanyeol quejándose por los repentinos antojos de madrugada de Baekhyun, sus llantos porque había matado a alguna hormiga por error o la inestabilidad de su magia.
—Estoy gordo, ya no me quieres —dijo Baekhyun con seriedad, mirando al techo y cruzando sus manos sobre su barriga.
Chanyeol giro su cuello, quitando atención a los archivos en sus manos para ver a Baekhyun acostado en la cama. Suspiró, porque eso se había vuelto recurrente desde que la barriga de Baekhyun creció bastante.
—No estás gordo, estás embarazado —se levantó de su silla para sentarse en el filo de la cama—. Eres realmente hermoso ¿Sabes cómo late mi corazón cada vez que te veo con tus preciosas alitas y esa bella pancita cubierta de flores? Adoro verte revolotear de un lado a otro, sabiendo que llevas a mi pequeño heredero —se inclinó hacia el vientre para dejar un sonoro beso y luego se movió hasta su rostro donde lo llenó de besos.
—¿No crees que estoy feo? Las hadas siempre somos delgados y esbeltos, ahora parezco una pera —sus ojos se llenaron de lágrimas.
—¿Te arrepientes de llevar a mi bebé? —dijo con tristeza, sintiendo una punzada en su pecho, creyendo que había obligado o presionado a Baekhyun a embarazarse.
—Oh no, no, yo amo a mi bebé —dijo apresurado con su voz nasal, limpiándose las mejillas.
—Yo también lo amo, como te amo a ti y me duele que pienses que eres feo o que no te amo —acarició la mejilla húmeda—. Eres perfecto con tu bella barriga dónde crece nuestro bebé.
—Lo siento, creo que las hormonas a veces me ganan —sonrió un poco.
—Tú eres más fuerte que ellas, pero si quieres que te mime, yo estaré aquí para engreirte —se posicionó detrás de Baekhyun para acomodarlo en su pecho y empezar a acariciar su abdomen.
—Gracias, Chan —puso sus manos más delgadas y pálidas sobre las grandes del alto.
—¿Quieres saber qué es?
—Sí, para pensar en su nombre y acomodar bien su cuarto.
—Bien.
Chanyeol olvidó el papeleo y se dedicó a abrazar a su muy embarazado prometido. Lo llenó de besos y luego uso su magia para aparecer las frutas desde su nevera y empezar a darle en la boca a Baekhyun.
—¿Rico?
—Rico —asintió ahora feliz y olvidando por completo el llanto anterior.
🧚♂️🪄
El parto fue un escenario que dejó a Chanyeol muy mareado. Todo comenzó con un Baekhyun gritando en la cama y lleno de sudor, luego Chanyeol tuvo que apresurarse a cargar a Baekhyun y aparecer en el hospital.
—Duele ¡Demonios! ¡Duele! —gritaba Baekhyun mientras levantaban sus piernas sobre un soporte y un médico se colocaba entre sus piernas.
Chanyeol tenía su hueso a un palmo de romperse por la fuerte presión de la mano de Baekhyun, mientras esté pujaba para sacar a su bebé. Baekhyun creía que era estúpido tener magia, pero igual deber sufrir al parir.
Fueron varias horas extenuantes dónde Baekhyun lloraba, gemía y gritaba, sujetando a un adolorido Chanyeol, que jamás se quejó, solo cambiaba su brazo para descansar el otro.
De un momento a otro, se pudo escuchar un llanto fuerte y el cuerpo de Baekhyun cayó laxo, con los ojos vidriosos hacia el techo y la respiración agitada.
—Su niño.
Baekhyun bajó la mirada hacia una masita blanca que fue puesta en su pecho, en el lado de su corazón. Sonrió con cansancio, dejando salir varias lágrimas al ver al pequeño bulto que se había creado entre el amor de Chanyeol y él.
—Jaesul —susurró, mirando a Chanyeol, quien también estaba llorando.
—Iremos a limpiarlo, luego será todo suyo —les dijo con amabilidad una enfermera.
Baekhyun aprovechó los minutos para poder descansar y Chanyeol estaba secándole el rostro con un pañuelo. No sabía que era sentir las inmensas ganas de proteger a alguien hasta que vio a su bebé.
—Gracias —Chanyeol lo abrazó.
—Mi mago llorón —Baekhyun se rio.
Baekhyun estuvo más recuperado cuando lo cambiaron de habitación y fue aseado por las enfermeras, le dijeron que su barriga iba a demorar en desinflarse, por lo que aún era raro verla, sabiendo que su bebé estaba afuera.
—Dile hola a mamá —dijo con alegría una enfermera mientras entraba con un bultito de mantas verdes.
—Mi pequeño —Baekhyun estiró sus brazos.
—Tu pequeño tiene hambre, debes alimentarlo ¿Es tu primer bebé?
—Sí, lo es ¿Con qué lo alimentó? —levantó su mirada confusa.
—Con tus pechos, cariño —dijo Chanyeol algo sonrojado.
—Pero yo no tengo senos —frunció el ceño.
—No te preocupes, tendrás leche —ella dijo con amabilidad.
La mujer ayudó a Baekhyun a colocar al bebé llorón cerca de su torso y luego de algunos intentos donde Baekhyun salió golpeando a su bebé en la carita con su pezón o donde el hada chilló adolorido cuando el bebé tomó mal su pezón.
—¿Mejor? —ella sonrió cuando Baekhyun y el bebé dejaron de llorar por diferentes motivos. El hada asintió— Bien, si necesitan algo, aplasten el botón rojo —lo señaló.
—Gracias —dijeron ambos padres.
Chanyeol estaba sentado en el sofá a un lado de la cama, viendo con profundidad como Baekhyun estaba despeinado, relajado y sonriente, dando de lactar a su bebé que era tan blanco como el mismo Baekhyun, mantenía su manito sobre el pectoral del hada.
🧚♂️🪄
Celebraron su boda cuando Baekhyun se recuperó del embarazo, ya que se negaba a ir al altar con una panza postparto. Sus padres estuvieron enojados por no haber sido parte del planeamiento de la boda o ser invitados al nacimiento del bebé, y Chanyeol tuvo que soportar el drama de su madre cuando supo que iban a casarse en el bosque.
—Felicidades, atrapaste a mi hijo con tu sucia magia seductora —le dijo con asco su suegra en el día de la boda.
—Gracias por sus buenos deseos, madre —dijo con una falsa sonrisa.
—Jamás me llames así de nuevo, asquerosa hada —dijo con aire agresivo.
—Claro, madre —se rio un poco.
La mujer se puso roja y cuando quiso acercarse más a Baekhyun, entraron Luhan y Jeonghan a la habitación. Ella aliso su vestido de gala, los miro por encima del hombro, levantando su nariz puntiaguda y se fue sin decir nada más, haciendo resonar sus tacones altos.
—¿Qué pasó? Esa señora estaba furiosa.
—Mi suegra, odiándome —se encogió de hombros y se giró hacia el espejo alto.
—¿No te afecta? —preguntó Jeonghan.
—Al principio, ahora me acostumbré y ya me da igual —sacudió un poco su cabeza—. Además casi no la veo, creo que desde que la conocí, está es como la quinta vez que hablamos.
—Al menos —suspiró Luhan—. Ven, te ayudo a arreglar tu cabello.
Baekhyun asintió y se sentó una silla acolchada de color blanco. Luhan uso sus manos para dejar caer destellos sobre su cabeza, convirtiendo el cabello dorado de Baekhyun en un entretejido alrededor de una corona de cristal alta con piedras preciosas y diamantes, los mechones caían por los laterales de su rostro y atrás se enredaban ramas con botones de cerezas.
Jeonghan maquilló los ojos de Baekhyun con tonos rojizos y rosas, lleno sus labios con extracto de flores y paso una rosa roja por sus mejillas para pintar un suave sonrojo.
—¿Usas un traje o un vestido? —preguntó Luhan, acomodando unos mechones a su amigo.
—Iba a usar un traje, pero ¿Has visto lo hermosos que son los vestidos? Me enamore de uno en una revista y lo he estado haciendo —sonrió, señalando una puerta.
Tanto Jeonghan cómo Luhan ayudaron a Baekhyun a ponerse el vestido largo de color blanco y tonos dorados. Finalmente llevaba unas sandalias bajas con ramas alrededor del pie, que eran tapadas por el vestido.

—Te ves hermoso —jadeó Luhan al ver a su amigo.
—Eres más bonito que las princesas hadas, pateare a Park si te hace llorar —dijo Jeonghan con un puchero.
—Muchas gracias, chicos —sus ojos se nublaron con lágrimas.
—¡No te atrevas a llorar! Vas a arruinar mi trabajo —regañó Jeonghan, aunque él mismo ya lo estaba haciendo.
Baekhyun asintió y esperó junto a sus amigos en el salón a que sea la hora de su entrada. El pequeño Park estaba junto a su padre, siendo mimado por una de las primas de Chanyeol, toda la familia Park quería pasar tiempo con el bebé y Baekhyun necesitaba arreglarse, así que Chanyeol prefería tenerlo con él.
—¡Nunca pensé que este día sería posible! —exclamó Kyungsoo al ver el traje negro entero de Chanyeol.
—Y todo por una manzana acaramelada —se rio en voz baja Jongin.
Todos salieron al lugar de la boda donde ya estaba el resto de invitados. Las ramas de los árboles sujetaban guirnaldas de flores que caían hasta casi tocar el suelo, había un montón de luces entre las ramas y las sillas estaban hechas de flores mullidas con ramas fuertes, además el pasillo tenía un pasillo con pétalos blancos y dos líneas de arbustos pequeños a cada lado. Al final estaban dos gradas que conducían al altar donde se hallaba un arco alto de madera con luces colgando y árbol grueso lleno de narcisos.

Chanyeol derramó algunas lágrimas cuando vio a Baekhyun con su ramo de flores, caminando hasta él, deslizando con precisión sus pies hasta que finalmente ambos quedaron frente al ministro de magia.
Ambos se veían mientras el hombre hablaba, solo estando embebidos en sus miradas. Sus ojos brillaban y su pulso estaba acelerado, tan absortos que solo pudieron decir.
—Sí, aceptó.
Chanyeol tomó la cintura de Baekhyun cuando el ministro los unió, con su varita mezclando y uniendo las magias de Baekhyun y Chanyeol para ser uno solo, un matrimonio sin divorcio alguno.
—Puede besar al novio.
Baekhyun levantó sus brazos hacia el cuello de Chanyeol, dejando caer sus mangas cerca del traje del otro. Ambos se acercaron, uniendo sus labios al igual que sus vidas para siempre.
—Te seguiré amando aunque pasen mil vidas.
—Y yo te buscare en cada una de ellas.
Volvieron a unir sus bocas, probando el sabor ajeno mientras todos se levantaban para aplaudir y festejar el enlace entre ambos. Chanyeol no escuchaba nada más que su propio corazón latiendo por Baekhyun.
—Final
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