Movió sus piernas con impaciencia. Fugaku lo había citado, pero el pelinegro no llegaba. Al parecer tenía una junta en su oficina principal, por lo tanto, su secretaria  lo habían hecho esperar en la sala de juntas.

-Siento la demora- dijo Fugaku al entrar.  No le gustaba lo que iba hacer. Por muchos años consideró a Minato y su familia sus amigos... Mejores amigos.  Era las personas más cercanas que tenían, con los que mayor confianza habían tenido. Pero había descubierto que no era lo mismo para ellos... De ser así, Minato le hubiera contado la verdad sobre sus dos hijos donceles. Le hubiese dicho y habría encontrado una solución, algo para ayudarlos.

-No te preocupes, Fugaku- se acomodó  mejor. La mirada en su amigo no le gustaba.

-Minato. Mi padre ha regresado.

-¿De verdad?- el pelinegro asintió -. Creí que tomaría más años viajando ¿ya se aburrió?

-No. Ha regresado por una situación en la empresa...

-¿Tienen problemas?- pregunto asombrado.

-Si... Y mi padre a regresado a informar las nuevas acciones a implementar- le tendió la carpeta al rubio.

Minato abrió la carpeta y comenzó a leer ....

-Negocios son negocios, Minato. A pesar de los problemas que había estado tenido a causa de nuestra sociedad, lo había pasado por algo. A los socios no les gustó, por ello, se comunicaron con mi padre.

-Entiendo- apretó la mandíbula -. Mejor sacrificar a uno, y no a 10.

-Lo siento Minato.

Minato negó - Ya me lo esperaba.  Solo era cuestión de tiempo.  Lapicero.

Fugaku entrego el lapicero azul al rubio, quien no dudó en firmar.

Minato empujó la carpeta, miró a su amigo -¿Qué ha dicho Madara-san?

-Esta enojado contigo. Sigue... Seguimos sin creerlo, Minato. ¿Por qué no confiaste en nosotros? Se supone que somos amigos desde niños.

Minato miró sus manos -Crei que entre menos personas lo supieran, sería menos probable que mis padres los descubrieran.

-Minato.

-Supongo que tú padre está furioso- dijo mirando al pelinegro.

-Claro que lo está. Tus acciones son los que lo tiene enojado.

-Ya veo- murmuró.

Estuvieron un minuto en silencio -¿Sabes algo de Naruto y Gaara?

-No están nada felices. Minato, Naruto va a encontrar la manera de destruirte.

Minato arqueó la ceja -¿MÁS? Me quito la empresa. Nadie quiere hacer negocios conmigo.

-Cierto. Pero me da la sensación de que  Naruto no se va a quedar conforme con eso.

-¿Sabes algo?- preguntó con cierta sospecha.

-No. Digamos que ha estado evitando a la familia.

-¿Por qué? Esta de novio con Sasuke.

-Por eso mismo. Supongo que quiere tiempo o algo así. Qué sé yo. Los jóvenes de hoy en día son muy diferentes. Nada como los viejos tiempos.

-Lo sé. Menma e iniciar están en esa etapa. En ocasiones no podemos llevarles el paso.

-Si.

-Me voy. Nos vemos Fugaku.

-Lo siento Minato.

-No te preocupes. Voy a empezar desde cero. Comenzaré a vender las propiedades en el extranjero. Ya estoy viendo a un comprador.

-Entiendo.

-Saluda a al familia de mi parte.

-Igual. Dile a Kushina que Mikoto quiere hablar con ella.

-Se lo diré.

Fugaku observó al rubio irse. Pensó que sería más difícil que firmara los papeles, no que fuera tan fácil.

Soltó un suspiro -¿Cuál va hacer tu siguiente paso, Naruto?