Mikoto Uchiha
Gaara, con un rubor en las mejillas, giró y vio a una mujer hermosa. Eran ciertos los rumores de que la Uchiha era hermosa.
Mikoto abrió los ojos como platos y corrió hacia su hijo menor —¿Qué te ha sucedido mi bebé?
—Mamá.
Gaara rió al ver la vergüenza en el pelinegro.
—Vamos. Entremos.
Gaara ayudó a la mujer a ingresar a Sai a la casa. De inmediato todo mundo corrió a ayudarlos. En cuestión de segundos Sai estaba cómodamente sentado en el sillón y con la pierna apoyada en una almohada.
—¿Qué ha sucedido?
—La clase de deportes
Eso fue sufiente para que Mikoto mirara al doncel. Era bellos sin duda alguna, pero se le hacía familiar.
—¿Eres el novio de Sai?
Ambos se sonrojaron.
—No, Uchiha-sama.
Sonrió —Por favor cariño, no me llaves así. Dime Mikoto. ¿Entonces quien eres?
—Disculpe, Mikoto-san. Soy Gaara Ōtsutsuki. Somos sus vecinos. Hoy conocí a su hijo.
—Si mamá. Gaa-chan me trajo.
Mikoto le dió un golpe en la cabeza a su hijo —Se respetuoso ¿Qué va a decir de nosotros? ¿Por qué tengo hijos tan despistados?
Gaara rió al ver al pelinegro frotarse la cabeza. Al notar la mirada sobre él, aclaró su garganta —Bueno, yo me retiro.
—Claro que no— Mikoto sonrió —. Ya pedí que sirvan el almuerzo.
—Pero....
—Nada de peros. Iré a ver si ya sirvieron.
Gaara observó alejarse la mujer.
—Lo siento, Gaa-chan. Mi madre no acepta un no por respuesta.
Rió —Ya me di cuenta. Nada más avisaré que no iré a la empresa.
Sai observó al pelirrojo escribir rápidamente —¿Trabajas?
—Si. Tengo que hacerlo si quiero para mis gastos.
—Ya veo. Lo mismo pasa conmigo— tomó la mochila y sacó un blog.
Gaara tomó el libro y lo abrió... —Son preciosos.
Apreció la bella sonrisa en el doncel. Grabó cada gesto en su memoria. Tenía que dibujarlo.
—Pasen ya está el almuerzo.
Un hombre castaño ayudó a Sai a llegar al jardín.
Gaara mito que tenían una gran vista de su casa. Pero aún así no se miraba del todo bien. Naruto tendría que tener cuidado de no salir a caminar o algo por la puerta de enfrente.
—Tienen un hermoso jardín.
—Gracias. Ino Namikaze es la que diseño el jardín. Tiene el don para las flores. Su empresa es un éxito.
Vaya eso lo tomó por sorpresa. Con que a eso se refería su hermano... —¿Namikaze?
—Si. Los dueños de Rasengan Corp.
—Los del periódico— comentó intentado sacar información.
—Si— Mikoto soltó un suspiro —. He hablado esta mañana con Kushina. La pobre está devastada. Entre sollozos me confesó la verdad. No puedo creer que le hicieran eso a sus hijos donceles.
Gaara apretó el puño —Cierto. Porqué hacerle eso a donceles.
—No sé. La pobre se escucha devastada. Me dijo que luego platicamos sobre sus hijos.
Sus hijos. Sintió un ácido en la boca del estómago al escuchar eso.
Sinceramente los Namikaze le daban igual, pero él no recordaba nada de su infancia. En cambio Naruto recordaba más de lo que deseaba que recordara.
Entendía la venganza de su hermano. Pero quería que Naruto fuese feliz, y si vengarse lo hacía felíz, lo ayudaría.
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