-Mis niños- abrió los brazos y sus tres nietos se lanzaron sobre sus brazos -. Miren que grandes están.

-Abuelo- Sasuke sonrió. Tenía 5 años sin ver a su abuelo.

Madara Uchiha se había retirado de la presidencia de  las empresas, y había decidido "vivir la vida". Viajaba por todo el mundo.  Hace tres meses había llegado  a Noruega.

-¿Quieren explicarme qué está sucediendo con los Namikaze y los hermanos Ōtsutsuki?

Madara escucho atentamente la versión que sabía su familia.

-La verdad, la primera vez que lo escuché me sorprendió. Recuerdo que  Jiraiya y Tsunade lloraban la muerte de sus nietos. Sin duda una gran mentira.

-Si. No puedo creerlo.

-Aun que de verdad Minato y Kushina también actuaron muy bien en ambos  velorios y entierros.

-Supongo que fue el dolor de alejarlos  - dijo Itachi ganando la mirada de ambos -.  ¿QUÉ? Oh vamos. Acababan de ser padres y con la presión de deshacerse de Naruto si querían ver a Ino y menma.

-¿Estás de su lado?- gruño Sasuke.

-No, claro que no- dijo rápidamente -. Solo que supongo de que verdad les dolió dejarlos de lado.

-Vamos, Itachi- Fugaku frunció el ceño -. De ser verdad, a escondidas los hubiesen cuidado. No que los dejaron solos.

Madara se levantó -Esto es más de lo que creí. Naruto ha de estar furioso.

El nombre de la boca del mayor hizo que todos lo mirarán -¿Qué?

-¡VIEJO!

La voz la conocían muy bien. Giraron y vieron a Naruto correr hacia el mayor y abrazarlo.

-MOCOSO ¿CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE NO ME LLAMES VIEJO?

Naruto sonrió inocente -No las suficientes.

-MOCOSO.

-Mis orejas. Deja mis orejas.

-Madara-san. Bienvenido- Gaara estaba en la puerta   observando la cara incrédula de los demás Uchiha.

-Gaara. Mira cuanto has crecido. Todo un bello doncel.

Un rubor cubrió el rostro del pelirrojo.

-¿ustedes se conocen?- pregunto Mikoto.

Naruto y Madara se miraron, luego sonrieron -Si.

Las preguntas comenzaron a surgir una tras otra.

-Silencio- ordenó Madara -. Todos calmados, y les explicaré.

Los azabaches se miraron y asintieron, se sentaron nuevamente.

-Nos conocimos hace 4 años- comenzó  Madara -. Fue un día de invierno. Naruto y Gaara  se perdieron en Irlanda. No sabían donde estaban así que les di hospedaje unos días.

-¿IRLANDA?

-Mi regalo de cumpleaños, un viaje a donde lograramos clavar una daga en un globo terráqueo.  Idea de Kurama. Digamos que no tengo la mejor suerte del mundo para esos viajes, así que termine clavando la daga en Irlanda. Y bueno... Nos extraviamos. Madara-san nos encontró, y nos dió hospedaje.      Nos contó hacerca de su familia y adorables nietos.

-Desde entonces hemos estado en comunicación- concluyó Naruto sonriéndole al mayor-. Es como un abuelo.

-si. Y ustedes mis nietos- les revolvió el cabello a ambos -.  Pero por lo que he podido leer, Sasuke y Naru están en una relación.

Las mejillas del rubio se tornaron rojas y fue incapaz de mirar al azabache mayor mientras asentía. Una cosa era decirlo por teléfono y otra aceptarlo frente al mayor.

-Excelente elección Sasuke- le sonrió a su nieto -. Solo espero que le tengas paciencia a Naruto. Es difícil de complacer.

-¡Viejo!

Madara río ante la cara de Naruto -Bueno, pues a lo que vine.

Fugaku se paró recto al sentir la mirada de su padre. Los ojos rojos de Madara brillaban con maldad.

-Cancela cada contrato que tengamos con Minato y Kushina Namikaze.