Naruto detuvo la música de su teléfono. Había escuchado un grito.

Las risas de sus hermanos se escuchaban por toda la casa, se encogió de hombros, de seguro hicieron algo divertido.

Volvió reproducir la música y volvio a relajarse en la bañera.

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Konan subió al techo a ver qué había pasado con el par; la risa era malvada y feliz. Encontro a ambos con la mini catapulta.

-Crei que Naruto la había prohibido.

Deidara dejo de reír -. Lo hizo pero Gaara me dió permiso.

-¿Qué hicieron? Escuché un grito y las risas.

-Pues mira a la calle- respondió deidara divertido.

Konan miro a la calle.... Todo la acera estaba teñida de colores, y había una persona cubierta de pintura y algo horroroso -¿Quién?

-Naminaze.

-Ya veo ... Pero será mejor que limpien antes de Naruto salga y se de cuenta.

Ambos palidecieron ante eso.

-Y será mejor que oculten la evidencia.

En menos de 10 minutos la catapulta hacia resguardada en su caja. Deidara volvió a colocar los candados que Naruto había puesto.

-Yo me encargo de limpiar - dijo Deidara a Gaara. Tenía una idea de cómo dejar limpio rápidamente -. Ve a ducharte.

-Esta bien. Te lo encargo.

Deidara arrastro la bolsa que contenía la manguera a presión, cuando llegó a la calle y no estaba la Namikaze. Siguió arrastrando la bolsa hasta el hidrante y conecto la manguera.

Comenzó a retirar la pintura con el agua. Sabía que estaba sucediendo porque estaba utilizando la manguera a presión, una normal no lo haría pues era pintura impermeable, difícilmente salía con una lavada.

Estaba tan concentrado lavando de que no se percató de la llegada del Uchiha mayor.

-Muy buena idea tuvieron.

Saltó y miro al lado -Madara-san.

-¿Quieres el vídeo?

Los ojos de Deidara brillaron -Por supuesto. ¿Qué quiere a cambio.

-Me conoces muy bien.

-¿y?

-Una cita con Kurama.

-Va hacer difícil- Kurama era muy selecto con sus relaciones.

-¿Lo quieres o no?

-Deme unos días.

-Bien. Nos vemos en la boda.

Deidara soltó un suspiro. Kurama lo iba a matar.... Pero valdría la pena.
Giró solo para ver qué la calle ya estaba perfectamente limpia y no había rastro de pintura. Era hora de regresar a la casa y bañarse.

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Minato observó a su hija abandonar la casa. Realmente se miraba preciosa en ese color. Lastima que Kushina estaba dormida. Se habían encerrado desde el día anterior en la... Habitación que había sido de sus hijos.

Soltó un suspiro, iba a entrar a la casa cuando una mancha de colores caminante entro a la propiedad. Frunció el ceño ¿Qué era eso?

Conformé se acercaba la mancha la reconoció.

-Kushina ¿QUÉ TE...?- No pudo continuar, su esposa se había lanzado a su brazos llevándolos al suelo. Su corazón se estrujó al escucharla llorar. 

-¿Qué sucedió amor?- preguntó pero no logro entenderle. Solo pudo abrazarla y consolarla.

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Naruto se miró en el espejo una vez más, estaba inseguro del peinado. Su cabello había crecido considerablemente, su cabello siempre lo había mantenido corto, y ahora estaba algo semilargo.

-¿Listo?- preguntó Gaara. Ya los demás se había adelantado...-. Woooh. Te miras increíble.

-¿De verdad?

-Si... Pero ese cabello tuyo es un desastre, déjame ayudarte.