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~La Atmósfera~


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¡Hola! Ando actualizando de poco a poco y he recibido presiones para continuar este así que: ¡Que disfruten el cap! .o./ ¡Gracias por sus reviews, animan a continuar la historia!

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Capítulo dedicado a una de mis autoras favoritas:

DanaLovesOhana

Quien cumplió hace unas semanas en silencio y misterio 7u7)r

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Disclaimer: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima. La historia extraña y dulcemente empalagosa es totalmente mía.

Referencias De Lectura:

Diálogo.

«Pensamientos»

Narración.

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Capitulo Doceavo

~La Atmósfera~

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La noche casi acababa y ellos seguían besándose con cariño.

Algo que era más que necesario puesto que pasaron varios días lejos uno del otro.

El hombre se acercó a su cuello y lo mordió con suavidad, mientras que la hermosa mujer soltó un suave gemido en tanto sonreía por la caricia. Lo quería, lo amaba y en ese momento lo necesitaba junto a ella, por más que los demás pensasen que ella era una mujer invulnerable, ella bien sabía que no lo era, y que era gracias al hombre que la sostenía en esos momentos en sus brazos que ella siempre podía mostrar una sonrisa verdadera en su rostro.

―Mira... ―suspiró el rubio y le besó el cuello otra vez―, a veces me gustaría encerrarte en esta casa y olvidarme que tienes derecho a ser libre... ―la mujer rió y movió su cadera contra la entrepierna del rubio ganándose un gruñido―. Tal vez solo debería encadenarte y ya...

―Ara~ ―contestó ella al sentir la respiración acelerada del hombre cerca de su oído―, la última vez que usamos cadenas las cosas no salieron muy bien... ―el hombre rió y la acostó por completo en el sofá―. Aunque la práctica crea la perfección...

―Eso suena bien ―descendió del oído de la mujer a uno de los tirantes del camisón y lo bajó con los dientes―, pero no hoy... ―mordió el hombro y se ganó un rasguño en su espalda por lo que sonrió orgulloso―, hoy está bien así... ―el tirante resbaló lo suficiente para revelar el sedoso pecho femenino―, muy bien... ―mordisqueó la cumbre del montículo con cariño y luego lamió desde la parte superior hasta el erecto pezón que metió en su boca y chupó con avidez―. Por toda la puta vida que está bien...

―La-Laxus...―gimió de placer pero aún así tuvo la suficiente fuerza para apartarlo―, ya te he dicho que... ―recibió un pequeño cariño de los dientes del rubio y se mordió el labio para no sucumbir― dejes ese lenguaje...

―Tal vez si hablases sin gemir te haría más caso ―sonrió con suficiencia y paseó sus manos por las suaves piernas apenas cubiertas por el fino camisón y las deslizó con suavidad hasta la entrepierna de la albina―, o si no tuvieses esto tan jodidamente hú... ―las manos de ella sobre su boca lo silenciaron.

―Laxus Yuriy Dreyar ―frunció el ceño pero sus labios formaban una sonrisa―. Ya arruinaste todo... ―lo empujó lo suficiente para ponerse de píe, acomodarse el camisón y encaminarse a las escaleras de la casa del rubio.

―Pe-pero... ―la miró sin creérselo―, no me vas a dejar así de duro... ―se miró la entrepierna― ¡Hey!

―Ya te he dicho que tu vocabulario me saca de la atmósfera ―volteó a verlo con la ceja alzada.

―¡Vamos, Mira! Es solo para crear el ambiente... ―se acercó a ella e intentó abrazarla pero fue recibido por el dedo de ella en su pecho.

Señal inequívoca de que estaba enojada.

―No estamos en una porno, Laxus... ―lo picó en el pecho otra vez y el retrocedió un paso―, no necesito oír que tan húmeda estoy o que tan duro estás tú... ―le miró en la entrepierna― Te digo que eso lo siento...

Él sonrió divertido pero volvió a su cara sería cuando ella volvió a verle a los ojos.

―Y por eso ya no estoy de humor... ―terminó y se volteó de nuevo.

No seas mala, Demonio... ―la observó subir las escaleras y susurró― ¡Maldición!

―¡Te escuché! ―la albina lo miró por sobre el hombro y frunció el ceño― Dormiré en la habitación de invitados...

―¡¡NO!! ―chilló y corrió escaleras arriba―. No me castigues así, vamos ―le sonrió lascivamente cuando la alcanzó y le puso un brazo sobre los hombros―. Sabes que he mejorado, y entiendo porque no te gusta que hable así, pero por un caraj...

―Mañana me quedaré con Er Chan... ―dijo la mujer y terminó de subir las gradas desembarazándose del brazo del rubio.

―¿Lo harás para castigarme? ―la siguió por el pasillo.

―No, quiero hablar con ella y además quiero conocer a su tutor... ―Laxus vio como sonreía con una especie de malicia―, Gajeel me contó cosas interesantes y quiero comprobarlas por mí misma...

―Espero que no estés sospechando de Jellal, o algo raro, él es un buen tipo.

―¿Por qué debería sospechar algo de él? ―lo miró inocentemente― ¿Hay algo que debería saber?

―N-no... ―carraspeó―, ya te dije que él y la jodid... la pelirroja se llevaron bien...

―Eso es precisamente lo que me interesa ―volvió a sonreír dulcemente y Laxus tuvo una idea de lo que planeaba.

―No estarás... ―entrecerró la mirada―, sabes que Erza se enojará si se da cuenta de lo que planeas...

―Ara~ ―se llevó un dedo a la mejilla― ¿y qué se supone que planeo?

―¡Ja! ―le dio una sonrisa de medio lado―. Solo recuerda que eres un demonio, no cupido... ―y sin dejarla responder se agachó y se la echó al hombro―. ¡Mi demonio...!

―¡La-laxus!

―Ya, ya... discutiremos en nuestra habitación mi castigo... ―levantó la mano y la nalgueó con cariño―. Estoy seguro que se te ocurrirá algo, y ya que mañana te pondrás en modo casamentera merezco algo por ser un celestino y permitirlo...

Mirajane sonrió divertida.

...Ella había elegido bien, y por eso sabía que podía ayudar con eso a su amiga...

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~°0°~

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Ese día su humor estaba por los cielos.

¿Y cómo no estarlo?

La noche anterior había arreglado la situación con la peli-escarlata y habían tenido una charla muy entretenida sobre las razones para comportarse como se habían comportado durante esa semana, y así fue como él supo que ella no quería parecer una mujer que se imponía a los demás y por eso se sentía culpable al haberlo puesto en una situación donde él se sintió forzado a aceptar su ayuda de nueva cuenta.

No pudo evitar sonreír mientras estiraba la masa de galleta para las tartas.

De cierta manera se sentía halagado de que alguien como Erza se preocupase de que él se hubiese enojado con ella, siempre había imaginado a las personas del mundo del entretenimiento con cierta clase de soberbia, y que por supuesto no les importaría si alguien normal ―como él se veía―, los malentendía.

Y admitía de nuevo que se había equivocado.

―Parece de muy buen humor, Jellal Senpai ―el asistente de larga cabellera verde vertió el vino en la olla siguiendo las instrucciones que le había dado su superior hacía unos minutos, durante la semana se rotaban las obligaciones con el postre de modo que al finalizar la semana sus dos asistentes se supieran la receta al dedillo―, ¿se arreglaron las cosas con la Señorita Brown?

―Podría decirse... ―terminó de estirar la masa y observó a su asistente reducir la salsa de bayas―, podría decirse que en realidad no había nada que arreglar, más bien era un malentendido, pero si no hubiese seguido tu consejo de pedir disculpas y dar el primer paso para hablar no lo hubiésemos arreglado ―sonrió―. Gracias Freed.

El chico sonrió apenado y elevó los hombros, si bien se llevaba bien con los que consideraba amigos no se le daba de igual modo el ganar nuevos y por eso solo contaba con los mismos tres de toda la vida. Personas que además lo habían aceptado por completo cuando muchos solo lo juzgaron y le dieron la espalda―. No ha sido nada, creo que es más fácil saber la manera correcta de actuar si estás fuera de la situación ―así había sido él aconsejado muchas veces, especialmente por Laxus, sonrió y tomó la pimienta que le pasó el azulado―, y me alegra por ustedes, no conozco mucho a la señorita Brown pero siempre es muy entusiasta cuando viene a tomar fotografías de la comida, así que de cierta manera me agrada. ¿De verdad no son pareja? ―interrogó curioso.

―¿Quiénes son pareja? ―interrumpió otra voz adormilada.

―Macbeth, ¿tienes lista la primera tanda de crema? ―preguntó el azulado intentando cambiar el tema.

―Lista~ ―dijo antes de bostezar― ¿pero quién es pareja de quién? ―insistió con su pregunta.

―Jellal Senpai y la señorita Brown ―le sacó de sus dudas el Justine mientras revolvía la salsa de bayas―, o bueno, eso es lo que estaba preguntando.

La cocina se quedó un momento en silencio mientras los dos asistentes miraban atentamente al hombre de la cuestión.

Silencio y curiosidad llenaron el recinto.

―No ―dijo un poco sonrojado al ser el centro de tanto atención―, somos... ―sonrió al recordar la noche anterior y la petición de la actriz― somos amigos.

Los dos asistentes lo miraron con sospecha, esa sonrisa no parecía la de alguien solo amigo.

¿Solo amigos? ―cuestionó el peliverde.

―Solo amigos ―afirmó el peliazul.

―Como amigo me le arrimó... ―dijo el de cabello bicolor.

Freed aguantó una carcajada y Jellal puso los ojos en blanco.

―Y se la aproximo ―terminó Macbeth con un deje pícaro y se fue en busca de la crema que había terminado dejando a Freed reírse y a su superior avergonzado. Tal vez su apuesto jefe decía que eran solo amigos pero su sexto sentido femenino le indicaba que no les contaba toda la verdad, sin embargo, fuese lo que fuese ahora tenía una idea para hacer que Jellal Fernandes asistiese a su fiesta de cumpleaños, puede que no tuviese realmente una esperanza con él, pero ya había hablado con otros de sus amigos tanto de su lindo compañero peliverde, como de su atractivo jefe, y debía demostrarles que él no decía mentiras.

Y que su gusto era más que impecable.

―¿Cómo va todo aquí? ―la voz gruesa y algo ronca del dueño ―co-dueño― del restaurante invadió el recinto. Macbeth elevó la comisura de sus oscuros labios al ver el pequeño respingo del peliverde, para nadie era un secreto el amor que sentía Freed por Laxus, y no lo culpaba, su jefe era muy guapo, alto y con los músculos bien puestos.

«Tal vez debería invitarlo a él también» pensó Macbeth con una sonrisa traviesa «Seré la envidia de todos»

―Todo va bien, Laxus ―respondió Jellal quien ya ponía la masa en los moldes en espera de la salsa de bayas de Freed―, el primer y segundo lote están casi listos y luego nos pondremos con el tercero.

―Bien, bien... ―el rubio se acercó donde el peliverde y le palmeó el hombro―, ¿has tenido algún problema con Freed? ―el chico se sonrojó un poco.

―Para nada, Freed es un excelente asistente ―afirmó el azulado―, aprende rápido y hace las cosas como deben de ser. No pude haber pedido un asistente mejor.

―Excelente ―volvió a palmear el hombro del chico―, Freed inicio sin saber nada de cocina y ahora hasta Lahar lo echa de menos.

―Lahar sabe reconocer el talento ―confirmó Jellal y el peliverde se empezó a sentir cohibido entre tanto halago.

―Laxus Sama ―inició―, ¿de verdad Lahar Senpai dijo eso?

―Sí, algo así. Dejé de ponerle atención cuando inició con sus quejas ―le quitó importancia con el movimiento de una mano, Jellal lo miró curioso al ver como el rubio parecía meditar cada palabra que decía―, como sea, venía a ver cómo iban las cosas por aquí y a decirte que Ever y Bickslow llamaron y quieren que salgamos la otra semana a recordar viejos tiempos.

―No sabía que vendrían tan pronto...

―Qué sé yo... ―levantó los hombros― ¿algo más qué deba saber sobre la pastelería especial?

―Que Macbeth también es un gran asistente, no pude haber tenido mejores ayudantes ―le respondió Jellal y el mencionado se sonrojó al ser tomado en cuenta y recibir su parte de halagos.

―Entonces no despediré a ninguno ―el rubio le miró con el ceño fruncido―, solo acepto a los mejores empleados en mi restaurante ―observó al chico asentir y volvió a ver a Jellal―, ¿alguna queja de Jellal?

―Jellal Senpai es un gran jefe y tutor ―aseguró el peliverde.

―Y es tan apuesto y amable que me hace querer trabajar ―confesó tranquilamente Macbeth y Laxus sonrió con sorna a Jellal elevando una ceja esperando una respuesta a eso.

―Merci! ―fue la respuesta simple del azulado quien continuaba llenando moldes― Por cierto, Laxus ―preguntó― ¿Te sientes bien?

Laxus lo miró sin entender.

―En todo el rato que has estado aquí no has dicho ni una sola mala palabra... ―le sonrió burlón―, eso es demasiado extraño. Estoy a punto de pedir un deseo.

―¡Tsk! ―se rascó el cuello―. El demonio me puso a prueba...

―¿El demonio? ―Jellal paró de hacer lo que estaba haciendo― ¿Tu prometida?

Freed frunció levemente el ceño y empezó a rellenar los moldes, Macbeth puso atención a todo mientras rellenaba las mangas pasteleras con la crema que había hecho.

―La misma ―aceptó con un movimiento de cabeza― ¿Tú aún no la conoces, verdad?

―No, siempre que me la ibas a presentar sucedía algo con su trabajo ―aparte de que Laxus no solía ser una persona muy conversadora y él no solía socializar mucho porque estaba dedicado a sus hermanas.

―¡Ja! ―el rubio soltó una carcajada irónica―. Al final no la conocerás por mí... ―dejando al azulado con la duda de sus palabras se retiró de la cocina con una risa de diversión―. Ten cuidado con ella...

―¿Con ella? ―Jellal miró a Freed para ver si él había entendido pero el chico seguía concentrado en su trabajo «¿Se referirá a Erza?» ―Pero a ella ya lo conozco... ―susurró, volvió a sonreír y se olvidó de lo que dijo Laxus.

Ya tendría su respuesta, aunque él aún no lo supiese.

...En unas horas, en la tutoría de ese día...

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~°0°~

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Todos sus planes se habían retrasado por la diva.

Gray Fullbuster estaba en la oficina de su padre esperando por fin el permiso para tomar unos días libres y así por fin ir a visitar a Erza y a Mirajane como se los había anunciado hacía unas semanas, algo que aumentaba sus frustraciones también porque había terminado atrasado en sus visitas.

―Gray ―un hombre mayor muy similar a él entró con una sonrisa―, al parecer ya no tienen ningún cambio que hacer y terminamos con este trabajo ―se sentó frente al azabache en el escritorio y le pasó un sobre café―. Aquí están los próximos proyectos en los que nos han pedido participar ¿Quiero saber qué opinas?

El azabache levantó una ceja y dejó el sobre en el escritorio ―¿Desde cuándo puedo opinar en eso?

―Pues desde ahora ―su padre soltó un bufido porque sabía que se aproximaba un debate―. Eres mi hijo, Gray. Lo aceptes o no, esta compañía será tuya el día en que yo me retire.

―No recuerdo haber aceptado eso ―terció el chico quien se cruzó de brazos.

―Ya está en mi testamento, así que nada puedes hacer al respecto.

―Puedo venderla ―desafió con la mirada a su padre.

―Puedes hacerlo ―aceptó el hombre―, ya que sería tuya ¿Ves? Ya te hiciste a la idea y hasta haces planes ―sonrió con suficiencia y se aguantó la carcajada al ver la cara de fastidio de su hijo al saber que había perdido el debate― Gray, tu madre...

―No me interesa opinar sobre esto ―le pasó de nuevo el sobre―, mis días libres empiezan desde hoy, cuando vuelva aceptaré el papel que me toque.

―¿Estás seguro? ―Silver Fullbuster se acomodó bien en la silla reclinable y lo miró con recelo― ¿Aunque sea otra película que tenga que ver con Rufus? ―la ceja de su hijo se movió en un tic de fastidio y Silver sonrió de nuevo― Ves, deberías opinar... ―suspiró con falso pesar―. Apenas y pudimos detenerte de golpearlo hace unos días, ¿qué pasará la próxima vez?

―La próxima vez no permitas que un actor opine sobre las escenas de riesgo que incluyan novatos ―se levantó molesto―, se supone que ese es tu trabajo no el mío.

―Tal vez sea que estás destinado a mi puesto, Gray...

Los dos hombres dueños de ojos tan similares se batieron en un duelo de miradas.

Gray fue el primero en retirarla.

―¡Tsk! No pienso caer en este juego, viejo ―se acercó a la puerta y tomó uno de los juegos de llaves que colgaban allí―. Este negocio será perfecto para tu otro hijo, yo no tengo nada que ver contigo... ―le mostró las llaves―. Me llevo la moto, es mi recompensa por poner a la diva de Lohr en su lugar.

―Eres tan terco que no dejas dudas de quien eres hijo ―sonrió el hombre mayor―. Disfruta tu descanso.

―Lo que sea... ―tomó el pomo de la puerta.

―Gray ―le llamó con seriedad― ¿ya sabes que sucedió con las cosas que tomaron de tu camerino?

―No ―se despeinó el cabello―, y la verdad empieza a fastidiarme, cuando descubra quién es le daré una contundente lección sobre que no debe de tomar lo ajeno.

―¿Y no has pensado que podría ser alguna enamorada? ―preguntó malicioso Silver― ¿También le darás una lección?

―Hombre o mujer ―elevó los hombros―, no me importa. Si tiene la capacidad para tomar lo ajeno, tiene la capacidad para aguantar la lección.

―Ya veo, mi hijo es creyente de la equidad de género ―soltó una carcajada y observó al azabache salir por la puerta.

No pudo ver su rostro, pero estaba seguro que había logrado que sonriese.

Y para Silver Fullbuster eso era un gran avance.

Mientras el hombre en la silla se anotaba un logro en su escasa lista de buen padre, el chico en sí tomaba la mochila que había alistado hacía unas horas y había dejado en su camerino, luego se dirigió al parqueo subterráneo de la empresa Devil Slayers para por fin ir a visitar a sus dos amigas.

No se dio cuenta que su mochila pesaba menos de lo que debería.

...Ni que una fémina lo veía partir con la nariz hundida en una de sus camisas...

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~°0°~

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Leía ansiosa una de los libros que descubrió gracias a los libretos.

La verdad es que cuando fue con Gajeel a donde Gildarts a tirarle las tramas sosas y rosas que le había enviado la primera vez, no esperaba que él le diese por fin un libreto interesante y que no fuese de una especie de heroína épica, y que a pesar de que una buena parte de la trama tenía que ver con romance; esta no era fastidiosa, al contrario, era emocionante, bien contada y llena de tantas vivencias y emociones que incluso había comprado el E-book en el que se basaba el guión para saciar su curiosidad, y de hecho, desde que se había levantado en la mañana no había hecho más que leer la historia mientras comía cereal en la cama, además de que ya había perdido la cuenta de cuanto había gritado de emoción o maldecido de coraje con las circunstancias de los personajes.

Y admitía que hasta había llorado y suspirado.

Pero lo que más le sorprendía es que ya empezaba a visualizarse en el papel que le pertocaría si aceptaba unirse al proyecto, que; para nueva sorpresa de ella, se trataba de una serie corta producida por la cadena de televisión más liberal ―en cuanto a series televisivas― la FTBO.

―¡Demonios debes de protegerla! ―se encontró gritándole a uno de los personajes y sujetó la tablet con tanta fuerza que si hubiese sido el libro lo hubiese roto. Por suerte no lo era, aunque ya tenía muy claro que ese libro lo compraría y buscaría a la magnífica autora en la próxima convención que se presentara y le pediría su autógrafo.

Un tesoro más para su colección que inició con los libros de Madame Pegasus.

―Erza ―escuchó la voz desde la puerta―, yo me voy ya, ya lavé los platos que ensucié y dejé los libretos nuevos junto al de que te dio Gildarts ¿No me vas a ocupar más? ―la mujer despegó sus ojos del aparato eléctrico y miró el reloj de pared formado por doce dagas.

―No, puedes irte. ¡Salúdame a Rogue!

―¡Gee hee! Hecho... Y no te pelees con tu tutor ―dijo antes de retirarse y la mujer se sonrojó. Gajeel no paraba de fastidiarla diciéndole que desde que la dejó a solas con Jellal ella había vuelto a su buen humor.

―Estoy normal... ―susurró con un mohín y dejó la tablet en la cama―, no es como que estuviese muy diferente por lo que sucedió aquel día con él... ―sonrió al recordar que el azulado había aceptado ser su amigo a pesar de que ella solía ser como era. Aún no entendía como alguien tan amable como él podía considerar a alguien como ella digna de su amistad, de hecho se había asombrado de que Jellal se considerase culpable total de su extraña separación y nunca pensó que él se disculpase de manera tan sincera como lo hizo.

«Y con un dulce...» Sonrió emocionada al recordar la sorpresa que le había traído el día anterior. Un delicioso bagel de fresas que humeó cuando partió en dos la crujiente cubierta, estaba tan cálido y olía tan bien que cuando lo mordió con suavidad y degustó la dulce y fresca mermelada con el que estaba relleno sintió su alma llenarse de calor y agradecimiento. Su lengua recibió el dulzor en toda su extensión, y a la vez su paladar se llenó de la fresca acidez de la fresa, contrarrestando la suavidad de la masa interior y la miel con la que estaba segura ―y que él le comprobó después― lo había endulzado.

Y todo complementado con la sonrisa apenada de él cuando ella halagó el postre.

Debía de admitir que se le hacía extraño que un hombre como él―atractivo y talentoso―, se mostrase tan humilde y apenado al recibir halagos, de alguna manera daba por hecho que él estaba acostumbrado a oírlos o que simplemente sabía que los merecía, sin embargo, Jellal Fernandes era el tipo de hombre que agradecía con verdadero sentimiento cada palabra y gesto amable dirigido hacia él.

Lo que para ella era algo que lo hacia más adorable.

―¿Más adorable? ―se preguntó y se levantó de pronto― ¿En qué estoy pensando? ―se palmeó las mejillas y negó con la cabeza―.Jellal es mi amigo, los amigos no son comida... ―escuchó lo que dijo y se rió―. ¿Qué rayos? ¿Eso es de una película? En todo caso Jellal no es comida... ―«aunque no me importaría morderlo» abrió los ojos asustada ante tal pensamiento y se puso a caminar de lado a lado frente a su cama― ¿¡Pero qué te pasa Erza Scarlet!? ―se palmeó de nuevo las mejillas hasta dejarlas más rojas que su cabello, por suerte ―para esas mejillas―, el timbre sonó y Erza corrió a abrir pensando que Gajeel había olvidado algo.

Y así, en su pequeña bata de pijama de fresas con ojos brillosos abrió la puerta.

―¿Qué se te olvidó, Gajeel? ―pero cuando observó bien se dio cuenta que no era Gajeel― ¡Je-Jellal!

―Sa-salut! ―nervioso desvió la mirada del adorable atuendo de la pelirroja a otro más seguro, sin embargo sus ojos parecieron tener sus propias prioridades y se estancaron por un momento en el adorable escote de encaje de la mujer que estaba perfectamente enmarcado por el largo y precioso cabello escarlata suelto que caía por sobre sus hombros y acariciaba ―de manera envidiable para Jellal― el torso de la mujer― Cr-creo que hoy llegué un poco temprano... ―carraspeó e intentó controlar el calor que se quería acumular en su rostro.

―Y-yo... esto... ―observó que el auto de Macao se alejaba―, sí, no... es decir... ―bajó la mirada apenada―. No hay problema... ―se movió de la puerta de modo que lo dejase pasar pero a la vez se acercó para saludarlo como siempre―. Buenas... tardes... ―dijo atropelladamente y por el movimiento extraño que provocó al dejarlo pasar y luego acercarse a saludarlo terminó chocando un poco contra él y cuando intentó separarse apenada por el choque sintió las manos de él sobre sus hombros.

―Buenas tardes... ―susurró el pastelero quien se inclinó de manera automática al ver a la mujer subir la mirada apenada hacia él―, señorita Scarlet... ―poseído por sus modales franceses inculcados desde la cuna por su mère la besó en las mejillas tres veces, como se había prometido no volver a hacerlo, pero es que simplemente no estaba en sus capacidades el abstenerse a besar ese rostro que no solo le parecía bello, sino que también le parecía tierno.

Extremadamente tierno.

Erza no pudo respirar pero por alguna razón disfrutó cada una de esas tres caricias en sus mejillas.

Jellal se alejó poco a poco de ella y no pudo evitar sonreír al verla un poco más sonrojada, así que decidió acomodar un par de sus mechones escarlatas tras sus pequeñas orejas y así poder contemplar por completo su adorable faz.

―Bu-buenas tardes... ―tartamudeó al sentir la mirada del azulado vagar por su semblante― Jellal...

Y cuando el móvil de ella sonó, el pequeño y extraño hechizo entre ellos se rompió.

―Yo... yo... ―Erza se separó de él―, tengo que contestar... ―y con pasos un tanto torpes se dirigió al sillón donde había dejado tirado su móvil desde la mañana.

―Cl-claro... ―respondió Jellal con la cara roja al entender como se había comportado, aunque, debía de admitirlo, en esta ocasión no se culpaba de haber sucumbido ante esas acciones.

¿Quién podría luchar contras las ganas de acariciar a esa dulce mujer?

Aún avergonzado se encaminó al sofá y se quitó el maletín, sacando luego el postre diario de Erza y dirigiéndose a la cocina en tanto la actriz se dirigía a uno de los pasillos interiores mientras hablaba por teléfono sobre algo de unos guiones. Jellal dejó el postre en el desayunador y cuando iba a sacar los utensilios que utilizarían ese día su mirada se aposentó sobre unos libretos, curioso tomó el primero de la pila y le echó un vistazo a una hoja al azar, sus ojos se movieron ávidos por las letras y cambió la página con un gesto bastante interesado en la lectura. Abrió los ojos sorprendido en una parte y se sentó para continuar leyendo, ni siquiera se dio cuenta del paso de los minutos porque cuando la pelirroja le habló se sorprendió enormemente al verla con un pantalón, una blusa verde y un adorable delantal blanco con las letras "La alumna favorita" bordadas en verde esmeralda en uno de los lados.

No podría tener más razón en eso.

¿Es muy bueno, cierto? ―Jellal la miró de pronto y ella sonrió al darse cuenta que él estaba más que concentrado en la lectura―. Es una adaptación de un libro, nos mandaron el guión hace poco y estoy emocionada por obtener uno de los papeles...

―¿De verdad?

―Sí... ¿A qué no adivina cuál? ―le retó con una ceja y él sonrió.

―Umm... ―volvió al inició del libreto donde estaban apuntados los personajes y una ligera descripción de su papel y carácter―, no he leído todo aún ni siquiera sé de qué trata realmente...

―Bien, le haré un resumen ―una emocionada Erza carraspeó antes de iniciar con la sinopsis―: La comisaria del capitán Hernández se encarga de dos grandes casos. Por un lado los detectives Flanders y MGlover investigan las amenazas hacia la reportera Julia López debiéndose enfrentar al irreverente hermano Gabriel Reyes. Por otro lado, el detective Damian y la detective Scatter se encargan de un asesino en serie que les conducirá a la modelo Madeline Scott―sonrió al terminar el resumen―. El libro "Crime Sorciere" ha estado en el primer lugar de best sellers desde el mes pasado...

―No me extraña... ―Jellal le sonrió de vuelta―, solo leí unas hojas del guión y estaba muy interesante.

―Yo desde la mañana no me despegó de la versión digital que compré ―se sonrojó―, bueno, por eso estaba en pijama cuando... usted llegó...

―Ya veo... ―en realidad no veía nada, su mente obviaba sus obligaciones oculares para deleitarse con el recuerdo de la adorable mujer en pijama―, a mí me sucede lo mismo cuando me gusta algo ―sus ojos traidores se fijaron en ella de nuevo―, me olvido de todo... alrededor...

Erza sintió su corazón acelerarse ante la mirada miel de pastelero y no supo que responder.

―¡La detective Scatter! ―habló Jellal de pronto para eliminar la extraña atmosfera que se había creado y aprovechó para volver la mirada al guión―. Creo que ese papel está como hecho a su medida... o al menos fue de ella y del capitán Hernández de los que más leí... ¿Acerté?

La pelirroja parpadeó asombrada ―Sí, es ella... ―le pasó el delantal que traía en las manos al azulado― ¿Cómo lo supo?

―Bueno... ―con una sonrisa aceptó su nuevo delantal con las palabras "tutor favorito" bordadas en el mismo color esmeralda que el de ella y se sintió orgulloso de algo tan simple―, se requiere una mujer de carácter para interpretar a la detective que tiene que soportar al mártir del capitán... ―casi rió al decir eso.

―El capitán no es un mártir... ―la mujer infló las mejillas―, pasó por una adolescencia difícil y pensó que se merecía todo lo malo que le pasaba y aún así se enamoró de ella cuando eran jóvenes y mantuvo ese amor hasta que se reencontraron y cuando por fin pudo declarársele, bueno... tuvo que escoger entre estar con ella o protegerle... ―lo señaló con el dedo―. ¡Yo creo que es un gran hombre con un gran corazón! ¡Y no acepto que hable mal de mí capitán!

Jellal no pudo evitar reír.

―Je comprends... ―soltó divertido―, usted se enamoró del capitán y por eso aceptará ser la detective... ―colocó el codo en la mesa y descansó su rostro en la palma de su mano― Je me trompe?

Claro que no se equivocaba.

Erza intentó defenderse pero no pudo, ese astuto y atractivo pastelero había dado con la razón por la que estaba emocionada por aceptar el papel, pero que podía hacer ella si se había enamorado de un personaje ficticio, además, no es como si fuese a la única persona en el mundo que le pasaba.

¿Cierto?

Ummm... ―se cruzó de brazos bajó el pecho―, e-en parte... ―volteó a ver a la pared opuesta―. Pero ella también me agrada, es decidida, inteligente, valiente y paciente, aunque es rara porque no acepta que es mala dibujante a pesar de que apesta...

Jellal volvió a reír, de alguna manera ese rasgo de la detective le pareció adorable.

―Y por cierto ―la mujer intentó cambiar el tema por algo que hace rato quería preguntar― ¿Y Wendy?

―Oh ―el azulado se levantó para colocarse el delantal―, hoy Meredy libró día en la universidad y me pidió permiso para ir al cine con unas amigas y llevar a Wendy con ella, como Ultear iba les di permiso.

―Eso suena bien, espero que se divierta... ―observó como el cuello de la camisa del azulado estaba mal colocado al ponerse el delantal y se acercó a colocárselo bien, estiró sus brazos, tomó la tela del cuello de la camisa blanca del hombre y la estiró con delicadeza permitiéndose inhalar el aroma dulce y varonil que parecía emanar siempre de él.

Tan cerca que sus respiraciones se mezclaban.

Tan cerca que se perdieron en sus miradas.

Tan cerca que sus ojos no captaron un flash intruso.

Tan cerca pero sus oídos si captaron la voz que los saludó.

―Espero no interrumpir la práctica...

Los dos se separaron intentando aparentar tranquilidad aunque ninguno estaba en ese estado.

―Mi-mira... pensé que te quedarías con Laxus hoy...

―Ara, hoy quería pasar a saludarte Er Chan ―su mirada se desvió al sonrojado tutor―. Lamento interrumpir la clase... ―caminó hasta a ellos y extendió su mano.

―N-no hay problema... ―tomó la mano de la mujer― Jellal Fernandes, el tutor de la Señorita Scarlet, un placer.

―Mirajane Strauss, la prometida de Laxus, el gusto es mío... ―sonrió con dulzura.

Jellal la miró sorprendido y luego sonrió.

Mirajane era una mujer dulce, bella y amable, no entendía porque el rubio se empeñaba en llamarle demonio.

...¿Cómo podría llamarle así a alguien con esa sonrisa tan pura?...

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¿Comentarios? ¿Estrellitas?

:D Sus reviews animan a continuar y a no estancarse D:

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Aclaraciones:

Crime Sorcière: El guión/libro en el que Erza está interesada es un fanfic (Fanfiction) multipairing de la genial escritora DanaLovesOhana, y sí, en ese fic Erza es la detective y Jellal el capitán mártir de la comisaria que desde adolescente está enamorado de ella. Es uno de mis fics favoritos y bueno, creo que Dana lo sabe porque le cansó diciéndoselo. 7u7)r Te dije que mencionaría a CS en uno de mis fics. Se los recomiendo encarecidamente, y seréis bendecidos si la animan con reviews. *w*

Merci: Gracias.

FTBO: Fairy Tail Box Ofice. Parodia de HBO.

Salut: ¡Hola!

Je comprends: Comprendo.

Je me trompe?: ¿Me equivoco?

Recomendaciones:

Fanfics En Fanfiction:

Gran Chariot: De DanaLovesOhana. Fic multipairing de ciencia ficción en donde Jellal es un príncipe fugitivo y Erza una Lycaon ―mujer con características lobunas―. Las circunstancias los unen en el planeta Édolas por un corto tiempo, y luego se separan por 14 años, pero lo que sintieron en su primer encuentro no ha hecho más que aumentar. Política, sociedades con diferentes valores morales, viajes espaciales y culturas llenas de similitudes y diferencias de las actuales. ¿Podrá Jellal rescatar a su familia de los traidores? ¿Podrá recuperar el tiempo perdido con Erza? DDD: ¡Es buenísimo! SI os gusta animad a la escritora con un review. QwQ/

Karenda: (Calendario) Un hermoso One Shot de Liraaz en canon en donde los meses para Jellal significan un recuerdo con Erza. Nostalgia, amor y esperanzas resumidas en las estaciones pasantes y en los meses efímeros. Es hermoso, sentimental y lleno de amor. *w* Si os gusta animad a la escritora con un review. NwN/


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Favs. Follows. Lectores Tímidos.

Gracias mil por leer.

¡Adieu!

.o./

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