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19. Elecciones Peligrosas

Lara se movía con precisión en cada encuentro que tenía con Sunghoon. Sus palabras suaves, su tono melodioso, y las feromonas que desprendía como omega entrenada para captar la atención de los alfas a su alrededor, parecían danzar en el aire, buscando su objetivo.

Sin embargo, una frustración creciente se apoderaba de ella cada vez que notaba la indiferencia en los ojos de Sunghoon.

Una tarde en la terraza, Lara lo intentó una vez más.

Estaban solos, o eso creía ella. Se acercó con elegancia, colocando una mano en el brazo de Sunghoon.

—¿No te parece encantadora la vista? —murmuró con una voz aterciopelada, inclinándose lo suficiente como para que su aroma envolviera el espacio entre ambos.

Sunghoon apartó su brazo con delicadeza pero firmeza, casi como si no hubiera notado su gesto.

Sus ojos estaban fijos en el horizonte, pero su mente vagaba lejos de allí. Jake... y Maki.

Las imágenes del pequeño jugando en el jardín con su risa suave resonaban en su cabeza, y lo más importante, la presencia de Jake, observando al niño con una ternura que Sunghoon jamás había visto en nadie más.

No importaba lo que Lara hiciera, el único aroma que lo hacía perder el control era el de Jake.

Un olor dulce y reconfortante, que lo envolvía cada vez que se acercaba al omega. No podía ignorarlo. Y más aún, había comenzado a notar que cada vez que estaba cerca de Maki, sentía una conexión que no había esperado.

No solo se sentía atraído por Jake, sino que también quería ser parte de su vida, incluso de la del pequeño niño que todo el mundo pensaba que era su hijo.

—Lara —dijo finalmente Sunghoon, interrumpiendo sus intentos de coqueteo con una voz grave pero clara—. No pierdas tu tiempo conmigo.

Ella frunció el ceño, retrocediendo un paso, sin poder creer la indiferencia de su rechazo.

—¿A qué te refieres, Sunghoon? —preguntó, con una mezcla de incredulidad y rabia.

—No me interesa lo que estás intentando —respondió, mirándola con una frialdad que nunca había mostrado antes—. Ya he tomado mi decisión, y te aseguro que no cambiará.

Lara apretó los puños, tratando de mantener su compostura. Nunca nadie la había rechazado de esa manera. El alfa que tenía delante parecía inquebrantable, inmune a sus feromonas, a su encanto, y eso la enfurecía aún más.

—¿Es por ese omega repostero? —preguntó, sus palabras cargadas de desprecio—. ¿Crees que realmente te va a ofrecer algo que yo no pueda? Sabes que él es una carga. No solo tiene un hijo, sino que nunca podrá darte lo que necesitas como alfa de una familia como la tuya. Tarde o temprano, te darás cuenta de que estás cometiendo un error, Sunghoon.

Pero Sunghoon no mostró ningún signo de duda. En su mente, ya había tomado la decisión de quién quería a su lado, y no era Lara.

Era Jake.

Jake, con su naturaleza cálida y su dulzura inquebrantable. Jake, quien había despertado en él una necesidad de protección y amor que jamás había imaginado sentir por alguien.

—Jake no es una carga —respondió con firmeza—. Y no es asunto tuyo con quién decido estar. Te pido que respetes mi decisión y no sigas insistiendo.

Lara se quedó en silencio, incapaz de encontrar una respuesta inmediata. Se giró con frustración y se marchó rápidamente, sus pensamientos llenos de rabia e impotencia. Sabía que había perdido esa batalla... por ahora. Pero no iba a rendirse tan fácilmente.

Esa misma tarde, Sunghoon no pudo evitar buscar a Jake. Necesitaba verlo, hablar con él, demostrarle que, a pesar de todo lo que sucedía a su alrededor, él era la única persona que importaba.

Caminó rápidamente hacia el sector de los empleados, donde sabía que Jake solía pasar las tardes cuando terminaba su trabajo en la cocina.

Lo encontró en el jardín trasero, sentado bajo la sombra de un árbol mientras Maki jugaba con unos juguetes cerca de sus pies.

Jake parecía perdido en sus pensamientos, y por un instante, Sunghoon se detuvo, simplemente observándolo. La paz que irradiaba de su omega era algo que jamás había experimentado con nadie más.

—Jake —dijo finalmente, caminando hacia él.

Jake levantó la mirada, algo sorprendido al verlo allí.

Desde que le había pedido que mantuvieran un perfil bajo, Sunghoon había intentado respetar sus deseos, pero había momentos en los que no podía evitar acercarse a él. Y ese era uno de esos momentos.

—Sunghoon... —murmuró Jake, con un tono que mezclaba sorpresa y una leve preocupación.

Antes de que Jake pudiera decir algo más, Sunghoon se arrodilló frente a él, tomando suavemente sus manos entre las suyas.

—No puedo seguir ignorando lo que siento —confesó el alfa, con una mirada sincera—. Lo sé, Jake. Sé que es complicado, sé que hay muchas cosas en contra nuestra, pero no puedo alejarme de ti. No quiero alejarme de ti. —Hizo una pausa, observando cómo los ojos de Jake se llenaban de emociones—. He estado pensando en ti, en Maki, en todo lo que podríamos ser. Y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa, incluso distanciarme de mi familia si es necesario.

Jake lo miró en silencio, con el corazón latiendo rápidamente en su pecho. Las palabras de Sunghoon lo desarmaban, pero al mismo tiempo, le daban miedo.

Sabía lo que implicaba para Sunghoon distanciarse de su familia, de todo lo que había conocido, por estar con él. Y aunque su corazón deseaba creer en esas promesas, la realidad se cernía como una nube oscura sobre ellos.

—Sunghoon... no es tan sencillo —susurró Jake, con una voz rota por la confusión—. Tu familia nunca lo aceptará. No soy alguien que ellos considerarían para ti. Soy solo...

—No eres "solo" nada —lo interrumpió Sunghoon con firmeza—. Eres todo lo que quiero. Y si ellos no lo entienden, ese es su problema. Pero yo sé lo que quiero, y te quiero a ti. A ti y a Maki.

El omega sintió que una lágrima caía por su mejilla, pero antes de que pudiera decir algo más, Sunghoon lo atrajo hacia él, abrazándolo con fuerza.

—Voy a demostrarte que esto es real, Jake. No importa lo que diga mi familia. —Sunghoon aflojó el abrazo y lo miró a los ojos—. Tú y yo... vamos a encontrar la forma.

Jake cerró los ojos, dejándose llevar por la calidez del momento, aunque sabía que el camino que tenían por delante no sería fácil.

Pero, en ese instante, en los brazos de Sunghoon, casi pudo creer que todo era posible.

Sunghoon best alfa 😭❤️

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