Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌸•Epílogo•🌸


—Así que... ¿Ya tienes los resultados de la prueba para la Universidad? —preguntó Taehyung comiendo con un entusiasmo contagioso su helado de vainilla.

Y aunque su amigo decía que era antojo del bebé, Jimin ya no estaba muy seguro de ello pero para no alterar el delicado estado emocional de su amigo, el omega solo guardaba silencio y le seguía la corriente.

Tal vez aquellos síntomas de vómito o mareo no habían atacado bien a Taehyung, pero lo que eran sus cambios de humor sí que lo habían afectado.

En especial en esos momentos en que una comida que antes era su favorita, ya no podía verla y olerla.

Al menos no era él quien tenía que sufrir al acompañarlo por todos los cambios de humor de su amigo, ese sería Jungkook quien lo había descubierto de la peor manera.

Con tres meses de embarazo, Taehyung ya había desarrollado un pequeño vientre bastante tierno. Pero como era de bruto y juguetón su hermano, había bromeado al respecto con que su pareja había subido de peso y con ello Tae había roto en llanto para después enojarse y lanzarle lo primero que encontraran sus manos.

Al menos después de ello, el alfa había aprendido la lección y se había vuelto más cuidadoso y considerado respecto a su omega en cinta, al igual que todos los demás.

—Sip, ayer vi los resultados con Yoongi hyung y me acompañó a la Universidad para ver si podía optar por una beca. Logré la mitad de una —comentó con orgullo—. Y hablando de universidades, ¿ya fuiste a hablar?

—Eso es increíble Minnie —sonrió Taehyung lamiendo la cuchara de su helado—. Y sip, ya me retiré para este año. Jinnie me acompañó porque Kookie tenía clases. ¿Te vas a comer el tuyo? —preguntó relamiendo sus labios, contemplando el helado sabor chocolate del pelirrojo.

Rodando sus ojos, Jimin deslizó por la mesa su helado hasta que estuvo frente a su amigo quien enseguida lo comenzó a devorar cómo si no se hubiese comido uno ya.

—Sabes, ya estamos prácticamente a mitad de invierno, la nieve sigue cayendo y hace un frío horrible —comentó el pelirrojo, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

—¿Y...? —respondió distraído el contrario.

—Que no sé cómo puedes estar comiendo helado con este clima, si estuviera Jin hyung con nosotros no te lo hubiera permitido —indicó.

—Por eso te pedí a ti que salieras conmigo —respondió observándolo—. Los demás lo más seguro es que me hubieran dado un discurso para finalmente decirme que no —hace un puchero—. Tú eres el único que entiende los antojos de mi conejito, Jimin-ah.

—Ajá, eso me dices pero luego vas donde Jin hyung y Namjoon hyung para decirles las mismas palabras y pedirles comida ¿no? —arqueó una ceja, divertido.

—¿Quién me delató? —gruñó bajito.

Jimin rió negando con su cabeza.

—Mejor dime cómo te fue con la doctora —sonrió.

—Muy bien, ya pudimos verle el sexo a mi pequeño conejito —sonrió con entusiasmo.

—¿En serio? —exclamó sorprendido.

—Sip —asintió con su cabeza—. El solito se dio vuelta y nos mostró su cosita, será un presumido al igual que Kookie.

Ambos amigos rieron ante ello.

—Entonces es un hombrecito —Taehyung asintió—. No... ¿No te has vuelto a encontrar con tu madre o padre? —preguntó el pelirrojo.

—He visto a mi mamá cuando me toca control con la doctora Kim pero nunca se acerca... Solo me observa desde lejos —suspiró—. De mi papá no sé nada, no lo he visto y no he escuchado nada de él —dijo encogiéndose de hombros.

—Solo espero que si tu madre se acerca a ti, sea con buenas intenciones —pronunció tomando su mano sobre la mesa, apretándola con cariño.

—Prefiero no tener esperanzas —confesó—. Pero si realmente se quiere volver a acercar a mí, tiene que demostrarme que ha cambiado —declaró—. No estoy dispuesto a pasar por lo mismo otra vez o dejar que mi hijo pase por ello —negó con firmeza.

—¿Y tu Nana? ¿Has hablado con ella? —recordó Jimin.

Una dulce sonrisa surcó entre los labios del omega gestante.

—Sí, ella me regaño un poco por no cuidarme pero está muy feliz y deseosa de conocer pronto a mi bebé —comentó alegre.

Aquella mujer mayor, más que una simple empleada, para Taehyung era como una amorosa abuela más que la propia.

—¿Y cómo te trata el tío Hyuk con la tía Nara? —preguntó curioso el pelirrojo.

Hace un par de meses, Taehyung se había mudado a aquella casa para no seguir molestando a SeokJin, aunque cabe destacar que este negaba que fuera una, Tae simplemente sentía que estaba molestando a su amigo y su relación con su pareja y la pequeña Sana.

Al igual que él y Jungkook, ellos también necesitaban su tiempo a solas sin amigos alrededor.

—Bastante bien —asintió—. Ambos están al pendiente de mí y si necesito algo, sus pequeños hijos igual pero... Estoy viendo con Kookie la posibilidad de cambiarme a su casa para poder estar con él —comentó—. Ahora que la señora Hyekyo fue internada en el hospital para recibir tratamiento, el cual parece estar dando resultados, el ambiente en la casa entre ellos es más fácil y alegre.

Sin contar que Namjoon también pasaba más tiempo en la casa de su pareja, quedándose a veces en esta.

—Mm... Yoongi hyung me comentó algo —asintió tal vez solo un poco incómodo—. Y... Tío Joongki me pidió si podía ir a verla... —reveló.

Taehyung alzó ambas cejas con sorpresa.

—¿Y piensas ir? —preguntó curioso, después de todo su amigo no había mencionado ni tocado el tema de HyeKyo desde que volvió con ellos.

Jimin frunció levemente sus cejas y luego suspiró.

—Aún no lo sé, tengo miedo —confiesa—. Yoongi hyung me dice que puedo ir a verla cuando esté listo y seguro pero... Tío Joongki me ha dicho que verme tal vez le ayudaría con su recuperación... —pronunció algo estresado al respecto.

Obviamente él quería ayudar a la mujer que lo adoptó si podía pero... Tampoco quería salir lastimado en el proceso nuevamente.

El ser comparado con otra persona era algo que a cualquiera molestaría y dolería sin importar cuanto tiempo pasara.

Alzó su mano, instintivamente tocó su cuello, tocando con cariño la marca de su alfa que transmitía tranquilidad y sentimientos amorosos, cómo si supiera que Jimin le necesitara.

—Solo ve si estás seguro, Jimin —pronunció con seriedad el omega contrario—. No vayas si aún no estás listo, mucho menos si crees que verla te va a lastimar, el señor Min entenderá.

—Lo sé, gracias —sonrió leve y luego ambos se levantaron de la mesa.

—¿Vas a ir de todas formas, no? —preguntó su amigo mientras salían de la tienda y enfrentaban el frío clima.

Jimin se encogió de hombros y le mostró una sonrisa de labios para finalmente asentir con la cabeza.

—Bueno, me llamas cualquier cosa —pidió—. Nos vemos, me encontraré en una tienda con Nana antes de ir a casa así que no te preocupes —anuncio agitando su mano mientras se alejaba tomando la dirección contraria.

—Realmente solo me llamó para comprarle helado —murmuró divertido.

Observando el cielo, Jimin exhaló sonriendo al contemplar la pequeña nube que salió de sus labios debido al frío clima.

Sacando su teléfono móvil del bolsillo trasero de su pantalón, marcó el número de su pareja y esperó mientras comenzaba a caminar.

Hola, cachorro —saludo la voz de su alfa.

—Hola hyung —respondió ya sonriendo—. ¿Estoy interrumpiendo?

—No, solo ordenaba unos documentos —aseguró—. ¿Terminaste con Taehyung?

—Sep, solo quería que lo acompañara en uno de sus antojos —rió bajo, contagiando al mayor—. Y también me dijo el sexo del bebé —comentó con emoción.

¿Oh? ¿En serio?

—Sip, ¿quieres adivinar, Yoonie? —pronunció juguetón.

Mm... No sé —respondió pensativo—. ¿Qué es lo que gano si acierto? —preguntó travieso.

—¿A mí? —dijo coqueto, finalmente haciendo parar un taxi y subiéndose en este.

Ahora, eso suena tentador y delicioso —pronunció en un tono bajo y ronco, enviando un destello de sus deseos y pensamientos a su pareja.

Jimin retuvo su gemido mordiendo su labio inferior.

—¡Hyung! Eso no se hace cuando estoy lejos —le regañó en voz baja, esquivando la mirada del conductor a través del espejo retrovisor.

Jimin se encontró sonriendo fácil y rápidamente al escuchar la rica risa de su alfa.

¿Adivino ahora? —preguntó el mayor ansioso.

—Sip.

Bien, es un niño —afirmó.

—Ya lo sabías —acusó a lo que Yoongi volvió a reír divertido—. ¡Eso no es justo! ¡Así no cuenta! —se quejó.

Tienes que cumplir tu promesa, amor —le recordó juguetón.

—Pero... ¿Puede ser otro día? —preguntó mordiendo su labio inferior.

No te preocupes, ya tengo todo resuelto —pronunció de forma misteriosa—. ¿En cuánto más estarás aquí?

—¿Cómo sabes que me dirijo hacia tu trabajo? —cuestionó alzando una ceja.

Ya hablé con el doctor a cargo de madre, permitió una visita doble solo porque eres tú —reveló, logrando que Jimin retuviera por unos largos minutos el aliento.

—Gracias —susurró finalmente—. Estaré abajo en unos cinco minutos más —informó.

Te estaré esperando afuera en el auto —pronunció—. Te veo luego, cachorro —se despidió cortando la llamada.

Volviendo a guardar su teléfono móvil, Jimin recargó su frente en el vidrio de la ventana y contempló el paisaje cambiar a través de este mientras el taxi avanzaba. Pero realmente no estaba observando nada, él estaba aferrándose a la seguridad y amor que transmitía su alfa a través de su lazo para no tener miedo.

Porque a pesar del tiempo, las palabras y acciones de Hyekyo era algo que aún molestaba y afectaba a Jimin, lo expresara o no.

Deteniéndose frente a la empresa, el omega pagó y se bajó del taxi.

Rápidamente, trotó al auto de su alfa que esperaba frente a la empresa y se subió.

—Te dije que te abrigaras más si salías con Taehyung —regaño Yoongi, encendiendo la calefacción del auto.

—No corría un viento tan helado cuando salí de casa y en las noticias dijeron que hoy no nevaría —se defendió y ambos se inclinaron para besarse con ternura.

—Ellos difícilmente aciertan últimamente —bufó separándose—. Busca en los asientos de atrás, estoy seguro de que dejaste una de tus sudaderas olvidadas.

Doblando su cuerpo, Jimin estiró su brazo y verificó, que efectivamente, su alfa tenía razón.

Tomando la sudadera, se quitó la chaqueta y se colocó la prenda color gris para volver a colocarse por encima su abrigo.

—Mejor —dijo con alivio, colocándose el cinturón de seguridad.

Asintiendo, el mayor volvió a apagar la calefacción y encendió el auto, comenzado a manejar por las transitadas calles.

—No me dijiste cómo fue que ya sabías sobre el sexo del bebé —recordó el pelirrojo.

—Jungkook me llamó, el mocoso ese no puede mantener oculta las sorpresas al igual que Namjoon —explicó.

—Lo tendré en cuenta para un futuro —refunfuñó—. ¿La clínica queda muy lejos? —preguntó sin poder contenerse.

—Media hora —respondió—. Puedes dormir un poco si deseas, después de todo anoche no dormiste mucho.

—¿Y de quién es la culpa? —refunfuñó observándolo.

—Tuya, por ser demasiado tierno, lindo y sexy —condenó—. ¿Qué esperabas que hiciera si te pusiste a saltar en mi regazo? —le observó rápidamente y volvió su vista al frente.

—Pero si fuiste tú quien me atacó con cosquillas, Hyung —le recordó divertido—. Y luego de un momento a otro, tenía a un salvaje amante apasionado besándome.

—Que no es mi culpa, tu aroma sigue estando muy presente y eso vuelve loco a mi lobo —se defendió.

—¡Pero Yoongi! —rió Jimin—. Mi celo acabó dos días atrás, y los dos estuvimos encerrados en el departamento todo ese tiempo.

—Fueron unos excelentes tres días —sonrió satisfecho.

Jimin negó con su cabeza y contempló el perfil de su alfa hasta que lentamente, sus ojos se fueron cerrando.

Cuando Yoongi llegó a su destino, apagó el coche y giró observando a su pareja. Sonrió enternecido al encontrarlo profundamente dormido.

Tal vez debería de sentirse culpable por haberlo mantenido despierto hasta altas horas de la noche, pero no lo hacía, ambos habían disfrutado de todo ese tiempo y aunque le costó combatir con el sueño en su trabajo, había valido totalmente la pena.

Además, las tres tazas de café que había bebido le ayudaron bastante por lo que no se quejaba.

Quitándole el cinturón de seguridad al pelirrojo y el propio, el alfa corrió más atrás su asiento y con cuidado, tomó el cuerpo de su omega para sentarlo sobre su regazo de lado.

Desafortunadamente, el menor despertó en el proceso pero sólo se acomodó en una posición más cómoda, colocándose a horcajadas y enterrando su rostro en el cuello de su pareja mientras le rodeaba con sus brazos.

—¿Ya llegamos? —murmuró con somnolencia.

—Si cachorro —respondió acariciando su espalda.

—¿En verdad demoramos media hora? —preguntó.

—Tal vez un poco más —concedió, sin decir que en verdad había sido una hora.

Ambos se quedaron así de abrazados unos largos minutos más antes de que Jimin finalmente decidiera que ya era hora de bajar.

Observando a su alrededor, el pelirrojo seriamente dudó que la estructura frente a él fuera una clínica. Debido al gran tamaño y al montón de personas entrando y saliendo con ramos de flores.

—Eh... ¿Hyung? —llamó volteando a verlo.

Colocándole la alarma al auto, Yoongi guardó la llave y tomó la mano de su pareja.

—Vamos —pronunció guiándolo al edificio, sin decir nada más.

Subiendo los cuatro peldaños frente a ellos, ambos se internaron en el edificio.

El omega observó con curiosidad a su pareja comprar un pequeño ramo de flores.

A medida que seguían avanzando e internándose, Jimin lentamente fue reconociendo que el lugar era donde dejaban las urnas con las cenizas de sus seres queridos, en otras palabras, un cementerio.

—¿Vinimos a ver a Hyuna? —preguntó, pero Yoongi negó.

—Vinimos a ver a dos personas igual de importantes —exclamó deteniéndose frente a una gran habitación abierta.

Guiándolo al interior, el pelirrojo observó confundido como los nombres iban cambiando a la vez que avanzaban junto a las pequeñas fotos que acompañaban las urnas.

Su cuerpo se congeló cuando ambos se detuvieron frente a un lugar en específico. Uno, donde estaba el nombre de su verdadera madre y padre.

—Fue hace años, por lo que me costó conseguir la información de dónde estaban para traerte antes —confesó—. Sé que mis padres fueron las personas que te adoptaron, cachorro. Pero estos son tus verdaderos padres, aquellos que te trajeron a la vida y te cuidaron hasta que de forma inesperada, se tuvieron que ir —expresó.

Con sus ojos acuosos, Jimin volteó a verlo.

—No los olvides Minnie —pronunció con seriedad—. Independientemente de cómo te trate mi madre hoy, bien o... Mal... Tú ya tienes una madre que te amó y ama junto a un padre. Tú no eres nadie más que Park Jimin, el hijo de aquellas dos personas.

—Gracias por esto, Yoongi —sonrió Jimin, con una sonrisa algo temblorosa mientras sus lágrimas seguían fluyendo sin ningún problema.

Nunca había pensado que visitaría a sus verdaderos padres, que les encontraría de alguna forma gracias a su alfa.

Ni Jaebum había podido averiguar algo cuando Jimin sintió curiosidad... Y con el tiempo, simplemente se había transformado en un deseo enterrado en su corazón.

—Ven aquí, amor —llamó Yoongi abriendo sus brazos, atrayendo el pequeño y delgado cuerpo de su omega contra el suyo.

Sollozando sobre el pecho de su alfa, las palabras de su pareja se tornaron importantes y especiales en él.

Porque eran verdad.

A pesar de que ya no estaban con él, Jimin siempre tendría unos padres que, aunque lamentablemente le dejaron a una temprana edad, no significaba que no lo hubieran amado.

Y aunque los Min lo hubieran adoptado, ellos no reemplazarían ese hecho, pero sí podrían sumarse a su vida como lo habían hecho.

—Gracias por esto, siempre tuve curiosidad por saber dónde estaban —susurró—. Pero lo que dije antes también es verdad —pronunció sorbiendo su nariz—. Ahora, nosotros también podremos crear nuestra propia familia en un futuro.

—¿Un mini Jimin o un mini Yoongi? —sonrió el mayor—. Eso sería algo hermoso.

El menor soltó una pequeña risita ligera y observó la urna donde estaban sus padres con una foto de los tres.

Una hermosa mujer pelirroja y un hombre castaño, ambos sosteniendo con una sonrisa a un pequeño Jimin de dos añitos con su corto cabello castaño rojizo.

"Somos una hermosa familia" pensó Jimin con cariño.

Dejando el pequeño ramo de flores que su pareja había comprado, el omega tomó la mano de su alfa y ambos dieron su respeto a sus verdaderos padres al inclinar sus cuerpos.

Fue algo incómodo al principio, cuando Jimin comenzó a contar cómo había sido su vida desde que le dejaron de aquella forma pero, después fue algo completamente natural y las palabras simplemente salían de su boca con fluidez.

Y definitivamente tocó su corazón, cuando Yoongi se presentó como su alfa y futuro padre de sus cachorros.

Algo que era completamente verdad.

Cuando salieron de aquel lugar, Jimin ya no tenía miedo. Su corazón latía de forma cálida, con valentía.

Independientemente de cómo le tratara la madre de su pareja, si bien o mal, él ya estaba seguro de quién era.

Él era Park Jimin, ahora Min Jimin, omega de Min Yoongi y adoptado por la hermosa familia Min.

Él no era el reemplazo de nadie, solo un joven omega viviendo con sus seres queridos que lo amaban por quién era. Una persona con deseos y metas que cumpliría siendo apoyado por su alfa mientras este lo apoyaba de igual forma.

Como si supiera exactamente de sus nuevos pensamientos y sentimientos, cosa que así era, Yoongi le sonrió con orgullo, logrando que su pareja le imitara.

Sí... Con su alfa a su lado, Jimin ya no temía a nada.

Con los primeros copos de nieve cayendo aquel día, la pareja se besó en una silenciosa promesa, de permanecer juntos para siempre y por siempre, superando los problemas juntos.




Bueno mi copitos, ahora si hemos llegado al final de esta historia (┬┬﹏┬┬)

Espero que la hayan disfrutado tanto como yo escribiéndola, un besote mis copitos! Nos vemos! <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro