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🌸Capítulo 88

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🌸2/2🌸

—Necesito el pañuelo otra vez —pidió el alfa deteniéndose frente a la puerta de su departamento.

—Podría cerrar mis ojos —sugirió Jimin.

—¿En verdad? —preguntó arqueando una ceja, conociendo al menor lo más seguro era que el omega los abriera antes de tiempo.

Riendo al verse descubierto, el pelirrojo volvió a sacar el pañuelo que había dejado en el bolsillo de su chaqueta y se lo entregó.

Con cuidado, Yoongi la volvió a colocar sobre sus ojos y exhalo lentamente una vez estuvo hecho.

Abriendo la puerta del departamento, colocó su mano en la espalda baja del menor y lo guio al interior luego de volver a cerrar la puerta.

Deteniéndose en medio de la sala, el alfa se alejó de Jimin repentinamente y en silencio.

—¿Hyung? —llamó el pelirrojo, pero su respuesta fue un simple silencio.

Cuando las dudas sobre qué estaba haciendo su pareja y donde había ido comenzaron a invadirle, escuchó una hermosa melodía de piano.

Y mientras la melodía seguía, Jimin alzó sus manos y se retiró la tela que cubría sus ojos con cuidado.

Lentamente abrió sus ojos, para apreciar entre la tenue oscuridad, a su alfa detrás de un hermoso piano color blanco con una única vela sobre este iluminando.

Como una magnífica obra de arte, Yoongi movía sus manos con delicadeza, transmitiendo a través de las notas musicales sentimientos cálidos, emociones hermosas e impactantes que fueron directo al corazón de Jimin.

Envolviéndolo directamente para llevárselo con ternura y delicadeza, robándole todo su ser... No, ganándose todo su ser.

Amor. Anhelo. Deseo. Felicidad. Miedo. Ternura. Esperanza.

¿Quién hubiera imaginado que a través de una simple melodía honesta se podía transmitir tantas emociones?

Yoongi casi parecía haberlo olvidado, pero tan solo tocando las primeras notas, había vuelto a recordar, y a la vez, conectado con su omega quien escuchaba en silencio.

Cuando terminó de tocar, dejó sus manos descansar sobre las teclas y contempló a su pareja con un torbellino de emociones, deseando haber podido expresar cada una de ellas correctamente.

Lentamente, Jimin fue avanzando atraído por la hermosa imagen hasta que estuvo frente a Yoongi.

Los ojos del alfa lo decían todo mientras le contemplaba.

Era un fuerte y claro, te amo.

—Yoongi... Yo también te amo —expresó sin poder retenerlo entre sus labios, sin siquiera haberlo pensado realmente, ya que lo había dicho con el corazón.

Por un segundo, el mundo de Yoongi se detuvo y luego volvió a girar, pero esta vez de manera más hermosa que antes.

—Te amo, Jimin —expresó tomando la mano extendida del menor, levantándose y abrazándolo con fuerza.

Acomodando su cabeza en el cuello de su alfa, el omega inspiró profundamente el aroma embriagador.

—Muérdeme hyung, ya no quiero esperar más —pidió y el alfa estuvo totalmente de acuerdo con esas palabras.

Bajando sus manos, tomó de los muslos al menor y lo alzó sorpresivamente con solo una meta en su mente, llegar a su habitación.

Soltando una risita ante la emoción de su pareja, Jimin le rodeó con sus brazos el cuello para sostenerse y comenzó a plantar besos a lo largo de la mandíbula del mayor.

Llegando a la habitación, Yoongi apoyó el cuerpo del menor contra pared al lado de la puerta y besó con pasión los suaves labios rellenos del omega. Internando una de sus manos bajo la camiseta del pelirrojo, tocó la suave piel del abdomen y luego la acentuó en la delgada cintura.

Jimin arqueó su espalda acercando más su pecho al ajeno mientras sus manos se posaban sobre la nuca del alfa, casi con miedo de que repentinamente cambiara de idea y se alejara.

—Mm... Cachorro —pronunció rompiendo el beso, repartiendo suaves presiones de labios a lo largo de la mandíbula mientras trasladaba ambas manos al trasero del omega para sostenerlo mejor—. Sigamos en la cama... —murmuró arrastrando su nariz en el cuello.

—S-si... —suspiro entrecortado, dándole más espacio al alfa—. Por favor... —rogó sintiendo como la temperatura entre ambos iba aumentando.

Con esfuerzo, Yoongi se separó del delicioso cuerpo tentador y lo dejó en el suelo.

Cuando el cuerpo del mayor se alejó, Jimin apreció con amor el gesto del alfa, quien había cubierto la cama con pétalos blancos y rojos sobre el cobertor negro. Más linternas con formas de velas de diferentes tamaños estaban esparcidas por todas partes, desde el suelo hasta en los muebles.

Y en el techo, había globos con helio en forma de corazón que tenían pegadas en la delgada cuerda fotografías de ellos de diferentes momentos, en unas estaban besándose, otras tomados de la mano, mirándose, riendo, recostados en la cama, en el sofá.

—Es hermoso —murmuró observando a su pareja.

—Tú lo eres —respondió Yoongi, posando ambas manos en la cintura del menor lo volvió a atraer hacia él para capturar nuevamente sus deliciosos labios.

Dejándose dominar felizmente a través del beso, Jimin comenzó a retroceder cuando el mayor avanzó. Aquellas grandes manos se internaron bajo su camiseta luego de quitarle la chaqueta, y él no dudó en alzar ambos brazos.

Alejándose, Yoongi le quitó la molesta prenda entre ellos y contempló la piel del omega con sus maravillosas curvas sutiles.

Observando aquellos pequeños pezones erguirse ante su tacto, no pudo evitar pensar ante lo pecaminoso que era el cuerpo de su pareja, una tentación peligrosa que estaba dispuesto a degustar con lentitud.

—¿Yoongi? —preguntó en un gemido, dejándose caer contra el colchón cuando la mano de su pareja le empujó suavemente hacia atrás.

—Creo que voy a comer mi postre —ronroneo quitándose su chaqueta y enseguida su camisa con una lentitud exasperante mientras cruzaba la habitación.

Levantándose sobre sus codos, el omega siguió con curiosidad los movimientos de su pareja hasta que el alfa se detuvo dándole la espalda.

—Cierra tus ojos.

—¿Otra vez, Hyung? —preguntó un tanto divertido y curioso por lo que estaba haciendo su pareja.

—Vamos cachorro, lo disfrutarás tanto como yo —prometió con voz seductora.

—Solo por un momento —advirtió mientras obedecía y se volvía a recostar contra el colchón.

Con sus ojos cerrados, Jimin escuchó los pasos del alfa y luego sintió su presencia a su lado.

El sonido de algo dejado sobre la mesita de noche llegó hasta él pero antes de que pudiera preguntar al respecto, las manos de su pareja se posaron sobre su cintura y tiraron de él más arriba, hasta que estuvo al medio de la cama.

—¿Puedo abrirlos? —preguntó bajito, casi temiendo interrumpir en el agradable silencio entre ellos.

—Todavía no —respondió Yoongi, jugando con el botón del pantalón de Jimin.

Pequeños suspiros entre gemidos escapaban de los labios del omega mientras sentía como lentamente el cierre de su pantalón era bajado.

Aunque su deseo era sentir en ese mismo instante a su alfa dentro de él, tampoco estaba en contra ante los juegos previos del mayor.

—Ah~... Hyung —jadeó cuando el alfa delineó con su dedo índice toda la altura de su erecto pene siendo aún atrapado por el bóxer.

Tragando saliva, alzó sus caderas cuando lentamente su pantalón y ropa interior fueron retiradas. Jimin pudo sentir perfectamente el roce de sus prendas bajando contra su piel sensible, sintiendo todo de alguna forma más intensa de lo usual.

El calor corporal de Yoongi se alejó, Jimin gimió no muy a gusto con ello pero sus oídos capturando el sonido de más ropa siendo retirada y luego cayendo al suelo, excitándolo al comprender que ya no era el único desnudo.

Todo se estaba volviendo tan erótico que lo estaba matando de gusto.

Ahora, completamente desnudo, Jimin hizo un pequeño esfuerzo para no cubrir su entrepierna que se alzaba orgullosa contra su abdomen ante las atenciones del mayor.

Podía sentir los ojos de Yoongi por todo su cuerpo a pesar de tener sus párpados juntos, una mirada ardiente que quemaba cada parte observada.

—Yoongi, te necesito —gimió sintiendo un suave cosquilleo en su piel por necesidad.

Su cuerpo se sacudió suavemente cuando de forma sorpresiva, un líquido fue vertido sobre su pecho, rodeando sus pezones y bajando por el centro hasta su ombligo.

Sobresaltado y algo agitado, abrió rápidamente sus ojos, contemplando la sonrisa depredadora de su alfa completamente desnudo frente a él.

—¿Qué...? —murmuro observando su cuerpo.

Contempló con curiosidad salsa de chocolate bañando su cuerpo, haciendo un suave contraste con el tono de su piel.

El omega alzó su cabeza y miró hacia su izquierda cuando algo fue colocado a su lado, era un recipiente mediano con fresas.

Tomando las manos del menor, Yoongi las levantó sobre su cabeza y dejó una mano sobre la otra, y en el centro de la palma depositó una fresa para luego verter más salsa de chocolate por los brazos del omega, silenciosamente ordenando que no los moviera.

Aprovechando la distracción de su pareja al intentar adivinar qué iba a ocurrir a continuación, Yoongi se posicionó frente y sobre él, enjaulándolo con su cuerpo sin llegar a tocarlo, ya que no quería arruinar su postre...

Al menos no aún.

—Hyung —suspiro tembloroso el menor, observándolo.

—Te dije que aún faltaba el postre —sonrió estirando su mano para tomar otra frutilla.

Con la fruta entre sus dedos, la dirigió con lentitud hasta el pecho de su omega, donde la movió circularmente sobre uno de los erguidos pezones cubiertos con salsa de chocolate, esparciendo más la dulce sustancia.

—Ahg~... —gimió el pelirrojo, arqueando su espalda en busca de más.

Relamiendo sus labios, Yoongi alzó su mano y contempló con fuego ardiente aquellos ojos mieles.

—Abre boca —ordenó e inmediatamente el contrario obedeció.

El alfa contempló con lujuria al menor morder la frutilla, manchando sus tentadores labios con chocolate.

Observándolo fijamente, Jimin lamió los dedos con lentitud hasta retirar el chocolate que había quedado en estos.

Inclinando su cabeza hacia adelante, Yoongi lamió como castigo o premio ante la excitante vista la comisura de sus labios. Pasando su lengua por el relleno belfo inferior no aguanto la tentación cuando su pareja abrió su boca en una invitación.

Dulce. Chocolate.

El alfa podía degustar con deleite el dulce sabor del chocolate en la boca de su omega, ambos gimieron largamente mientras la lengua del mayor seguía explorando el cálido interior ya conocido, recorriendo cada rincón en busca más.

Retirándose, Yoongi tomó otra fresa y la colocó sobre los labios del omega.

—No la muerdas, solo mantenla ahí —advirtió a lo que Jimin obedientemente asintió con su cabeza.

Sus hermosos ojos mieles parecían brillar más de lo común, expectante ante que lo seguiría a continuación.

Bajando sobre el delgado cuerpo, Yoongi se detuvo a la altura de aquellos pequeños pezones erguidos que llamaban a gritos ser besados, lamidos y mordidos.

Algo que podía hacer perfectamente y con gusto.

Jimin ahogó un grito y arqueó violentamente su espalda cuando la lengua del alfa lamió su pezón derecho para seguido ser chupado y succionado con afán.

Sus muslos se tensaron y sus pies se removieron inquietos sobre el colchón, mientras Yoongi jugaba con su pezón.

Esto de no soltar o morder la fresa entre sus labios se estaba volviendo un gran desafío para el omega, quien no deseaba más en el mundo que gemir libremente y mover su cuerpo.

Dejando de succionar, Yoongi mordió suavemente el tierno pezón algo hinchado y libre de chocolate para luego soltarlo.

Una sonrisa malvada surco inmediatamente entre sus labios al escuchar los gemiditos retenidos de su linda pareja ante su acción.

Jimin quería desesperadamente alzar sus brazos y rodear la cabeza de su alfa para impedirle alejarse y que éste siguiera jugando en su pezón con su talentosa boca.

¡Pero no podía hacerlo!

No con la salsa de chocolate a lo largo de sus brazos y la fresa en el centro de su mano.

Si se movía, Yoongi se daría cuenta y algo le decía que si su pareja tuvo la imaginación para algo tan excitante como lo que estaban haciendo en ese mismo instante, quizás qué cosas deliciosas se le ocurriría hacerle como castigo, por lo que no le quedó de otra más que seguir soportando la dulce tortura de su alfa.

Cuando el pezón izquierdo estuvo igual de hinchado y limpio que el derecho, el mayor se enderezó y contempló a su pareja.

Su tierno rostro juvenil estaba sonrojado y algunas perlas de transpiración se comenzaban a acumular en su frente. Pero lo que más le estaba gustando de momento, eran los ojos de su omega que suplicaban por más, Jimin deseaba más y Yoongi estaba feliz de que su pequeña sorpresa creativa le gustara a su pareja.

Acercando su rostro al del pelirrojo omega, mordió la mitad de la fresa y en seguida el menor se comió la otra mitad antes de llamarle con su dulce voz suplicante.

—Yoongi~... —jadeo antes de alzar su cabeza y juntar sus labios en un beso desesperado pero lleno de pasión ardiente.

Gruñidos excitados aparecieron mientras sus lenguas jugaban y luchaban con frenesí.

Rompiendo el beso, Yoongi volvió a bajar esta vez lamiendo con su lengua el chocolate en el pecho de su pareja, bajando por el torso hasta el ombligo.

Los gemidos, lamentos y chillidos del omega resonaban en la habitación mientras Jimin arqueaba su espalda inquietamente.

Sensaciones electrizantes recorrían toda su espina dorsal y su pene dolía en busca de atención y alivio que su alfa aún no le brindaba.

Pero cuando aquella lengua talentosa lamió el pre-semen de su miembro, el pelirrojo abrió su boca en un jadeo silencioso, movió sus manos y las llevó a la cabeza de su pareja mientras alzaba sus caderas.

Ya sin poder obedecer aquella silenciosa orden.

—¡Yoongi! —jadeó sintiendo como su miembro se deslizaba en el interior bucal de su pareja mientras este subía y bajaba la cabeza.

Sollozo abiertamente cuando el mayor tomó sus manos y las retiró de su cabeza, entonces alejo su pene de su boca y se enderezó observándole.

—Pero mira el desastre que dejaste en tus brazos, cachorro —ronroneo con voz demasiado sexy para la salud mental de Jimin.

Tomando uno de los brazos de su pareja, Yoongi lamió la salsa de chocolate que se había escurrido mientras juntaba sus erecciones y movía suavemente sus caderas, simulando dulces embestidas.

—Yoongi~... Quiero más... —gimió—. Te quiero dentro... Lleno... Quiero estar lleno —sollozo contemplando como su alfa lamia el chocolate de su otro brazo.

—¿Quieres chocolate, Minnie? —pregunto con voz ronca en excitación el alfa.

Sin pensarlo dos veces el menor asintió con su cabeza, deseando probar los labios de su pareja otra vez.

Pero Yoongi tenía una idea completamente diferente.

Alejándose del cuerpo del menor, Yoongi se sentó recargando su espalda en el respaldar de la cama y tomó la salsa de chocolate.

Inmediatamente Jimin se movió para observar a su alfa, contemplando sin aliento como vertía algo de la salsa sobre su duro y lloroso pene, haciéndole agua la boca al omega por probarlo, por degustarlo.

—¿Quieres chocolate, Jimin? —volvió a preguntar tensando sus músculos, apenas conteniéndose por ir hasta el cuerpo de su pareja.

Esta vez el pelirrojo no respondió con palabras, sino que con acciones.

Gateando sobre el colchón, Jimin se ubicó entre las piernas abiertas del alfa y se lamió los labios con anticipación.

Cuando bajó su cabeza, lamió lentamente la cabeza del miembro capturando también las gotas de pre-semen en el proceso.

Ambos gimieron.

Sin poder aguantar más, rápidamente Jimin colocó sus manos en los muslos del mayor y comenzó a lamer con anhelo el resto del chocolate.

Presionando sus labios sobre la punta de la cabeza, lentamente los abrió mientras iba bajando, introduciendo el duro pene de su pareja en su boca.

Sintió a su pareja mover sus caderas suavemente, y lo único que hizo el omega fue darle pase libre para que usara su boca mientras relajaba su garganta.

—Oh dios... —jadeó Yoongi con su respiración agitada mientras penetraba la boca de su pareja con cuidado.

Cuando Jimin comenzó a succionar nuevamente, el alfa supo que debía detenerse si no quería venirse en ese mismo instante.

Ignorando las quejas de su pareja, alejó la cabeza de Jimin de su pene y cuando este le iba a reclamar, le atrajo para un beso que callo completamente al menor.

—Sobre tu espalda —ordenó en un gruñido, mordiendo suavemente el labio superior de Jimin.

Rápidamente el pelirrojo se deslizó a su lado, sobre su espalda. Abrió sus piernas en una muy ardiente invitación que dejaba en claro qué era lo que deseaba en ese momento.

—Lléname, alfa —pidió aumentando la necesidad del mayor por obedecer la demanda de su omega.

Rápidamente Yoongi agarró un paquete de condón y se lo colocó antes de moverse entre las piernas de su omega.

La pequeña y roseta entrada brillaba suavemente ante el lubricante natural que se había concentrado ante el deseo del omega.

—¿Estará bien? —pregunto penetrándolo suavemente con dos dedos para comprobar, dispuesto a esperar para estirar a su pareja si aún no estaba listo.

—Estoy bien, alfa... Por favor —rogó deseando sentir más que solo los dedos de su pareja.

Como su pareja no estaba en los días de celo el lubricante natural que liberaba no era tanto, pero sí lo suficiente, al menos en este caso.

Rápidamente Yoongi tomó la base de su pene y se acercó introduciendo la punta lentamente.

Jimin gimió en un suspiro, sintiendo como lentamente su cuerpo estaba siendo invadido. Incluso la pequeña molestia que sintió al ser estirado se estaba convirtiendo en un intenso placer mientras era penetrado.

El interior de su pareja parecía absorberlo con rapidez, y el alfa no pudo evitar empujar de una estocada hasta que estuvo completamente enterrado hasta la empuñadura.

Jimin gritó y arqueó su espalda mientras separaba un poco más las piernas y las flectaba.

Tensando sus músculos, Yoongi se obligó a mantenerse quieto mientras el cálido interior de su omega se adaptaba con rapidez.

Cuando abrió sus ojos, Jimin le contemplaba con un amor desbordante y ahogante que le quitó el aliento, pero exactamente esa misma mirada, era la que estaba contemplando el omega en los ojos de Yoongi.

Alzando sus brazos, Jimin rodeó el cuello del mayor y lo atrajo hacia él para jugar con sus labios en un beso dulce y tierno que se vio interrumpido por las repentinas embestidas del alfa que arrancaron un ronco gemido de la garganta del pelirrojo.

Los empujes empezaron lentas y tiernas al igual que el beso, pero pronto comenzaron a subir de velocidad y fuerza mientras sus labios seguían conectándose a momentos, dejando escapar entre gruñidos, gemidos y suspiros.

Los codiciosos movimientos de cadera del alfa buscaban más y más mientras golpeaba una y otra vez aquel dulce punto en el interior del menor que lo llevaba al paraíso una y otra vez.

Alzando sus piernas, Jimin rodeó las caderas del mayor cruzándolas por detrás, impidiendo que el alfa se alejara más de lo necesario para embestirle tan deliciosamente. Una de sus manos reposaba sobre la espalda de su alfa enterrando sus cortas uñas mientras que la otra estaba enredada en el rubio cabello jalando suavemente de este.

—Hyung~... —gimió sintiendo los brazos del alfa colarse bajo su espalda.

Las grandes manos se colocaron en sus hombros y cada vez que Yoongi empujaba hacia adelante, el alfa tiraba de su cuerpo hacia abajo logrando penetraciones más profundas.

Sus cuerpos se encontraban resbalosos debido al sudor de su momento acalorado, sus respiraciones irregulares eran una forma en que sus pulmones pedían más oxígeno ante la demostración excitante de su amor mutuo.

Cuando un cosquilleo comenzó a surgir en el abdomen bajo de ambos, sabían que su momento no iba a durar mucho más.

Pero no queriendo que terminara aún, Yoongi se sentó sobre sus tobillos llevándose con él el cuerpo de su omega.

Sus penetraciones se volvieron deliciosamente lentas, donde apenas salía un poco para volver profundamente enterrado en el interior del pelirrojo.

Una de sus manos se movió al centro de la espalda sudada del menor mientras que la otra iba al increíble y dulce trasero del omega, atrapando una de las perfectas nalgas redondeadas del pelirrojo.

—Tan perfecto —expresó con un gruñido—. Jimin... Mi Jimin...

—Yoongi~... —gimió el nombre de su alfa comenzando a mover también sus caderas—. Yo... Ya... —jadeó sin poder soportarlo.

La cama crujía intentando seguir el ritmo de la pareja. El sonido sordo de sus pieles chocando llenaba la habitación junto a sus respiraciones acaloradas e inestables.

La sensación de su entrada siendo llenada, su punto dulce siendo golpeado con insistencia y su pene en una maravillosa fricción contra el abdomen de su alfa y suyo se estaba volviendo demasiado para Jimin.

—Vamos cachorro, juntos —pidió Yoongi relamiendo sus labios, la picazón en sus encías de pronto se volvió insoportable.

Un conocido cosquilleo recorrió el cuerpo de ambos.

El cansancio lentamente fue abordando sus cuerpos mientras estos se sacudían y movían de arriba a abajo, de dentro y fuera.

Jimin arqueó con violencia su espalda mientras disparaba su semen y giraba su rostro mostrando libremente su cuello. Su lobo mostrando sumisamente el lugar donde quería ser mordido.

Sin aguardar más, Yoongi encajó sus dientes en la piel de su pareja, degustando el metálico pero dulce sabor de la sangre de su omega y su lobo aulló posesivo al finalmente marcar el cuerpo de su pareja.

Un estremecimiento recorrió su cuerpo mientras que con furia expulsaba su semen.

—¡Te amo, Yoongi! —grito su omega cuando otro mini orgasmo le recorrió luego de sentir la mordida en su cuello.

Sintiendo como su nudo comenzaba a crecer en el interior de su pareja, Yoongi lamió el cuello de su pareja limpiando lentamente las gotas de sangre que brotaron al romper la piel.

—Te amo, Jimin —murmuró presionando sus labios en la sien de su pareja—. Feliz cumpleaños, amor.

—Aún no es mi cumpleaños, Hyung —pronunció sorprendido, alejándose mínimamente para contemplar al mayor.

—Son pasadas las doce por lo que ya es otro día, tu cumpleaños —sonrió ladino—. Espero y te hayan gustado mis sorpresas.

—Gracias —sonrió besándole castamente con cansancio, encontrando demasiado lindo el gesto de su ahora oficialmente alfa.

—Duerme cachorro —susurró Yoongi acariciando la espalda del menor mientras que con cuidado los volvía a recostar contra la cama.

El pensamiento de que Jimin ahora era su oficialmente omega dejaba sin palabras y con una felicidad desbordante al alfa.

Suspirando, el pelirrojo omega se acurrucó contra el mayor relajando todo su cuerpo mientras sentía cierto ardor en su cuello y su interior siendo invadido aún.

Ah... Todo era tan maravilloso.

Fue algo extraño, una sensación un poco inusual les recorrió a ambos pero... De pronto, una conexión apareció silenciosamente entre los dos en sus mentes y pecho, estableciéndose ahí, uniendo sus emociones y sentimientos en uno solo.

Advirtiendo que estaba para quedarse indefinidamente, y la pareja estaba bastante satisfecha con ella.

Por fin, ambos, habían completado su unión.





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Bueno, aquí termina la pequeña maratón, espero que les haya gustado <3

Recuerden que aún les quedan unos pocos caps más <3

Un besote y un abrazote, se cuidan mis copitos!

La canción que Yoongi le tocó a Jimin (es sweet night versión piano por si no se ve)

https://youtu.be/gpFFdQC6sfk

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