"Márcame Yoongi hyung, muérdeme por favor"
Esas palabras fueron directo al corazón de Yoongi. Su pareja le estaba dando otra oportunidad, su cachorro estaba depositando nuevamente su confianza en él, y esta vez no lo iba a defraudar, lo iba a arruinar.
Joder que no lo iba a hacer.
Besando con dulce pasión al omega, Yoongi fue avanzando hasta que tuvo a Jimin con su espalda contra al colchón.
Saboreando su dulce boca con aquellos esponjosos labios pecaminosos, su hambre por el delicioso ser bajo él comenzó a aumentar, sin poder contenerse empezó a succionar la lengua del menor, ahogándose gloriosamente con los suspiros y jadeos de su amante.
Introduciendo una mano bajo la camiseta del pelirrojo, acarició con sus dedos la dulce y tierna piel del abdomen, provocando un pequeño escalofrío satisfactorio en el delgado cuerpo.
Cuando Jimin también quiso participar, Yoongi le permitió dominar por un momento el fogoso beso mientras las pequeñas manos subían acariciando sus brazos hasta llegar a su cuello.
Con la respiración agitada, ambos se separaron y observaron fijamente.
Calor. Deseo. Lujuria. Amor.
Eso transmitía la mirada de ambos, de aquella pareja que seguía creyendo en amor, sosteniéndose el uno al otro para no caer en aquel precipicio.
¿Inseguridad? ¿Miedo?
Podría haber estado presente antes, incluso aún estaba la posibilidad de que estuviera entre ellos, pero enterrado muy profundo y lejos.
Ambos prefiriendo concentrarse en el amor que había entre los dos, en la confianza de sus lobos de sus respectivas parejas.
No había más.
Juntos, estaban intentando volar nuevamente y salir de aquella oscuridad que los había estado cubriendo silenciosamente.
Tomando del borde de la camiseta del menor, Jimin se inclinó un poco hacia adelante, ayudando a su alfa a quitársela sin siquiera haber escuchado una palabra.
La hermosa y suave piel del omega fue expuesta, revelando unos sutiles trazos de abdominales.
Arrastrando sus dedos por el abdomen del menor, Yoongi tocó suavemente siguiendo las líneas sutiles de los músculos.
Jimin suspiro tembloroso, cerrando sus ojos cuando el alfa se inclinó y besó el borde de su cadera.
—O ha pasado mucho tiempo desde que estuvimos juntos, o nunca me fijé en que tu hermosa piel estaba desarrollando músculos —murmuró sobre el abdomen del menor, sin poder evitar succionar para dejar una marca cerca del borde de la cadera.
—No... No se notaban tanto antes —respondió sintiendo aquellos labios subir por su piel, arrastrándose—. Pero no he logrado que s-se marquen más —confesó reteniendo el aliento cuando el alfa detuvo su cabeza sobre uno de sus pezones.
Pasando su lengua por uno, enseguida logró que la pequeña protuberancia se levantara ante el húmedo estímulo.
Sin poder resistirse, lo atrapó entre sus dientes y lo tiró un poco, obteniendo un pequeño gemidito de su pareja mientras jugaba con su lengua y en el.
Pero había algo que estaba molestando a Yoongi, él realmente quería hacer las cosas bien con su pareja.
De ahora, y para siempre.
—Sabes que no es necesario que te muerda ahora, ¿cierto? —preguntó luego de soltar el pezón entre sus dientes para brindarle la misma atención al otro, succionando y lamiendo.
Jimin relamió sus labios e intentó buscar las palabras desaparecidas en su mente para contestar.
—¿Por qué? —preguntó y se avergonzó del pequeño gimoteo disgustado que escapó de sus labios cuando la boca del alfa se alejó.
Tuvo que hacer puños sus manos entre las sábanas para no alzar sus brazos y obligarlo a volver donde había estado.
—Nuestros lobos lo desean.
Sentándose otra vez sobre el colchón, Yoongi tiro del menor y utilizando su fuerza más la conveniente ayuda del omega, lo sentó a horcajadas sobre su regazo.
—No quiero que tomes una decisión así de importante solo porque nuestros lobos lo desean —expresó con seriedad—. Entiendo y sé que son una parte importante de nosotros, pero no puedes negar que ellos se basan más en el instinto.
—¿A dónde quieres llegar, Hyung? —preguntó Jimin, alzando sus brazos para rodear el cuello del alfa.
La mente de Jimin estaba dividida entre las palabras del mayor y lo que habían estado haciendo solo un segundo atrás.
—A que, sé que nuestra necesidad por terminar la unión se está convirtiendo en un infierno para los dos, y que incluso empeoró luego de haber estado separado estos casi tres días —el omega asintió, reconociendo ello—. Supongo que, el que me pidas esto, significa que me estás dando otra oportunidad... —dudó, inseguro.
Jimin volvió a asentir con su cabeza lentamente, no queriendo pensar más en el dolor de los últimos días. Ni en sus miedos e inseguridades.
Él quería vivir el día, disfrutar el presente, superar el pasado y no preocuparse por el futuro.
—Cachorro —pronunció estrechándolo más entre sus brazos, profundamente agradecido por ello—. Dame un poco de tiempo —rogó, y decir aquello había sido tremendamente difícil.
—¿Qué? —pregunto sorprendido, alejándose un poco para poder apreciar bien el rostro del mayor.
—Dame un poco de tiempo —repitió, esta vez más firme—, sé que no podrá ser mucho debido a lo mucho que ambos deseamos terminar el lazo pero, quiero recuperar aunque sea un poco de tu confianza durante ese período. Deseo ser digno de ti otra vez, que vuelvas a tener ese alfa en quien poder confiar incondicionalmente —expresó.
Estudiándole, Jimin contempló la sinceridad a través de los ojos de Yoongi.
Todavía a pesar de la molestia y el dolor que significaba para ambos el esperar, en especial para el alfa, este quería hacerlo por el bien de Jimin y el futuro de su relación.
Apresando con sus manos el rostro del contrario, el omega se acercó para un suave beso delicado.
—Son por cosas como estas que decidí darte otra oportunidad, Yoongi —pronunció sintiendo como de apoco, su corazón volvía a latir por el amor del alfa—. Siempre te has preocupado por mí a pesar de todo, intentando protegerme.
—Eres lo más importante para mí, Jimin —expresó recargando su frente en la contraria—. Desde ahora, siempre mantendré la verdad entre nosotros... A menos que te tenga una sorpresa —sonrió suave, contagiando al menor.
—Podría soportarlo si es por ello —murmuró—. ¿Pero estás seguro, Hyung? Será un infierno de molestia hasta que me muerdas, para los dos —advirtió.
Aunque no creía que sería tan terrible como en los últimos días que pasaron alejados, donde obviamente la salud de ambos había sido afectada, y todo debido a que ahora ambos estarían juntos pero... De que habría molestias para los dos, las habría.
—Solo un par de semanas, sé que no es mucho tiempo para volver a ser digno, pero al menos es algo —contestó con seguridad.
Ambos se observaron fijamente hasta que el omega le brindó un casto beso.
—De acuerdo —dijo finalmente el menor sobre sus labios—. Yo podría hacer eso.
—Pero si en algún momento es mucho, dímelo —pidió—. No quiero lastimarte más.
—Está bien —aceptó y sin poder soportarlo más, le besó siendo inmediatamente correspondido.
Mientras las manos del alfa bajaban hacia su trasero, Jimin bajaba las suyas agarrando el borde de la camiseta del mayor.
Rompiendo el beso por unos minutos, el pelirrojo aprovechó para inmediatamente sacarle la molesta prenda de ropa a su pareja.
Contemplándole, no pudo evitar apreciar las diferencias de sus cuerpos.
Aunque los dos eran hombres, Yoongi tenía su cuerpo un poco más grande y trabajado que el de él, pero tampoco estaba lleno de músculos por todos lados, no. Tenía lo justo y necesario, lo perfecto.
Mientras que él, su cuerpo era más delgado y pequeño, incluso tenía curvas sutiles y apenas tenía marcado algunos músculos en su cuerpo, como en sus brazos y abdomen.
Todo porque él era un omega, el omega de Yoongi, mientras que este era un alfa, su alfa.
—Tu piel es firme —murmuró pasando sus manos por los pectorales del mayor.
—Tu piel es suave, tierna y dulce —respondió subiendo sus manos por la cintura del omega, haciendo un recorrido por la espalda para luego ir al frente—. Y estos pequeños pezones —pronunció apretando cada uno con sus dedos—, son perfectos.
Jimin gimió desinhibido y arqueó su espalda.
—Más Yoongi, quiero más —pidió sintiendo como su pantalón también comenzaba a molestar.
—¿Cuánto? —pregunto arrastrando sus labios por los pequeños picos.
Dispuesto a ir tan lejos como su amante quisiera, no más, ni menos, solo lo que Jimin deseaba.
Agarrando con ambas manos la cabeza de su pareja, Jimin le jaló hacia atrás tirando un poco de su cabello rubio arena.
—Hasta el final Yoongi, lo quiero todo —contestó antes de estrellar sus labios en los contrarios.
Lleno de pasión y confianza, Yoongi siguió besando al menor, succionando y jugando con su lengua mientras volvía a recostar a su omega sobre su espalda.
Con sus ojos cerrados, el pelirrojo escuchaba encantado los chasquidos que producía sus bocas, sintiendo una de las manos trabajar en el botón y cierre de su pantalón.
A pesar de estar sintiendo que el aire le comenzaba a faltar en sus pulmones, el omega realmente no quería dejar la boca del contrario, al igual que el alfa.
—Tus labios tienen un sabor tan dulce —murmuró Yoongi contra los hinchados labios del pelirrojo omega, lamiendo el superior.
Sentándose sobre sus piernas, levantó los firmes muslos del omega para dejarlos frente a él.
—Levanta tus caderas, cachorro —cuando Jimin obedeció, tomó tanto el pantalón como la ropa interior y tiró de ellas hasta sacárselas completamente.
Volviendo a dejar a cada lado de su cadera los firmes muslos ahora desnudos del menor, los acarició con ternura, apretando y soltando.
Mordiendo su labio inferior, Jimin no pudo evitar sentirse avergonzado ahora que estaba totalmente desnudo, exponiendo su duro miembro goteante de pre-semen.
—No te ocultes, Minnie —pronunció el alfa con un tono lleno de dulzura que derritió otra parte en el omega.
Con vergüenza, alejó sus manos de su cuerpo y las dejó caer a su lado.
Mordiendo su labio inferior ante la dulce vista infernal, a Yoongi se le hizo agua la boca y un incorregible deseo por probar la semilla de su pareja estalló dentro de él.
Volviendo a tomar los muslos del menor entre sus manos, Yoongi tiró del delgado cuerpo hacia él mientras levantaba las piernas del omega hasta que una parte de estas descansaran sobre sus hombros.
Jimin chillo con sorpresa sin poder evitarlo y contempló en aquella posición un poco incómoda al tener más de la mitad de su espalda elevada en el aire al alfa, quién se inclinó peligrosamente cerca del duro eje de su pareja.
—¿Hyung? —preguntó repentinamente nervioso, solo... Contemplando a su pareja, expectante.
—Ambos lo disfrutaremos, cachorro —prometió y sin ningún otro aviso, introdujo de golpe todo su duro eje en su cálida boca húmeda.
Jimin gritó y torció los dedos de sus pies mientras las uñas de sus manos se enterraban en el colchón con fuerza.
Ignorando la arcada que le provocó su apresurada acción, el alfa siguió moviendo su cabeza de arriba a abajo, asegurándose de ahuecar con sus mejillas cada vez que retrocedía.
—¡Y-yoongi! —jadeo Jimin, perdido en las sensaciones que invadían su cuerpo.
Estaba recibiendo la mamada mas alucinante hasta el momento, una que fácilmente estaba superando a las demás y todas hechas por el mismo hombre.
Un pervertido "pop" Hizo eco luego de que el mayor soltara su miembro, el omega gimió por más.
—Eso es Minnie, tu cuerpo ya comienza a prepararse para mí —gimió Yoongi, introduciendo dos dedos fácilmente por el estrecho agujero del menor, el cual lentamente iba expulsando pequeñas cantidades de lubricante natural de forma ansiosa.
No era nada comparado a la cantidad que arrojaba en sus días de celo, pero si lo suficiente para lo que harían a continuación.
Tomando con su otra mano el pene frente a él, Yoongi lo volvió a llevar contra su boca, solo que esta vez se encargó de jugar alrededor de la cabeza con su lengua.
—Yoongi... Y-yo... Por favor —suplicó el pelirrojo en balbuceos tiernos a los oídos del contrario.
—¿Por favor, qué? —preguntó teniendo una muy buena idea de lo que pedía el menor.
—Y-yo... Venir —pronunció y jadeó al ver y sentir como la lengua del alfa se deslizaba a todo lo largo de su pene.
Todo era tan caliente y excitante.
—Vente —ordenó volviendo a engullir completamente el miembro del menor.
Pero Jimin no quería eso aún, él quería llegar junto a su alfa, sintiendo cuando el nudo comenzara a crecer en su interior.
Y como si Yoongi viera eso, se esforzó aún más, hasta que obtuvo su recompensa de forma gloriosa.
Jimin gritó, sus muslos se tensaron, su cuerpo se sacudió y sus paredes interiores estrangularon a los tres dedos en su interior mientras expulsaba toda su semilla.
El mayor no lo dejó tranquilo hasta que tragó absolutamente todo, hasta la última gota.
En medio de su éxtasis luego de su deliciosa liberación, el omega simplemente no pudo seguir manteniendo su propio cuerpo en el aire mientras su mente estaba en la deriva debido al reciente placer.
Sacando sus dedos del interior del menor, Yoongi lo agarró por el trasero, sosteniéndolo. Sacando el miembro del menor de su boca, el alfa sonrió malvadamente al observar como la polla del omega hacía un esfuerzo para mantenerse arriba.
No pasaría mucho tiempo antes de que volviera a estar dura, el alfa realmente podía jurar aquello, se encargaría de ello.
Dejando delicadamente el cuerpo de su omega contra el colchón, Yoongi no pudo esperar para bajar su pantalón de pijama, contemplando su duro y rojo furioso pene.
Las venas de este sobresalían levemente y su cabeza expulsaba furiosamente pre-semen.
Rodeándolo con una mano, el mayor suspiró en alivio cuando la movió de arriba a abajo con lentitud.
—También quiero tocarte, te quiero adentro —pidió Jimin al volver en sí y apreciar aquel caliente espectáculo.
Asintiendo con su cabeza, el alfa se levantó de la cama y rápidamente se quitó totalmente su pantalón de pijama revelando, inmediatamente su duro eje.
—¿Hyung? —preguntó Jimin cuando el alfa en vez de ir rápidamente hacia él, se desvió a la mesita de noche al lado de la cama.
Tomando un condón, el mayor volvió al lado del pelirrojo, ubicándose sin perder tiempo entre sus muslos.
—... ¿No... Quieres...? —preguntó de forma inconclusa el omega, sabiendo que su pareja entendería su pregunta.
—Con un demonio que es lo que más deseo, cachorro —contestó honestamente, abriendo el pequeño paquete cuadrado—. Sueño con saber cómo se sentirá estar en tu interior sin nada interponiéndose entre nosotros —confesó en voz baja, con un tono demasiado grave para la salud del joven omega.
—Yo igual... —contestó succionando su hinchado labio inferior, observando atentamente al contrario.
Con el condón en su mano y la envoltura en el suelo, Yoongi contempló a su pareja.
Su lobo luchó por tomar parte de su control que el alfa inmediatamente le negó.
Aún no era momento para completar la unión.
—Cachorro, Jimin —pronunció tragando algo de saliva—. Tu deseo es estudiar, y sé que tienes planeado ir a la universidad el próximo año... Con un bebé... Sería difícil para ti —intentó explicar.
Jimin inspiró profundamente, pensando en las palabras de su alfa, pero él ya había tomado una decisión.
Había cedido respecto a la marca, pero no lo haría en esto.
—No estoy en celo Yoongi, mis probabilidades de quedar en cinta disminuyen considerablemente y prácticamente quedan nulas ante los anticonceptivos que me recetaron —le recordó.
—Amor, es verdad que la probabilidad es considerablemente menos, pero sigue estando ahí aunque sea de uno por ciento.
—Y correré el riesgo de ese uno por ciento —anunció con una aplastante convicción—. Cedi ante la marca, alfa, pero no lo haré en esto. Dije que quiero todo, y eso incluye tu semilla en mi interior sin nada interponiéndose —Yoongi le observó dudoso, pero también podía apreciar el deseo—. Solo una vez —insistió—, déjame tomar tu nudo.
—Agh... ¿Por qué eres tan perfecto? —preguntó arrojando también el condón al suelo.
Jimin sonrió sin poder evitarlo, apreciando como el mayor tomaba su erección y la guiaba a su ansiosa entrada. Cuando la cabeza pasó su anillo de músculos, el omega cerró sus ojos, sintiendo como lentamente era llenado sin descanso.
La diferencia era tan peligrosamente atractiva que Jimin temió volverse adicto, al igual que Yoongi.
Cuando estuvo enterrado hasta la empuñadura, el alfa tensó sus manos en la cintura de su pareja e inclinó su cabeza hacia atrás, juntando sus cejas y soltando un profundo gruñido complacido.
Retrocediendo hasta la mitad, enseguida empujo con fuerza hacia adelante, moviendo el cuerpo del omega ante el movimiento.
—Yoo-ngi~... —gimoteo el pelirrojo.
Enderezado su cabeza, Yoongi observó con fascinación a su pareja retorcerse en placer mientras seguía manteniendo sus embestidas cortas, duras y constantes.
El miembro de Jimin se había vuelto a endurecer con rapidez, su cuerpo sonrojado al igual que su rostro. Sus hermosos ojos estaban entrecerrados y los rellenos labios habían perdido un poco la hinchazón debido a los besos, volviendo a adquirir su color natural.
Gruñendo por lo bajo, el alfa detuvo sus embestidas se inclinó hacia adelante. Atrapando las manos del menor que se aferraban a las sábanas para disminuir el impacto de sus empujes, las elevó cerca de la cabeza del omega y entrelazó sus dedos.
—Mantén tus ojos abiertos, quiero ver la dulce miel de ellos —exclamó atrapando sus labios en un hambriento beso, sin darle siquiera la oportunidad de contestar.
Retomando el movimiento de sus caderas, el alfa volvió a embestir con fuerza, sintiendo como su pareja flectaba sus piernas y lo apretaba entre sus muslos mientras sus sollozos eran atrapados por la boca del mayor.
Todo era tan intenso, incluso el calor ahogante en la habitación era perfecta junto con el movimiento de la cama ante los empujes.
El sudor debido a la acción recorría la espalda del alfa al igual que la frente del Jimin, logrando que su rojo cabello se apegara a su frente.
Sintiendo la necesidad del muy importante oxígeno, el menor movió sus manos para empujar al contrario, solo para recordar que estaban atrapadas.
Sin otro recurso, mordió con poca fuerza el labio inferior del alfa, logrando que este se apartara lo suficiente para respirar agitadamente.
Con su respiración irregular, Yoongi contempló satisfecho los labios hinchados y rojos de su pareja, por donde adorables sollozos y lamentos escapaban sin aviso alguno.
Arrastrando su nariz por la mandíbula del menor, Yoongi sintió a su lobo luchar por el control, decidido a marcar el cuello de su pareja quien inconscientemente movía su cabeza dándole más espacio.
Era el lobo de Jimin también pidiendo ser marcado.
Demasiado tentado ante la posición, el mayor detuvo sus movimientos de caderas, obteniendo un sollozo quejoso por parte del omega.
Con toda su fuerza de voluntad, el rubio arena salió del Interior de su omega y acomodo las almohadas en el respaldar de la cama para estar en una posición semi sentada.
Palmando sus muslos, llamó a su pareja.
—Móntame, cachorro —pidió con su mandíbula tensa.
Jimin gimoteó mientras gustoso iba al regazo del alfa y se sentaba a horcajadas sobre él. Alzando su cadera, llevó su mano hacia atrás y tomó la erección del mayor para mantenerla firme mientras volvía a sentarse en ella.
Ambos soltaron inmediatamente un largo y profundo suspiro.
Trasladando sus manos a la cintura delgada y estrecha de su pareja, Yoongi le instó a subir y bajar, comenzando con los pequeños brincos.
—Me falta tan poco —gruño Yoongi alejando una de sus manos para agarrar el pene del omega que saltaba junto a los movimientos del pelirrojo.
Jimin gimió dejando de saltar, y en cambio, comenzando a mover sus caderas de adelante hacia atrás.
No importaba cómo se moviera, Yoongi siempre lograba golpear su punto dulce sin ningún problema.
Sintiendo el familiar cosquilleo en su vientre bajo, el omega contempló a su alfa.
Su cuello dolía a la vez que los dientes del alfa picaban.
—Salta cachorro —pronunció Yoongi luchando con su deseo.
Asintiendo con su cabeza, Jimin volvió a saltar esta vez de manera más rápida, dejándose caer con fuerza. Pronto, Yoongi comenzó a subir con fuerza sus caderas, encontrándose con el menor.
Gemidos, chillidos y jadeos invadieron con fuerza la habitación, mientras dos cuerpos se daban amor desenfrenado, apasionado.
—Y-yo... ¡Yo!... —balbuceó Jimin inclinando su cabeza hacia atrás, arqueando la espalda.
—¡Sí!... Jimin... Cachorro —gruño Yoongi con el sudor en su frente al igual que en el menor, contemplando la hermosa imagen frente a sus ojos.
Y así, sin más, ambos gritaron cuando las sensaciones fueron demasiado para soportar y llegaron a su anhelado clímax.
La sensación de la caliente semilla del alfa invadir en su interior provocó una nueva emoción en Jimin, que motivó a su cansado pene disparar hasta lo último sobre el pecho de su pareja mientras su agujero se apretaba, quitándole un gemido al mayor con ello.
Cansado y jadeante, el omega se dejó caer hacia adelante sobre el pecho del alfa, siendo rápidamente rodeado con los fuertes brazos.
Y mientras sus respiraciones comenzaban a calmarse, el nudo en el interior del menor empezaba a hincharse.
El omega gimió bajito ante ello, sintiéndose invadido de una forma diferente pero igual de placentera.
—No... —susurró Jimin—. Me quiero quedar así —pidió girando su rostro para besar el pectoral del alfa.
—Lo que quieras, cachorro —consintió Yoongi, comenzando a acariciar el cabello del menor hasta que este se quedó dormido—. Te quiero... —susurró.
Cuando su nudo bajo, Yoongi no hizo nada más que tomar algunas cobijas arriba del colchón que habían apartado y los cubrió, bajando un poco más hasta que Jimin simplemente estuvo acostado sobre él con su rostro oculto en su cuello.
Si... Por fin ambos iban a poder dormir bien.
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Hola mis copitos!! ¿Cómo están? Espero que bien y que se estén cuidando un montón 💕
Tengo curiosidad ¿qué les pareció el cap? (~ ̄▽ ̄)~
Bueno, espero que les haya gustado y que tengan un lindo fin de semana, un besote y un abrazote 😘❤💜
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