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🌸Capítulo 7


—Pero papá, por favor —volvió a rogar esta vez juntando sus manos en forma de suplica.

—No Jungkook, no te voy a devolver tu motocicleta hasta que vea que pueda confiar en ti otra vez —rehusó nuevamente, firme—. Y déjame decirte que el hecho de que hayas venido a la empresa, en medio de horario de trabajo, no es para nada alentador —señaló dándole una mirada reprobatoria antes de volver a prestar atención a los documentos que firmaba.

Derrotado, el joven alfa se despidió de su padre y salió de la oficina. Se despidió del secretario quien le sonrió suavemente en forma de apoyo al haber escuchado algo de la conversación y se subió al ascensor.

—Tsk, realmente no me la va a devolver —se quejó por lo bajo, pensando en una forma de recuperar su amado medio de transporte.

Era difícil pensar algo en ese momento, de hecho, no se le ocurría absolutamente nada y no se le ocurrió ni siquiera en su viaje de vuelta en el autobús a casa.

Como el autobús no le dejaba exactamente fuera de su casa, sino que bastante calles atrás debido de a la zona, no le quedó de otra que caminar. Podría haber pedido un Uber o taxi pero era desperdicio de dinero si con tan solo caminar llegaba hasta su casa.

Una cabellera roja llamó su atención cuando estaba cerca del parque, tal parecía que su nuevo hermano se estaba despidiendo de alguien, pero por la distancia y el ángulo, no pudo averiguar de quién se trataba.

La propuesta del omega llegó a su mente, y aunque no quería, tal parecía que era su última esperanza.

En silencio siguió a una considerable distancia a Jimin, buscando una oportunidad para hablarle pero, realmente sentía un malestar de solo acercarse que le impidió hacer un movimiento.

Al llegar a casa, ambos fueron recibidos por su madre quien afortunadamente ya no estaba enojada con él después de prometer que no trataría mal a Jimin, por lo cual o trataba de ignorarlo al igual que sus otros hermanos o lo molestaba cuando sus padres no estaban presentes, ni ese pajarraco loco.

—¿Cómo te fue hoy Jiminnie?

—Biem, fue entetenido —sonrió recordando cómo había sido su primera clase hace unas horas atrás.

Todos habían sido muy amable con él y nadie se burló cuando hablaba, es más, tanto los adultos mayores como los cachorros señalaban con tacto sus errores en su pronunciación, ayudándole a mejorar a pesar de lo difícil que era si no podía escuchar para diferenciar en donde estaba su error.

—¿Y a ti Kookie? ¿Cómo te fue? —Jimin se volteó a verlo sorprendido, no se había percatado de su presencia al estar distraído.

—Mal —respondió escasamente, pasando de largo hacia las escaleras.

—Este chico —negó Hyekyo—. ¿Quieres comer algo?

—Primedo iré a ver a Shuga —su madre aceptó y se alejó camino hacia la cocina.

Jimin subió las escaleras pensando cómo acercarse a Jungkook cuando vio algo que le sorprendió y extrañó.

—Qué. —pregunto cortante el joven alfa al ver que el contrario solo se le quedaba mirando como tonto.

El omega negó con su cabeza y se acercó un poco más con cuidado, quería entrar en su habitación pero Jungkook estaba recargado sobre la puerta impidiéndole dicha acción.

—Tengo que hablar contigo —se obligó a decir el alfa, ignorando el amargor que sintió por pedir ayuda a Jimin.

Ni siquiera le agradaba pedir ayuda a sus otros hermanos.

—Dimle —el pelirrojo se esforzó por ignorar la mueca despreciativa del contrario cuando le escucho hablar, su omega estaba a punto de rendirse y bajar sus orejitas derrotado pero Jimin no se lo permitió.

Había estado luchando contra ello desde que conoció a sus hermanos, todos alfas dominantes e imponentes, no iba a rendirse ahora que se estaba abriendo camino con uno. Aunque era un camino forzoso al menos estaba avanzando.

—Si me ayudas a que mi papá me devuelva mi motocicleta, ¿qué quieres a cambio? —pregunto separándose de la puerta, cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Nada —negó repetidamente.

Jungkook le observó incrédulo, obviamente sin creerle pero seguía siendo su única esperanza.

—No te creo, dime ahora qué pides a cambio o no hay trato —exigió.

Desesperadamente Jimin comenzó a pensar en algo.

—Ugh... Los nombes ofensivos... No —pidió. Ese realmente sería un gran avance con Jungkook quien era el único el cual le llamaba por esos sobrenombres.

Después de unos largos minutos en silencio, el alfa asintió con su cabeza.

—Bien, pero después no me salgas con esa mier-... —junta sus labios y hace una mueca—. No digas que debo hacer otra cosa por ti. ¿Entiendes?

Jimin juntó la punta de su pulgar y dedo índice dejando los restantes dedos estirados en forma de Okey, una adorable sonrisa de ojos estaba presente, conocida comúnmente como Eye smile.

Luego de ello, se volvió a esconder en su habitación sin darle oportunidad al alfa de cambiar de opinión.

—¡Hola, hola! —saludo Shuga volviendo a prestar toda su atención a la Tv.

Tal vez no había sido buena idea enseñarle a su mascota cómo prender la Tv, ni dejar el control remoto en un lugar tan fácil y cómodo como sobre el sofá frente a esta.

—¿Qué estás viendlo? —pregunto sacándose su mochila antes de sentarse al lado del ave.

Shuga estaba viendo Running man y se veía muy interesado en Kwangsoo y JaeSuk haciendo trampa y robando las pistas de los otros integrantes que no estaban atentos.

—No sigas slu ejenplo —pidió sabiendo que su mascota no le pondría la más mínima atención.

Abrió su mochila, sacó un cuaderno y un lápiz, fue a la última hoja y escribió "Jungkook e ideas".

Llevó el lápiz contra sus labios y comenzó a buscar una forma de devolverle su motocicleta a su hermano, pronto se encontraba mordiendo la punta del lápiz y mirando distraídamente la Tv, riendo de vez en cuando debido a el programa.

Yoongi no alzó su cabeza pensando que sería otra vez Ji-eun molestando e intentando conseguir salir temprano juntos. Era la única empleada en el edificio que se creía con el derecho de entrar a su oficina cuando le diera la gana ignorando a su secretaria, al menos siempre se aseguraba de que el alfa no tuviera visitas.

Ventajas y desventajas de tener amigos cercanos trabajando en la misma empresa.

—Ya te dije que no molestaras a mi secretaria —espetó moviendo sus dedos sobre el teclado.

—Vaya, no sabía que venir a ver a mi hijo sería molestarlo a él y su secretaria —pronunció divertido Joongki. Rápidamente la cabeza de Yoongi se alzó y contempló a su padre ya listo para retirarse del trabajo.

—Lo siento padre, pensé que sería... —hace una mueca.

—¿Ji-eun? —arqueo una ceja adivinando, su hijo asintió con su cabeza—. Dime, ¿qué sucede con esa chica? ¿Están saliendo? ¿Ya seré abuelo?

—Abu-¿qué? —respondió desconcertado y negó con su cabeza—. Que ideas más locas tienes papá, y sabes que me voy más por el lado de los hombres que mujeres —señaló sin importancia.

—Si pero hasta ahora han sido unos pocos, betas y nada duradero —le recordó.

—Duran más que una mujer —se encoge de hombros.

—¿No te gustan los omegas? —indagó interesado el alfa mayor, tomando asiento frente a su hijo.

—¿Por qué piensas eso? —preguntó cauteloso, decidiendo guardar los documentos abiertos en la pantalla de su computador, reconociendo que faltaba media hora para salir aún.

Pensó que era más tarde al ver a su padre en su oficina, por lo general ambos eran los últimos siempre en retirarse.

—No sé, tal vez, porque no te he visto hasta ahora con ninguno —respondió con tono obvio—. Sabes que tu madre pronto estará interesada en ser abuela, ¿no? —preguntó juguetón.

—¿Cuando se les pase la emoción por Jimin? —respondió irónico, acompañándolo con una pequeña sonrisa de labios sin poder evitarlo. Al darse cuenta de su error suspiro con cansancio y culpabilidad—. Lo siento.

Joongki que lo había estado mirando en silencio asintió con su cabeza.

—Aunque permanecías en silencio, aun así utilizabas la distancia por lo que asumí que aún no te gustaba Jiminnie, al igual que tus otros dos hermanos —comentó—. Jimin es un buen chico Yoongi, él...

—El se aprovecha de ustedes y su dinero —atacó recordando haber visto a su padre preguntar si el menor necesitaba algo y al día siguiente recibiéndolo.

—No es así, yo soy el que le ofrece cosas, Jiminnie se niega y de todas formas se los doy. Ve su habitación, la mayoría de mis regalos siguen en su caja e incluso la ropa que le fue a comprar Hyekyo sigue dentro de su armario sin ser tocada.

—Eso no me dice mucho, y por el contrario, solo me dice que ustedes son los malos —se negó a mirar a su padre tras decir aquello. Negándose a aceptarlo.

—Puedes creer lo que quieras, pero no culpes a Jimin —dijo finalmente el hombre mayor, rehusado a demostrar que las palabras de su hijo le molestaron. Se levantó y observó al menor—. Vamos, tu madre quiere una cena en familia hoy y hay que pasar por Namjoon.

—Puedes llamarlo, cada uno tenemos auto —le recordó levantándose y tomando la chaqueta en el respaldo de su silla.

—Eso no me asegura de que irán a casa ya que últimamente los dos usan la excusa del trabajo para llegar tarde a casa o no llegar —le observó fijamente ante lo último.

Yoongi ignoró la penetrante mirada y tomó también su maletín de cuero negro, similar al de su padre.

—Si bueno, tú eres mi jefe y quién me deja el trabajo —apuntó.

—Un hombre sabe dividir bien su tiempo —se defendió—. Y de todas formas es mi asistente personal el que arregla esas cosas.

Afuera de la oficina se encontraron con Ji-eun en una tranquila conversación con su secretaria.

—¡Señor Min! —exclamó al verlo la joven secretaria.

—Dime —respondieron padre e hijo, mostrando su equivocación a la joven omega.

Bueno, ahora podía entender porque su jefe le había pedido en que le llamara joven Yoongi y no señor Min, eso creaba un poco de confusión cuando ambos trabajaban en el mismo edificio.

—Lo siento —hace una perfecta reverencia—. La señorita Lee quería entrar y...

—Si me hubieras dicho que Oppa estaba ocupado no hubiera insistido y esperado —se defendió de forma suave, observando al padre de Yoongi y sonriendo—. Disculpe las molestias señor Joongki-nim.

El alfa asintió tomando en cuenta la confianza que se había tomado la omega al llamarlo por su nombre, demasiado siendo que su hijo no mostraba interés en ella más que amistad y aún estaban en horarios de trabajo.

—Ji-eun, estás en el trabajo por lo que no te puedes tomar la confianza de llamar a mi padre por su nombre, ni porque sea amigo de tu padre —le recordó Yoongi sonriendo.

La secretaria apretó sus labios para no soltar una carcajada al ver a su jefe poner en su lugar a aquella caprichosa mujer.

Joongki fingió toser y observó hacia otro lado. Ji-eun finalmente se tragó su vergüenza y sonrió.

—Lo siento, es la emoción de verlo después de tanto tiempo —hizo una pequeña y corta reverencia—. A pesar de trabajar en la misma empresa, hay diferentes departamentos y edificios —argumento su comportamiento expresivo y confianzudo.

—Bueno, fue un gusto volver a verte pero debemos ya debemos de retirarnos —dijo el alfa mayor a forma de despedida.

—Tenemos una cena familiar esperando en casa —informó Yoongi antes de que su amiga intentara hacer un movimiento para colarse en su casa, últimamente le había molestado con saber si algo ocurría.

Aunque estimaba a su amiga, a veces era demasiado... ¿Exasperante? Y necesitaba una distancia entre los dos.

—Oh, claro. Buenas tardes señor Min, joven Yoongi-nim —se despidió Ji-eun y de igual forma la secretaria.

—Oh, cierto. Tú también puedes retirarte temprano, Chae-young —aviso Yoongi antes de que las puertas del ascensor se cerraran frente a ellos.

—¿Joongki-nim? —preguntó su padre una vez a solas en la caja metálica que descendía.

—He sido amigo de ella desde la infancia y aún no sé qué es lo que pasa por su cabeza —respondió negando.

—Los modales pueden ser importantes algunas veces, en especial si es en medio del trabajo —pronunció saliendo cuando el ascensor se detuvo en el subterráneo donde estaba el estacionamiento de la estancia.

—¿No vas a tu auto? —cuestionó al ver que le seguía.

—Sí y tú vienes conmigo. También obligue a Namjoon a irse conmigo esta mañana prometiendo ir por él a su salida —anunció deteniéndose tres autos antes que el de su hijo.

—Podríamos ir en el mío —pronunció observando a su bebé, su apreciado Audi R8 coupé de color azul marino.

—Es más seguro si vamos en el mío y tenemos que pasar por tu hermano —le recordó quitándole el seguro—. Ya súbete.

Con resignación se subió en el asiento de copiloto.

—Avisa a Namjoon que ya vamos por él, que esté listo y que no se olvide del pedido de tu madre.

—¿Qué pedido? —pregunto imitándolo y colocándose el cinturón de seguridad.

—Tú solo llama —dijo comenzando a manejar, saliendo del edificio.


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