Jimin soltó una risita bastante dulce y risueña mientras inclinaba su cabeza hacia el costado, dándole más acceso al alfa quien aprovechó inmediatamente para seguir plantando pequeños besos a lo largo de la rica piel del menor.
Estirando su mano, el pelirrojo tomó su único audífono bueno y se lo colocó.
—¿No deberías de ir a trabajar, Hyung? —preguntó volviendo a cerrar sus ojos, dividido entre las caricias de su pareja y el atrayente sueño aún presente en su cuerpo.
—Un buen alfa acompaña a su omega a lo largo de su celo —murmuró ronco, acariciando la desnuda cintura del menor.
—Pero hyung, mi celo ya terminó —le recordó con una sonrisa, abriendo sus ojos se dio media vuelta para enfrentar a Yoongi—. Y hoy es lunes, debe de ir a trabajar.
—Tu aroma sigue siendo fuerte por lo que a mí concierne, aún no acaba —mordió juguetonamente el mentón del omega—. Y, tenemos una hora con el médico de la familia —informó.
Había logrado comunicarse y obtener la hora en uno de sus momentos libres, claro que él tampoco se quejaba de la manera en que su tiempo había sido ocupado, toda su atención había recaído en un lindo pelirrojo que requirió de su tiempo completo durante todo el fin de semana.
—¿Médico? ¿Tenemos? —repitió alzando una ceja.
—Razón uno, quiero que revise tu oído después de lo que me contaste y razón dos, los condones no son cien por ciento fiables —enumeró.
Con sus mejillas algo rosadas, el omega asintió lentamente recordando cierto momento vergonzoso que tal vez desearía olvidar hasta de la mente de su alfa.
—Yo... Ugh... Gracias por no haberme escuchado cuando toqué el tema de los cachorros —dijo nerviosamente—. Yo quiero niños, hyung —aseguró—. Pero ahora de ya... No... —murmuró avergonzado, aún no pudiendo creer que en verdad había llorado por ello.
—Es mi deber cuidar de ti, cachorro —respondió con cariño—. Y aunque un bebé de los dos sería una bendición, soy consciente de que tienes deseos de seguir estudiando, aunque aún no sepas en qué exactamente —pronunció inclinándose para robarle un fugaz beso al pelirrojo—. Y yo te voy a apoyar en todo lo que desees, con todos tus sueños y metas.
—Gracias, Yoongi hyung —sonriendo hermosamente, ahora se inclinó él para robarle un rápido beso a su hombre antes de sentarse en la cama, provocando que las sábanas se reunieran en su regazo—. Bueno, siendo tan responsable y trabajólico como sé que es, estoy seguro de que solo pidió la mañana libre para tenerla conmigo —anuncio.
Levantándose de la cama, la sábana lentamente se deslizó de su cuerpo como una tierna caricia, revelando la hermosa piel desnuda del omega quién ciertamente lo olvido o ya ni se inmutó luego de todo un fin de semana sin ropa.
—Por lo que no podemos quedarnos toda la mañana en la cama como hicimos todo el fin de semana —indicó alejándose.
—Me conoces bien, Minnie —sonrió el mayor, siguiendo a su pareja al baño.
Tal vez un poco divertido de que el menor ya no le molestara mostrar su desnudo cuerpo como en un principio, que ciertamente se había mostrado algo avergonzado y sin razón porque todo él era perfecto, desde su rojizo cabello hasta sus pequeños pies.
Jimin abrió de más sus ojos al contemplar su cuerpo a través del espejo del baño.
—¡Hyung! ¿Qué se supone que voy a hacer con esto? —chillo sorprendido por la cantidad de chupetones y mordiscos en su pecho y cuello.
—¿Cuál es el problema? —preguntó descaradamente, bastante satisfecho con su trabajo—. Se ven bien.
—Pero ¡hyung! —se quejó con un puchero—. Ya no hace frío como para usar camisetas o suéteres con cuello alto y hoy se supone que iré a una de las clases de Hoseok hyung.
—Bueno, entonces que las otras personas las vean para que sepan que no estás solo —gruñó con el ceño fruncido, acercándose por detrás del menor su figura apareció también en el espejo—. Además, no creo que sea buena idea que vayas.
—¿Por qué? —pregunto algo distraído, por alguna razón, le gustaba ver como le quedaban las marcas en su piel, en especial en su cuello.
¿Eso era ser retorcido?
Se sentía querido cuando las veía, muy amado y hasta cierto punto... Sexy.
—Tu cuerpo está algo adolorido, ¿no? —Yoongi sonrió satisfecho ante el sonrojo del menor. Apoyó sus manos a cada lado del cuerpo del omega, enjaulándolo y presionando sus cuerpos juntos—. Tuvimos mucha actividad hasta hace poco —le recordó mirándolo fijamente a través del espejo.
—No sé por qué siento que solo está diciendo estas cosas para verme sonrojado —murmuró estrechando sus ojos.
—Acertaste, el rojo en tus rellenos mofletes es adorable —sonrió y besó el hombro del pelirrojo para separarse.
Alejándose, se metió a la ducha y reguló el agua, cuando estuvo a una temperatura perfecta estiró su mano hacia afuera, invitando a su pareja.
Sin esperar, Jimin estiró su mano y tomó la de su alfa, con cuidado ingresó cerrando la puerta de vidrio.
Ambos aprovecharon bien esa ducha con caricias inocentes y besos tontos, sabiendo que al llegar a casa no podrían compartir una juntos ni otro tipo de actividades más placenteras por respeto a sus padres o tal vez era algo de modestia por hacer algo bajo el mismo techo que sus padres otra vez, si contaban el pequeño e inesperado episodio de la cabaña.
Cuando salieron, Jimin se dio cuenta de un gran detalle que ninguno de los dos tuvo en cuenta.
—Hyung, no tengo ropa aquí —le recordó al alfa.
—Puedes usar mi ropa —Yoongi terminó de colocarse su ropa interior y fue director hacia su armario.
—No creo que la tuya me quedé bien, Hyung, eres más grande que yo —le recordó colocándose un bóxer bajo la toalla que rodeaba su cintura.
El mayor se dio vuelta con un conjunto de ropa entre sus manos.
—Tengo un pantalón buzo, tal vez te quede algo largo pero de la cintura te quedará bien. Respecto a la camiseta no puedo hacer nada —dijo entregándole el conjunto.
Colocándose la ropa, el pelirrojo se percató de que la camiseta mostraba claramente sus clavículas y sus marcas.
—Uhm, tal vez pueda usar mi chaqueta encima, o mi camisa —pensó—. ¿Dónde está mi ropa?
—Lo siento cachorro, pero estuve algo entretenido por lo que siguen en el canasto de ropa sucia —pronunció el mayor, ya vestido también con su traje—. Te ves bien así —le aseguró.
—Los chupetones se ven —los señaló con su dedo.
—Por eso —sonrió satisfecho.
—Recuerdo que me había dicho en algún momento que no era del tipo celoso —comentó con diversión, cruzando los brazos sobre su pecho.
—Y no lo soy hasta cierto punto, pero sigues en celo y con mi ropa puesta tienes indudablemente mi aroma encima para advertirles que tienes pareja a los demás —argumentó.
—Pero si ya no estoy en celo —repitió divertido.
—Tu aroma me dice lo contrario —canturreo saliendo de la habitación, bajando de las escaleras—. Es tan delicioso que seguramente atraerás a alfas idiotas.
—Hyung, mi aroma está normal —rió siguiéndolo de cerca—. Tú solo estás siendo una alfa posesivo.
—¿Te molesta? —preguntó el contrario, deteniéndose en la entrada de la cocina.
Tal vez estaba siendo un idiota con todo eso y estaba molestando a su omega.
Antes de que pudiera darse media vuelta, Jimin lo rodeó con sus brazos y plantó un beso en la nuca de Yoongi, teniendo que levantarse ligeramente sobre las puntas de sus pies para ello.
—No hyung, no me molesta. A mí también me gustaría que llevara una prenda con mi aroma en todo momento, advirtiéndole a los demás que también tiene pareja —confesó.
—Uhm... Así que somos unos hombres posesivos, ¿eh? —bromeó relajándose.
—Eso parece —aceptó y soltó el cuerpo del contrario—. Uhm ¿tal vez debería de dejar algo de ropa aquí? —pregunto tímidamente.
Sentía que era diferente tener algo de su ropa en la habitación de Yoongi en casa que tenerla en su departamento.
—Creo que es una excelente idea —sonrió el alfa, acercándose para besarle la frente. Realmente pensar en ello le entusiasmaba—. ¿Preparamos el desayuno?
Asintiendo con la cabeza, ambos prepararon un desayuno simple y rápido. Cuando terminaron, limpiaron lo que ensuciaron y se lavaron los dientes antes de salir del departamento.
Todo había sido tan hogareño y simple, que por alguna razón, ambos se vieron a sí mismos viviendo así en el futuro, dejando con ello un cálido sentimiento en su pecho ante la visible visión de un futuro juntos.
🌸🌸🌸
Fueron unos veinte minutos de conducción hasta la clínica del doctor de la familia Min.
Al llegar, Yoongi dio el nombre de Jimin y tomaron asiento siguiendo la indicación de la enfermera que no dejaba de echar miraditas al cuello del pelirrojo para seguido soltar una risita cómplice.
Esto tal vez avergonzó un poco a Jimin, solo un poquito.
Cuando el doctor les llamó, ambos entraron en la habitación.
—Buenos días chicos —saludo el hombre mayor—. Por favor, tomen asiento —señaló las sillas frente a él.
Si el hombre vio los chupetones en la piel de Jimin, lo cual claramente hizo, no dijo nada al respecto y mantuvo su sonrisa profesional.
—Cuéntenme, ¿por qué me vienen a ver hoy? ¿Cuál de los dos está enfermo? —cuestionó y observó a Yoongi—. Tú ciertamente te has estado cuidando con los resfriados —dijo satisfecho.
—Sí, tengo malos recuerdos de ello —asintió con una mueca.
"Y yo" pensó el omega.
—¿Entonces...? —preguntó sin ir más a fondo con la respuesta del joven alfa.
—Uhm, ocurrió un pequeño accidente y una compañera me arrancó uno de mis audífonos —explicó Jimin, atrayendo la atención del hombre mayor cuando de forma inconsciente tocó su oído izquierdo—. El audífono dejó de funcionar —agregó.
—¿Duele? —el pelirrojo agitó su cabeza de forma negativa.
—Ya no, pero sangro un poco y estuve escuchando por unos largos minutos un pitido agudo —recordó.
—A la camilla por favor —indicó levantándose y siguiendo al menor—. ¿Cuál oído fue?
—El izquierdo.
Los tres se quedaron en silencio mientras el doctor Ji hacía lo suyo y revisaba el oído del menor en busca de algún daño.
—No parece que te haya hecho algún daño aparentemente —pronunció luego de revisar—. Pero no me gustaría que ese accidente se volviera a repetir, podría traer serias consecuencias si no te cuidas —advirtió y el pelirrojo asintió con su cabeza.
—¿Entonces, está bien? —preguntó Yoongi.
—Sí, pero podría recetar algo para el dolor si gusta —pronunció volviendo a tomar asiento.
—Me gustaría —asintió Jimin, ganándose una mirada de su alfa. Culpable solo se encogió de hombros—. Solo tengo una leve molestia —le explicó a su pareja.
El hombre mayor contempló con interés aquella interacción antes de escribir una receta.
—¿Tienes otro par de audífonos? —preguntó el médico.
—Todavía tengo los que no son a prueba de agua —recordó el omega.
—De acuerdo, vuelve a usar esos mientras llegan otro par a prueba de agua —aconsejó—. Bueno, eso sería todo lo que podría hacer por ustedes —anunció entregándole la receta—. ¿O hay algo más? —preguntó ante la mirada de ambos jóvenes.
Jimin observó a su alfa, moviendo levemente su cabeza de forma positiva al ver la duda en sus ojos.
—De hecho, sí —habló esta vez Yoongi—. Como se habrá dado cuenta, estamos saliendo —el contrario asintió con su cabeza sin mostrar alguna reacción, sorprendiendo al menor con ello—. Aunque uso protección, me gustaría de tener algo más de seguridad para cuando tenemos relaciones —explicó.
El pelirrojo observó sus manos, algo avergonzado como para enfrentar a cualquiera de los dos hombres contrarios.
—Entiendo que quieras cuidar de tu pareja, aún es muy joven para quedar en cinta.
El omega frunció el ceño ante la respuesta del médico, sintiendo de pronto una brecha que antes no había entre los dos.
Como si sintiera su inquietud, su alfa tomó su mano y entrelazó sus dedos.
—No es por eso, Jimin tiene deseos de seguir con sus estudios y yo lo apoyaré en lo que desee —señaló con algo de dureza en su tono.
—Oh, mil disculpas —dijo sinceramente—. Y respecto a tu pregunta, hay médicos especializados para omegas que cuidan de ese campo —anuncio—. Ya que solo tengo un conocimiento básico y general respecto a los celos de los omegas y sus ciclos, no sería de mucha ayuda en esto pero la clínica posee una excelente doctora que podría ayudarles y resolver todas sus dudas —explicó—. ¿Gustan que reserve una hora?
—Uh, claro —asintió el menor.
—No hay nada que temer o avergonzarse —pronunció ante la visible incomodes de Jimin—. Ella es prácticamente otra doctora que solo te hará preguntas y chequeos, muchos la visitan por lo mismo —sonrió tranquilizadoramente a Jimin—. La enfermera a cargo les llamará a cualquiera de los dos para confirmar la hora de la consulta.
—Bueno, gracias —Yoongi dijo levantándose junto al menor.
Murmurando un gracias, Jimin salió junto a su pareja.
—Si no quieres no es necesario ir, cachorro. Solo es como una medida de seguridad más —pronunció Yoongi con tono tranquilizador, no quería obligar a su pareja a hacer algo que no deseaba hacer.
—No es eso Hyung —negó—. Solo me sorprendió un poco. Hablar con otros sobre lo que compartimos es algo... A lo que no estoy acostumbrado —admitió.
—Bueno —asintió alzando sus manos aún entrelazadas para besarlas—. Nunca hagas algo que no queras.
—No lo haré, hyung —prometió.
—Ahora, a una farmacia para tu medicamento, luego a casa y tal vez al trabajo —bromeó.
Jimin rió, sabiendo que su pareja se presentaría al trabajo a pesar de que bromeara con que no.
Subiéndose al auto, Jimin se colocó el cinturón de seguridad mientras el alfa lo rodeaba y se subía por el lado contrario.
—¿Te gustaría que fuera contigo? —preguntó de forma inesperada.
—¿En serio? —preguntó con tono más animado de lo que quería admitir.
—Como aún estoy en celo, pensé que le gustaría que me mantuviera a su alrededor —sonrió siguiendo la excusa de su alfa.
—Me encantaría, pero temo que te aburras —advirtió sonriendo.
—Siempre puedo ir a molestar a papá también —se encogió de hombros.
—Bueno, ciertamente él sería feliz con ello —reconoció Yoongi con una pequeña risa.
—Cuando lleguemos a casa quiero presentarle a alguien —recordó Jimin y sonrió al instante, emocionado.
—¿A quién? —pregunto curioso el mayor, dándole una rápida mirada curiosa.
—Sorpresa —rió pensando en Shuga y su pareja, Chim.
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