🌸Capítulo 64
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Yoongi supo en el momento exacto en que su cachorro volvió a despertar, y no dudó en corresponder el beso de su pareja.
—Buenos días Hyung —murmuró el menor sobre sus labios, una linda sonrisa de ojos estaba presente en su hermoso rostro.
El alfa abrió sus ojos contemplando a su pareja descansar sobre su pecho, sonrió como un depredador al sentir cierta dureza contra su cadera.
—Uhm... ¿Mi cachorro me necesita otra vez? —preguntó juguetón.
Sonrojado, Jimin se ocultó en su cuello mientras murmuraba un sí en respuesta.
Aunque la necesidad era menor a comparación a la del día anterior o hace algunas horas atrás, todavía estaba presente.
Su omega llamaba a su alfa para que lo volviera a llenar y anudar, pero la conciencia de Jimin estaba más presente esta vez lo que significaba que el calor de su celo comenzaba a disminuir, aunque fuera lo suficiente como para pensar antes de hablar y no guiarse solo en su instinto debido al calor.
Oh, de solo pensar las cosas que había hecho y dicho... Jimin se avergonzaba y excitaba al mismo tiempo.
En un movimiento rápido, Yoongi movió al pelirrojo sobre su espalda y se colocó sobre él, acomodándose entre los firmes muslos del omega.
—Tu aroma me está volviendo loco otra vez, cariño, me está llamando —pronunció inclinándose hacia adelante, restregando su nariz en el cuello del menor.
—Hyung... Te necesito... —gimió mordiendo su labio inferior, sintiendo ese intenso calor resurgir.
—Siempre que me necesites me tendrás, cachorro —prometió y le besó castamente antes de alejarse sentándose sobre sus talones—. Pero esta vez no será nada desesperado y rápido como las últimas tres veces, esta vez lo probaremos lentamente —sonríe—. Te haré el amor lentamente, Jimin.
—Por favor... —susurro contemplando expectante como el alfa tomaba otro condón y se lo colocaba lentamente sobre su duro eje.
Sabiendo que su compañero le recibiría sin problemas, el mayor acarició los muslos del omega separándolos más mientras volvía a entrar en aquel acogedor lugar que volvía a recibirle igual de apretado y ansioso que la primera vez.
El pelirrojo gimió y arqueó su espalda mientras enterraba sus uñas en el colchón.
Con suaves balanceos constantes, el mayor comenzó a moverse mirando extasiado su pene entrar y salir de aquel lugar que se apretaba cada vez que su polla se alejaba, como si no quisiera que saliera nunca de ahí.
Trasladando su mirada, siguió con satisfacción el camino de chupetones que había dejado en la deliciosa piel de su pareja hasta el cuello, y luego subió hacia el rostro de su omega perdido en el placer.
Inclinándose hacia adelante, apoyó sus antebrazos a cada lado del rostro del menor quien abrió los ojos cuando dejó de mover sus caderas.
—¿Hyung? —pronunció con su voz agitada.
Ah... Su voz era tan bella y perfecta. Como le miraba con sus ojitos mieles brillantes, divididos entre la pasión, el calor y amor.
—¿Sabes que te quiero mucho? —pregunto retomando el movimiento de sus caderas, moviendo ambos cuerpos ante sus empujes lentos pero duros.
Jimin sonrió hermosamente y lo rodeó con sus muslos, enganchando sus pies detrás de su espalda baja y luego con sus brazos rodeó su cuello.
—Yo también te quiero mucho, Yoongi —respondió y le besó transmitiendo todo sentimientos que no dijo con palabras, no fue necesario luego de ello.
Y aunque ambos estaban cerca de su deseado orgasmo, su clímax, el alfa no aceleró sus movimientos de cadera. Sus penetraciones siguieron lentas pero con un ritmo constante y con poca fuerza que fue reemplazada con la dulzura y cuidado, pero golpeando expectante aquel punto dulce que volvía loco al menor.
Sin poder dejar de besarlo, el mayor bajó una mano y atrapó el miembro de su pareja, comenzado a masturbarlo.
Ambos se miraban fija e intensamente, sin poder alejar la mirada del otro mientras el arrasador clímax volvía a sacudir sus cuerpos.
Ambos gimieron y se unieron en un último beso dulce antes de llegar a lo alto de su orgasmo.
Con el nudo ya expandido en el interior de su cachorro, Yoongi no pudo cambiar a una posición más cómoda, pero ambos estaban bien con ello, ya que se pudieron seguir mirándose el uno al otro a los ojos, repartiendo besos que variaban de lo tierno a lo perezoso.
—Amo como se siente su nudo en mi interior —pronunció entre beso el pelirrojo, con sus mejillas sonrojadas no solo por el esfuerzo de hace un momento atrás, sino que por la vergüenza al darse cuenta de sus palabras.
No había tenido intención de expresar su pensamiento en voz alta.
—Y yo amo cómo te sientes alrededor de mi pene —respondió con un gruñidito juguetón, mordiendo un rojo e hinchado labio superior—. Pero sabes... Amaría verte también jugando con un consolador en tu pequeño y dulce agujero —expresó y de solo imaginar aquella excitante escena, su pene luchaba por volverse duro nuevamente.
Con su lengua, Jimin acarició el labio inferior del alfa de manera lenta y sensual, atrayendo su atención.
—Aunque moriría de la vergüenza, si Hyung quiere ver... —se escogió de hombros y sonrió ante el gemido ronco del alfa mientras este se escondía en su cuello.
Se sentía tan bien, confiado y sexy en los brazos de Yoongi que definitivamente probaría cualquier cosa que le propusiera su pareja.
—No me tienes Minnie, mi nudo aún sigue en tu interior —le recordó moviendo su cadera, sacándole un gemido al contrario.
—Hyung... —murmuró para ser atrapado nuevamente en un beso arrasador.
Cuando en nudo del mayor bajo, se mantuvo unos minutos más en el interior del omega, besando el hermoso rostro hasta que el hambre se hizo presente entre los dos y causó una risita baja en ambos ante el rugido de sus estómagos.
—Vamos, ¿quieres una ducha y comida o comida y ducha? —pregunto saliendo del interior de su pareja con un gemidito.
—Comida y ducha, quiero que su aroma siga sobre mí por un tiempo más —respondió siguiendo al mayor a la orilla de la cama.
Una pequeña mueca de dolor surcó sin permiso entre sus labios cuando se sentó en la orilla de la cama, expresión que el mayor no dejó pasar.
—¿Te duele? —pregunto preocupado, acercándose a su pareja.
—Solo un poco —aceptó, pero aceptando fácilmente el dolor debido a que sabía a qué se debía.
—Espera un poco, creo que tengo algo que te ayudará —levantándose agarró su bóxer del suelo y desapareció en el baño.
En segundos volvió a aparecer con una pastilla en una mano y un paño húmedo en la otra.
Entregándole la pastilla, empujó suavemente al pelirrojo contra el colchón y en silencio se dedicó a limpiar los restos de semen en el pecho y torso de su cachorro, ignorando el miembro de su pareja el cual hacía un esfuerzo por levantarse ante las atenciones para vergüenza de Jimin.
Cuando terminó, se limpió a sí mismo y volvió a dejar el paño húmedo en el baño.
—Sé que dijiste que no querías bañarte aun pero necesitábamos limpiar el semen antes de que se secara y pícara —explicó—. Bajemos, así comemos algo y te tomas eso, te ayudará —prometió.
Asintiendo con su cabeza, el pelirrojo se levantó de la cama y alzó una ceja ante la mirada del alfa sobre él.
—¿Qué? —preguntó.
—Nada —dijo con aire satisfecho—, solo me perdí ante la vista de tu cuerpo —le guiño un ojo.
Jimin se negó a permitir sonrojarse y soltó una risita mientras buscaba su ropa.
—No te vistas —advirtió el mayor—. Quiero seguir apreciando la vista.
—No andaré desnudo todo el día, Hyung —respondió contemplando divertido como el alfa ocultaba su ropa.
—Lo harás si puedo evitarlo —se acercó al menor y plantó un beso antes de salir de la habitación y bajar las escaleras.
Jimin se volvió a sentar en la cama y soltó un suspiro ante el ligero dolor bien recibido en su trasero.
Revisó la hora en el despertador sobre la mesita de noche y alzó ambas cejas sorprendido al contemplar que era pasado de medio día, por mucho.
El desayuno definitivamente no era lo que debería de preparar su pareja para la hora que era, el almuerzo sería más conveniente.
Volviendo a levantarse, tomó la camiseta del mayor que seguía en el suelo y se la colocó, agradeció cuando esta alcanzó a cubrir su ingle.
Buscando sus pantalones, recuperó su teléfono celular y sólo entonces recordó a su amigo.
—Taehyung... —chillo y salió con rapidez de la habitación, ignorando cualquier molestia de su cuerpo—. ¡Hyung! ¡Hyung!
—¿Qué sucede? —pregunto preocupado ante los gritos de su pareja.
—¿Taehyung? ¿Dónde está Tae? ¿Lo olvidamos en la fiesta? —interrogó preocupado.
—Calma Jimin —pidió y le obligó a tomar asiento en el sofá.
—P-pero...
—No lo olvidamos en la fiesta, se fue con Jungkook —Jimin se tensó.
—¿Jungkook? —repitió no creyendo que aquello fuera bueno.
—Sí —aseguró y besó su frente—. ¿Por qué Taehyung se oculta como omega? —preguntó al recordar—. ¿O se presentó como uno hace poco?
El menor suspiro, siendo obvio que su amigo no podría seguir manteniendo su secreto después de lo de anoche.
—Él es un omega que lo oculta por diversas razones, pero la principal son sus padres —admitió reconfortándose con los cuidados de su alfa. Suspiró en alivio cuando los labios de Yoongi se posaron sobre su frente.
Yoongi alzó ambas cejas, sorprendido ante la revelación de su pareja.
—¿Crees... Crees que ellos dos estén bien? —pregunto Jimin inclinado su cabeza hacia atrás para poder apreciarlo.
—De momento, sí... Si hubiera habido algún problema tu amigo ya te habría llamado —respondió y volvió a la cocina, llevándose con él a su pareja lo sentó en un banco de la isla—. No te preocupes —pidió y observó al pelirrojo—. Recuerdo haberte pedido que estuvieras desnudo —observó.
—Y yo dije que no —rodó sus ojos divertido—. Además, solo estoy usando su camiseta —pronunció levantándola y revelando su desnuda piel con algunos chupones de los cuales, Jimin aún no era consciente.
—Perfecto —murmuró apretando los muslos del menor antes de alejarse de la tentación.
Acercándose a la olla revisó el agua para los tallarines.
—¿Qué vamos a comer? —pregunto siguiendo con sus ojos los movimientos del alfa.
—Algo simple y rápido, tallarines con salsa y trozos de carne —respondió abriendo el refrigerador. Rasco su nuca al ver que una parte de su plan fallaba—. ¿Te importa si es solamente fideos con salsa?
Jimin soltó una risita baja—. No me importa, Hyung.
Después de comer y una tomar una agradable ducha en compañía del otro, ambos estaban otra vez en la cama solamente en ropa interior. Yoongi sentado se recargaba en el respaldo de la cama mientras la espalda de Jimin se apoyaba en su desnudo pecho.
El menor tenía entre sus manos su teléfono respondiendo las preguntas de Jin y disculpándose por haberle preocupado. También había hablado con Taehyung y se había asegurado de que estaba bien antes de concentrarse en las caricias que su alfa estaba repartiendo en su cintura.
—Lamento lo de ayer, Jimin. No debí de hablar con Ji-eun sobre lo que me molesta. Tenías razón, somos una pareja y debí de hablarlo contigo —se disculpó el mayor.
—También es mi culpa, Hyung —reconoció Jimin—. Había tenido un día malo y le había echado de menos. Llegar aquí y encontrarle a solas con su amiga, aunque no me gusta admitirlo, me trajo malos recuerdos —suspira, sabiendo que su pareja reconocería a qué se refería con eso—. Luego me dio celos saber que usted confiaba más en ella que en mí y...
—No es que confíe más en ella, Jimin —interrumpió Yoongi—. Yo... —torció sus labios.
—Hyung, está bien... No entremos en ello, podríamos volver a discutir y no quiero —pidió acariciando las manos que reposaban sobre su abdomen, calmándolo—. Sé que hay cosas que solo se pueden hablar con amigos, y aunque tal vez no me agrade tanto Ji-eun, ella es su amiga —reconoció.
—Gracias, cachorro —besó la sien del omega, aceptando la escapada que le brindó su pareja por ahora.
—Lamento haber sido infantil.
—No cachorro, no lo fuiste —negó—. Cualquier persona hubiera reaccionado igual que tú e incluso peor, yo fui un estúpido al decir aquello —se disculpó—. También fue mi culpa por mentirte y decir que fui al trabajo cuando en verdad no lo hice —reconoció.
—Me dolió eso —susurró Jimin, haciendo sentir mal al mayor—. Si no me puede decir lo que ocurre en verdad, entonces dígame que no presione y no lo haré, pero no me mienta... Es horrible saber la verdad y que a pesar de todo te estén mintiendo —recordó y una pequeña parte de él, quiso volver a enojarse con su alfa.
Como si Yoongi lo sintiera, lo estrechó fuertemente entre sus brazos y besó su cuello al cual el omega, fácilmente le dio acceso con un suspiro.
—Está bien, lo siento —susurró—. Pero si tenemos otra vez alguna discusión en un futuro, por favor no te alejes de mí —pidió recargando su frente en la nuca de su pareja—. Me sentí morir en preocupación cuando llegué a casa y no estabas, intenté dormir pero no pude pensando que podrías cumplir tus palabras... Y lo hiciste —acusó suavemente.
—Taehyung también tuvo un mal día, ambos estábamos pensando con la furia a través de nuestros ojos y pensamos que sería buena idea pasar un buen rato bailando, ni siquiera tomamos —hizo una mueca—. Bueno, tal vez solo una que otra cerveza pero eso fue todo, solo bailamos entre los dos.
—Sería hipócrita de mi parte reclamante por eso cuando yo también me escapaba a fiestas —reconoció y mordió el hombro del menor, sacándole una risita—. Pero no lo hagas cuando estemos peleados y sin avisarme, menos cuando tu celo está cerca —plantó un beso en el mismo lugar donde mordió.
—Está bien —rió el omega y luego frunció el ceño—. Pero mi celo no debía de llegar hasta el próximo mes.
Yoongi se tensó—. Cachorro, ¿aceptaste algo de algún extraño?
—No, Taehyung también me advirtió y en todo el tiempo que estuvimos allá, solo bebimos unas dos o tres cervezas que nosotros mismos conseguimos y el agua que Tae consiguió en... La cocina... —juntó sus cejas al terminar.
—¿En qué piensas? —preguntó el mayor ante el repentino silencio.
—Tengo una idea... Pero tendría que preguntarle a Tae —reconoció.
—Dímelo.
—Es solo una teoría Hyung, y podría no ser cierta —advirtió.
—Quiero oírlo de todas formas.
Jimin frunció sus labios y luego de unos segundos en silencio asintió con su cabeza.
—En las clases de baile a las que me invita Hoseok hyung hay cierto grupo de chicas que... Podrían estar celosas, o eso creo —se encoge de hombros—. Ellas... Uhm, ellas me molestan.
—¿Qué te hicieron? ¿Te lastimaron? —exigió saber preocupado.
—No. Bueno, podría ser... Al menos no hasta ayer —balbuceó.
—Jimin, podrías explicarme cachorro —pidió con tono calmado, sintiendo de cierta forma la inquietud de su pareja.
—La primera vez que me molestaron, Hoseok hyung las regañó.
—Pero ellas siguieron —adivino el alfa frunciendo el ceño, sintiéndose un idiota por no haberse dado cuenta de ello.
El menor relamió sus labios y asintió con su cabeza.
—Sí, pero ayer ya fueron a otro nivel —hizo una mueca al recordar—. Un chico con el que me tocó bailar aprovechó la coreografía que era en parejas para tocarme y restregarse en mí, entonces... ¿Hyung? —llamó cuando todo a su alrededor se volvió borroso por un segundo.
Ahora Yoongi estaba sobre él y tenía sus manos atrapadas entre las propias a los costados de su cabeza, entrelazando sus dedos.
—¿Me puedes repetir lo que acabas de decir, cachorro? —pidió con una sonrisa.
No cualquier sonrisa, sino que aquella sonrisa.
—Uhmm... ¿Dije algo mal? ¿Por qué me está sonriendo así? Sabes que odio esa sonrisa Yoongi hyung, es falsa y no llega a tus ojos —señalo arrugando su nariz mientras hacía un ligero puchero.
—¿Cómo es eso de que te tocó? —repitió ahora mostrando una feroz expresión.
Al comprender, Jimin formó una pequeña o con sus rellenos labios, aquellos que tanto había besado Yoongi, esos que le pertenecían al igual que todito el omega.
—No te preocupes Hyung, cuando restregó su entrepierna en mi trasero no aguante y le pegué, luego le dije a Hobi hyung y él lo echó de la sala.
El alfa respiro profundamente en un intento de controlar su ataque de rabia ante las palabras del menor. Sentía la necesidad de volver a estar en su interior, de hacerle otra vez el amor para que olvidara a aquel idiota que lo tocó.
¡Mierda! Solo pensar en ello le hacía hervir la sangre en rabia.
Tomando otra respiración profunda, se inclinó para ocultarse en el cuello del omega, tomando de su aroma.
—Sigue, cachorro —pronunció segundos después.
—¿Uhm? —respondió concentrado en el aliento golpeando contra la piel de su cuello, eso se sentía muy bien.
—¿Entonces ellas...?
—Ah, sí, ellas... Cuando el profesor lo echó de la sala dio por terminada la clase, entonces una de ellas fue y me quitó mi audífono bruscamente.
—¿Qué hicieron qué? —gruñó repartiendo besos en la piel, cualquier cosa que le ayudara a distraerse para no ir tras esas mocosas.
—Creo que están celosas... Y ellas estaban también en la fiesta y sé que me v-vieron —tartamudeo y giró su rostro dándole más espacio al mayor.
—¿Te lastimaron? ¿Te duele?
—Mi oído sangro por un momento y dolió por unas horas, ahora ya no me duele —prometió—. Pero... Mi audífono izquierdo dejó de funcionar.
—Bien, conseguiré una hora con el médico para que revise eso. Ahora realmente tengo otra cosa en mente —ronroneo volviendo a mirar los ojos de su pareja—. Dime dónde ese idiota te tocó.
—¿Por qué? —preguntó sintiendo como su cuerpo volvía a encenderse, respondiendo al tacto del contrario.
—Porque no quiero ninguna marca de otro hombre en tu cuerpo —gruñó sin poder evitarlo.
—Pero si fue ayer, Hyung, ya me ha tocado y besado cada parte que él me tocó —el alfa arqueó una ceja y esperó en silencio. Jimin suspiró—. Mi cintura, cadera, vientre y trasero.
—Bueno, ahora tengo trabajo que hacer —dijo con una sonrisita juguetona, soltando las manos del menor para bajar y comenzar a besar cada parte que mencionó su omega.
Las risas pronto se transformaron en gemido, y cuando menos se dieron cuenta, ya se encontraban haciendo el amor otra vez.
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