🌸Capítulo 49
SeokJin hipo y sorbió su nariz. Suspiro algo tembloroso y dejó que aquellos fuertes brazos que lo rodeaban le reconfortaran, acurrucándose más contra el alfa mientras se inundaba en su rico aroma.
—Todo estará bien —susurró Namjoon, sin dejar de apoyar su mejilla contra la cabellera negra del omega.
—Ya no tengo casa Namjoon, lo perdí todo —exclamó con dolor—. Perdí recuerdos irremplazables, fotos de mi princesa, de cuando estaba embarazado —susurro lo último, sintiendo como las lágrimas se avecinaban nuevamente.
El alfa hizo una mueca, comprendiendo. Hizo lo único que podía hacer en ese momento, le abrazó con más fuerza, sosteniéndolo e impidiendo que se rompiera. Porque un hombre tan increíble como Jin nunca debería de tener esa expresión tan triste en su hermoso rostro.
Pero descubrir que su departamento había sido completamente devorado por las llamas había sido un gran golpe para el omega, los bomberos no habían logrado rescatar nada.
Es más, los trabajadores se habían mostrado bastante sorprendidos de que todo el mundo hubiera podido escapar de aquel infierno.
Si aquella alarma hubiera fallado... No, nadie quería pensar en ello.
—¿Qué voy a hacer ahora? No tengo casa, tengo que trabajar y las vacaciones de Sana también están por terminar —se angustió.
—Puedes quedarte en nuestra casa, conmigo, sabes que mis padres te estiman al igual que a la princesa —soluciono—. Con tus apreciados recuerdos no puedo hacer nada, solo puedo prometer hacer unos nuevos... Juntos.
Jin se apartó apoyando sus manos en el pecho del contrario, le observó en silencio, buscando en los lindos ojos del alfa... Algo... Simplemente cualquier cosa, ¿una señal tal vez?
—Dame una oportunidad, SeokJin, por favor, déjame demostrarte que no soy igual al imbécil de tu pasado que no te supo valorar —rogó con ternura, capturando el rostro del mayor con sus manos.
Con ambos pulgares removió el rastro de lágrimas bajo los ojos.
—Por favor... —rogó.
El omega observó perdidamente aquellos hermosos ojos, no encontrando nada más que sinceridad honesta y pura.
Trago saliva, y entonces, decidió confiar en su lobo y en sus propios sentimientos, dejando de lado sus miedos y preocupaciones.
Por primera vez después de mucho tiempo, confiaría en otro hombre, otro alfa... No, él confiaría en Min Namjoon.
—Gracias por no rendirte conmigo, Namjoonie —susurró inclinándose para besar aquellos labios del menor.
—¿Esto en un sí? —preguntó el alfa sobre los labios contrarios, sin poder esconder su sonrisa.
—No nos lastimes, por favor —rogó el mayor, recargando su frente en la del contrario.
—No te preocupes, tu felicidad y la de pronto mi hija es lo único que me importa —aseguró besándolo castamente antes de permitirle al contrario que escondiera su sonrojado rostro en su cuello, calmando todos sus miedos e inseguridades con su aroma.
Y con tan solo esas palabras, Jin supo que había Hecho bien al confiar y darle una oportunidad.
—¿Volvamos a casa? —pregunto Namjoon aún sosteniéndolo entre sus brazos minutos después.
—Sabes que no me quedaré en tu casa, ¿cierto?
—¿Por qué? —a su pesar, Jin se alejó para poder moverse.
—Porque... Son mis jefes, es... No sé... ¿Poco ético? ¿Raro? —arrugó su nariz. Tomando la mano del alfa ambos se dirigieron al auto.
—Será hasta que encuentres otro departamento. ¿Y qué mejor que quedarse en mi casa? Mamá ama a Sana al igual que todos. Mis hermanos y padres pueden cuidar de ella mientras trabajas y ayudarte cuando vuelva a sus clases —señaló tratando de convencerlo.
Jin mordió su labio inferior, eso realmente le ayudaría mientras buscaba un nuevo lugar donde vivir.
—... Me quedaré por unos días mientras arreglo todo, si a tus padres no les incomoda y, no dormiré en tu habitación —añadió entrecerrando sus ojos.
El alfa rió—. Está bien, hay una habitación de invitados o puedes compartir con Minnie, a él le encantará. Tal vez ni siquiera ocupe su habitación al ya estar con Yoongi —le recordó.
—Hablando de Jiminnie, hace algunos días me enteré de algo sorprendente —comentó.
—¿Qué? —pregunto curioso, arqueando una ceja.
—¿Es verdad que cuando se enteraron que Jimin sería su nuevo hermano, lo trataron mal? —preguntó deteniéndose frente al auto, observándolo.
Namjoon se aclaró la garganta y observó hacia otro lado claramente avergonzado por su comportamiento de aquel entonces.
—Hicimos mal, teníamos nuestras razones pero... Eso no es excusa realmente —suspiro culpable—. Todavía estoy avergonzado por ello y a pesar de que Jimin ya nos disculpó... —hace una mueca.
—Hey, está bien —aseguró el omega, atrapando su rostro para obtener su atención—. Al menos reconociste tu error y te sientes culpable por ello —dijo con suavidad.
Quería preguntar cuál era esa razón para tratar mal a alguien tan bueno y dulce como Jimin, pero aún no quería presionar con ese asunto. Namjoon ni siquiera le había preguntado respecto al padre de Sana, por lo cual él también respetaría su espacio.
—Vamos, volvamos —anuncio agradecido el castaño chocolate.
Sin poder evitarlo, Namjoon le robo otro beso que para su felicidad, fue rápidamente correspondido con el mismo deseo.
HyeKyo agradeció a su esposo cuando este le ayudó a bajar del auto.
—¿Día muy duro? —preguntó su alfa con una pequeña sonrisa comprensiva.
La omega resopló mientras llevaba un mechón de cabello tras su oreja.
—Recordé por qué le deje manejar el negocio a mi hermano y a la vez este recordó por qué había contratado a SeokJin para que ocupara su lugar —refunfuño.
Solo habían pasado un par de días, pero Dios si no quería huir del trabajo y volver a la tranquilidad de su casa en compañía de Jimin y Shuga.
Pero era por el bien de Jin y Sana que iba al restaurante, los dos necesitaban algo de tiempo luego de aquel accidente donde perdieron todo. Había sido doloroso cuando la pequeña finalmente pregunto cuándo volverían a su casa y SeokJin tuvo que explicarle la situación.
Además, era el negocio de sus padres, qué había dejado en sus manos. Mientras su esposo dirigía la cadena de restaurantes junto a su hijo mayor, ella había decidido quedarse atrás en la casa y dejar que su hermano, quien era un chef profesional, manejara los demás asuntos pero Hyuk también estaba deseando quedarse en casa junto a su esposa e hijos, por algo había contratado a SeokJin.
—¿Has notado la cercanía que hay entre Namjoon y SeokJin? —pregunto Joongki colocándole seguro al auto.
—Desde hace un buen tiempo —rió bajito—. Para nada disimulado de que le gusta pero últimamente a ambos los he visto más unidos, espero que Jin por fin le diera una oportunidad a mi hijo —suspira—. Con lo terco que fue para que aceptara quedarse hasta que encontrara otro lugar, dudo que se lo deje fácil a Joonie —comentó acompañando a su esposo mientras este fumaba un cigarrillo—. Odio que fumes.
—Lo sé, amor —sonrió exhalando el humo en dirección contraria—. Solo por hoy, lo necesito luego de enfrentar a mis padres —bufo.
—Ugh... ¿Buscan problemas?
—Nada que no pueda manejar —prometió.
—¿Sabes? Ahora que lo pienso, ellos dos no son los únicos que han estado actuando extraño —pronunció al escuchar la voz de Jimin en el interior de la casa.
—¿Te refieres a Jimin y Yoongi? —adivino el alfa—. Los noté algo distantes, me imaginé que discutieron por algo.
—No lo sé —junta sus cejas—. Siento que hay algo más.
—¿Cómo qué? —preguntó apagando el cigarrillo antes de entrar a la casa junto a su esposa.
Enseguida un agradable bullicio lleno de voces y risas animadas les invadió. El ambiente era tan cálido que les sacó inmediatamente una sonrisa a ambos adultos.
—No lo sé —repitió algo frustrada por ello—. Pero sé que ambos me esconden algo y no me gusta —añadió.
—Tal vez te estas haciendo ideas —opinó.
—Mm...
Ambos apenas alcanzaron a sacarse sus zapatos cuando fueron abordados por el mayor de sus hijos.
—Necesito tener unas palabras con ustedes —pidió—, en privado —añadió.
—Vaya, gracias por saludar —refunfuño HyeKyo pero al presenciar la seriedad en el rostro de su hijo, observó a su esposo.
Casi parecía decirle con sus ojos "te lo dije"
—Vamos a mi despacho —dijo el alfa mayor, esquivando los ojos de su esposa.
En silencio, los tres pasaron la entrada y doblaron a la derecha, abriendo las dos puertas.
—¿Y bien? —pregunto Joongki dejando su maletín sobre su escritorio y desarmando el nudo de su corbata.
Yoongi cerró las puertas y se dio media vuelta enfrentando a sus padres.
Con nerviosismo relamió sus labios pensando cuidadosamente cómo abordar el tema, pero de que iba a hablar, lo haría.
Ya no podía soportar que su cachorro fuera todo cariñoso cuando estaban juntos pero eran obligados a alejarse cuando sus padres estaban cerca, ya que según los otros, eran demasiado obvios al estar uno cerca del otro.
Ya no soportaba eso, necesitaba arreglarlo por lo que...
—Estoy enamorado de Jimin —listo, directo al punto como siempre.
Contempló a ambos mayores esperando todo tipo de reacción, desde positiva a negativa.
La omega alzó ambas cejas sorprendida y observó a su esposo quien también tenía la misma expresión de sorpresa en su rostro.
El silencio espeso lleno la habitación, hasta transformarse algo un poco... Ahogante.
—¿Esto no es por...? —dejó la pregunta al aire, sin poder llegar a terminarla.
—No. —gruño a su madre, comprendiendo perfectamente a qué se refería.
Se tomó un segundo para calmarse y volvió a observar a sus padres.
—Ya superé eso —señaló—. Sé que dejé el piano —se adelanta observando a su padre—, pero aunque esa era mi pasión, era joven y realmente no tenía decidido qué hacer con mi vida hasta que padre me integró en el negocio que el abuelo le dejó a madre.
—Pero... Jimin ahora es tu hermano, puede que no de sangre pero... —pronunció Joongki.
—Lo sé, y no importa.
Yoongi realmente, interiormente, había esperado una reacción realmente mala de sus padres al enterarse pero... Hasta ahora no iba tan mal... O eso pensaba él.
—¿Estás seguro de tus sentimientos? —pregunto HyeKyo despacio, en un tono bajo y suave—. Porque cuando nuestros conocidos se enteren, no será fácilmente aceptado. Ellos hablarán hasta el cansancio de ustedes y les recriminaran por lo que están haciendo.
—Nunca me ha importado lo que los demás piensan o dicen —les recordó—. Yo seré fuerte por ambos, por Jimin y por mí. Sinceramente, tampoco es como si les fuera a escuchar si ustedes me dicen que me alejé de él, porque no lo haré —dijo con firmeza—. Pero para Minnie, la opinión de ustedes si es importante.
—¿Cuándo comenzó esto? —pregunto de pronto cansado el alfa mayor, apoyando su cadera en el borde de su escritorio.
La expresión de Yoongi se relajó y sonrió de manera suave que sorprendió a ambos padres.
—Pudo haber sido desde el principio, pero no lo sé —se encoge de hombros—. Lo que sí sé, es que cuando ambos descubrimos nuestros sentimientos, los negamos lo más que pudimos... Pero no logramos mantenerlos ocultos por más que luchamos contra ellos.
HyeKyo suspiro y se apoyó en el cuerpo de su esposo, se sentía un poco mal ya que ella debió de haber visto las señales, los cambios en Yoongi pero... Ella solo se había concentrado en Jimin.
Joongki no pudo hacer más que asentir mientras abrazaba a su esposa.
—Te ves decidido, no creo que te afecte mucho si nosotros nos ponemos en contra de tus sentimientos correspondidos —señaló su padre.
—¿Cómo saben que son correspondidos? —cuestionó el menor.
—Porque si no, no estarías aquí —señaló.
—Y se veía venir de cierta forma —suspiro la omega luego de pensarlo—. Jiminnie siempre actuó diferente a tu alrededor que con sus otros hermanos —añadió HyeKyo recordando las tiernas reacciones del pelirrojo.
—¿En serio? —sonríe—. Jimin tiene temor a que si estamos juntos, romperá su sueño de tener una familia.
—Eso no sucederá —anunciaron al uniso, firme.
—Independientemente de cómo vaya su relación, ambos seguirán siendo nuestros hijos —dictó HyeKyo—. Pero realmente tienen que estar seguros de sus sentimientos si quieren seguir con esto —advirtió.
—Lo estamos —dijo con una posición firme, no había dudas ni en sus ojos o tono—. También quería preguntarles algo.
—No dormirán bajo el mismo techo mientras estén en esta casa —advirtió el hombre mayor, entrecerrando sus ojos.
—No es eso —bufo.
"Tampoco es como si se dieran cuenta de las veces que he ido a secuestrar a mi pareja de su habitación" pensó ocultando su sonrisa malvada.
—No pienses cochinadas —advirtió su esposa, golpeando el muslo de su alfa.
—Tenía que poner una regla —se defendió—. ¿Entonces qué es?
—Hablando con Jimin, me di cuenta de algo curioso —observó la mordida en el cuello de su madre—. Nuestros lobos reaccionan entre sí, y ambos escuchamos una especie de cascabeles cuando el otro está cerca —comentó—. Ese cuento que nos contaban cuando éramos pequeños... ¿En verdad es uno? —cuestionó.
El matrimonio se quedó en silencio, ambos compartieron una mirada antes de enfrentar a su hijo.
—¿Te acuerdas de qué trataba el cuento? —pregunto la mujer.
—No mucho —confesó.
—Bueno, te diré lo mismo que el padre de HyeKyo me dijo —anunció Joongki—. Investiga.
Yoongi arqueó una ceja y su madre rodó sus ojos.
—¿En serio, amor? —preguntó.
—Tu padre no me la dejó fácil cuando descubrí lo mismo y le pregunté —le recordó—. Hay que respetar la tradición —sonrió travieso.
—Mamá —llamó el menor.
Mordiendo su labio inferior, la mujer se dejó convencer por la mirada de su esposo.
—En estos tiempo nadie habla de ello, hijo, es incluso mal visto por algunos —comentó—. Es por eso que nosotros se los contamos como un cuento.
—Tendré que investigar, ¿no? —adivino.
—Se conoce oficialmente como parejas destinadas —dio una pista el alfa mayor.
"Parejas destinadas" repitió en su mente Yoongi.
"¿Qué tan difícil puede ser investigar al respecto?" se preguntó, y por alguna razón, la sonrisa de ambos mayores no le dio confianza.
—Bien, pero no intentarán separarnos, ¿cierto? —preguntó.
—A menos que veamos que ambos solo se hacen daño —dijo su madre y negó con su cabeza.
—Y también quería hablar de... Minnie viene —anunció interrumpiéndose Yoongi justo en el momento en que se escuchó la voz de su cachorro llamándolo.
Joongki le sonrió a su hijo mayor y con su cabeza le señaló que abriera la puerta, ya le preguntaría después que más quería hablar.
—¿Yoongi hyung? —llamó Jimin del otro lado de la puerta.
—¿Estás completamente seguro de esto? —interrumpió HyeKyo—. Son hermanos.
—Así lo verán las otra personas —añadió su esposo.
—Lo estamos, ambos lo sabemos —aseguró Yoongi deteniéndose frente a la puerta—. Pero si les causa problemas, podemos irnos... Aunque creo que ese era el temor de mi cachorro.
—Estaremos bien y ustedes no se irán por el hablar de otras personas —aseguró Joongki besando la sien de su esposa, logrando que esta asintiera mientras Yoongi finalmente abría la puerta.
Jimin sonrió cuando por fin encontró al mayor y se lanzó para abrazarlo, el alfa sonrió correspondiéndole y se dio cuenta de cuando su pareja percibió a sus padres en el interior.
—Hola padre, madre —saludo alejándose rápidamente con expresión asustada—. No sabía que ya habían llegado —observó a su alfa, culpable de haber cometido un error.
Y esa era la expresión que tanto odiaba Yoongi.
—Estaba hablando con ellos, cachorro —dijo tomando de la mano al menor.
Jimin observó sus manos unidas, a Yoongi y luego a sus padres.
—Sabemos que ambos están enamorados, y está bien —señaló Joongki—. Independientemente de lo que suceda, tú eres nuestro hijo, parte de nuestra familia —le aseguró.
—Pero tienes que estar seguro de lo que sientes es algo verdadero y no un capricho —advirtió la mujer, enderezándose y cruzando sus brazos sobre su pecho—. Todos hablaran y no les importará tus sentimientos, Jimin.
—HyeKyo —advirtió su esposo.
—No, ellos tienen que estar dispuesto a enfrentarse a todo y todos si quieren estar juntos, incluso a nosotros —negó.
—No intentes asustar a Jimin, madre —gruñó Yoongi colocándose parcialmente frente a su pareja, sin entender el repentino cambio de la omega.
—Ellos lo mirarán y no de forma precisamente bonita, hablarán hasta por los codos sin importarle sus sentimientos. ¿Estás seguro de esto, cerecita? —preguntó de forma más suave, dejando ver su preocupación.
Yoongi y su padre se observaron en silencio.
Saliendo y colocándose al lado del mayor, Jimin enfrentó a la mujer que lo adoptó. Él tenía que ser firme al igual que su pareja.
—Lo estoy... Estoy enamorado de Yoongi —respondió.
—Recuerda eso siempre que pases un mal momento, mi Jiminnie —dijo con una sonrisita suave.
El pelirrojo omega observó a su alfa y luego a sus padres. Sonriendo fue hacia sus padres y los abrazo.
—Gracias por adoptarme y quererme, papá, mamá —susurró logrando que a la omega se le cayeran unas cuantas lágrimas de felicidad.
—¡Aigoo! Que niño tan tierno tengo —rió la mujer mayor enternecida.
Jimin inspiró profundamente el aroma de sus padres antes de volver al lado de su Hyung, recibiendo gustoso y libremente los brazos del mayor.
Que bien se sentía abrazarlo sin tener miedo a que sus padres le vieran.
Ahora Jimin prácticamente rebosaba de felicidad al saber que todos estaban bien y apoyaban sus sentimientos, independientemente de que eran casi familia.
—Bueno, ahora solo nos falta enterarnos de que SeokJin y Namjoon han estado saliendo desde hace un tiempo —bromeó el alfa mayor.
—¡Oh! —recordó el menor sonriendo—. Nam hyung finalmente logró que Jin le diera una oportunidad —recordó con emoción—. Lo descubrí recién que los vi besándose y solo por eso me lo dijeron —rió.
—¿Significa que tengo nieta? —chillo emocionada HyeKyo.
Jimin rió y asintió con su cabeza.
—Oh Dios mío, tengo que ir a malcriar a mi niña —exclamó con una digna emoción de un infante, saliendo apresurada de la habitación.
Joongki suspiro con pesadez, llamando la atención de la joven pareja.
—¿Qué sucede? —preguntó curioso Jimin.
El alfa volvió a suspirar dramático.
—Ya no tengo a quién amenazar respecto a que no hagan llorar a mis hijos porque... Ambos lo son y están saliendo —exclamó sacándole una carcajada al par por su extraña ocurrencia.
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