Cuando el sonido de la puerta cerrándose hizo eco en el departamento, Yoongi reaccionó por fin apartándose sin delicadeza alguna de su amiga e inmediatamente intentó levantarse de la cama.
—¿Qué crees que haces? —chillo la omega intentando detenerlo—. Aún estás débil y...
—Hazte a un lado... —pidió de manera brusca, apartando las manos de su cuerpo se levantó de la cama.
Pero Jimin ya no estaba en el departamento, él lo sabía y aun así quería bajar y comprobar para después perseguirle y así explicarle el malentendido.
Pero ¡mierda! ¿Cómo se supone que le iba a explicar ese beso que presenció?
"Lo siento Jimin, confundí a Ji-eun contigo y la besé"
Por Dios, eso sonaba estúpido hasta para él mismo.
—¿Yoongi, a dónde vas? No puedes salir de la cama, aún estás débil y enfermo —le recordó con preocupación la omega mientras le perseguía bajando las escaleras.
Al llegar abajo el alfa observó a su alrededor pero no estaba, Jimin no estaba.
Recogió la bolsa que el menor había dejado caer y volvió a dejar en el interior los medicamentos que habían escapado.
—Oppa... —pronunció alzando sus manos para tocar su débil cuerpo.
—No me toques. —gruñó cortante, percibiendo en el aire el dulce aroma de Jimin con el amargor de dolor.
Pero también estaba el aroma de Ji-eun... ¿Por qué? Ella realmente no había estado tanto tiempo en su departamento como para que lo esté.
—¿Pero por qué estás actuando así ahora? —preguntó Ji-eun frunciendo el ceño, dejando caer sus manos a los costados de su cuerpo con cierta impotencia.
—¿Qué haces aún aquí? —cuestionó Yoongi observándola, verdaderamente mirándola y notando su ropa en ella.
—Quería saber cómo estabas.
—Eso fue hace horas atrás. Te pedí que te fueras, que mi madre vendría con la medicina y no necesitaba de tus cuidados —gruñó con dolor de cabeza, en verdad su cuerpo aún estaba débil como para permanecer fuera de la cama—. Además, ¿qué haces con mi ropa puesta?
Fue a la cocina y tomó un vaso de agua para tomarse la medicina, estaba desesperado por salir y encontrarse con Jimin.
—Ensucie mi ropa y tomé prestada la tuya —respondió tomando la mano del alfa—. Yoongi... Ese beso...
—No fue nada —vociferó enseguida, soltando su mano—. Sonará rudo, pero esta es la verdad. Fue un error, te confundí con alguien más.
Lo cual le estaba matando, fue realmente estúpido su equivocación. Había estado soñando o tal vez delirando que Jimin...
—¿Con el niño ese? ¿Con tu hermano? —preguntó enojada. Recordando como Yoongi había susurrado su nombre antes de besarla.
—Sí, con él. Se supone que él estaba sentado a mi lado, no tú —le escupió irritado.
Auch... Aunque no lo admitiera, esas palabras más la actitud del alfa hacia ella le estaban doliendo.
—Es tu hermano —le recordó un tanto desesperada, como si Yoongi se hubiera perdido ese hecho.
—Lo sé, como también sé que no es mi hermano de sangre y lo que suceda entre nosotros no sería tu maldito problema Ji-eun —pronunció ya cansado de que se inmiscuyera tanto en sus asuntos y en su vida.
—¡Sí lo es! ¡Es mí problema porque sabes que me gustas! —gritó frustrada y enojada.
—Y sabes que tú a mí no, siempre te lo he dejado en claro y pensé que lo comprendías —le recordó sintiéndose un poco mareado.
Maldita sea, odiaba sentirse débil por un estúpido resfriado.
—Lo hacía, realmente lo hacía... O eso pensé —susurró cabizbaja—. ¿Por qué no me quieres dar una oportunidad? —pregunto sollozando.
"Demonios. No ahora." Pensó con cansancio el alfa.
Observó a su amiga y suspiro. Sería honesto para terminar con todo de una vez.
—Porque no me gustas y no te amo Ji-eun, no en la forma que tú quieres que lo haga y no lo haré —más directo no podía ser, era lo mejor por más frío que sonara. Ya estaba cansado de la situación con la omega—. Te veo y estimo como una gran amiga Ji-eun, pero no hay más allá que eso y si no lo quieres comprender, no me dejaras otra opción más que cortar esta amistad antes de que se vuelva dañina para ambos —suspiró cansado.
Aunque en realidad no quería hacer aquello, Ji-eun era su amiga de la infancia, de toda su vida. Pero no estaba dispuesto a salir con ella, y era momento de que la omega lo entendiera.
—Ya es algo dañino para mí —lloró—. ¿Por qué? ¿Por qué él sí pero yo no? A él apenas lo conoces Yoongi, no lo puedes compararlo conmigo que te conozco de prácticamente toda la vida, ¡él es un niño, un mocoso!
—Deja de hablar así de él —ordenó—. Simplemente es así, no se puede mandar en el corazón y eso deberías de saberlo —dijo firme—. Ahora, por favor, toma tu ropa y sal de mi apartamento. Tengo cosas en que pensar —pidió un poco más suave.
Aunque quería echarle toda la culpa a Ji-eun, también sabía que él tenía una parte de esta al no haber comprobado que era Jimin cuando la besó.
Dios, se sentía tan estúpido por confundirlo. A pesar de estar resfriado y no estar en todos sus sentidos, sentía que esa no era excusa realmente.
Pero había sentido una suave y dulce presión contra sus labios que lo había despertado y puesto alerta a su lobo, buscando más.
Y sabía que la única persona que podría lograr algo así, era Jimin... Su Jimin.
Dios, solo podía esperar a mejorarse e intentar hablar con el menor personalmente para arreglar el desastroso malentendido, no era algo que se pudiera resolver a través de una llamada o por mensajes. No quería pensar que había perdido cualquier oportunidad por algo como una estúpida equivocación.
Simplemente, no.
Jimin tenía el ceño ligeramente fruncido mientras trataba de apaciguar el dolor en su pecho con un delicioso helado de tres sabores y galletas.
Pero ni siquiera la deliciosa combinación de fresa, chocolate y vainilla con galletas y sus chispitas de chocolate lo ayudaban.
Su lobo gemía con tanta tristeza que solo le deprimía más. Sus suaves gimoteos y aullidos llamaban a alguien en específico.
El omega no quería eso, y ciertamente estaba preocupado por la necesidad de su lobo por volver con Yoongi y que este le explicara y le dijera que fue un error.
Jimin sabía que le gustaba Yoongi, pero la ansiedad de su lobo acerca de volver al lado del alfa estaba a un nivel un poco preocupante.
—¿... nie?... ¿Minnie...?
El pelirrojo sacudió su cabeza y contempló los dedos frente a su rostro. Su vecino sonrió suave y volvió a alejar su mano.
—¿No quieres Minnie? —pregunto refiriéndose al helado.
—¿Minnie? —repitió inclinando ligeramente su cabeza.
—Ah... —sonrió nervioso, rascando su nuca—. Lo siento, escuche a uno de tus hermanos llamarte por ese apodo y me pareció tierno. Ya no lo volveré a hacer.
El menor negó con su cabeza.
—No, está bien —aseguró sonriéndole suave.
O tal vez lo intento ya que al ver como la mirada del mayor se volvía seria no creía haberlo logrado.
—Vamos, ¿no quieres contarle a este viejo alfa lo que tiene tan triste a tu lobito y a ti? —pregunto suavemente.
Jimin abrió exageradamente sus ojos, sorprendido.
—¿Puede saberlo?
Gi-Kwang sonrió ladino—. Tu dulce aroma está envuelto en la tristeza pequeño.
Jimin arrugó su nariz, recordando aquel importante detalle que exponía sus emociones como a todo omega y alfa.
—¿Cuántos años tiene? —su tono fue suave mientras observaba al alfa con curiosidad, necesitando distraerse en algo.
—A~di~vi~na —canturreó recargándose en la mesa mientras observa al menor con una sonrisa juguetona.
El omega resopló algo divertido, el alfa frente a él era tan relajado y amigable que era agradable. Realmente agradecía su presencia en un momento como ese.
—Mm... ¿25?
—Gracias, pero nop —robo una galleta del menor—. Te falta.
—¿27?
—Wow, es agradable saber que aún me veo tan joven —Jimin rió—. Tengo 33 años.
La mandíbula del menor cayó levemente, sorprendido.
—Pero si se ve tan joven —señaló y se ruborizó al darse cuenta de su imprudencia—. Lo siento señor-...
—No. Dime Hyung, o por último llámame por mi nombre de pila —pidió.
Jimin frunció sus labios y sacudió suavemente su cabeza, no creía que aquello fuera prudente.
—Ooh —pronunció torciendo sus labios—. Me enojare contigo —advirtió juntando sus cejas con exageración.
—¿Gi-Kwang hyung? —susurró para probar.
—Eso, ves que no ocurrió nada malo —sonrió robando otra galleta—. Dime, ¿por qué tus lágrimas?
—Ugh... Presencié algo que no quería —contestó volviendo a deprimirse.
Inspiró profundamente y tomó una gran cucharada de su helado, quería borrar esa fea imagen de su cabeza.
¿Qué había pasado con eso de que se olvidaría de sus sentimientos hacia Yoongi?
Ni él lo sabía.
Y ahora que lo pensaba, tal vez aquella decisión no había sido tan descabellada como había pensado antes.
Sus amigos no habían estado de acuerdo con que saliera con alguien, pero su consejo de exponer sus sentimientos no podía haber sido acertada luego de haber presenciado...
Gruño bajo y tomó otra gran cucharada de helado.
—Mm... No creo que eso sea buena idea Minnie —señalo el alfa observando al menor tomar otra cucharada llena de helado.
Segundos después Jimin se arrepintió de no escuchar al mayor, específicamente cuando sintió a su cerebro congelarse.
El alfa rió sueltamente, recargándose en el respaldo de la silla mientras contemplaba las tiernas muecas del joven omega de hermoso cabello color castaño rojizo.
—No se ría —refunfuño estirando su labio inferior en un puchero.
—¿Jiminnie? —ambos voltearon y contemplaron al joven de cabellos azules.
—¿Taehyungie? ¿Kookie? —respondió el omega contemplando a ambos.
Oh cierto... Se había olvidado de la cita de su hermano y amigo.
—Ah, Hyung él es Taehyung, mi amigo. Tae, él es Gi-Kwang hyung nuestro vecino —presentó el pelirrojo.
"Soy un tonto" pensó mientras les sonreía con inocencia.
—Hola —saludo el beta. El mayor movió su cabeza a modo de saludo y le brindó una sonrisa.
—Hola Gi-Kwang hyung —saludo el joven alfa y luego observó a su hermano—. Pensé haberte dejado en el departamento de hyung hace unas cuantas horas atrás —señaló.
Jimin se removió incómodo y su vecino lo noto, al igual que su amigo.
—Mmm... Estuve un momento con él pero lu-luego me pidió que... ¿Me fuera a casa? Y como le fueron a visitar pensé que no sería mala idea irse —mintió sin poder ver a los ojos a su hermano.
Realmente era malo mintiendo, y los tres contrarios se dieron cuenta enseguida de ello.
—Entonces me encontré con él, lo invité a dar una vuelta y a comer helado —añadió el mayor de todos—. ¿Y ustedes chicos? ¿En una cita? —cambio de tema para salvar al menor.
Taehyung se sonrojo y mientras negaba con su cabeza, pero al mismo tiempo Jungkook asentí logrando que su sonrojo empeorara.
—Ah la juventud —canturreo agarrando otra galleta—. Que bonita, ¿no?
—Hum... —aclara su garganta—. Bueno, ya terminé mis compras y ya me iba a casa ¿Minnie quieres ir conmigo?
—Sí, me gustaría —dijo realmente agradecido pero luego observó el helado casi intacto.
—No te preocupes, yo me lo termino —aseguró Jungkook.
—No hay problema —aseguró también Gi-Kwang.
—Gracias por todo —pronunció levantándose, cambiando de lugar con su hermano.
—Adiós, fue un gusto conocerlo —se despidió Taehyung tomando de la mano a Jimin.
—Igualmente.
—Te llamo después —prometió el joven alfa observando como ambos se alejaban.
Tomó la cuchara y sacó una proporción de helado, entonces observó al mayor, estudiándolo.
—¿Qué le sucedió a Minnie?
—Te preocupas por él ¿no? —sonríe—. Bueno, ¿quién no lo haría? Es un joven bastante hermoso y tierno...
—Lo sé, papá ya se está calentando la cabeza pensando en alejarlo de tontos alfas y betas —ríe—. Sus palabras.
—Ah... Que recuerdos —murmura algo perdido.
—Wow, tu casa es más grande que la mía —comentó apreciando el hermoso jardín delantero de la residencia.
—Y a pesar de haber tantas habitaciones, con suerte se ocupan tres sin contar la de los dos empleados que se quedan —Jimin le observó alzando una ceja—. En serio, es la habitación de mis padres, la mía y mi sala de juegos. El comedor se utiliza solo cuando mis padres están presentes y eso difícilmente ocurre. Mi desayuno, almuerzo y cena suceden en la cocina con mi nana y el ahjussi que nos lleva a todos lados.
—Hablando de él ¿dónde está? —pregunto observando a su alrededor—. No fue por ti hoy, nos ha fallado —comentó divertido.
—Está con mi padre y no tienes que preocuparte por mi madre, tenía una salida con sus amigas —rodó sus ojos—. En teoría, tenemos la casa hasta pasadas las siete.
Jimin asintió, al llegar a la casa, una de las dobles puerta fue abierta ante ellos por una mujer algo regordeta que a pesar de tener suavemente los años marcados en su rostro, se veía joven con su traje compuesto por una falda azul oscuro pasado sus rodillas, una blusa blanca, y un mandil del mismo color estaba rodeando su cintura. Todo acompañado con un peinado impecable.
—Nana, él es mi amigo Jimin, el omega del que te he estado hablando durante semanas —presentó el beta tirando del pelirrojo hacia adelante.
La estoica expresión de la mujer se relajó hasta volverse más dulce y amigable, regalándole una gran sonrisa a Jimin mientras tomaba sus manos con delicadeza.
—Es un gusto por fin poder conocerte mi niño —y luego unos brazos rodearon a Jimin, el suave aroma a canela pico en su nariz en una suave caricia—. Puedes llamarme Nana —se alejó apretando ligeramente la rellena mejilla del menor.
Jimin sonrió, la dulzura de la omega mayor lo envolvió al igual que su calidad personalidad.
—Es un gusto —correspondió aquella sonrisa.
—Te dije que te gustaría mi Nana —sonrió Tae entrando al igual que su amigo, cambiando sus zapatillas por un par de pantuflas—. Nana, estaremos en mi habitación —aviso.
—Les llevaré un vaso de zumo en tanto este el almuerzo, no falta mucho —aseguró.
—Gracias —susurró Jimin antes de seguir a su amigo, recorriendo la casa hasta llegar a la habitación del beta en el segundo piso.
De cierta forma la habitación de Taehyung era parecida a la de Jimin, su gran cama en un lado, muebles, Tv, un clóset definitivamente más grande que el de él, un propio baño y un juego de sillones en el otro extremo.
La única diferencia además del clóset, sería el balcón cruzando la puerta de vidrio deslizante.
—Vamos al balcón —guió Taehyung, dejando sus compras a los pies de su cama mientras salía.
Tomó asiento en una silla acolchada y señaló la que estaba a su lado.
—Me gusta estar aquí, por un lado tengo vista a la calle y por otro a mi piscina.
—Es... Bonito, agradable —susurró disfrutando de la suave brisa tibia contra su rostro.
Tal vez volvería a llover por cómo estaba el clima, acompañaba con su estado de ánimo realmente si lo pensaba.
—¿Me dirás que sucedió? —pregunto suavemente Tae, observando el perfil de su amigo.
Se preocupó al distinguir la irritación en los ojos del omega.
Jimin sonrió sin mostrar sus dientes, solo fue un simple estiramiento de labios mientras la dolorosa imagen de Yoongi besando a Ji-eun volvía a invadir su mente.
—Hoy iba a cuidar de Yoongi Hyung que se volvió a resfriar, cuando llegué Ji-eun noona estaba ahí —arruga su nariz.
—Hablamos de esa mujer con el pelo corto y de feo vestido color morado de la fiesta, ¿cierto? ¿Aquella que acosó a Yoongi hyung? —preguntó arqueando una ceja.
Jimin asintió.
—Ella me dijo que Hyung la suele llamar para pasar su celo juntos.
—No me digas que le creíste —gruñó entrecerrando sus ojos.
—No, pero el que estuviera usando la camisa de hyung y tuviera todo su cabello desordenado no ayudaba, tampoco que el apartamento estuviera invadido de su olor —Taehyung frunció el ceño—. Aun así yo fui a ver a mi hyung a su habitación para darle sus medicamentos...
—¿Y qué pasó? —pregunto ante el silencio del omega.
—Sabes que estaba tratando de ocultar mis sentimientos y que había decidido intentar salir con Jong-in —observa sus manos—. Pero mientras estábamos los dos solos en la habitación... Simplemente me olvide de todo y no pude evitar besarlo.
—¡Daebak! ¿Lo dices en serio? —exclamó sorprendido, la sonrisa que había surcado entre sus labios se borro al ver la poca emoción del pelirrojo, por el contrario, parecía más deprimido.
—Fue solo una presión de labios —murmuró evitando tocar los propios—. Y él estaba durmiendo... Creo —suspira.
—¿Y entonces...?
—Baje porque se me quedaron los medicamentos en la cocina donde me distraje tratando de ignorar todo lo que me decía Ji-eun. Luego me detuve en la sala con un caos interior donde me debatía si decirle mis sentimientos en ese momento pero cuando levante mi mirada... ¡Zas!... Hyung y noona se estaban besando.
—¡¿Qué?! —exclamó alzando su voz el beta, escandalizado—. ¡¿Estás seguro?! ¿Y si ella lo besó a la fuerza?
Jimin le observó con tanta tristeza que lo tocó en lo más profundo de su alma.
—Taehyung... En la sala-comedor se puede ver perfectamente la habitación de Yoongi hyung y yo vi perfectamente como fue él quien la besaba con pasión y la atraía a su cuerpo —recordó volviendo a sentir ese nudo seco y angustioso en su garganta.
Paso saliva y respiró profundamente mientras observaba hacia otro lado, esquivando la mirada compasiva de su amigo.
—Al final pensé que todo lo que ella me había dicho era verdad y yo solo lo negaba porque como me gusta mi hyung, realmente no quería ver mi realidad —terminó de contar.
—Y entonces te fuiste y te encontraste con tu vecino —completo Tae alzando su mano para tomar la de su amigo.
—Sí, fue amable y me invitó a un helado después de caminar un rato —observa el cielo—. No quiero volver a casa hoy.
—¿Quieres quedarte conmigo hoy? —pregunto el peliazul.
—¿En serio? —el beta asintió.
—Sí, mis padres pasan tan poco tiempo en casa que no se darían ni cuenta sí incluso se me ocurriera hacer una fiesta —aseguró desinteresado—. ¿Qué dices? ¿Te quedas?
—Gracias —susurró con una sonrisa—. Pero tienes que contarme cómo te fue con Kookie.
Taehyung rió y asintió con su cabeza, de hecho, estaba emocionado por compartir con su amigo la reciente novedad entre ellos y de paso agradecerle, sabía que era por él que Jungkook había decidido dar otro paso.
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