🌸Capítulo 42
Jimin se sirvió su cereal con leche y se sentó en el banquillo de la isla. Observó a su mascota comer felizmente un poco de fruta picada y sonrió.
—Te gusta, eh —pronuncio antes de tomar otro bocado de su desayuno.
—Minnie, ya voy saliendo —aviso su madre ingresando a la cocina ya toda arreglada.
Jimin le sonrió sin decir nada ya que tenía sus mejillas llenas de comida. Los ojos del menor se desviaron brevemente ante la marca en el cuello que tenía su madre, la cual mostraba con verdadero orgullo.
El pelirrojo tenía cierta curiosidad por ello, su madre era una de las pocas omegas a quien le había visto la mordedura y eso era decir mucho.
Ningún omega quería la marca y ningún alfa quería darla.
Pensar que sus padres aun así compartían un vínculo tan importante y auténtico. Un amor tan real con los que pocos se atreven a soñar por no estar dispuestos a dar ese paso tampoco.
¿Él podría dar ese paso también? ¿Encontraría alguien que estuviera dispuesto a saltar con el?
—¿Seguro de que no quieres ir conmigo? —preguntó la mujer, acariciando la suave cabellera pelirroja.
Jimin sacudió mentalmente su cabeza para quitar esos pensamientos y arrugó su nariz al imaginarse estar rodeado de las amigas de su madre mientras escuchaba sus conversaciones infinitamente aburridas, según Jungkook.
—Como ya no tengo taller de baile me quedaré en casa, tal vez salga con Tae o vaya a ver a Sana y Jin hyung —dijo Jimin.
—¿Y no has reconsiderado lo de las clases de ballet? Si estás tan aburrido deberías de intentarlo ¿no? —el menor negó desinteresado.
—No me llama la atención —respondió antes de tomar otra cucharada de su desayuno.
—No lo sabes si no intentas mi amor, tienes que darle una oportunidad —su tono fue suave y meloso, casi convenciendo a Jimin.
—Lo pensaré —susurro solo para complacer a la mujer.
Tal vez podría darle una oportunidad mientras encontraban el reemplazo del profesor Hoseok.
—No tienes nada que pensar Minnie —anuncio Jungkook haciendo notar su presencia en el marco de la puerta—. Si Jimin no quiere practicar ballet, entonces no puedes obligarlo.
—No le estaba obligando, solo le estaba preguntando Kookie —aclaró la mujer dándole una feroz mirada que era correspondida por el alfa.
—Ya... Dije que lo pensaría —intervino Jimin defendiendo su desayuno de un curioso Shuga que se acercaba cautelosamente.
—Está bien, me iré ahora pero me volveré antes de la hora de almuerzo—prometió apretando ligeramente la rellena mejilla del pelirrojo antes de retirarse.
—Si no quieres bailar no dejes que mamá te convenza, Jimin —anuncio el alfa con un tono bastante serio—. No caigas tú también en sus encantos.
El menor asintió confundido—. ¿Encantos?
—... Si... Así fue como me convenció a mí para que practicara Taekwondo y terminó en un desastre —murmura por lo bajo, tratando de alimentar a Shuga.
—Yo voy —anunció con una risita cuando el teléfono de la casa hizo eco hasta la cocina.
Dejando a su hermano en la cocina se desplazó a la sala de estar y tomó el teléfono fijo.
—Hola —pronunció el omega y agitó su mano, observando a su madre salir de la casa.
—¿Madre? —preguntó el alfa antes de ser interrumpido por una tos bastante fea.
—¿Yoongi hyung? ¿Estás bien? —pregunto el menor al reconocer su voz.
—Hola Minnie —sonrió Yoongi tapando su boca mientras volvía a toser.
—Hyung... —susurro preocupado Jimin.
—Estoy bien, cachorro —mintió tomando un sorbo de agua para refrescar su garganta.
Era ahora cuando Yoongi lamentaba haber tomado más de una ducha de agua helada para intentar bajar el calor de su celo, aquello solo había logrado que su resfriado volviera con más fuerza.
—Puedes decirle a mamá... —tose— si puede ir por los medicamentos que me recetó el doctor —pidió tomando un pañuelo desechable para sonarse.
—Pero...
—Por favor —interrumpió el alfa antes de toser—. Yo iría por ellos pero... No creo que sea buena idea salir.
—... Está bien hyung, no se preocupe —anuncio seguro.
Independientemente de cómo se sentía, sus miedos y dudas, Jimin simplemente no podía dejar solo al alfa cuando estaba tan enfermo y necesitando de alguien que le cuidara.
Si su madre no podía, él iría y cuidaría de Yoongi. Con eso en mente, se despidió del mayor y volvió a la cocina donde estaba su hermano.
—Kookie, ¿puedes llevarme a buscar unos medicamentos para Yoongi hyung y luego a su departamento? —pidió.
—¿Su resfriado empeoró? —preguntó comiendo de su sándwich mientras observaba con sus ojos entrecerrados a la mascota del omega.
—Sí.
—¿Y qué gano yo a cambio? —preguntó tirándole un pedacito de pan al ave quien la atrapó en el aire.
—Hyuuuung —se quejó frunciendo el ceño—. ¿Qué quieres?
—Ver a tu amigo —respondió ahora prestándole toda atención.
—Puedo preguntarle dónde está ahora para que te encuentres "casualmente" —hace comillas con sus dedos— con él —propuso.
—Hecho. Ve a cambiarte de ropa y pon en la jaula a esa mini bestia —ordenó comenzando a moverse.
Jimin sonrió y le envió un mensaje a su amigo, no le advertiría ya que quería sorprender a Taehyung.
Y deseaba con toda el alma que el beta abriera los ojos de su hermano antes de que sea demasiado tarde para ambos.
Taehyung sostuvo su batido con una mano y dejó sus otras compras en el suelo mientras que con su mano libre revisaba la chaqueta frente a él.
Cierto aroma hizo cosquillas en su nariz.
—Esa te quedaría muy bien —anunció una voz a su espalda.
Lentamente, dejó de beber por la pajilla de su batido y se dio media vuelta para contemplar al alfa.
—Jungkook —murmuró sorprendido de verlo.
—Hola —saludo el contrario, regalándole una pequeña sonrisa—. ¿Te la vas a probar? —señaló la chaqueta que había estado observando el contrario.
—Uhm no lo sé, pensé que le vendría más a Minnie —confesó volviendo a tocar el suave material esponjoso color café.
El alfa se movió a su lado y tomó la chaqueta.
—¿En serio? Yo creo que se te vería muy bien —aseguró observándolo—. ¿Por qué no te la pruebas?
Oh, hombre... ¿Por qué tenía que verlo con esos ojitos tan bonitos que lo tenían embobado?
—Ahm... Yo... —alzó su mano con el batido para excusarse.
—Dame —pidió prácticamente quitándoselo mientras le entregaba la chaqueta.
Taehyung le observó un poco desconfiado antes de quitarse su chaqueta de mezclilla para probarse la prenda. Contuvo la respiración mientras estúpidamente esperaba un comentario por parte del alfa.
Jungkook sonrió en grande y asintió con su cabeza.
—Sí, te ves bien —aseguró revoloteando en interior de Taehyung con tan solo esas simples palabras más esa sonrisa de conejo.
"Ugh, él y su estúpido rostro perfecto altera hormonas" pensó succionando levemente su labio inferior. Rezando para que no se hubiera sonrojado.
—¿Qué haces aquí? —preguntó volviendo a sacársela.
—Estaba aburrido en casa y salí a dar una vuelta —se encoge de hombros.
—¿Justamente aquí? ¿En este centro comercial? —preguntó incrédulo, alzando una ceja.
—Sí, ¿por qué? —sonrió ladino, inclinando ligeramente su cabeza mientras lo observaba con aquellos ojos verde intenso.
El beta negó con su cabeza. El alfa tenía razón, no tenía por qué pensar que lo estaba siguiendo, aquello era imposible y estúpido.
Seguramente había venido por una cita y él aquí, molestando.
Y aunque Jimin había hablado con él, a Taehyung le costaba creer cien por ciento en su amigo, no porque no le creyese sino por el alfa en sí, quien realmente no le había demostrado nada.
—Lamento interrumpir en tu compra —murmuró tomando otras dos chaquetas más. Otra de la misma talla mientras que la segunda más grande.
—No te preocupes, no me importaría estar contigo. ¿Buscas algo más?
—Pensé que podría haber también una talla más pequeña, para una niña.
Sin decir nada más, Jungkook le comenzó a ayudar a buscar.
—Disculpen, ¿les puedo ayudar en algo? —preguntó una mujer tal vez con unos pocos años más que Jungkook, mirando interesadamente al alfa.
Sabiendo lo que venía a continuación y no muy dispuesto a soportarlo, Taehyung tomó sus otras compras y se despidió de su batido que aún estaba en poder del hermano de su amigo.
Se tendría que comprar otro, pero era preferible eso a tener que soportar el coqueteo entre ambos.
Jungkook le sonrió a la omega y agarró la mano de Taehyung al ver que se iba, lo atrajo hasta él y volvió a observar a la mujer.
—De hecho si, buscamos uno de estos para una niña de unos cinco años —pidió a la empleada.
La mujer observó a Taehyung y luego a Jungkook, arqueó una ceja y asintió retirándose en silencio.
—¿Qué fue eso? —pregunto el peliazul cuando estuvieron solos otra vez, alejándose de la peligrosa cercanía del alfa.
—¿Qué?
—Tenías la perfecta oportunidad para ligar, y ella era bonita con buen cuerpo, justo como te gustan —señaló ignorando la molestia y dolor que le provocaban sus propias palabras—. Anda con ella, de todas formas yo quede en llamar a Bo-Gum hyung.
—¿Qué? ¿Quién es ese? —el beta alzó ambas cejas sorprendido por el estallido de gruñido del mayor.
Antes de que cualquiera de los dos volviera a hablar, la mujer regresó con la prenda de ropa solicitada entre sus manos.
—¿Esta es de su gusto? ¿Es lo que buscan? —pregunto dándole una recelosa mirada a Taehyung.
El peliazul rodó sus ojos, tentado a sacarle la lengua por el infantil comportamiento envidioso que había adquirido la empleada.
Por lo que de hecho sí, lo hizo, y luego carraspeó avergonzado cuando la mujer le atrapó y frunció el ceño.
—Sí, es lo que buscamos, gracias —dijo con una falsa sonrisa, recibiendo la prenda—. Eso es todo —anuncio al ver que seguía ahí con ellos.
Con disgusto la omega se fue balanceado su cadera descaradamente, Taehyung no pudo evitar su bufido ante ello. Esa era una táctica demasiado predecible.
Volteó hacia Jungkook sabiendo que éste iba a estar perdido en aquel moviendo desesperado. Pero no, el alfa lo estaba observando a él, ajeno totalmente a la mujer.
—¿Quién es Bo-Gum? —volvió a preguntar Jungkook.
—Es un amigo.
—¿Te está cortejando? —el beta resopló.
—Eso es para omegas —esquivo reuniendo las prendas de ropa que iba a comprar.
—Cortejar es para todos —Taehyung arqueó una ceja y volteó a verlo.
—¿Y por qué quieres saber? ¿Te molesta que alguien esté a mi alrededor?
—¿Por qué me haces esto? —pregunto Jungkook agarrándolo de los hombros de forma sorpresiva.
—¿Q-qué? —preguntó nervioso.
—Dices que estás enamorado de mí, estás a mi alrededor y luego desapareces diciendo que ya no me quieres —gruñó acercándose—. Me confundes. Vienes y alteras mi mundo para luego desaparecer.
—¿Por qué te confundo? Pensé que eres hetero —le recordó observando aquellos labios.
—Sí... Lo mismo pensé yo —Taehyung abrió de más sus ojos tras escuchar aquello, justo antes de sentir los labios del alfa sobre los suyos.
"Oh mierda ¡me está besando! ¡Jungkook me está besando!" pensó conmocionado, soltando sus compras.
Cuando la lengua del alfa acarició su labio superior, Taehyung podía admitir que se derritió dándole acceso al interior de su boca fácilmente.
Fue dulce, para nada lo que esperaba de un casanova de primera como era Min Jungkook.
—Por favor... No juegues conmigo —susurró cuando se separaron, recargando su frente en el hombro del contrario—. Realmente estoy intentado esto de olvidarte y tú con tus besos y palabras no me ayudas —se quejó reteniendo el aliento cuando Jungkook lo rodeó con sus brazos.
—Pero yo no quiero eso... —suspira culpable por poner en una situación tan difícil al beta—. Fue confuso para mí, ¿sabes? En un principio no me gustaba tenerte a mi alrededor pero como amigo de Jimin, me acostumbre a tu presencia. Luego me di cuenta que era más entretenido pasar tiempo contigo que con mis propios amigos.
—Pero seguías saliendo con mujeres —le recordó.
—Lo intenté, pero no podía acostarme con ellas o incluso besarlas... Simplemente no podía. Luego tú vienes y colocas distancia diciendo que ya no quieres seguir queriéndome —ríe bajo—. ¿Sabes lo celoso que me sentí cuando te vi con ese profesor? ¿Cómo me siento de saber que le estás dando la oportunidad a otro hombre de conocerte y alejarte de mí?
—¿Qué? —pregunto ahora un poco confundido.
—Minnie me dijo que le estabas dando la oportunidad a un hombre de acercarte a ti, supongo que es ese tal Bo-Gumu —gruñó.
Taehyung relamió sus labios para disimular su sonrisa, hizo una nota mental de preguntarle después a su amigo al respecto, ya que en ningún momento recordaba haberle dicho que le estaba dando una oportunidad al amigo de su padre.
—Te alejaste de mí —siguió el alfa—. Alteraste mi mundo y te fuiste. ¿Sabes cómo me sentí cuando empecé a tener estos deseos? Demonios, incluso tuve una rara conversación con Namjoon para preguntarle cómo se dio cuenta que gustaba de los hombres —Taehyung rió bajo—. Incluso ahora se sigue burlando de mí.
—No sé qué quieres de mí —dijo después de unos minutos el peliazul—. Y si esto es solo curiosidad...
—No te puedo afirmar nada porque ni yo mismo me entiendo en este momento, pero sí te puedo decir... Que nunca sentí esta atracción con nadie, y lo digo en serio... Y solo lo siento por ti y ningún otro chico o chica, solo eres tú —se alejó volviendo a tomarlo por los hombros, observándole con intensidad.
Y perdido en aquel verde intenso, Taehyung pudo ver la sinceridad.
—Entonces... Esperaste hasta ahora para decirme esto por... —esperó.
—¿Porque cada vez que intentaba acercarme te alejabas? —arqueó una ceja.
Taehyung hizo una mueca, aquello era verdad.
—Y porque no quería que ese idiota lograra enamorarte —gruñó—. Estúpido Bo-Gumi.
—Es Bo-Gum —corrigió riendo.
—Es lo mismo —se encoge de hombros.
—Espera, entonces el que Jiminnie me preguntara que tenía pensado hacer hoy fue por esto, para encontrarte aquí conmigo —preguntó arqueando una ceja.
—Fue un cambio equivalente, ahora vamos a pagar tus compras y prométeme que me darás una oportunidad.
Taehyung sonrió.
Tal vez podría hacer eso.
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