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🌸Capítulo 28


Jimin disimuladamente echo una miradita al otro extremo de la sala, apreciando la belleza y la elegancia de Min Yoongi en todo su esplendor.

El alfa mantenía una expresión relajada y casi amigable mientras hablaba con unos hombres entre los cuarenta y cincuenta años de traje carísimo, suponía él, ya que los hombres mayores con sus acompañantes que rodeaban a sus padres se veían así, al igual que la mayoría.

El menor había descubierto que Yoongi había usado "aquella" sonrisa, la falsa, fría y casi calculadora más veces de lo que le gustaría en medio de su conversación. Y sí, Jimin había estado atento a ello ya que al parecer, sus ojos no podían evitar buscarlo cada tanto, a pesar de que él se mantuviera al lado de sus padres, hablando de vez en cuando y sonriendo tímidamente cuando sus padres lo presentaban.

Había recibido miradas alegres, extrañas, amigables, frías e incluso confundidas pero, ninguno había expresado su opinión libremente, si es que tenían una.

Sus ojos se encontraron con aquellos ojos verdosos, el omega se sonrojo por ser atrapado y corrió su mirada agradeciendo cuando Ji-eun, la amiga y al parecer acompañante de su hermano le distrajo.

—Jiminnie —llamó en un susurro HyeKyo, acercándose a su hijo—. ¿Estás aburrido cariño? ¿Invitaste a alguien?

El pelirrojo negó con su cabeza, desordenando un poco el peinado de su flequillo.

—Estoy bien, innvite a TaeTae —respondió otorgándole una sonrisa suave que fue correspondida con cariño junto con un suave apretón en su brazo donde su madre tenía enganchadas sus manos.

Su atención volvió al frente, reconociendo al hombre que hablaba ahora con su padre y le daba unas largas miradas acompañadas con una sonrisa entre dientes.

Ese hombre era el vecino.

Asintió con su cabeza y le regaló una pequeña sonrisa cuando su padre le presentó.

Soltando su abrazo, su madre se acercó a su padre y comenzaron a hablar algo... Tensos.

No muy interesado, Jimin alzó su cabeza y disimuladamente buscó a su alrededor, entonces el sonido se detuvo.

—¿Me buscabas? —preguntó Yoongi bajo, estando detrás del menor.

El pelirrojo omega respingó y se dio media vuelta para encontrarse con el alfa y su expresión burlona.

—No me asusste Yoongi hyung —pidió estirando suavemente su labio inferior en un dulce puchero.

Yoongi rió bajo, atrayendo la atención de su madre ya que los dos alfa contrarios se enfrascaron en la conversación.

—Vengo a robar un momento a Jimin —anuncio colocando sus manos sobre los hombros del más bajo.

—Gracias, estaba preocupada de que estuviera aburrido.

—Yo no... —balbuceo asustado de ser atrapado, ya que sí estaba aburrido.

—Descuida —interrumpió amable su madre—, incluso yo me aburro a momentos —le cerró un ojo de forma juguetona.

Con eso dicho, sin que las manos sobre sus hombros se retiraran, su hermano lo guió por la sala teniendo cuidado de evitar a ciertas personas que sabía, que lo detendrían para entablar otra conversación respecto al trabajo.

Le había costado lograr salir de los hombres mayores que le habían atrapado poco después de que llegara al igual que Ji-eun, separándolo de Jimin y sus padres. Había dejado a su amiga abandonada cuando ya no pudo soportar la conversación, no podía concentrarse muy bien con las miradas que percibía de cierto pelirrojo omega.

Las miradas escrupulosas y los murmullos disimulados ya habían comenzado luego de que su padre presentara a la mayoría de los invitados a Jimin como su hijo.

No creía que el menor no se diera cuenta de ello, por lo que decidió tomar un respiro y llevárselo con él.

Se alejaron de la muchedumbre, caminando por un desierto pasillo donde perfectamente se podía percibir aún la melodía de los violines, arpas entre otros instrumentos, creando una suave melodía relajante para llenar en el ambiente elegante.

El pasillo los dirigió a un anexo que poseía el edificio, donde se podía apreciar un hermoso invernadero enteramente hecho de cristal con una estructura similar a una capilla.

Al ingresar, Jimin se quedó sorprendido al ser recibido por rosas rojas, bajando los escalones apreció las hileras llenas de distintos tipos de flores variando de color y haciéndolo ver una hermosa obra. Al medio, había un camino de agua que era decorado con pequeñas macetas con flores silvestres. Árboles bien cuidados y no muy altos rodeaban todo, manteniendo una considerable distancia de uno y otro.

Yoongi dejó la puerta de cristal con diseños entreabierta, dejando que la suave música se colara en el interior de la estructura, perdiéndose.

—Pensé que te gustaría ver esto —pronunció parándose al costado del menor.

—Es hermnoso —murmura perdido ante la bella vista, inclinándose para tocar un tulipán.

Yoongi sonrió satisfecho y siguió al omega en su pequeño recorrido por alrededor.

—¿No se modestaran? —pregunto tomando asiento en la banca junto al alfa—. Creo que hemnos estado su buen tienpo aquí.

—Está bien, están más ocupados fanfarroneando de sus familias y progresos del año más que nada —restó importancia—. Ya no quería seguir escuchando como halagaban la belleza de sus hijas, presentándomelas con doble intención. Ji-eun fue de bastante ayuda para que no intentaran coquetear descaradamente.

—Oh... ¿Po eso sonreía así? —contestó tratando de imitar la sonrisa de Yoongi.

—Realmente odias esa sonrisa ¿no? —rió.

—Sip, se ve feo —expresó seguro, riendo junto al mayor.

—¿Qué era ese papel que te entregó Jung antes de irte? —recordó soltando un botón del cuello de su camisa.

—Es para inscibirme en ota de sus clases de baile —respondió—. Pero no sé...

—¿Por qué? —cuestionó interesado, prestándole completamente su atención.

—No creo ser tan buemno... —arrugó su nariz y negó con su cabeza.

Yoongi le observó fijamente, colocándole algo nervioso ante la intensidad de aquellos bellos ojos.

—Si algo tiene de bueno Hoseok, aparte de bailar, es que es bueno viendo el talento de los demás —finalmente dijo con un tono que mostraba seriedad.

Jimin le observó y no atinó a hacer nada más que asentir con su cabeza, seguramente con un leve rubor en sus mejillas.

—Gracias —dijo al reconocer el elogio.

No quiso volver intentar preguntarle sobre su amistad con su profesor, se notaba que no era un tema muy del agrado de su Hyung.

Un silencio se formó entre ellos, pero en vez de ser incómodo como se esperaba en aquellas situaciones, era uno acogedor y agradable.

Ambos se sentían bien en la presencia del otro, sus lobos se sentían cómodos y reconfortados.

—No he vissto a los denmás —recordó el menor.

—Si te refieres a Jungkook, creo que lo vi coqueteando con una chica. Namjoon estaba ayudando a los demás en la cocina, pero creo que ya van a salir —informó.

Y con eso, una amigable conversación se entabló entre los dos otra vez.

Taehyung ingresó a la sala inmediatamente buscando con la mirada a su amigo.

Estaba acostumbrado a esos ambientes y a las miradas que le dedicaban los que le reconocían, pero eso no significaba que terminaría de agradarle o acostumbrarse a aquello.

Iba a acercarse a los señores Min para preguntar por el pelirrojo, pero al verlos enfrascados en una conversación no muy agradable a juzgar por sus expresiónes faciales tanto corporales, buscó a otro rostro conocido con el que sí pudiera hablar.

Lamentablemente, solo se encontró con Jungkook coqueteando con una chica de, al parecer, su edad.

Con insistencia buscó otra vez, barriendo con su mirada cada rincón por otro hermano Min, sin éxito.

Derrotado, no le quedó de otra más que envolver su corazón y apartar sus sentimientos para acercarse con una suave sonrisa fingida.

No fue necesario hablar, Jungkook le observó de pronto dejando de escuchar a la mujer.

El alfa aprecio la belleza innegable del beta con aquellos apretados pantalones de tela y su chaqueta azul como bordes a rayas de negro y blanco. Una camisa blanca estaba debajo y un pañuelo rodeaba su cuello. Todo este conjunto resaltando su escandaloso cabello azul ya desteñido.

No había esperado verlo, pero debió de asumir aquello luego de saber que su hermano menor había invitado a alguien.

—Discúlpame —dijo a la chica con la cual había estado hablando al ver que Taehyung se detenía y volvía a observar a su alrededor, como si realmente deseara hablar con cualquier otra persona en lugar de él.

Sin esperar respuesta, se alejó para encontrarse con este.

—Estás hermoso —el contrario negó con su cabeza.

—¿En qué quedamos? —preguntó alzando una ceja, el alfa mantuvo silencio—. Exacto, podemos ser amigos cuando te comportes como uno —recordó ignorando los latidos acelerados de su iluso corazón.

—Me estoy comportando como uno. ¿A caso si ves a Jimin, quién es tu amigo, no le dirías que se ve hermoso? —se apresuró a decir.

Taehyung chasqueo su lengua al verse atrapado.

—Hablando de Jiminnie —cambio de tema descaradamente—. ¿Lo has visto?

—Creo que Yoongi se lo llevó.

—¿Se lo llevó? —arqueó una ceja.

—Sí, hyung tiende a desaparecer en algunos momentos en las fiestas ya que se aburre, seguramente se llevó a Jimin al verlo aburrido —se encoge de hombros.

—Sí, yo también me aburriría —comentó observando a su alrededor, realmente odiaba aquellas fiestas, sus padres siempre le obligaban a ir y participar—. ¿Sabes a dónde irían?

Jungkook abrió su boca para contestar, pero algo le detuvo. Él sabía dónde estaban ya que el mayor siempre escapaba a ese lugar cuando ocupaban este edificio para celebrar una fiesta.

—No lo sé —negó con su cabeza—, pero puedo acompañarte.

—No te preocupes, no quiero interrumpir —observó sobre el hombro del alfa, dónde la chica le sonrió aún esperando.

Antes de que Jungkook pudiera negar, Ji-eun apareció.

—Lamento entrometerme, pero estaba cerca y escuché que buscabas a ¿Jimin? —sonrió dulce.

—Sí, ¿usted sabe dónde está?

—Sí, vi que dirigían al invernadero. Ven, te acompañaré para que no te pierdas —anuncio rodeando el brazo del beta para guiarlos lejos de Jungkook—. Por cierto, mi nombre es Ji-eun, soy amiga de Yoongi y la familia Min en general, puedes llamarme Noona si gustas.

El beta asintió con su cabeza, sintiendo como si la mujer le estaba diciendo algo indirectamente.

—Taehyung.

—Dime... ¿Eres amigo del pequeño Jimin? ¿Jimin tiene pareja? ¿Le gusta alguien? —curioseo—. Siendo tan lindo me imagino que ya tiene un pretendiente.

Taehyung alzó una ceja, la curiosidad de la mujer la sentía tan... Falsa. Tanto tiempo estando rodeada de ella ya podía reconocerla perfectamente.

—No lo sé —respondió despreocupado, alzando sus hombros.

La omega observó al beta y luego al frente.

—Sería una pena que se enamorara de uno de sus hermanos —dejó caer descuidadamente.

Oh... Taehyung sonrió divertido, ella seguramente estaba enamorada de uno y estaba marcando su territorio.

—No lo creo, no son hermanos de sangre después de todo —respondió ya frente al invernadero.

Por la puerta entreabierta se coló unas risas hasta llegar a ellos, deteniendo su conversación y cual sea que fuera la respuesta de la omega.

Soltándose de los brazos femeninos, Taehyung entró y sonrió al ver a su amigo reír descuidadamente, tapando con una mano su sonrisa mientras que con la otra golpeaba amigablemente el brazo del alfa quien también reía junto a él.

Un pensamiento llegó a él.

—Parecen una pareja —murmuró.

—Sí, pero lamentablemente son hermanos —señaló la mujer a su lado.

Jimin dejó de reír y sopló un mechón de su cabello que se había corrido hacia adelante, obstruyendo su vista.

Con suavidad los dedos del alfa rozaron la piel del menor mientras lo acomodaba hacia un lado. Ambos se sonrieron.

—Oppa, un amigo de Jimin está aquí —anunció la voz femenina, obteniendo la atención de ambos.

—Tae —exclamó Jimin levantándose junto al alfa.

—Lamento llegar tarde —se disculpó el beta, acercándose.

Si no hubiera sido por la interrupción de la mujer, se hubiera ido silenciosamente para no interrumpir.

—Me aburí un poco, pero Yoongi hyung me secuetró —rió bajo, dándole una miradita al mayor.

—Si, bueno, fue por el bien de ambos —se excusó.

—¿Van a volver a la fiesta? —preguntó Ji-eun observando solo a Yoongi, dejando claramente marcado a quién le interesaba que volviera.

—Hyung pometió llevarme con Namjoon hyung —excusó el menor—. JinJin también está aquí —informó a su amigo, mintiendo un poquito.

—¿Eso significa que va a haber comida deliciosa? —pregunto el beta entusiasmado.

—¿Puedo ir con ustedes?

—Ugh... Lo lamento, a Jin hyung no le gusta que gente que no conoce entre en su cocina —excusó está vez Taehyung, advirtiendo ya que esa mujer sería un problema.

—Uhm —sonríe—, está bien. Entonces volveré a la fiesta y entretendré un poco más a los socios hasta que Oppa vuelva.

—Uhm, claro —respondió Yoongi.

Los tres presentes observaron en silencio como se retiró.

—Gracias chicos —exclamó aliviado cuando estuvieron finalmente solos.

—¿Ocurre algo con ella? Ella me dijo que era su amiga —señalo observando al alfa.

—Pero quiede ser algo más —se mofó el omega, mirando divertido a su hermano mayor—. Y hyung no quire.

—Más claro que el agua no puede ser —rió Yoongi rodeando los hombros del omega de forma amigable.

—Se ve como aquellas personas que no se rinden tan fácilmente —comentó el beta.

—Y no lo hace —suspiro el alfa haciendo una mueca, algo arrepentido de haber dejado que fuera su pareja.

—Decuida hyung, yo te cubro —prometió el menor con un brillo travieso en sus ojos miel.

—Entonces... ¿Debo asumir que Jin hyung no está aquí?

Jimin volvió a reír.

—No, avisó con anterioridad que no podría venir, por eso Nam está en la cocina dirigiendo —explicó Yoongi inhalando el aroma del omega.


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