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🌸Capítulo 20


Jungkook estacionó su motocicleta, se quitó su casco y pasó su mano peinando hacia atrás las hebras de su cabello castaño.

Observó extrañado el auto a su lado y luego una mueca de horror surco en su rostro al reconocerlo.

—Rayos, me tengo que ir —se apresuró a volver a colocarse el casco, pero ya era demasiado tarde.

—¡Jungkook querido! —llamó escandalosamente su abuela, saliendo a paso apresurado de la casa.

Casi parecía que había estado pegada a una ventana atenta al regreso del joven alfa.

—Tiempo que no te veo Jungkook —exclamó con una sonrisa, quitándole el casco de las manos sin permiso—. Vamos adentro, tu abuelo te está esperando y tu madre terminó de preparar una deliciosa cena para nosotros cinco.

¿Cinco? ¿Acaso sus hermanos no estaban presentes? ¿Cómo habían logrado librarse de esto y él no?

De mala gana y sin siquiera ocultarlo, desmontó su motocicleta y siguió a la mujer mayor al interior de su casa.

—Voy a...

—Vamos, tu abuelo está en la sala esperando junto a tu padre. No te preocupes por esto —dijo quitándole la mochila también—, para eso está tu madre, ella puede ir a dejarlos a tu habitación.

—No. Yo iré, mi madre no tiene porque andar guardando mis cosas —graznó tratando de controlar su tono para no sonar maleducado, algo difícil cuando la persona frente a él trataba a su madre como si fuera una simple sirvienta.

Le quitó su mochila junto al casco y comenzó a subir las escaleras hasta su habitación, de mala gana volvió a bajar para encontrarse con sus dos abuelos y su padre en la sala de estar.

—Hola —saludo en general, tomando asiento en uno de los sofás individuales frente a su padre y al lado derecho de sus abuelos.

—Mírate chiquillo, cada vez más guapo y fuerte, te ves tan bien como yo en mi juventud —halago su abuelo, con una sonrisa que avisaba lo satisfecho que estaba por la apariencia del menor.

—Gracias —respondió escasamente y observó a su padre, preguntándole con la mirada dónde estaban sus hermanos.

—¿Debes de estar rompiendo bastantes corazones de hermosas jovencitas? Dime, ¿ya estas saliendo con alguien? —indagó su abuela, volviendo atraer su atención.

—Me gusta mi soltería —se encoge de hombros.

—Una hermosa omega también te podría ayudar con tus días de celo —señaló el alfa mayor.

Jungkook volvió a darle una mirada a su padre que se mantenía en silencio. Joongki suspiro rendido y negó con su cabeza, simplemente no había nada que hacer con los prejuicios de ellos.

Incluso aún tenían problemas con su esposa, no era tanto por no venir de una excelente familia -según ellos- o por haber sido una actriz antes de casarse, viene del hecho en el que sus padres creen que los omegas no están para nada más que servir a los alfas.

—Jungkook tendrá pareja cuando le llegue el momento —dijo el padre.

—Bueno, yo solo decía no te alteres —resopló la vieja omega.

—Estoy bien, sé cómo cuidarme —respondió Jungkook tensando sus músculos—. Yo voy —casi gritó mientras se levantaba de un salto para ir hacia la entrada y abrir la puerta.

Taehyung estaba del otro lado, tenía un chaleco entre sus brazos, sosteniéndolo con cuidado.

—Jimin no está —informó arqueando una ceja.

El beta se tranquilizó internamente y enfrentó firmemente la mirada verdosa del alfa.

¡Dios! ¿Por qué tenía que ser tan apuesto?

—Lo sé, es-estaba con él y sus otros hermanos hasta hace unos minutos atrás —se golpeó mentalmente al tartamudear tan estúpidamente.

—¿Entonces...?

—Uhm... Shuga se había escapado y cuando caminaba de vuelta lo atrape.

—¿Dejó que lo tomaras? —pregunto sorprendido.

—No —ríe suave al recordar como lo había atrapado—. Me picoteo varias veces mientras gritaba que me disparaba —inmediatamente los ojos del alfa viajaron a la mano del peliazul, notando pequeñas manchas rosadas. También notó cómo el cuerpo del contrario temblaba suavemente a momentos—. Por eso al final me quité mi chaleco y lo atrape con él —terminó de relatar orgulloso por su logro.

—¿Eres estúpido? —preguntó en cambio Jungkook.

—Hey —se quejó estirando su labio inferior, sintiéndose un poco ofendido—. Jiminnie estaba bastante preocupado por su mascota, a última hora todos los estábamos buscando otra vez, tenía que atraparlo.

—Sí, y de paso congelarte de frío —señaló irritado, tirándole hacia adentro.

—Yo s-solo venía a dejar a Shuga e irme —pronunció nervioso.

—Jungkook querido ¿quién era? —la voz de su abuela llegó hasta ellos, afortunadamente fue su madre quien se presentó en la entrada.

—Oh, Taehyung ¿cómo estás cielo? —saludo con una sonrisa.

—Muriéndose de frío —respondió Jungkook—. Shuga escapó y lo trae de vuelta.

—Omo —exclamó observando el bulto entre los brazos del beta y de paso sus manos—. Cariño mira tu mano.

—Ah, estoy bien, no es nada —aseguró—. Yo tengo que irme así que...

—Kookie, ¿puedes ir por un botiquín de primeros auxilios y un suéter? —pidió la omega ignorando lo que estaba diciendo Taehyung.

Jungkook asintió visiblemente más relajado al no tener que volver con sus abuelos enseguida.

—Estoy bien, en serio —insistió Taehyung a la mujer frente a él, contemplando como el alfa se retiraba.

—Lo sé cariño, pero ésto nos da una excusa para Jungkook —respondió suavemente en voz baja.

—¿Excusa?

—No tenemos realmente una buena relación con mis suegros —comentó arrugando su nariz—. Y hoy se auto invitaron a cenar.

La boca de Taehyung formó una perfecta o al entender, y el que había pensado que el alfa estaba preocupado por él.

Que estúpido.

—Hyekyo, ¿dónde está Jungkook? —pregunto una mujer mayor apareciendo detrás de ella—. Habíamos estado hablando.

—Un amigo vino, fue a buscar unas cosas —respondió dándose vuelta para enfrentarla.

La mujer ni siquiera le dio una mirada a Taehyung antes de dar media vuelta y volver a la sala.

Bueno, ahora podía entender por qué lo estaban usando como excusa, él también lo haría si tuviera que estar con alguien así de irritante.

—Mm... ¿Puedo ir a dejar a Shuga en la habitación de Jimin?

—Claro cariño, sube. Es la primera puerta a tu izquierda.

Asintiendo con la cabeza Taehyung subió con cuidado, no quería que la pequeña bestia volviera a moverse para picotear su mano.

Taehyung sabía cuál era la habitación de su amigo, pero aun así sus pies lo llevaron hacia la única puerta abierta, suponiendo que en esa debería de estar Jungkook.

—¿Qué haces? —preguntó arqueando una ceja divertido, viendo al alfa mover lentamente la ropa en su clóset.

—Te busco una chaqueta lentamente —respondió sin verlo—. ¿Qué haces aquí?

—Busco la habitación de Jiminnie —respondió admirando la habitación sin poder evitarlo.

—Retrocede, es la primera puerta al entrar al pasillo a tu izquierda —indico por fin escogiendo una.

Taehyung se obligó a mover sus pies para salir de la habitación inundada del aroma del alfa.

Entró a la habitación de su amigo y dejó su chaleco en la cama, lo movió lo suficiente como para que quedara un espacio y el ave saliera, pero esta prefirió quedarse donde estaba, observándolo.

—Oh, ¿esto significa que ya somos amigos? —pregunto acercando su dedo índice para acariciar la cabeza del ave—. Auch, supongo que no —refunfuño y observó la pequeña mancha roja por el nuevo picoteo.

—Ven aquí, tengo que ver tu mano lentamente y ayudarte a colocarte la chaqueta, otra vez lentamente —anuncio Jungkook desde el marco de la puerta.

—¿Por qué no entras? —preguntó divertido.

—Esa bestia comenzará a volar sobre mi cabeza intentando picotearme, no gracias —respondió.

Taehyung rió y negó con su cabeza. El perfectamente pudo haber usado una de las chaquetas de Jimin, pero... Él quería tener algo que le pertenecía al alfa, por lo que no dijo nada.

Salió de la habitación y siguió al alfa hasta la habitación de éste. Quedó pasmado cuando el mayor se paró frente de él y colocó sus manos sobre sus hombros.

—¿Q-qué? —balbuceo exaltado.

Jungkook ejerció un poco de fuerza y lo obligó a sentarse en el borde de su cama, entonces le brindó una sonrisa petulante y sexy.

—¿Qué? —respondió divertido, inclinándose más cerca para tomar la caja de primeros auxilios detrás del beta.

Taehyung mordió su labio inferior y observó sin poder pestañear el firme pecho del alfa, agradeciendo la proporción de piel que le brindaba el corte de la camiseta en el cuello. Podía incluso contemplar sus clavículas y si tan solo...

—¿Disfrutando de la vista?

—Sí. Digo, no. —respondió avergonzado, tapando su rostro con sus manos.

¿Por qué tenía que ser tan idiota? ¿Por qué?

La risa de Jungkook calentó el corazón de Taehyung, saber que su tontería había logrado algo tan mágico como la risa del alfa derretía todo su cuerpo y lo volvía una masita moldeable.

Joder, que mal lo tenía.

—¿Puedes dejar de molestarme? —pidió conteniendo su aliento cuando una mano ajena tomó la suya.

—¿Por qué debería? Es divertido —respondió concentrándose en limpiar su mano.

Bueno, fue en ese momento que Taehyung pensó que verdaderamente estaba mal si encontró aquella respuesta tierna.

—Listo, ahora ponte la chaqueta —ordenó levantándose.

Sin dar ninguna objeción al respecto, Taehyung obedeció. Se sintió bien tener la chaqueta encima, era cálida y tenía el aroma del alfa encima.

—Bien, supongo que es hora de irme —anuncio—. Gracias por la ayuda y te devolveré tu chaqueta mañana —prometió caminando hacia la puerta con el alfa siguiéndolo.

—Hyung.

—¿Qué? —pregunto confundido.

—Te faltó el Hyung, si me acosas como sé que lo haces, entonces debes de saber que soy un año mayor que Minnie y tú —pronunció cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Es solo un año —refunfuño y escapó de la habitación.

Él no le iba a decir Hyung... No podía... Podría derretirse si lo hacía.

—¿Sabes dónde están mis hermanos? —preguntó dejándolo por ahora.

—Creo haber escuchado que se iban a quedar en el departamento de Yoongi hyung hasta que las personas no estuvieran aquí, ahora me hago la idea a qué se referían con eso —respondió bajando el último peldaño.

—¡¿Qué creen que pensaban al adoptar a un mocoso enfermo?!

—¡No hables así de Jimin, madre!

—¡No puedo creer que hayan osado hacer algo tan bajo como esto! ¡¿Es que acaso no entienden que ella-...!?

—¡Cállense! ¡Sé que todos piensan que adoptamos a Jimin por eso, pero no es así! —grito Joongki.

Taehyung se volvió a observar preocupado a Jungkook, intuía que no debería de estar escuchando aquella discusión.

—Y-yo... —balbuceo.

—Espera fuera por favor, espérame —pidió pasándole sus zapatillas y abriéndole la puerta.

Inquieto y preocupado, Taehyung obedeció.

Jungkook inspiró profundamente, aún escuchando los gritos desde la sala. Fue hasta donde estaban reunidos y anunció su presencia golpeando con su mano abierta la pared, provocando que algunos cuadros que colgaban temblaran ante el impacto.

—¿Qué creen que hacen al discutir así? —pregunto cortante, sin importarle que estaba hablando con adultos—. ¿Qué hubiera pasado si Jimin hubiese estado en la casa?

—¿Qué más da? Es un niño sordo después de todo —respondió fríamente su abuelo, ganándose una mirada de odio por parte de su madre y una reprobatoria por su padre.

—Jimin usa audífono, por lo que te informo, que puede escuchar perfectamente la mierda que hablan de él.

"Joder... Y pensar que en un momento yo mismo había tratado así de mal a Jimin..." Internamente negó con su cabeza, se disculparía con el menor por ello.

—Ten cuidado con el tono en el cual le hablas a tu abuelo jovencito —recriminó su abuela con el entrecejo fruncido.

—Y ustedes de lo que hablan —señalo cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Adoptan a un desconocido y ya logró hasta poner en contra a Jungkook —gruño furioso el hombre mayor.

—Jimin no ha hecho nada, padre. No lo metas en esto.

—Te prohíbo llevar a ese huérfano a la fiesta de la empresa, Joongki —advirtió su madre.

—Lo siento, pero Jimin es mi hijo e irá —respondió firme—. Yo soy el que las organiza junto a mi esposa por lo que no pueden ordenar invitar y sacar a las personas a sus gustos propios, nosotros solo estamos viendo un contrato, ustedes no son dueños de la empresa la cual originalmente pertenece enteramente a mi esposa —les recordó—. Y si la manejo yo, es porque ella lo desea así.

—Esto es increíble —bufo al alfa mayor—. Volveremos cuando hayan recuperado la cordura y ese niño esté fuera de la casa.

—Bien, adiós —respondieron en coro los tres contrarios, no muy interesados en la amenaza.

—Por aquí, por favor —dijo Jungkook incluso guiándolos hasta la salida.

Buscó con la mirada pero Taehyung ya no estaba presente. Tendría que hablar con él y averiguar lo que había entendido de la conversación.

—Jungkook —llamó su abuela—, por favor no hagas esto tú también cariño —pidió frente de él.

—Que tengan buen viaje de vuelta —respondió cerrando la puerta.


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