🌸Capítulo 11
—Un audífono.
—¿Un qué? ¿De qué estás hablando oppa? —pregunto Ji-eun confundida, dejando de leerle los documentos a Yoongi.
—Nada, disculpa por la interrupción —pronunció amable, colocando como siempre, aquella sonrisa falsa—. Prosigue por favor.
—Esta bien... —respondió observándole con algo de duda antes de seguir leyendo.
Eso era lo que necesitaba Jimin, un audífono para sordos. Con ello no tendría que preocuparse tanto de que el accidente de ayer se volviera a repetir.
Si recordaba bien, pocos días después de que llegara, cuando Jungkook y Namjoon actuaban infantilmente y lo molestaban a sus espaldas, estaba seguro de que vio un audífono en la mano del menor, cuando creyó que estaba robando algo.
Pero también recordaba la sangre en el costado de su rostro, tal vez aquello le lastimó o él mismo se lo arrancó con fuerza provocando aquello. Si era así, había un posibilidad de que se hubiera hecho algún otro tipo de daño y por lo que tenía entendido, ninguno de sus padres logró convencerlo de ir al médico.
Entonces...
—¡Yoongi oppa! —gritó la omega por fin obteniendo la atención de su jefe, sacándolo de sus pensamientos—. Te he estado leyendo durante la última hora y no me has escuchado absolutamente nada —le recriminó frunciendo el entrecejo.
—Lo siento, estaba pensando en otra cosa —se lamentó brindándole una suave sonrisa perfecta, colocándose su máscara falsa otra vez.
—¿Y sobre qué estabas pensando? —indagó como si no le importara mucho al respecto, siendo que era absolutamente todo lo contrario porque, no era normal que su amigo adicto al trabajo estuviera tan distraído.
—No te preocupes por ello, ya encontré una respuesta mi problema —aseguró sin darle más detalles al respecto.
—Si tú lo dices... —murmura desconfiada, notando un ligero cambio en el alfa pero sin poder decir a ciencia cierta cuál era—. Respecto a la fiesta...
—¿Que tiene? —respondió antes de comenzar a buscar en el computador agendar una cita con el médico de la familia, eso era lo primero que tenía que ver Jimin.
—¿Ya sabes con quién vas a ir?
—¿Te refieres a una pareja? —contestó distraído.
—Sí, exacto... Estaba pensando que si tú no tenías una pareja... Yo podría ir contigo, ir juntos ¿qué piensas? —preguntó ansiosa.
Yoongi dejó de observar la pantalla de su computador y contempló a su amiga.
—Claro, así los otros invitados no intentarán coquetear y como somos amigos no habría problema, ¿no? —sonríe bajándole toda la emoción a la omega por haber aceptado con tan solo añadir la palabra amigos.
—Claro, como amigos —asintió forzando una sonrisa.
Un golpeteo en la puerta provocó que la atención de Yoongi cambiara de enfoque, después de permitir que entraran, su secretaria ingresó con una taza en cada mano.
—Aquí está lo que me pidió señor Yoongi —dejó con cuidado ambas tasas sobre el escritorio.
—Gracias Chae-young.
—Si, gracias —repitió Ji-eun antes de que la joven omega se retirara—. ¿Desde cuando tomas té con canela? —pregunto sintiendo el aroma en el aire.
—Uhm —pronunció distraído—. Quería probar algo nuevo —la verdad era que por equivocación su madre le había dado el té de Jimin esta mañana y extrañamente le había gustado el sabor.
Extraño, definitivamente Min Yoongi estaba actuando extraño.
—Oh, cierto —recordó—. Oppa, ¿quién era el chico de ayer?
El alfa tomó un sorbo pensando en una respuesta, no obtenía nada con negar a Jimin ya que en la fiesta seguramente su padre lo presentaría ante todos como su hijo sin importar nada.
Esperaba que aquello no trajera problemas.
—Parte de la familia —respondió finalmente después de unos minutos.
—¿Qué quieres decir con eso? —le observo exaltada.
—Exactamente lo que quise decir —enarco una ceja—. ¿Algún problema?
—¿Ah? No, por supuesto que no —sonrió antes de tomar un sorbo de su café.
Ahora definitivamente Ji-eun quería ir a esa casa y averiguar qué estaba pasando.
—Sana... ¿No tle vas a irr con la Noona de reseption? —preguntó Jimin al ver que el cachorro seguía pintando con esmero los dibujos que le había hecho Jungkook la otra vez.
Lo que le recordaba que tenía que convencerlo de que le hiciera más.
—¿Uh? —respondió distraída dejando de pintar para observarlo—. Ah, no. Unnie sale más temprano ahora que se inscribió en clases de baile otra vez, papá va a venir a buscarme —dijo volviendo a pintar.
Taehyung observó a Jimin y ambos decidieron silenciosamente a esperar junto a la menor hasta que el padre de esta llegara.
—Jiminnie —llamó el beta—. Tenemos que desocupar la habitación para que el siguiente taller lo pueda ocupar —susurro observando al encargado que se paseaba fuera de la puerta abierta.
—¿Qué hora esd? —murmura observando por la venta el anaranjado cielo.
—Cinco, el papá de Sana ya tiene una hora de retraso —se preocupa al observar también por la ventana y notar un reconocible auto—. Y ya vinieron por mí.
—Te pudes ir —aseguró el omega no queriendo que su amigo se metiera en problemas por su culpa.
—P-pero, no puedo dejarles aquí solos —muerde su labio inferior indeciso—. Después de lo que me contaste ya no quiero que te vayas solo.
Solo el pensar que el omega cruzara la calle solo otra vez le ponía los pelos de punta.
—Mm... ¿Po qué no llamas al padre de Sana?
—¡Eso! —asintió alejándose y yendo hacia la infante—. Sana.
—¿Qué sucede, Oppa? —respondió dejando de dibujar en las hojas que le había entregado el omega después de que terminó de pintar.
—¿Me puedes dar el número de tu padre para preguntarle dónde viene? —pidió con suavidad, agachándose para quedar a la altura de la menor.
Sana tomó entre sus manos el teléfono que colgaba en su cuello bajo su camiseta y asintió, ella también quería saber por qué tardaba tanto su padre.
Teniendo ya el número, Taehyung se levantó y salió de la habitación mientras esperaba que le contestaran.
El cachorro se empezó a sentir inquieto, razón por la cual en lo que el beta volvía, fue al lado de Jimin y tomó su mano. El pelirrojo le sonrió suave, ocultando su preocupación y le acarició la cabeza dejando que suavemente su aroma la envolviera.
Ambos observaron a Taehyung cuando volvió.
—Se atrasó un poco pero dijo que ya venía en camino, le dije que le iban a estar esperando en el parque cercano a tu casa, Minnie. Pequeña, guarda tus dibujos y ponte tu mochila —pidió Taehyung.
—¡Sí! —exclamó entusiasmada de ir a un parque.
Jimin tomó la mano de su amigo y lo jaló más cerca.
—¿Por qué tenenos que esperarlo en ell parque sí ya viene enm camino? —cuestionó preocupado.
—Dijo que tal vez se iba a demorar una hora más y me rogó si podíamos esperar hasta entonces, le dije que sí pero que tenía que ir a buscarla en ese parque ya que queda más cerca de tu casa por cualquier cosa —se explicó.
—¿Vamos? —preguntó la menor frente a ellos, observando hacia arriba.
Ambos mayores le sonrieron y asintieron, tomando sus cosas salieron tomando cada uno la mano de la menor.
Taehyung les dejo en el parque y luego se retiró a su casa, prometiendo volver en cuanto tuviera la oportunidad si el padre de Sana demoraba aún más.
—Oppa... ¿Puedo ir a jugar? —pidió señalando los juegos infantiles.
—Tenm cuidado —pidió el mayor antes de acceder.
Sana jugó por unos minutos sola y luego otros pocos con unos niños que vivían alrededor, cuando se cansó, volvió al lado de Jimin sentándose a su lado.
—¿Papá ya viene? —pregunto recargándose en el costado del omega.
Jimin hizo una mueca y suspiro, pidiendo mentalmente que el hombre se apresurara. Sana ya se veía preocupada al haber pasado tanto tiempo.
Cuando vio a su hermano bajarse de su motocicleta, sabía que ya había pasado otra hora.
—Ya tenemos que irnos —Jungkook dijo al llegar a su lado, sin notar la presencia de la infante.
—No puedo —respondió abrazando a la menor, por fin el alfa reparó en la existencia de la pequeña—. Estoy eperando a alguen.
—¿Dónde están tus papás, pequeña? —pregunto Jungkook de forma más amable, la más amigable y dulce que había utilizado frente a el pelirrojo hasta ahora.
—Papá ya viene —respondió en un susurro, escondiéndose más en el costado de Jimin.
—¿Pueded decirle a madre que llegade después? —pidió haciendo ojitos de cachorrito.
Jungkook torció su boca y observó a su alrededor, llegar a su casa sin Jimin tan tarde significaba problemas. Su hermano mayor le había contado lo que le había pasado al pelirrojo y se sentía un poco, por no admitir mucho, culpable de no pasarlo a buscar.
Notando la ausencia de cierta persona alzó una ceja y observó a su hermano.
—¿Y tu amigo acosador?
—Se llamna Taehyung y no pudo quedarse musho —respondió con un mohín, la vida de su amigo seguía siendo un enigma.
—Me quedaré contigo hasta que el padre de la niña llegue, no quiero que mi mamá me regañe por dejarte solo esperando —respondió decidido, utilizando aquello como excusa para no decirle que en verdad le preocupaba que se quedara solo—. Iré a comprar una gaseosa ¿quieren algo?
La cabeza de Sana sobresalió del costado del omega, interesada.
—Yo quiero un zumo de durazno por favor.
—Yo nadam, graciasd.
—Bien, ya vuelvo —aviso alejándose.
—¿Quién es él? —pregunto una vez no estuvo cerca, jalando de la manga de Jimin.
—Es mi hermano, Jungkook —respondió justo cuando un hombre se detuvo frente a ellos.
—¿Sana?
—¿Papá? —respondió la menor antes de levantarse sobre la banca y saltar a los brazos del hombre pelinegro con aspecto desordenado y agradable aroma a frutales y miel.
—Oh dios, lo siento princesa —exclamó rodeando el pequeño cuerpo entre sus brazos.
—Esta bien, Jimin oppa cuido de mí y también TaeTae oppa pero él se tuvo que ir antes —explicó dejando que su padre la acomodara hasta tenerla alzada en su costado izquierdo, entonces rodeó su cuello con sus delgados y pequeños brazos.
—Lamento mi tardanza y estoy muy agradecido por haber cuidado de mi pequeña —pronunció observando directamente a Jimin cuando este se levantó de la banca—. Soy Seokjin.
—Jimin —se presentó aceptando y apretando la mano frente a él.
—Él es mi profesor papi, el del taller del lenguaje de señas. Oppa es muy cool porque puede leer los labios a pesar de no poder escuchar —informó muy orgullosa de ello.
—¿En serio? —pregunto sorprendido, sonriendo ante la emoción en la voz de su hija—. Eso es muy cool, eres muy cool Jimin-ah.
—Ah... No... Yo... —balbuceo sonrojado.
—Aigoo, que tierno —exclamó sonriente el omega mayor.
—Sip, mi oppa Jimin es muy tierno —confirmó la infante, padre e hija soltaron una risita. Y es que, Jin actuaba realmente diferente cuando no estaba en el trabajo, en la cocina.
—¿Puedo acompañarte hasta tu casa? Me siento mal por haberte pedido que cuidaras tanto tiempo a mi hija y el sol ya se está escondiendo. En verdad lamento llegar tan tarde pero en la cocina ocurrió un problema y tuve que arreglarlo personalmente —se excusó otra vez.
—Enm verdad no hay poblema, me gustó cuida de Sana —afirmó tratando de alejar la culpa en el rostro del hombre con hombros firmes y rostro hermoso—. Y mno es necesadio, mi hermano está comigo.
No muy convencido, Jin finalmente aceptó de mala gana prometiendo enviar un regalo de agradecimiento con su hija por cuidarla. Minutos después de que se fueran ambos, Jungkook apareció con una gaseosa y un zumo de durazno.
—¿Y la niña?
—Ya vimno el padre.
—Entonces ya volvamos a casa, mamá me estaba llamando preguntando por qué tardamos tanto en llegar —dijo dándole el zumo al omega.
Jimin siguió a su hermano hasta su motocicleta, observando cómo se subía—. ¿Vas a subir? —pregunto Jungkook, sorprendiéndolo por la repentina invitación.
Hasta el momento el alfa no le había dejado ni siquiera tocar su apreciada motocicleta.
Con emoción, Jimin guardó su zumo dentro de la mochila junto a la gaseosa de Jungkook y se subió a la motocicleta sin ningún problema.
—¿Ya te has subido antes? —preguntó extrañado al ver que el omega sabía exactamente lo que tenía que hacer.
Cuando no le llegó respuesta recordó que si Jimin no estaba de frente no sabía si le estaba hablando o no.
Observó las manos que rodeaban su abdomen y sonrió divertido, eran tan pequeñas para pertenecer a un hombre que era gracioso, pero tener unas manos pequeñas se le veía bien al pelirrojo, a pesar que no hubiera nada de talento para dibujar en ellas.
Ah... ¿Qué cosas estaba pensando?
Negando con su cabeza dio marcha al corto viaje hasta su casa. Cuando su hermano se bajó de la moto, parecía una pequeña pelota rebotante al no dejar de saltar mientras sonreía.
—Eres tan extraño —susurro antes de guardar su moto e ir junto al omega al interior de la casa—. ¿Namjoon aún no llega? —pregunto al ver a dos alfas en la sala menos al nombrado.
—Avisó que llegaría más tarde porque ocurrió un problema en el restaurante —respondió Yoongi mientras seguía leyendo en su tablet.
Mientras Jungkook se sentaba en el sofá al lado de su hermano mayor, Jimin iba directamente a su padre a saludarlo.
—¿Madre? —preguntó observando a su alrededor.
—Se está bañando —respondió su padre antes de dejarle una pequeña caja envuelta en papel de regalo.
En segundos la mirada de Jimin cambio a una reprobatoria.
—Sí, ya lo sé —se adelantó atrayendo la atención de sus restantes hijos—. Pero como te he visto jugando últimamente pensé que te gustaría este, si no lo quieres me lo dices y lo devuelvo, pero primero tienes que abrirlo.
Con desconfianza el omega fue retirando el envoltorio hasta encontrar un juego nuevo.
—¿Y? ¿Qué me dices? —preguntó el alfa.
Jungkook abrió exageradamente sus ojos al reconocer el juego, inmediatamente se levantó de un salto y llegó al lado de Jimin, abrazándolo por los hombros con toda la confiada y familiaridad.
—Lo quiero. No espera, lo queremos. No, quiero decir que ¡lo quiere! —se corrige rápidamente, ahora observando ansioso al omega porque lo apoyara.
Jimin soltó una pequeña risita y asintió con su cabeza—. Gracias padre.
—¡Sí! Voy a ir a instalarlo para que juguemos —anuncio quitándole el juego antes de salir corriendo.
—Ah, sabía que sería buena idea —exclamó Joongki sonriente—. Iré a avisarle a tu madre que ya llegaron ambos —anunció retirándose también de la sala.
Solo entonces Jimin se sacó su mochila y se sentó en el mismo sofá que su hermano mayor, se inclinó hacia él obstruyendo su lectura al meterse entre medio y sonrió.
—Hola hyung —el alfa alzó una ceja, luchando contra una esquina de sus labios para que no se levantara correspondiendo el gesto.
—Hola Jimin —saludo—. ¿Qué? —pregunto al ver que el menor no dejaba de observarlo, sus ojos eran de color miel muy claro y bonitos.
—Essta usamdo lentes —señaló sorprendido, se veía muy bien con ellos.
—Son para leer —las empujó más arriba.
—Gracias por decimne cómo acercame más a Jungkook —pronunció enderezándose.
—Solo te di una pista, tú hiciste el resto —se encoge de hombros.
Jimin rió bajo, feliz.
Yoongi le observó unos segundos antes de decirse a preguntarle al menor.
—Jimin... Tú...
—Hum —respondió incitándolo a seguir.
—¿Tú puedes usar audífonos, cierto? —la sonrisa en el rostro del omega se perdió.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro