26
—¿Se durmió?
Pregunta Montserrat mientras Abigail está entre sus brazos con Demian dormido encima y ella le acaricia la espalda.
—Definitivamente si —susurra— lo voy a llevar a su habitación.
Se levanta se lo lleva caminando medio dormido y lo acuesta despacio, sobre la cama, lo tapa y acaricia besando su frente, le dice susurrándole al oído lo mucho que lo aman, y lo encantada que están de que él sea su hijo. Se levanta despacio para no despertarlo y va hasta su habitación dónde la espera Montserrat con la luz apagada, entra despacio y unos brazos la toman.
—¿Sabes lo mucho que te amo?
—Sonríe y la besa— Lo sé.
—¿Y lo mucho que me encanta ser tu esposa?
—A mi también me encanta ser tu esposa y la familia que hemos formado, parece que fue ayer que nos mudábamos a esta casa y pintábamos el cuarto de Demian. Han pasado 5 años y he amado cada minuto.
—Tengamos otro —Abigail prende la luz y la ve a los ojos— la última vez que fui al hogar...
—Phoenix te robó el corazón ¿verdad? —la rubia asiente— ella viene con su hermana no quiero separarlas y sabes que es muy difícil que alguien las adopte a las dos.
—Entonces las adoptemos a ambas —la toma de la mano besando su anillo de bodas— sé que no va a ser fácil, ellas vienen de Siria, perdieron a sus padres, pero creo que...
—Sí.
—¿Qué?
—Que sí, las adoptemos. Estarán mejor con nosotras y tenemos un cuarto extra, siempre quisimos tener más hijos, ahora tu empresa va bien, yo viajo menos con Simba que también se encarga de los talleres y es momento.
Montserrat la abraza fuerte y la llena de besos. Demian al enterarse está muy feliz, de hecho se lleva muy bien con Amira la pequeña de 4 años, ya que Phoenix de 10 es mucho más hermética, pero son las heridas de la guerra y todo lo que han pasado.
Pintan la habitación entre los tres para recibirlas, también arman las dos camas, más muebles y llenan de algunos juguetes la habitación, y de ropa el closet, dejan un pequeño librero con algunos libros para Phoenix. Demian ahora de 12 años está feliz de mostrarle la habitación y la casa a sus hermanas, ellas miran desde la puerta como las niñas entusiasmadas tocan y miran todo, aunque la más precavida es la mayor.
—¿Podemos hablar? —se acerca la mayor, las mujeres dejan a los niños entretenerse mientras hablan con la niña— yo les agradezco que nos traigan aquí, pero si tienen que quedarse con una, que sea Amira —arruga la orilla de su remera—. Ella es quizás un poco inquieta y traviesa, también quiero pedirles si puedo verla una vez a la semana cuándo la adopten.
—Phoenix —la frena Montserrat— adoptaremos a ambas mi vida, no te vamos a alejar de tu hermana —se sienta a su lado y Abigail al otro—. Quiero que sepas que no vamos a reemplazar a tus padres, y pueden decirnos como se sientan cómodas. Hay mucha gente de nuestra familia que también está contenta porque ustedes son parte, como Demian lo es.
Abrazan a la niña que comenzó a llorar, una de cada lado y la reconfortan hasta que se calma.
A Amira le tomó cuatro meses decirles mamá, a Phoenix un año y dos meses. Las mujeres aman a sus hijos y se sienten muy afortunadas de tener la oportunidad de ser sus madres
Ahora están en el fondo de casa luego de haber ordenado un poco y juntado las cosas, Simba y Madox con sus novias se quedaron a ayudarles a recoger un poco las cosas del cumpleaños de Phoenix.
—Bien hermanita entonces las veo el fin de semana —le dice Hannah con su hija dormida en sus brazos y su hijo en los de James—, no lleven nada, solo ve con los niños —le da un abrazo.
—Nosotros también nos vamos —dice Úrsula levantándose embarazada con la ayuda de Alex— los niños deben dormir —mira a Nova con uno en cada brazo y le pasa Logan a Alexandria, su otra esposa— y yo también, gracias a Dios este es el último.
—Bueno eso no lo sabemos —dice la pelirroja de Nova.
—Yo lo sé, sino la próxima quédate tú, yo tuve con este dos embarazos.
—Pueden no pelearse hasta llegar a casa, mis amores —la besa y reprende Alex, ella no puede tener hijos— vamos saliendo —Úrsula toma de la mano a Nova y salen— y la más chica de las tres soy —como diciendo que sus esposas son infantiles—. La fiesta estuvo genial —les dice a la pareja mientras camina a su lado— estoy segura de que le ha encantado, se veía muy feliz. Las vemos entonces para el cumpleaños de Margot.
—Nos vemos, cuídense y sobre todo a Úrsula —se despiden de todos y al fin quedan ellas a solas terminando de juntar algunas cosas. Abi la toma de la mano— vamos a sentarnos un ratito afuera, nos merecemos un descanso.
Entrelazan sus manos y se sientan en la hamaca colgante luego de limpiarla, ya que toda la tarde los niños estuvieron peleando por subirse, tiran los flotadores a la piscina que está llena de inflables y se sientan. Abigail primero abriendo los brazos para recibir a su esposa, que se acuesta boca abajo sobre su pecho.
—Que linda familia formamos. Quién iba a imaginar que al meterme a una boda que no era la de mi amiga, terminaría con esposa e hijos.
—Si te soy honesta, ese día estuve pensando en no ir a ceremonia, me llevaba tan mal con Hannah que pensé en faltar e ir directo a la fiesta.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—No lo sé —mira su anillo de casada— bueno en realidad, vas a reírte si te cuento —levanta el rostro y le besa—, se lo dejé al destino. Salí ese día de mi departamento, me subí al auto y a punto estuve de devolverme cuando hice el pedido, dije: "dame una señal de ir o no a la boda" entonces un montón de panfletos de una publicación volaron y se me pegaron en el parabrisas del auto, decía: "DILE SI, a ese auto que tanto quieres" , okay no creí, podría haber sido aun casualidad y avancé una cuadra más y me dieron otro folleto "SI has ese viaje que te mereces" y ahora te confieso que yo había llegado 3 minutos antes que tú y te vi discutir con Madox en el auto.
—Ósea que me estuviste espiando.
—Tú me acosabas, ni siquiera podía hacer pis tranquila que te me metías al baño.
—¡Ya te dije que fue un accidente! —Montserrat ríe.
—Lo sé —se endereza y la besa, en un beso que va escalando en caricias y manos inquietas— los niños están dormidos ¿Qué dices sí?
—Lo que se sabe, no se pregunta. Vamos.
La toma de la mano y entran en la habitación luego de verificar que los niños duerman.
Abigail y Montserrat de una "casualidad" se conocieron y como alguna vez prometió su antepasado a Vanderbilt, su alma volvió a buscar a Irina, hasta que finalmente se reencontraron para vivir su historia de amor.
Demian, Phoenix y Amira encontraron unas madres dispuestos a amarlos, y a darles todo y más, incluso hasta su propia vida si fuera necesario, como Abigail en ese incendio.
Una historia como la vida misma, con altos y bajos, con pruebas y dificultades, pero también con grandes recompensas. La vida a veces puede ser amarga, pero también puede ser tan "dulce como la miel".
Fin.
Gracias por leer, gracias por sus votos, comentar y por acompañar mis historias. Sé que soy reiterativa con eso, pero estoy muy agradecida de que se tomen el tiempo de leerla. Les mando un abrazo virtual.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro