Tu creías que siempre fui así.

Más no sabes lo que ayer sufrí.

Ya lo sé, muchas dudas traes aquí.

El pequeño zorro siguió la nave hasta lo que parecía ser una especie de túnel muy grande y oscuro. No podía identificar correctamente donde se encontraba pero, a juzgar por el silencio y las frías temperaturas del lugar, podía decirse que estaba en alguna fábrica o edificio metálico.

Irónicamente, esos años ocultándose en cuanto lugar pudo hasta construir su taller en New Yoke ahora le eran de mucha utilidad.

No obstante, estaba tan absorto en sus pensamientos que terminó perdiendo de vista la nave, quedando completamente solo en un oscuro y frío túnel de apariencia laberíntica.

--- Grandioso... ---. Bufó molesto mirando a su alrededor. --- ¿Y ahora por dónde? ---. Se cuestionó.

Esa pregunta fue rápidamente respondida ante el repentino y rápido movimiento de una pequeña sombra, la cuál pasó al lado de Nine a toda velocidad, por lo que nuestro jóven zorro se apresuró a seguirle.

Era extraño, el movimiento de esa sombra se le hacia extrañamente familiar, era similar a como Sonic lo hacía con la notable diferencia de aquella cosa era considerablemente más rápida, ágil y brusca que el erizo que conocía. Aunque ese detalle no se le hacía muy relevante en ese momento.

Al cabo de unos minutos de persecución unilateral, la sombra se metió por debajo de una puerta metálica color gris, por lo que sabiendo de su condición espectral en ese sitio, Nine no se lo pensó mucho y se apresuró a atravesarla.
Una vez del otro lado, se encontró en lo que parecía ser el vestíbulo de un lujoso edificio, con una alfombra rectangular color rojo, un escritorio de recepción color marrón oscuro, pisos y paredes verdes y un candelabro dorado decorando el techo.

Definitivamente estaba en algún lugar perteneciente a alguien con mucho dinero y buen gusto.

El asombro y la curiosidad de Nine ante tan lujoso espacio fue bruscamente interrumpida por el sonido de una perilla moviéndose, seguida por el sonido de uno puerta abriéndose.
Al voltear siguiendo el sonido, el pequeño zorro pudo observar a aquel erizo de púas marrón, sólo que ahora este ya no era un bebé, probablemente debía tener entre cinco o seis años de edad, además de usar guantes blancos en ambas manos, unos zapatos con agujetas color verde y una mochila roja sobre su espalda, indicando que, probablemente, regresaba de la escuela.

--- ¡Ya llegue Doc! ---. Anuncio el jóven erizo en un tono alegre mientras cerraba la puerta.

--- Bienvenido a casa Maurice ---. Lo saludo alegremente la misma voz femenina que había escuchado antes en la nave del humano, quizás también estaba integrada en zonas específicas de la casa. --- ¿Qué tal la escuela? ¿Volviste a tener problemas con esos bravucones? ---. Interrogó.

--- ¿Bravucones? ---. "Preguntó" Nine, expectante ante la respuesta del contrario.

--- Bien y no, esta vez aplique los consejos que el Doc me dio ---. Maurice sonrió. --- Cuando uno de ellos intento pegarme, use mi velocidad en el último momento para esquivar y su mano dio muy fuerte contra la pared en la que me arrinconaron, haciendo un hoyo ---. Explicó mientras hacía minicas para recrear la escena. --- Aprendí que los huesos humanos son muy frágiles, se fracturó tres dedos y la muñeca ---.

--- ... Vaya... ---. Nine se le quedo mirando bastante sorprendido, ¿por qué no se le había ocurrido eso en su día?.

--- Intentaron meterme en problemas pero había una cámara de seguridad cerca y otros niños testificaron a mi favor ---. Concluyó Maurice. --- Como sea, ¿dónde está el Doctor?, no vino a recibirme como siempre ---. Preguntó extrañado.

--- Salió veinte minutos antes de que llegarás, un importante canal de noticias lo llamó para hacerle una entrevista sobre sus últimos hallazgos de la tribu de Súper Erizos y las Chaos Emerald ---. Explicó la IA. --- Volverá tarde en la noche, te dejo la cena preparada y unos regalos nuevos en tu habitación para cuando termines de hacer tu tarea ---.

--- Bien, en ese caso me apresuraré a hacer la tarea ---. Sonrió para luego correr hacia la cocina.

Nine quiso seguirlo pero antes de que pudiera mover sus colas para volar, tanto el lugar como el horario cambiaron como si estuviera en una especie de simulación digital.

Ahora se encontraba en lo que parecía ser la habitación de Maurice y, a juzgar por el cielo y las luces del exterior que se podían visualizar desde la ventana, la noche había caído hacía ya un buen rato. El cuarto era bastante acogedor, paredes blancas decoradas por varios dibujos hechos a lápiz y crayón, piso de madera con varios juguetes esparcidos por todos lados, una cama de tamaño mediano con forma de un auto de carreras rojo, una repisa con varios libros y cómics, un puff verde y un ropero donde esté guardaba su escasa ropa, es decir, sus zapatos, guantes, calcetines y uniforme escolar.

Si, se notaba que Robotnik no escatimaba en gastos cuando se trataba del pequeño Maurice.

--- Esto es mucho más de lo que tuve en toda mi vida ---. Se dijo a si mismo el zorro bebé, observando la habitación a detalle.

Maurice se encontraba recostado sobre las suaves mantas azules que decoraban su cama,, usando sólo sus calcetines y guantes mientras leía el último cómic de su superhéroe favorito, Stealth The Hedgehog, un erizo con  poderes arácnidos. El título no parecía tan llamativo a simple vista pero teniendo en cuenta que el pequeño zorro no conocía tanto acerca del universo de Sonic, esto fue suficiente para despertar su curiosidad, por lo que se acercó al pequeño erizo para poder ver mejor.

--- ¡Ja!, era bastante obvio que Stealth iba a derrotar al Doctor Kitsunami ---. Se burlo Maurice. --- Por muchas colas acuáticas que tenga, el agua no es suficiente para derrotar a un erizo-araña ---.

--- ... ---. Nine se quedó viendo el panel exacto del cómic donde aparecía ese personaje. La forma que eso fennec azul usaba chorros de agua para crear ocho colas extra sin contar la biologica, le recordaba mucho a lo que él hizo con sus colas mecánicas.

De nuevo, otro deja-vu se agregaba a la lista.

--- Tienes razón, pero no subestimes su ingenio, encontrará la forma de poner a Stealth contra las cuerdas la próxima vez ---. Habló repentinamente una voz masculina, provocando que ambos niños levantarán la cabeza, encontrándose con aquel científico humano. --- Me alegra que te gustará mi regalo Maurice ---. Robotnik sonrió.

--- ¡Doc! ---. Grito el erizo de púas marrón, dejando el cómic sobre la cama para luego saltar a los brazos del humano, quién lo atrapó casi al vuelo.

--- No esperaba encontrarte despierto a estas horas Maurice, Génesis me dijo que ya estabas acostado ---. Le regaño en un tono suave mientras le abrazaba, sabiendo que este tenía un buen motivo para desvelarse.

--- No podía ir a dormir sin verlo, siempre estas aquí cuando regreso a casa ---. Respondió Maurice bajando las orejas.

--- Lo sé, lamento mucho haber estado todo el día fuera, esto fue tan repentino ---. Robotnik soltó un suspiro, comenzando a caminar hacia la cama del pequeño. --- Voy a compensartelo, mañana iré a recogerte de la escuela e iremos a jugar al parque toda la tarde ---. Sonrió mientras dejaba al niño sobre la cama para luego arroparlo.

--- ¡¿En serio?! ---. Cuestionó Maurice sintiéndo como lo arrojaban. --- ¡Genial! ---. Sonrió feliz.

--- ... Génesis también me contó sobre "eso" ---. Dijo el hombre cambiando su tono a uno más serio. --- Hiciste bien al defenderte y me alegra que los otros niños te ayudarán cuando Intentaron echarte la culpa ---.

Al oír esto, Maurice desvío la mirada. Si bien lo habían defendido esta vez, las veces anteriores se limitaron a mirar hacia otro lado o ponerse del lado de los acosadores, sabía que sólo lo hicieron porque está vez decidió responder aunque no fuera él quién hirió directamente al acosador.

Nine comprendía como se estaba sintiéndo, ayudar no porque se dieran cuenta de que lo que hacían estaba mal sino porque no querían ser los siguientes en terminar con los huesos rotos.

--- ... Se que es complicado ser el único Mobian en un colegio lleno de humanos Maurice... ---. Dijo sentándose en la cama para estar más o menos a la altura del erizo. --- ... Muchas veces, los niños actúan así porque no tienen una buena vida en sus casas y buscan sentirse superiores para ocultar su dolor o porque realmente no comprenden el daño que sus palabras o acciones pueden causar... ---. Continuó hablando Robotnik, intentando dar algo de consuelo a Maurice.

No era la primera vez.

Desde que Maurice iba a la guardería siempre había mínimo dos veces a la semana en que debía ir a hablar con las autoridades escolares debido al acoso o lidiar con padres igual o peor de inconscientes e irracionales que sus hijos.

Aquellos que eran como Maurice vivían en islas y, por lo general, su contacto con los humanos era casí nula, lo mismo aplicaba para los humanos. Por lo que, hasta cierto punto, era comprensible la ignorancia por ambos lados.

Sin embargo, nada nunca iba a justificar el acoso.

--- ... Todos dicen que sólo soy la mascota de un humano... ---. Dijo Maurice, haciendo un esfuerzo por no comenzar a llorar, mejor dicho, para no mostrar debilidad.

Sin perder tiempo, Robotnik se apresuró a abrazar al erizo con fuerza, dándole a entender que podía desahogarse con total libertad con él, sin miedo a ser juzgado. Sólo entonces, el pequeño fue capaz de comenzar a derramar lágrimas aunque sin emitir ningún quejido o sollozo.

Por su parte, Nine observaba la situación con un nudo en la garganta, nunca se había sentido tan identificado con alguien antes, comprendía perfectamente los sentimientos de ese erizo; sentirse aislado y rechazado por los otros, viéndose a sí mismo como un forastero, fuera de lugar a donde quiera que fuera. Eran cosas por las que ya había pasado y a las que ya estaba acostumbrado pero ese pequeño niño apenas las estaba comenzando a vivir y, aunque se esforzará por ocultarlo comenzaba a afectarle.

--- No eres ni nunca serás una mascota Maurice... Eres un pequeño erizo muy especial y lo mejor que me ha pasado hasta ahora ---. Dijo Robotnik mientras acariciaba las púas del pequeño. --- Encontrarte en esas ruinas y traerte a casa fue la mejor desicion de mi vida, volvería a hacerlo una y otra vez, y se que no me arrepentiría... ---. Continuó hablando con dulzura. --- Quién trate de decirte lo contrario miente... Eres un erizo brillante, veloz y ágil... Se que algún día harás grandes cosas y les demostraras a todos lo equivocados que están ---.

--- ... La única diferencia entre nosotros es que tú si tienes una figura de apoyo dónde refugiarte... ---. Concluyó Nine