El cielo azul se apreciaba en todo su esplendor, mientras que el sol brindaba luz y calor a todos. Los Flickys cantaban mientras volaban, los demás animalitos corrían despreocupadamente por los verdes pastos, y por supuesto, los amigos de Sonic acondicionaban una zona en específico para pasar la tarde todos juntos.

Un día normal en Green Hill.

Era como si nada hubiera pasado.

Como si todos esos universos creados por el Prisma Paradox nunca hubieran emitido.

Tal vez siendo eso lo mejor.

A varios kilómetros de distancia, los rayos del sol comenzaban a entibiar el agotado cuerpo de cierto erizo, que ya había recuperado su característico color azul natural debido a la pérdida de las Chaos Emerald en algún momento de la restauración del universo original.

Bastante normal una vez que estás cumplían su función.

Lentamente, este comenzó a reaccionar, su cuerpo dolía un poco pero nada más, o al menos no al grado de considerarlo como riesgoso para su vida, sólo el típico al perder su súper forma tras una intensa batalla.

Con esfuerzo, el erizo logró incorporarse quedando sentado sobre la hierba mientras miraba a su alrededor, comprobando que, efectivamente, volver a armar el Prisma le devolvió su amada Green Hill, y por extensión, a sus amigos, sonriendo inconscientemente al pensar en estos últimos. Quería reunirse con ellos lo antes posible, abrazarlos, decirles cuánto los había extrañado, disculparse por no haberlos escuchado antes y prometer no volver a cometer los mismos errores en el futuro.

Sin embargo, toda esa felicidad interna se apagó casí de forma automática cuando, de manera sorpresiva, las prendas que cierto zorro de nueve colas usaba aparecieron a escasos centímetros de él; sus zapatos, pantalones, guantes y playera, nada faltaba.

Sonic se les quedó viendo fijamente, al parecer Nine si tuvo razón en eso de que todos dejarían de existir una vez que la gema fuera restaurada. Era un sentimiento agridulce, obviamente no estaba feliz con esto, si bien era cierto que ambos habían tenido sus diferencias y no habían quedado en muy buenos términos principalmente por la necedad de Nine al no querer reconocer que él estaba en todo su derecho de querer recuperar su hogar, amigo y vida en general, tampoco creía que se mereciera desaparecer así sin más, ni él ni cualquiera de las variantes de sus amigos.

Lamentablemente, no todos podían salir ganando en esta situación.

Ambos fueron igual de egoístas.

Ningún extremo era bueno pero no había más opción.

--- ... Supongo que tuviste razón en eso... ---. Susurró con voz sería pero a la vez triste mientras se acercaba a las prendas de ropa tiradas en el pasto, disponiéndose a recogerlas.

No sabía que haría exactamente con ellas, pero no podía dejarlas ahí. Tal vez las guardaría en algún cajón, ya que no creía que Tails quisiera usarlas, por no decir que tampoco correspondía que lo hiciera.

Sin embargo, cuando se dispuso a recoger la camisa, sintió como si algo ligeramente pesado estuviera dentro de la misma, pero cuando se dispuso a revisar que había en su interior, "eso" rodó hasta aterrizar en el pasto. Afortunadamente no había levantado mucho la camisa, por lo que el impacto no fue tan fuerte. El rostro del oji-esmeralda se lleno de asombro y confusión al ver lo que había caído.

Se trataba de Nine.

O bueno, una versión más pequeña suya. Físicamente era Tails, de no ser por la diferencia entre sus flecos podrían ser tomados por gemelos, además de la ausencia de sus colas mecánicas, conservando únicamente sus dos colas biológicas.

El golpe contra el suelo fue suficientemente fuerte como para que este se despertará y abriera sus ojos celestes de golpe. Su mirada era diferente, no había amargura, resentimiento, odio o desesperación, más bien, había confusión, sorpresa y... ¿miedo?. No entendía lo que había pasado, estaba en un lugar desconocido, su cabeza le dolía producto del golpe y tenía frío.

Se sentía estrenado.

Necesitaba que alguien le diera consuelo y atención.

Fue entonces que cruzó su mirada con la de Sonic.

El bebé miró al azulado fijamente, no parecía reconocerlo, pero de alguna manera, su mente infantil pareció asumir que este debía ser su progenitor o mínimo un cuidador, por ende, debía comunicarle como se sentía para que resolviera el problema.

Sonic apenas tuvo tiempo de procesar lo que estaba viendo cuando comenzaron los llantos.

Aquello fue suficiente para hacerlo reaccionar, dejando caer la ropa que había recogido y apresurandose a cargar al pequeño niño en brazos. Nunca había cargado a un bebé antes pero hizo el mayor esfuerzo posible para no dejarlo caer.

--- Shhh~ Tranquilo... Tranquilo Nine... ---. Susurro sobando la zona del golpe con la yema de sus dedos.

Esto parecía estar funcionando, poco a poco, el llanto comenzaba a volverse un sollozo suave. Al mismo tiempo que el zorro se acomodaba en los brazos del mayor, aferrándose todo lo posible a él con sus pequeñas manitas.

--- Eso es~ Eso es~... ---. Continuó hablandole en tono suave, tomándose unos minutos para observar al desnudo niño, cuestionandose el como pudo haber ocurrido esto. --- ... Se supone que todos iban a dejar de existir... Pero... Tú estás aquí... ---.

¿Aquello podía significar que el resto de universos y variantes seguían intactos?.

La probabilidad era alta pero necesitaría ayuda para averiguarlo, Nine era el único que contaba con conocimientos sobre el Shatter-verse y la energía que albergaba el Prisma Paradox, pero era más que obvio que debido al estado en el que estaba no podría ayudarlo. Tendría que recurrir a Tails para este trabajo, aunque le llevará tiempo investigar y comprender en lo que se estaba metiendo.

Pero antes de hacer algo, debía encargarse del bebé.

Cuidadosamente, el erizo recostó al zorro bebé sobre el suave césped, acción que provocó que este emitiera unos quejidos de molestia, arrugando su rostro en un puchero, no quería estar separado del mayor. Al escucharlo, el erizo supó que debía actuar rápido, por lo que se apresuró a extender la camisa sobre el suelo, colocar al bebé sobre la misma para finalmente envolverlo, así sería más fácil cargarlo y que este no tuviera frío, al menos hasta que consiguiera ropa para bebés.

Tras esto, Sonic cargo al niño con un brazo y el resto de su ropa con la mano que tenía libre para luego comenzar a caminar en búsqueda de sus amigos. No iba a arriesgarse a usar su velocidad teniendo a un niño en brazos, la aventura pasada ya le había enseñado a pensar sus acciones dos veces antes de realizarlas.

--- ¿Hay novedades? ---. Cuestionó Amy preocupada.

El picnic ya estaba preparado, todos estaban reunidos, sólo faltaba la presencia de cierto erizo azul para comenzar con el convivió.

--- Nada aún... ---. Respondió Tails sin despegar la mirada de su comunicador. --- No responde las llamadas... Debió olvidar su comunicador otra vez ---. Soltó un suspiro.

--- De todas formas él sabía lo de la reunión... Quizás perdió la noción del tiempo y viene en camino ---. Argumentó Knuckles tratando de ser optimista, después de todo, Sonic jamás se perdía de ninguna reunión con ellos.

--- ¿Y si Eggman lo atacó por sorpresa? ---. Cuestionó la eriza rosada. --- ... Tal vez esta en problemas y nos necesita... ---.

--- Miren, ahí viene ---. Anuncio Big mientras apuntaba.

Todos voltearon en la dirección donde el gato morado señalaba. Sus rostros se llenaron de alivio al ver la silueta del azulado asomándose entre las palmeras que decoraban toda la zona, por esta vez y para fortuna de todos Eggman, aparentemente, no tuvo nada que ver en su retraso.
Sin embargo, esa felicidad por verlo bien lentamente se fue transformando en asombro cuando, conforme este se acercaba más a su posición, se percataron que traía prendas que no les pertenecían a ninguno de ellos en su mano izquierda, y lo más importante, a un bebé dormido rodeado por su brazo derecho.

--- Sonic... ---. Dijeron Amy y Knuckles al unísono observando tanto al erizo como al bebé.

--- Qué... ---. Los ojos de Tails se abrieron de par en par al notar el gran parecido físico que ese niño tenía con él.

--- Debo hablar con ustedes... Ahora... ---. Fue lo único que dijo el erizo, dándoles a entender a todos que lo que ocurría era muy serio.