—Bebé —Le llamó —, ¿Eres feliz? —Tragó saliva nervioso, Felix quien se encontraba en su pecho recostado en su gran cama, con solo la luz de la luna como iluminación, le respondió con un pequeño sonidito de afirmación.

HyunJin comenzó a dar pequeñas caricias en el cabello ya un tanto más claro, casi blanco de su esposo y suspiró.

—Bebé, contéstame con palabras… —Felix un tanto adormilado posicionó sus codos en el pecho de HyunJin y descanso su cabeza en sus manos para dar un largo "Síííííí".

—¿De verdad? —Su bebé se acercó a él y le dio un piquito en los labios.

—Soy muy feliz. —Sonrió, HyunJin quería llorar.

—¿Sabes que día es mañana?

Pareció meditarlo un poco, pero pronto sus ojitos de iluminaron y el rastro de sueño se fue.

—El día en que yo y HyunJin nos casamos. —Contestó abrazando a su esposo, HyunJin besó la cabeza de Felix abrazándolo con fuerza y sonrió cuando escuchó un “Me estás ahogando”.

—Sí, bebé —Susurró —. ¿Quieres algo en especial?

—A HyunJin. —Contestó con las mejillas rojas.

—Claro, mi amor, ¿Algo más? —A HyunJin le enterneció su actitud tímida.

—A HyunJin para mí solo. —Felix tapó su rostro con timidez.

—Pero me tienes siempre, mi vida. —Dijo suave mientras quitaba las manos del bello rostro de su esposo.

—P-Pero HyunJinnie… —Comenzó, pero HyunJin no lo dejó continuar, sus labios se unieron en un cálido beso que Felix sorprendido correspondió cariñoso.

HyunJin trazó leves círculos en la espalda del menor y este volvió sus manos puños tomando con algo de fuerza la camisa de su esposo.

—Nunca me cansaré de besarte —Dijo con su frente pegada a la de Felix —. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, bebé.

—HyunJinnie… —Y lo besó nuevamente, esta vez el pecoso guio el tierno y calmado beso, hasta que dejó sus labios para vagar por la mandíbula de HyunJin y a su vez acercarse aún más –si es que era posible– hasta colocar sus piernas a cada lado de las caderas de HyunJin, quien se había sentado en la cama —Me gusta cuando me das besitos.

—Yo amo dártelos —Le dio otro beso —. También me gustan otras cosas...

—¡Ah! ¡HyunJin! —Saltó cuando el pelinegro pellizcó una de sus redondas nalguitas —Duele. —Dijo puchereando, mientras HyunJin le miraba con otro puchero.

—Pero es irresistible hacerlo. —Observó los ojos de su esposo y puchereó nuevamente, descendió su mirada hasta los esponjosos y rosaditos labios de Felix y se acercó.

—¡Gudetama! —Felix se había retirado de su regazo en un santiamén al ver a su preciado Gudetama en el suelo —¡HyunJin, tiraste a Gudetama!

«Maldito huevo» Pensó el pelinegro y suspiró.

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