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Complice


—Dame a mi hermano.

—No, yo lo necesito más.

Jimin y Jungkook tenían a Yoongi sujeto de la manga de la chaqueta, cada uno por un lado.

—Eres el mejor de la clase, no necesitas a mi hermano.

—¿Puedo decir algo?—el pálido adolorido hablo.

—¡No!— ambos contestaron al mismo tiempo.

—Bunny suéltalo, es injusto solo lo necesito un momento.

Jungkook logra tirar más y abraza a Yoongi como si fuera un oso de peluche, este tenía pereza de replicar algo, tenían todo el almuerzo peleando por él y sus energías no estaban recargadas para oponerse.

Jungkook muerde la mejilla de Yoongi este solo se queja e intenta soltarse, pero el pelinegro es más fuerte así que desiste al instante.

—Ya lo marqué, es mío ahora.

—Hermano di algo.

—Me quiero morir.

Jimin sonríe y luego pone ojos de cachorro, Jungkook trata de no mirarlo podría perder el derecho de usar a Yoongi.

—Te propongo un trato Bunny, déjame a tu hermano una hora y te lo devuelvo ¿sí?

—No lo dejes Jimin, abusara sexualmente de mi y abandonara mi cuerpo.

—Solo una hora.

Él pelinegro se aleja dando brinquitos.

—Traidor y eso que compartimos el útero al mismo tiempo, ya no se puede confiar en nadie.

Se soltó del agarre de Jungkook y se sobo de nuevo la mejilla.

—Ya dime qué necesitas pedazo de animal.

—Ayúdame a salir con Jimin.

—Me voy.

El pálido salió corriendo del lugar mientras lo perseguía el conejo. Cuando por fin se detuvieron, Yoongi se sentó en una banca de la cafetería, Jungkook se acomodo para poner su rostro en la mesa.

—Se supone que eres mi amigo, tu no entiendes por lo que estoy pasando, eres un omega también, eso me sirve aun mas.

—Es que me parece estúpido, tienes a la mitad de las omegas del instituto tras de ti, he visto que saliste con algunas, ¿Para que quieres mi ayuda con Jimin? En primera no se si me has visto, pero no soy esa clase de omega que atrae a todos, tengo el rostro lo sé, pero me falta actitud — se acomoda las mangas de la chaqueta —en segunda, ¿Qué no le habías dicho que te gusta?

—Es que no se como actuar, no se cuanto tiempo debo dejar para siquiera mencionar algo, tiene poco que paso lo de Nam, me pongo nervioso con él, es diferente muy diferente.

—Creo que ya deberías de empezar a demostrarle, él ama que seas su amigo, has estado con Jimin todo este tiempo, además tu cara de estúpido cuando lo vez no tiene precio.

—¿Ya le dijiste lo de la isla?

—Le dije a mis padres primero, ellos están de acuerdo.

—Entonces deja que comience por ahí, no quiero abrumarlo.

—Claro a mi me acosas y a él lo tratas con pinzas.

Jungkook le toma la mano sin mirarlo.

—Ya te dije que puedes besarme Yoonie, pero te haces mucho del rogar —abulta los labios, mientras Yoon hace cara de asco —sé que lo deseas.

—Cómprame la comida y puede que lo piense.

En clase de literatura, todos estaba haciendo un análisis de los párrafos del libro que acababan de leer, la maestra quería un análisis de dos páginas, así que Jimin y Jungkook ya habían terminado, por lo que ahora estaban algo aburridos, el pelinegro empezaba a cabecear.

—Pst, Bunny.

Jimin mira de reojo a Jungkook que tenía un cochecito de juguete que deslizo hasta su lugar, este tenia una nota con un dibujito de uno conejo con un dialogo.

“Hagamos una apuesta”

Le contesta con el dibujo a su estilo de una zanahoria.

(No se como hacer a un conejo, confórmate con eso) “¿Qué clase de apuesta?”

(Que terrible bunny, pero una zanahoria es adorable) “Si adivino a donde iras de vacaciones, me aceptaras que te secuestre este fin de semana”

(si fuera bueno en dibujo tendrías miedo conejo) “Dale, solo si adivinas”

(quiero ver eso) “Te daré el papelito, pero no lo puedes abrir hasta más tarde, ¿Ok?”

—Señor Jeon, Señor Min, ¿Les aburre mi clase?

—Para nada maestra, pero ya terminamos y usted no nos deja salir antes, sin mencionar que terminamos el libro, ¿Quiere que lea mi trabajo?

—Entréguelo en mi escritorio y pueden salir.

Jungkook tomo a Jimin de la mano y ambos pusieron sus trabajos en el escritorio para salir corriendo de la clase, llegaron hasta uno de los patios y se sentaron en el pasto.

—Aquí esta mi papelito con el lugar —le entrega una hojita doblada —es mi apuesta segura.

—Si pierdes me tendrás que comprar un bote enorme de helado de chocolate.

—Te comprare tres.

Namjoon pasa por el patio mirando a Jimin, este solo agacha la mirada, Jungkook sigue la mirada del moreno sin inmutarse, hasta que se pierde en el camino hacia el otro edificio.

—¿Cómo vas con eso?

—Intento hablarle en la clase que tenemos, pero él es quien no me habla ahora, se que puede ser tonto, pero intento estar bien con él.

—Por eso eres tan especial Bunny, no hay espacio en ese corazón tuyo para alguna clase de rencor, te admiro demasiado —se queda mirando el lindo perfil del pelinegro —¿Aun lo quieres?

—Si —se abraza las piernas —pero no de manera romántica, intente perdonarlo ¿Sabes?, quería borrar lo que paso y volver con él, pero me di cuenta que no seria lo mismo, que ya no me siento igual, por eso también a veces me siento algo triste.

—¿Te gusta alguien más?

—No lo se aun, pero me siento muy cómodo con su presencia.

—Es un gran paso.

Ambos se miraron de manera sonriente.

—¡Mi lindo! —Chungha llega abrazando a Jimin —dame amor, me pelee con Hoseok.

—¿Por qué?

—Hará un trabajo con Eun Ha, le dije que no lo hiciera, pero no quiere perder los puntos en la materia, y tampoco me deja amenazarla.

—Los dejo solas, iré a buscar a Taemin , me tiene que mostrar unas cosas, no olvides nuestra apuesta Bunny.

Él pelinegro se va corriendo hasta perderse en primer edificio, Jimin solo se queda viendo la espalda ancha causándole una especie de rubor en las mejillas.

—Cierra la boca, ya lo violaste con la mirada —Jimin se aclaro la garganta —¿Me dirás que apuesta?

—Si adivina a donde iremos de vacaciones, me secuestrara el fin de semana.

—¿Sabes que es el mejor amigo de tu hermano? Ahí hay trampa, seguro.

—Puede ser, pero una parte de mi se quiere dejar secuestrar.

—¡Min Jimin! Eres un atrevido, eso me gusta, pero ahora dame mimos, antes de que le arranque la cabeza a mi solecito.

Estaba parado en la puerta de su habitación, veía hacia el infinito mientras cabeceaba eran las siete de la mañana de un sábado y él ya estaba arreglado y casi despierto.

—¡Buenos días Bunny!

Jungkook llegó dando saltos, venía con una camisa oversize blanca con el dibujo de un conejo negro en el estampado, vaqueros azules , su cabello estaba revuelto algo sexy y escondía las manos detrás de él.

—Espero que lo que estés escondiendo sea café, porque es muy temprano y muero de sueño.

Jungkook se gira.

—Creo que vine a la habitación equivocada, este es Yoongi ocupando el cuerpo de mi dulce Jimin.

Jimin lo tomo por el cuello de la camisa, Jungkook se detuvo.

—Aun es muy temprano, dame un respiro señor conejo.

—Bien —le extiende un vaso con café y un casco —el día de hoy seremos Bad boys muy rebeldes.

—¿Iremos en moto?

—Así es.

Jimin tomo su teléfono y empezó a mandar un mensaje.

—Deja de me despido de mi hermano, tuve una buena vida.

—En definitiva tu eres Yoongi por las mañanas.

Lo empezó a empujar por los hombros, llevándolo casi a la fuerza hasta el estacionamiento. La moto se veía  intimidante, parecía el doble de tamaño de Jimin, Jungkook le ayudó a colocarse el casco verificando que todo quedará en su lugar, agradecía haber elegido unos Jumper para salir con Jungkook porque los vaqueros ajustados que planeo hubiera sido una pésima opción.

Jimin miraba el rostro concentrado de Jungkook mientras le acomodaba las cintas del casco, él se concentro en el lindo lunar que el pelinegro tenía en medio de labio inferior.

—Listo.

Jimin estaba tan inmerso en los labios del chico que dio un pequeño salto cuando lo escucho.

—¿Jimin?

—¿Qué sucede?

—¿Qué pensabas? —alzo ambas cejas causando un sonrojo —es broma vamos.

Subieron a la moto, Jimin se sujeto por el pecho del pelinegro, se aferro fuerte cuando arranco, podía sentir los latidos acelerados de Jungkook, suponía que era la adrenalina de la velocidad pero en realidad él está muy nervioso de tener tan cerca a él pequeño cercas de él.

Jamás le había pasado.

Le empezaban a sudar las manos, y sentía algo de calor con el casco, se concentro aún más en el camino, porque las pequeñas manos de Jimin se aferraban mucho a su cuerpo y esto mareaba de una extraña manera al pelinegro.

Llegaron aún pequeño restaurante, Jungkook le ayudo a bajar de la moto, para empezar a caminar hacia el lugar, el cual parecía estar aun cerrado.

Esto le causo curiosidad a Jimin, pues Jk parecía conocer totalmente el lugar.

—!Tía Tsubaki! !Ya vine!

Se escuchan unos pasos algo lentos, y después se abre la puerta del lugar, de este sale una señora de edad algo avanzada, su cabello blanco estaba totalmente recogido en un moño perfecto, traía de esos delantales hogareños atado a su cintura con lindo vestido azul cielo.

—Mi Jungkookie —lo abrazo —siempre eres muy puntual, vamos entra.

—Ven Bunny —lo acerca —Tía Tsubaki, este lindo omega  de aquí es Min Jimin, es el amigo de quien le comente. Bunny ella es la Tía Tsubaki, es como mi segunda madre.

La Beta mira amablemente al omega, luego mira a Jungkook dándole un golpe con el codo.

—¿Qué te costaba? Es precioso—lo toma de la mano —pasa pequeño, estas en tu casa.

Puede creerse que esas palabras se usan en la vivienda de alguna persona, pero el restaurante era tan cálido y hogareño que daba la sensación de estar en algún comedor de cualquier otra casa tranquila. Las mesas con al ras del piso con decoración simples, el aroma de sabores caseros, los cuadros de la señora Tsubaki con diferentes personas, entre ellos una foto de un sonriente Jungkook de unos doce años abrazando a la señora dueña del lugar.

—¿En realidad eres tu?

—Si, ese mismo soy yo.

—Tienes la misma mirada que ahora.

—De un niño travieso y loco, si te contara querido todo lo que hacia este alfa de cachorro, mi corazón se ha vuelto fuerte debido a todas las veces que este muchacho me hizo casi tener un infarto.

Jungkook aparece colocándose un mandil y subiendo sus mangas.

—Me deja en mal Tía, Jimin va a creer que era un mal chico.

—Aun eres un chico inquieto Kookie.

Cuando lo llamo así no pudo ocultar la enorme sonrisa que el apodo le causó, ya amaba que le dijera conejo, pero el diminutivo de su nombre sonaba más tierno en los labios de Jimin. Junto sus manos en un aplauso para concentrase.

—Bien preparemos nuestra comida.

—Pensé que almorzaríamos aquí.

—Tomaremos un refrigerio, pero en realidad comeremos en otra parte, tendremos un pic nic Bunny.

—Me pidió la cocina desde la semana pasada para esto, Jungkook es un gran cocinero.

—¿Desde la semana pasada? —Jungkook se giro evitando la mirada de Jimin —eres un tramposo Jeon Jungkook, sabía que habías confabulado con mi hermano para que yo perdiera la apuesta, pero no sabía a qué nivel.

—¿Y que llevaremos al día de campo?

—No me cambies la conversación conejo tramposo.

En lo que preparaban algunos sándwiches y gimbap, comían fruta y yogurt, mientras la señora Tsubaki decía las travesuras de Jungkook. Jungkook hizo algunos pastelitos simples para comer algo dulce y algo de te de flor de cerezo.

Jimin ayudó a limpiar todo después, para despedirse de la señora Tsubaki antes de subirse de nuevo a la moto, el paisaje se volvía cada vez más verde y lleno de árboles, el aire se sentía más fresco, la vista era impresionante.

Llegaron a una vereda donde dejaron la motocicleta, Jungkook cargo una mochila y la canasta con la comida, tomando con su mano libre la de Jimin.

—Nunca había venido a un lugar así.

—Pense mucho ¿cuál sería el lugar ideal? —miro hacia arriba pensando —así que recordé nuestro primer encuentro así como nuestros sobrenombres.

—El bosque del cuento.

—Así es, ¿Te gusta la idea?

—Me encanta —miro hacia el sendero —seguiremos hasta la cima, ¿Verdad? — Jungkook asintió —entonces llegaré primero.

Jimin salió corriendo, adelantándose a Jungkook, este se quedó quieto hasta que reaccionó que era una carrera.

—¡Tu deberías perseguir al conejo! ¡No al revés!

—¡Me gusta salir de las reglas!

—¡Eres un rebelde, si te atrapó te morderé una mejilla!

Estaba por llegar a la cima cuando Jungkook le dio alcance aún con todo lo que llevaba acuestas, lo tira al suelo y ambos ríen con la respiración agitada.

—Te atrape —mira los labios de Jimin —de..de..debemos poner la manta.

—Si, si, creo que es lo mejor.

Se levantan y sacuden, mientras eligen un buen lugar para colocar todo lo que había traído Jungkook para su cita, extiende una manta y coloca la canasta con la comida de la mochila saca los cubiertos y otras cosas para que estuvieran cómodos.

—Muero de hambre.

—Adelante pequeño Bunny es hora del te.

En lo que tomaban el almuerzo Jimin se pone a platicar sobre de todo lo que se le ocurre, Jungkook lo observa fascinado la comida entre los dos se notaba tanto que no se dieron cuenta cuando pasaron dos horas.

—Cierto te traje algo.

El pelinegro va por su mochila y saca un paquete envuelto en papel mate.

—¿Un libro?

—No es cualquier libro.

Jimin abre el pequeño envoltorio y nota una pasta dura y algo desgastada. El libro estaba en inglés pero sabía exactamente cuál era.

—Alicia en el país de las maravillas.

—Es de las primeras ediciones, era mío y uno de mis favoritos algo más intenso de lo que pintan las películas.

—Yo también pensé en traerte algo.

Del bolsillo de su Jumper saca un pequeño llavero con un conejo negro pequeño, lo acaricia un poco antes de dárselo.

—Lo vi en una tienda y pensé en ti —se muerde un poco el labio — estuve pensando mucho en esto, en lo que podría pasar.

—Lo se, lo sé, mira Jimin, no quiero sentir que estoy presionando ni nada —se levanta y le extiende la mano a Jimin —si quieres solo ser mi amigo está bien, nada cambiará, pero si de algo estoy seguro es… —toma las manos de Jimin y bastante aire.

¡ME GUSTA MUCHO MIN JIMIN!

Él pelinegro se sonrojo al escucharlo, su corazón latía muy rápido y sus manos empezaban a sudar.

—Se siente bien decirlo, es muy difícil decir esto.

—No te veo con problema —aprieta las manos de Jungkook — Jungkook…

¡TAMBIEN ME GUSTAS MUCHO!

—Tienes razón se siente bien decirlo.

Jungkook da algunos saltos y hace un baile algo extraño.

—Bien, ahora —lo toma de las mejillas —te morderé —le deja una pequeña mordida en la mejilla —se que aún es pronto para un beso, te esperaré un poco más, solo un poco.

—Gracias.

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