Entendí que para encontrar el norte a veces hay que ir al sur, que si puedo amar a alguien es a alguien como tú, las respuestas que buscaba se escondían en el fondo de mi alma 🎶
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<<¡No! ¡Él es mi predestinado, Izzy! ¡Su alma nació para mí y él no puede irse!>>
El pecho de Magnus había quedado húmedo por las lágrimas de Alec, pero su balbuceo y el movimiento de sus párpados se detuvo.
Magnus se estaba yendo.
Alec sintió sus propios labios temblar y su mano presionar fuerte la de Magnus, mientras su otra mano acariciaba aquel rostro tan en paz.
-Por favor, no -Alec acercó su rostro al de él. Su nariz contra su mejilla-. Regresa, por favor. Estoy aquí. Ya estoy aquí.
-Alec -la mano de Izzy seguía en su hombro-. Hermano, déjalo ir.
Alec negó, sin separarse de Magnus. -Déjame, déjanos solos. Necesito hablar con él, que lo sepa...
Izzy hizo una mueca, miró al alma gris, sorprendida de que Alec no la echara. Después salió, Simon la esperaba en el pasillo, sin importar si su padre o alguien más los veía, él la abrazó.
Cuando escuchó el sonido de la puerta cerrarse, Alec volvió a hablar: -Ya estoy aquí, no estuve cuando naciste, cuando nació el alma para mí, mis ojos se replicaron en esa alma tuya, en la marca que te condenó. No estuve durante los diecisiete años que fueron una tortura para ti y no he estado todo este tiempo. Tuvimos la oportunidad de conocernos, el destino nos llevo al otro, tal vez de forma no convencional, mi padre compró tu alma, te convirtió en un impuro mientras yo tenía dos almas, no te miré más que para juzgarte y gritarte. No te sentí, algo falla conmigo, tal vez por rechazar mi propia alma, nunca supe quién eras tú para mí. No supe la verdad hasta que tú alma me la mostró. Tu alma me aceptó y quiero que abras los ojos y me digas que tú también. Magnus, vuelve. Vuelve, no me dejes ahora. No supe aprovechar nuestro tiempo juntos, la corta oportunidad que nos daba la vida. Pero te lo suplico ahora, regresa de la muerte y dámela de nuevo. Déjame conocerte, mi predestinado.
Los ojos de Alec estaban ya rebosantes de lágrimas. Las palabras salían apenas.
Cuando su alma, el alma gris, soltó un pequeño sollozo, él levantó el rostro del de Magnus, ahora húmedo por sus lágrimas, y se encontró con su mirada.
La mirada del alma gris llena de dolor, parecía sufrir más que cuando Edward los había roto a ambos.
El alma se negaba a soltar a Magnus. Alec no entendía, y ella tampoco lo había hecho, hasta ahora que los estaba sintiendo a ambos. Ellos nacieron para estar juntos. Fueron hechos el uno para el otro, el alma de Magnus sí lo sabía; y si ella nunca lo demostró fue porque Alec se empeñó en no sentir y mantenerla pura, y lo único que lo hizo perder su blancura, fue el gris que la manchó al romperse.
Nunca tuvo la oportunidad de sentir que estaba predestinada a alguien. Pero lo sentía ahora, mientras Alec se aferraba a Magnus, y ella sentía la vida de éste escurrirse literalmente entre sus dedos.
Magnus los estaba dejando, ella lo sentía, y no iba a soltarlo. No quería su libertad, ya no. Quería a Magnus Bane, y si él no iba a vivir, entonces ella quería irse con él. Podían morir juntos.
Alec, a través de sus lágrimas, no notó el ligero cambio en el alma gris. En su pecho, justo en su corazón, el gris se difuminó hasta ser blanco de nuevo.
Al alma se le escapó un suspiró cuando sintió su corazón latir por Magnus. Estaba sintiendo ahora a Magnus. Antes siempre hubo comprensión y acercamientos entre ellos, pero creía que era sólo por las circunstancias que los habían acercado. Tal vez no fue eso. Lo que sucedió fue que ellos, al igual que Alec y el alma azul, se estaban esperando, esperando encontrarse y el dolor no les permitió reconocerse a tiempo.
Magnus estaba muriendo ahora que ella y Alec lo sabían.
Y el alma de Magnus, el alma que ahora usaba Alec, también.
Ella lo vio en sus ojos.
"Oh, dios, Alexander" el alma no pudo evitar llevar su mano libre hasta el rostro de Alec, sintiendo las lágrimas que no podía limpiar.
Ahora sí estaban unidos los cuatro.
Y la vieja alma de Alec había visto a la nueva. Ahora ambos sabían cómo había cambiado.
Alec sollozó, recargándose en esa caricia. La caricia del alma que él mismo había rechazado tanto tiempo.
-He sido tan tonto.
Entonces el alma también lloró. Lloraron juntos por el dolor del pasado que no habían podido compartir y por la pérdida presente que sí estaban compartiendo. Sus corazones estaban juntos otra vez, pero rotos.
Seguían rotos.
¿Por qué el destino no podía ser bueno para ellos ahora que estaban juntos?
CONTINUARÁ...
Hey ✋ les cuento, mi plan era que la historia tenga 80 capítulos, así que estamos cerca 🙈 y sí, como dije, viene lo triste. Sé que la historia siempre ha sido difícil para ambos y sus almas, pero supongo que saben lo que se viene... ¿Se entendió por qué el alma de Alec no sabía que estaba predestinada a Magnus? Y se viene una larga conversación entre Alec y su alma 😭
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