Esos ojos abrazaban su futuro entero, abrazaban su alma y corazón y los mantenían a salvo.
(F.S.)

* * *

Alec dijo que no era nada, que estaba bien, que siguiera leyendo, pero Magnus no le creyó. Podía no conocer a Alexander lo suficiente, o casi nada, pero definitivamente mentía. Lo que sea que lo haya puesto así, siguió presente durante el rato que siguieron en la biblioteca. Magnus sentía las miradas de Alec sobre él y estaba seguro que ni siquiera prestaba atención a su propio libro.

¿Será que Alec sabía lo que él estaba leyendo y eso le molestaba?

Él no quería molestar a Alec. Quería simplemente ayudar a su alma, y a él también.

"Un alma rechazada, tiene que ser liberada por su dueño o morirá también, un alma rechazada es el equivalente a un cuerpo impuro. Un alma sin cuerpo, en estas circunstancias, no puede vivir, igual que un cuerpo que no dio su alma sino que le fue arrebatada no puede tampoco."

"Un alma, rechazada por su dueño, no puede tomar otro cuerpo a voluntad. Incluso aunque lo quisiera, aunque conectara con alguien, ya que no es libre sufriría al entregarse y podría no resistir".

Magnus memorizó algunos de los párrafos. Ya sabía algunas de esas cosas, pero ahora las confirmaba. El alma gris no podía entregarse a alguien más, o buscar a alguien, a menos que Alec la liberara.

El camino de regreso, Alec estaba callado pensando en si realmente Magnus y él estaban predestinados, o tal vez había algo más que él no sabía y Magnus sí. Mientras que Magnus estaba pensando en el alma gris y en Alec, ¿de verdad en unos días lo lograría?

Cuando llegaron a la casa de los Lightwood, ambos se miraron, todavía sin bajar del auto. Alec moría por preguntarle si él era su predestinado y, si era así, ¿por qué no se lo decía? ¿pensaba irse sin decírselo, iba a morir sin haberle dicho que era su destino haberse encontrado, que sus almas se pertenecían?

Y Magnus se preguntaba a sí mismo cómo salvar a Alec, cómo ayudarlo a dar ese importante paso que lo hiciera pensar en la felicidad de su alma también.

Magnus intentó sonreírle. Su mano ya buscando la manilla de la puerta para abrirla y salir. Estaba muy cansado y sólo quería ir a su habitación y recostarse...

-Gracias, Alexander. Por intentar cambiar. Por ayer llevarme al centro comercial, y hoy a la biblioteca. Gracias por dejar que tu alma nos acompañara. Gracias por defenderme de esa mujer y sus palabras. Gracias por cuidar de mi alma cuando yo ya no esté. Alexander, si yo muriera hoy, o mañana, o cualquier día de esta semana, por favor, recuerda todo lo que te he dicho sobre seguir adelante y tu alma.

Alec alargó su mano y se aferró al brazo de Magnus, incluso antes de ser consciente de estarlo haciendo. -Magnus, espera. Si tú, si tú supieras algo importante que yo no, ¿me lo dirías?

CONTINUARÁ...

Antes de que se quejen que son cortos los capítulos. Me imagino que ustedes estudian o trabajan, yo igual, por favor piensen eso antes de decir que con "súper cortos", tengo cosas que hacer además de escribir, pero aquí sigo actualizando aunque no sean largos, además de que al inicio eran mucho más cortos y no se quejaban. Por favor, intenten ponerse en mi lugar, y muchas gracias por entender y seguir leyendo ❤