50. Destino
Ojalá pudiera mandar en el alma, o en la libertad que es lo que a él le hace falta 🎶
* * *
<<La mayoría nace con un alma blanca, un alma pura. Un alma que irá cambiando conforme viva su vida y de acuerdo a lo que suceda en ésta, cada persona, cada situación, cada sentimiento imprime en tu alma nuevas sensaciones y colores.
Es muy difícil crecer y conservar el color blanco en un alma, pero sucede. Algunos que se conservan puros a pesar de los años, que se guardan de sentir y cambiar.
La pureza en un alma, al crecer, suele cambiar de blanco a azul. Distintos tonos de azules, por supuesto. No suele haber dos tonos iguales porque no hay almas ni personas iguales. Todos somos únicos y creamos tonos así mismo, pertenecientes a cada uno de nosotros.
Pero hay ocasiones en que dos almas que se pertenecen encuentran la forma de mandar una señal, algo que les permita encontrarse después. Puede ser la forma, la esencia, la misma mirada, un color. Algo. Cualquier cosa que las identifique.
A veces, cerca del corazón del alma, está esa marca. Esa señal. No siempre es la misma y son muy pocas almas las que nacen con una, en ocasiones la marca surge después o cuando, de algún modo, está en contacto con el alma elegida, con su otra mitad o con la persona a quien pertenece esa alma.
Las almas gemelas dejaron de existir hace mucho, en el sentido clásico. Todavía hay quienes encuentran a su mitad, se reconocen, se enamoran, sus almas se vuelven rojas y se entregan. Pero este tipo de pertenencia, de estar destinados, es diferente, es más fuerte, no siempre comprensible...>>
Magnus compartió con el alma gris sus recuerdos. Cuando creció, cuando aprendió a guardar su alma para evitar ser golpeado, cuando lo dejaron salir y corrió a las bibliotecas y aprendió a leer. Cuando creyó adivinar que esa pequeña mancha azul podía significar algo importante, que no era un monstruo, y entonces decidió mantenerlo siempre. No dejó que nada cambiara la pureza en él para que no cambiara su alma. Sólo dejó que el azul se extendiera...
-Y cuando vi a Alexander usando mi alma, cuando vi sus ojos y eran de ese mismo azul, creo que lo entendí. Mi alma le pertenecía, de algún modo y por razones que no comprendo.
Magnus cerró los ojos, sintiendo el sueño adueñándose de él, no vio la mirada del alma gris. Una mirada incrédula. "¿Crees que Alec y tú estaban predestinados?"
Magnus rió suavemente. -No en un sentido romántico, nada poético, nada bonito. La realidad no es así. Estaba destinada mi alma a ser suya, eso creo. Pero no él y yo, si fuera así, tú serías mía, serías mi alma.
Con la mano del alma gris en su corazón, Magnus se durmió, esperando lograr su libertad. Tal vez ese era todo el destino que los unía, Alec con su alma, y él logrando la libertad del alma gris antes de morir.
Tal vez.
CONTINUARÁ...
Esta semana será, por sus votos, maratón aquí y en Mi único ❤
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