Magnus no pudo dormir. Se acurrucó en una esquina de la habitación, lo más lejos de él como le había dicho, sintiendo el frío y el vacío cada que cerraba los ojos y la oscuridad de la noche era más profunda y atemorizante porque ya no tenía lo más importante para cualquier ser: un alma.

El ideal de todos era entregar su alma libremente cuando te enamoras y crees que has encontrado a la persona correcta, a tu otra mitad, al Dueño de tu alma.

En esos casos, el vacío de perder el alma se ve llenado por la satisfacción y la felicidad porque es a quien tú decidiste darte.

Y cuando es un amor correspondido, no pierdes, sino que ganas. Porque tú das tu alma y recibes una a cambio.

Un alma que puede introducirse en tu cuerpo y hacerte uno con el otro de un modo más profundo que el sexo. O puedes siempre tenerla a tu lado, no todos deciden usar el alma de otros...o incluso la suya propia.

Hay quienes rechazan su propia alma. Alec parecía ser de esos.

Al final, Magnus optó por levantarse, se quedó tras la ventana, viendo la luna por una rendija de la cortina. Tratando de no mirar hacia su alma.

Aunque ya no lo era.

Ahora era un Sin alma, un impuro, un incompleto.

Desde ahí vio la noche acabar y el día comenzar. Cuando sintió movimiento más allá de él, se giró para enfrentarse al dueño de su alma.

Y vio, extrañado, como Alec se sobresaltaba por algo que él no podía ver.

CONTINUARÁ...

cómo vamos aquí?
voy aclarando algunas de sus dudas o creando más? 😂

y qué habrá visto Alec? 😱