Jennie llegaba a su casa. Esperaba que su padre estuviera ocupado trabajando, o siguiera dormido. Ojalá no se haya dado cuenta de que no llegó a dormir. Entró a la casa silenciosamente, pero fue inútil, pues subiendo las escaleras para llegar a su habitación, su padre estaba ahí esperando por ella.

- ¿Por qué no llegaste a dormir Jennie? - Preguntó

- Me quedé a dormir con Jisoo, en el departamento que me compraste hace meses. - Mintió intentado sonar creíble

- ¿Cómo? ¿Tu hermana esta viviendo ahí? - Preguntó enojado

- Sí papá, no podía dejarla sin nada, así que le di las llaves de ese departamento

- ¡No debiste hacer eso Jennie! ¡Ella debe de reflexionar acerca de sus errores!

- No le grites a Jennie, papá. - Apareció Jisoo detrás de ella. - Jenn solo quería ayudarme

- Pues estuvo muy mal, debes entender que hiciste mal y que debido a tus acciones estúpidas te has quedado sola y sin el apoyo de tu familia

- Papá vengo a hacer las pases contigo, no me gusta estar enojada contigo ¿podemos hablar? - Preguntó

- Te espero en mi oficina. - Dijo yéndose de ahí

- Y tu y yo hablaremos después, porque es obvio que no estabas conmigo. - Le dijo a su hermana. - ¿Con quién estabas?

- No te pongas celosa hermanita. - Sonrió. - Solo te diré que me la pase muy bien

- Esta bien Jenn, bueno entonces iré a hablar con papá, no vemos después. - Se despidió de su hermana y caminó hacia la oficina de su padre

- Pasa hija por favor. - Invitó. - Siéntate

- Gracias papá. - Se sentó frente suyo. - Quiero arreglar las cosas entre tu y yo

- Te vas a unir al negocio ¿si o no? - Preguntó

- Sí papá. - Respondió. - Ya nada importa, lo único que quiero es mantenerme ocupada para no pensar en...

- ¿Terminaste tu relación con esa mujer?

- Sí

- Lo siento mucho hija, se nota que la amas demasiado, para dejar a Seulgi y no casarte, es mucho el cariño que le tienes

- Es una mujer extraordinaria papá, lástima que me comporte como una estúpida y le mentí muchas veces

- Ya habrá tiempo para el amor, para retomar tu vida, no te preocupes, eres muy joven y muy guapa estoy seguro que mujeres te sobran. - Intentó reconfortar. - Ahora sí, hablemos de negocios

- Enséñame todo, quiero aprender de ti, cómo funciona todo esto

- No estará tan difícil, me comunique con los Manoban, organicé una pequeña reunión para hablar, quiero hacer las pases con ellos. - Informó. - Suficientes problemas tenemos ya con el gobierno, como para estar peleando entre nosotros, así que llegaremos a un acuerdo para estar todos en paz

- Me parece perfecto papá

- En unos días será la reunión, así que prepara tus cosas porque nos vamos a Busan

***

Jisoo se encontraba afuera de la casa de Seulgi. Ellas dos habían sido amigas desde niñas, quería arreglar las cosas con ella, por lo menos quedar en buenos términos, disculparse cada una por su comportamiento.

- Busco a Seulgi. - Avisó a una de las empleadas de la casa

- Se encuentra en su habitación, puede subir

- Muchas gracias

Jisoo subió las escaleras, al llegar a la habitación comenzó a escuchar ruidos extraños. Se trataba de Seulgi y al parecer otra mujer. Abrió la puerta y se sorprendió ante aquella escena.

- ¿Qué mierda? - Preguntó sorprendida

Ahí estaba Seulgi junto con Irene en la cama, quienes de inmediato se cubrieron.

- Dios no puedo creerlo. - Seguía sorprendida. - ¡Y yo sintiéndome mal por haberte engañado! ¡Cuando en realidad la de los cuernos era yo! Eres una...

- ¡Cállate no le faltes al respeto! - Dijo Irene

- ¡Cállate tú maldita traicionera!

- ¡A mi no me vas a estar gritando! - Se levantó de la cama y fue hacia Jisoo

- ¡¿Cuánto tiempo llevan viéndome la cara eh?!

- ¡Tres años! - En cuanto dijo eso, Jisoo le lanzó un fuerte puñetazo a Irene

- ¡Te voy a matar maldita desgraciada! - Dijo tomándola por el cuello

- ¡Jisoo suéltala! - Pedía Seulgi. - ¡Yo la amo! ¡La amo a ella con todo mi corazón! - Jisoo se detuvo y la miró fijamente. - Perdóname Jisoo, las dos cometimos errores muy grandes, perdóname

- No quiero saber nada de ti

- Perdóname por favor

- Saben, a pesar de todo, de el engaño, de la boda, de toda esa mierda, les deseo lo mejor, no quiero saber nada de ustedes, adiós

***

El ruido de su celular sonando hizo que Lisa se despertara.

- Ah maldita sea. - Dijo tocando su cabeza. - Mierda duele. - Tomó su celular y contestó. - Hola papá

- ¿Estás bien Lalisa? - Preguntó. - Llevo horas marcando y no contestas

- Estaba dormida perdón, ayer me fui de fiesta y bebí de más. - Explicó. - Pero dime ¿pasa algo?

- Necesito que regreses a Busan, los Kim harán una reunión, al parecer quieren negociar, ya sabes para llevarnos mejor y no tener ningún problema

- Esta bien papá, te veo en unos días. - Colgó

Se levantó de la cama y sonrió al recordar lo que había pasado con esa chica. Tenía que buscarla, necesitaba otra noche a su lado.
Después de ducharse, pidió a sus hombres investigar a aquella mujer. No podía irse, no sin antes hablar con esa mujer otra vez.

Más tarde

Lisa se encontraba en aquel bar al que le encantaba ir. Estaba buscando a aquella mujer. Estuvo preguntando a las empleadas, incluso con el dueño del lugar, pero nadie sabía nada acerca de esa mujer.

- Escuché que me buscabas. - Escuchó Lisa detrás suyo. - Aquí estoy

- ¿De verdad eres tú? - Preguntó confusa. - Perdón, es que ayer estaba muy borracha y casi no te recuerdo

- Lo sé, estabas muy tomada

- Pero no se me olvida todo lo que hicimos linda. - Dijo Lisa sonriendo. - Necesito que seas mi acompañante

- ¿Para qué?

- Acompáñame a la ciudad de Busan, tendremos una reunión y quiero que me vean contigo, que sientan envidia al verme con una mujer tan hermosa como tu, ¿qué dices? - Preguntó

- Esta bien, me parece perfecto

Días después

La reunión de los Kim y los Manoban ya se había llevado a cabo. Habían acordado ciertas cuestiones en cuanto al negocio. En fin, las dos partes salían ganando.

- Oye Jisoo. - Dijo Lisa detenido a la pelinegra. - Me gustaría hablar contigo, ahora que trabajaremos en conjunto, me gustaría conocerte un poco más, llevarnos mejor y dejar el pasado atrás

- Claro que me gustaría Lisa. - Dijo Jisoo sonriendo. - Es una buena idea, hay que comenzar de nuevo

- Vas a ir a la fiesta que organizó mi padre esta noche ¿verdad?- Preguntó

- No lo sé Lisa

- ¿Por qué? - Preguntó. - Nos vamos a divertir te lo prometo, habrá muchas y muy lindas mujeres

- Mujeres. - Suspiró. - Yo solo tengo en en mi mente y corazón a una sola mujer

- Por eso nunca me he enamorado, para no andar sufriendo como lo estás haciendo tú, pero no te preocupes, todo se arregla acostándote con alguien más

- No, no creo que eso pueda hacerme sentir mejor

- Por favor ve a la fiesta, tomemos, conversemos un rato y después veremos que más sucede

- Esta bien, lo pensaré

Más tarde

- Hola amiga. - Saludó Hyeri. - ¿Me veo bien? - Preguntó

- Sí Hyeri

- Muchas gracias por haberme traído, ya me hacia falta salir de la ciudad

- No quería venir sola, gracias a ti por acompañarme

Juntas salieron de aquella habitación y bajaron hacia el salón del hotel, el cual era grande y muy lujoso. Esta era su oportunidad para seguir enamorando a Lisa, conocer a su padre y demás personas que pudieran ayudar con su venganza. Llegó tomada de la mano de Lisa.

- Papá te presento a Rosé. - Dijo Lisa. - Ah y ella es su amiga Hyeri que también nos acompaño a esta fiesta

- Mucho gusto señoritas, es un placer tenerlas aquí. - Saludó sonriendo a las dos chicas

Rosé se llenó de rabia al ver a aquel hombre. Entonces ese tipo había mandado a matar a su padre. Lo pagaría muy caro, se cobraría con su hija, haciéndolo sufrir, pues se dio cuenta de él gran amor que sentía por su hija, la apreciaba demasiado. Bien lo dijo el señor Yang, Lisa era lo más preciado para él.

- Jisoo que bueno que decidiste venir. - Dijo Lisa al ver a la pelinegra

- Me convenciste

- Genial, ven conmigo vamos a tomar algo, quiero presentarte a unas chicas

Jisoo siguió a Lisa hasta llegar a una mesa. Se sorprendió demasiado al ver que ahí estaba Rosé junto con Hyeri ¿Qué hacían ellas aquí?