Jungkook

Definitivamente recibir clases no era lo mío. Había veces que no entendía el punto de las clases, pero estos se hicieron llevaderos al saber que, al finalizar el día, volveré a verlo. Es extraño que en poco tiempo Taehyung se haya vuelto parte de mi rutina y una de las pocas personas que pueda decir que tienen mi confianza casi absoluta. Incluso, después de la reunión con sus amigos tres días antes, parecía que nos habíamos acercado aún más. Procuré prestar atención al catedrático aunque no sabía de qué hablaba en ese momento, pero mis ojos fueron a mi teléfono para ver la hora porque no podía esperar más para que terminará de hablar, de verdad deseaba juntarme con los chicos, y con Taehyung.

—Bueno, eso es todo por hoy —dice y se coloca detrás de la mesa —. Recuerden sus trabajos para la otra semana porque no hay segunda oportunidad de entregarlo.

—Jeon, ¿Vienes?

Observé a Michael quien ya tenía todo guardado, era sorprendente lo rápido que guardaba todo con tal de salir corriendo del área de tortura.

—Sí, solo guardo mis cosas y voy contigo para encontrarnos con los chicos.

Asintió y yo me dediqué a guardar lo que utilicé, procurando hacerlo lo más rápido que podía.

—Jeon —dijo el licenciado Fabel cuando ya tenía todo guardado —, necesito hablar con usted un momento.

Apreté mis puños al escucharlo. ¿Por qué yo? ¿Qué había hecho ahora? Asentí mientras le observaba y volteé hacía Trent.

—Tranquilo, te espero afuera.

Sonreí y me acerqué al catedrático que estaba terminando de guardar sus papeles para retirarse también. Esperaba que fuera rápido.

—¿Sucede algo Lic.?

—No, todo bien —respondió y fruncí el ceño al no comprender la razón para pedirme hablar —. En realidad, quería pedirle una especie de favor, ya que, eres uno de los mejores estudiantes que tengo en la clase en este momento.

Le observé incrédulo ante sus palabras. Nunca me creí el mejor, cada que me preguntaban no respondía con la nota, solo decía si ganaba o no porque me sentía mal. Quizás es raro, pero escuchaba como varias personas lucían sus calificaciones y hacían de menos a los demás, era detestable y por eso prefería guardar mis éxitos para mí.

—Señor, no creo que sea buena idea...

—¿Cómo que no es buena idea? —dijo mientras alzaba una ceja —. Jeon, quiero hacer un proyecto en colaboración con la facultad de música, ya que hay varios alumnos con talento y otros que necesitan mejorar sus notas. Cómo tu pasaste tus clases con buenas calificaciones y tu talento al dibujar y diseñar es bueno, quería pedirte colaboración porque consta de dos fases, y te apuesto que encontrarás algo más que te llegue a gustar.

—¿Dos fases? — ¿Qué tan ambicioso podía ser ese proyecto? De verdad me asustaba un poco su manera de soñar junto a lo estricto que era.

—Sí, la primera son tutorías donde ayudas a los que van bajos en notas a repasar conceptos básicos para poder armar un buen diseño y publicidad, la segunda es armar dicho diseño para un álbum. La facultad de música se encargará de la grabación, producción y edición de los discos y ustedes les darán los conceptos gráficos. Claro, todos trabajarán en conjunto como si fueran una productora, esto les permitirá tener ya piezas para portafolio cuando salgan al mundo laboral.

Medité un momento sus palabras, de verdad sonaba tentador todo lo que decía. A causa de mi contrato con el hotel no he podido buscar algo más, y si puedo empezar a encontrar algo, o al menos a darme una imagen profesional desde ahora, creo que no debería desaprovechar.

—Está bien, acepto.

—¿Aceptaste? —preguntó Yoongi cuando les conté por qué había tardado para juntarme con ellos, mi plática con el señor Fabel se había extendido de más, e incluso me pegó su entusiasmo conforme me explicó más del proyecto. Además, Tae iba a estar participando, así que no me molestó tanto la propuesta —. Jeon, te estoy preguntando algo.

—Perdón —respondí saliendo de mis pensamientos—. Sí, acepté así que me estarán viendo más seguido.

—Me alegra que hayas aceptado —dijo Taehyung después de tragar otro bocado de su comida —, así no me dejas solo con ese señor y Jimin porque la verdad, no quiero escuchar sus quejas o peleas.

Reímos al escuchar las palabras de Kim mientras Jimin tenía un fuerte sonrojo en sus mejillas y hacía un puchero. Aunque tenían razón, el señor Fabel en clase ya era bastante estricto, no quiero ni imaginar cómo podría llegar a ser en este proyecto que buscaba emular el mundo laboral.

—Les comentó que empezamos hoy, ¿verdad?

Observé a Yoongi y asentí ante la pregunta. Me preocupaba un poco el hecho de quedarnos durante la tarde, pero tenía la ventaja de poder entrar a trabajar cerca de las 8 de la noche, lo cual me daba bastante tiempo para prepararme.

—Bueno —soltó Tae viendo su teléfono—. Ya es hora de regresar a las clases, nos vemos al rato chicos.

Nos despedimos y regresamos con Trent y Jimin a la facultad, extrañamente este último también estudiaba diseño gráfico en vez de música, ya que es un aficionado a la danza como Hoseok.

—Entonces... —comenzó Park mientras caminábamos los tres, le observamos con Michael esperando lo que quería decir —, ¿qué opinas de Tae, Jungkook?

Le observé sin comprender el motivo de la pregunta. ¿Qué opinaba de Taehyung? Era alguien lindo, eso no lo negaré. Su sonrisa era bastante peculiar y la verdad es que hablar con él era sencillo, uno se sentía en paz y disfrutaba su compañía. Debería ser yo quien pregunte qué opina él de mí porque no me consideraba alguien interesante en absoluto.

—¿Jeon?

—Perdón —dije rápidamente—. ¿Qué quieres que te diga? Es interesante, alegre, divertido. Es un buen hombre, atractivo que puede llegar a ser gracioso y perseverante. No se deja caer fácilmente ante las dificultades, principalmente en estos momentos que Smith ha querido molestarlo.

Jimin asintió con una sonrisa en su rostro. Ya tuvimos que intervenir dos veces más en los últimos tres días después del incidente. Hasta armamos un plan para procurar no dejarlo solo, y ya algunos responsables estaban al tanto, aunque no confiaba en que fueran a intervenir en el asunto.

—¿Por qué la pregunta?

Jimin me observó y sonrió con inocencia, pero estaba seguro que algo se estaba maquinando en su pequeña cabeza.

—Por nada —respondió —, es solo que han estado hablando mucho y cada vez que estamos solos él y yo, no deja de mencionarte y me parece extraño. ¿Qué planes tienes con mi amigo? ¿Eh?

Park suelta una carcajada cuando ve mi rostro con muchas señales de duda. ¿Planes? ¿En qué sentido? Tae era mi amigo, no negaba que era muy agradable estar junto a él y que el tiempo pasaba demasiado rápido, pero en realidad lo que sentía era solo cariño de una amistad... ¿O no?

—¿Jeon?

Levanté mi vista y ambos ya estaban a unos pasos frente a mí. Sin querer me había detenido al pensar en Tae, pero la pregunta me había dejado perplejo.

—Sé que Tae ha pasado por un momento horrible con el idiota que se hizo llamar su novio —dije viendo a Jimin a los ojos—, pero Taehyung es solo un amigo. Un muy buen amigo, me siento cómodo con él, es amable, alegre, no se deja caer fácilmente a pesar de posiblemente tener el corazón destrozado. Es alguien admirable y con quien me gusta conversar.

—Lo sé —respondió Park con una sonrisa enorme en su rostro—. Pero... olvídalo, quizás con el tiempo se den cuenta.

Enarqué una ceja al escuchar su última frase. No entendía que insinuaba, pero no tenía pensamientos románticos hacía Tae. Era muy pronto para pensar algo así, no niego que Tae merece lo mejor, una persona que le ame y no le haga sufrir. Es alguien muy bueno para este mundo, sin embargo, cuando pensaba en él solo podía sonreír al recordar su peculiar sonrisa geométrica que le hace ver completamente adorable.

—¡Oye! —exclamó Trent y su rostro mostraba miedo—. La clase ya ha de haber empezado. ¡Corran!

Empezó con la carrera mientras Jimin y yo nos vemos. Saque mi teléfono y también corro jalando a Jimin porque de verdad se nos estaba haciendo tarde. No era con el señor amargado, pero aun así entrar tarde no es un lujo que nos podamos dar tampoco, más por las veces que ya lo hemos hecho.

Suspiré al llegar frente a la puerta de siempre. Aunque era común que Deossyu me llamara cada dos días, era extraño que lo hiciera dos días seguidos. Esto solo podía significar una cosa: un encargo especial. Ni siquiera los clientes que me tocaba atender mientras estaban borrachos tenían los méritos para que el mismo jefe me llame. Acomodé mi antifaz y el cubrebocas para tocar la puerta. Entré cuando recibí la autorización y observé al jefe quien estaba en su escritorio.

—Bun, siéntate. Te tengo un encargo.

Acaté la orden en silencio y le observé mientras él escogía los papeles para leerlos. El haberme llamado por mi nombre laboral significa algo serio. Nunca me mostraba quién era el encargo o quién lo solicitó, solo me decía la razón para que solicitaran este pedido. Nunca preguntaba más porque igual de nada servía, siempre me negaban la información y quienes se atrevían a investigar más fuera de lo que Deo nos decía, terminaban mal. Ya había escuchado la historia de varias personas a lo largo de los años sobre trabajadores que han desaparecido de un día para otro. Confío en lo que me dicen porque al final, nunca me han roto una promesa, más el jefe. Desde que llegué aquí a los 13 años él me ha cuidado y, podría decirse, educado a pesar de haber sido un niño que escapó de casa cuando se quedó prácticamente sin nada. Salí de mis pensamientos cuando una hoja fue colocada en la mesa. La tomé y empecé a leerla.

— Aquí está la información — colocó sus codos en la mesa y entrelazó sus manos frente a su rostro. Sus ojos estaban fijos en mí —. El cliente que solicitó el servicio es David Guerrero. No quiso dar el nombre de la persona involucrada, pero usó "V" para referirse a la persona que te encontrarás en el cuarto.

Asentí leyendo la poca información que había en la hoja: un hombre que estará borracho en el cuarto el cual se metió entre dos enamorados. Puso cizaña hacía el chico y la novia terminó con él y hasta puso una orden de alejamiento cuando él quiso recuperar su relación. Algo bastante típico en los clientes de este tipo: adúlteros, estafadores, con deudas pendientes, abusadores...

— Confío en ti Bun —dijo Deo y asentí—. Ve.

Salí de la habitación y caminé hasta el ascensor para dirigirme al piso indicado. Era irrisorio como todo se ha movido para mí: estar desde los 13 años aquí bajo el cuidado de Deossyu, empezar a trabajar ofreciendo placer a clientes que lo solicitan, tener clientes que solicitan "ayuda" con personas que les han hecho daño. A veces siento que estoy hundiéndome en un agujero cada vez más profundo, pero mi mente no termina de comprender por qué. Hace unos días tuve que atender a un chico inconsciente mientras era grabado por otros tres sujetos sin que estos pudieran capturar detalles de mi cuerpo que me identificaran. Apreté mi mandíbula mientras el elevador bajaba sonando cada vez que un nuevo número era marcado. Hace ya varios años estoy en esto y quiero terminarlo. Estoy esperando que mi contrato termine para así poder largarme y trabajar en otra cosa ya que tengo el sustento económico posible. No lo he hablado con el jefe porque es un tema que no acepta. Una vez lo intenté y terminé golpeado por insistir.

Espabilé un poco cuando las puertas se abrieron y salí. Un escalofrío recorrió mi columna cuando estuve frente a la puerta. Todo el pasillo estaba silencioso como siempre, la música del bar se escuchaba hasta aquí, y eso que estábamos varios niveles arriba. Suspiré, porque siempre me movía entre los pasillos esperando a llegar a mi destino sin saber a dónde me llevará, qué encontraré.

Toqué la puerta y esperé. Unos pasos se escucharon y un chico de cabello negro y tez blanca, con una playera negra me recibió y sonrió. Su expresión no me causó un sentimiento agradable, algo no estaba bien y estuve a punto de decir que me retiraba, pero me quedé en mi sitió y el solo salió y me indicó que entrara con la cabeza.

—Regresaré en 1 hora.

Asentí y observé sus ojos, tan rojos como si hubiera frotado sus manos, pero su postura estaba algo aguada, como si intentara sostenerse y apenas comprendiera en qué lugar se encontraba. Cerré la puerta y suspiré. Todo estaba a oscuras, las cortinas cerradas para que los curiosos del edificio continuo no vieran a las habitaciones del hotel. Tanteé la pared hasta que alcancé el interruptor de la luz y la prendí. Caminé hacía la cama mientras empezaba a quitar mi camisa, dejando mis manos a medio camino cuando vi a "V" en la cama.

Sus rulos castaños estaban desparramados en la sábana mientras él tenía una sonrisa en su rostro, una sonrisa geométrica que identificaría en cualquier lugar.

—¿Tae?

Al escuchar mi pregunta levantó su rostro lentamente, intentando acoplarse a la luz. Con ojos entrecerrados me observó por unos segundos para volver a sonreír, como si hubiera hecho un gran descubrimiento.

—¡Kookie!

¡Y llegué yo! ¡Llegó la magia! ¡Llegó la vida! ¡Llegó el color!

Ok no XD 

Hola, perdón que tardé demasiado en actualizar (un mes prácticamente), pero la universidad y la pereza no me lo permitieron jejejeje...

Pero pues hoy traigo ya este capítulo donde el mundo de Jungkook se mueve aún más al comprender que quizás no todo loq ue le han dicho es cierto... ¿O creen que creerá que Tae se metió en una relación y que merece esto? ¿Qué creen que pasará?

Procuraré actualizar aquí en dos semanas pero ya solo me falta un mes para cerrar semestre, y la tesis me está respirando en la nuca TT-TT

¡Nos vemos en la siguiente actualización! 

Hasta aquí mi reporte Joaquín.