Arreglando por tercera vez frente al espejo de mi auto, mi ropa oscura y elegante, un fuerte y tétrico escalofrío aborda rápidamente la parte trasera de mi cuello, pues al escuchar prontamente la puerta delantera de la casa a unos metros frente a mí; comenzar abrirse de manera lenta y tortuosa para velozmente verlo a él, es algo que mi mente y corazón no pueden manejar después de estar veintidós días apartados, y errantes en lo que pasó entre nosotros.

Sintiendo mi manzana de adán subir y bajar muy lentamente, puedo contemplar cómo la persona de Jin no se encuentra sola, pues su mejor amigo se encuentra a su lado, con una mano colocada sobre su hombro y dándole un apoyo en una forma que va más allá de la amistosa, porque sí, sé reconocer perfectamente cuando alguien tiene intenciones amorosas con algunas personas, en especial con Jin que siempre se ha caracterizado por ser una persona atractiva y despistada.

Queriendo ignorar los pensamientos dentro de mi mente y corazón, alzo mi persona y con furia perfectamente notoria, me encamino hasta donde Jin y su mejor amigo, Jungkook, se encuentran, para rápidamente quedarme estático cuando el más fuerte de los dos, besa al otro con algo más que dulzura que lastiman como el mismísimo infierno.

Aunque no por mucho tiempo, pues la fina persona de Jin le es fiel a mi recuerdo y persona, mismas que se encuentran detrás de él, sin que siquiera él pueda darse cuenta de ello.

—Jungkook, no hagas esto —Adolorido y un tanto cansado, Jin coloca su mano izquierda sobre el pecho de Jungkook, queriendo poner cierta distancia entre ambos, acción de la que me percato fácilmente, al ver tanto los movimientos de Jin como los de Jungkook, desde atrás.

—Lo sigues queriendo, ¿no es cierto? —pregunta el menor, mirando rápido y fijo en mi dirección, sorprendiéndome en cuestión de segundos por sentir su mirada.

Asintiendo lento, para enseguida soltar un bajo sollozo, Jungkook me observa y me pide suavemente con la mirada mantenerme en mi lugar y no dar ni un paso más, al menos no en ese momento en donde todavía hay muchas preguntas sin respuesta entre ambos.

O más bien, en mi.

—Si en verdad lo quieres tanto, entonces, ¿por qué lo dejaste así como así Jin?

En cuestión de segundos podría decirse que mi mente quedó en blanco y en espera de una respuesta, sin embargo, cuando esta llegó finalmente, todo en mi interior fue cobrando sentido y reavivando un fuerte enojo que sabía debía controlar.

—Tuve que hacerlo. Mi hermano Seokjun, y los padres de Taehyung no me dejaron otra opción —confiesa notablemente agotado Jin, dejándome con cierto entendimiento de lo que había pasado en nuestra relación durante un poco de tiempo atrás de nuestra separación—. Seokjun empezó a trabajar en la empresa de los padres de Taehyung a pesar de que le dije que no lo hiciera porque nos iba a traer problemas. Su excusa y motivo principal para que aceptará ello fue que la hermana de mi Tae le pidió personalmente que fuera a hacerse cargo del área de contabilidad, y como sabrás, él estaba profundamente enamorado de ella, tanto que ni siquiera se dio cuenta que toda esa familia está podrida por dentro —atento a cada palabra que sale de la boca Jin, un par de latidos acelerados comienza a apoderarse de mi cuerpo y mente al escuchar lo dulce que todavía me llama él, y lo acertado que es con respecto a la familia que me crió.

—Taehyung también forma parte de esa familia, ¿lo olvidas? —cuestiona algo incómodo Jungkook, sin tener la mínima idea de lo que me ha rodeado siempre.

—Tae es diferente. Desde siempre lo ha sido y no hay poder humano que lo haga cambiar de ese ser noble al que está destinado.

—¿Por qué es diferente? ¿Qué tiene que ellos no tengan?

Quedándome más quieto que antes, escuchó como de la boca de Jin sale una suave y hermosa risa que me eriza la piel como nunca antes lo ha hecho, pues me da esperanza de cariño y amor, además de complicidad, a volver a estar juntos.

—Él tiene clase, elegancia, educación, respeto por los demás, un corazón sincero y fiel a quien quiere, y ellos únicamente tienen dinero, poder y frivolidad.

—¿Y entonces el dinero, el poder y la frivolidad pueden más que la clase, la elegancia, la educación, el respeto y un corazón sincero y fiel? —preguntó Jungkook, aunque no únicamente a Jin, sino a mí también, haciéndome así pensar aquello que siempre sería importante.