Dia de acicalado - Stargazer3356

A pesar de que no son sus hijos, Donald los trató así. Aunque no es su padre, Paco y sus hermanos han pensado en él como tal desde hace mucho tiempo. ¿Pero alguna vez le transmitieron eso a él? Paco se da cuenta de que el Día de acicalado no es tan malo como pensaron al principio. (Una historia de "papá Donald" desde la perspectiva de Paco.

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Paco se hundió aún más en el calor de su cama. Intentó volver a dormir, pero un ruido fuerte de algún lugar de la mansión lo impidió. Gimiendo, se quitó la manta de la cara y se incorporó. Paco tomó su teléfono de la mesilla de noche y miró la fecha. Apagó el teléfono y volvió a acostarse y a cubrirse con las cobijas. Pero...

De repente, se volvió a levantar. Paco volvió a agarrar el teléfono y miró el día. Viernes ... entonces ... eso significa ...!

"Oh no." Paco se levantó de la cama. Se puso el teléfono en el bolsillo y miró a su alrededor en busca de una forma de escapar. Sabía que no podía salir por la puerta principal. Sus ojos se posaron en el respiradero junto a su armario. Corrió, desatornilló los dos tornillos inferiores y se metió dentro. Simplemente puso el respiradero en su lugar cuando se abrió la puerta. Se apartó del respiradero y calmó la respiración.

Escuchó a Donald gritar "¿Paco? ¿Estás aquí?" escuchó Paco mientras Donald caminaba hacia el armario y lo abría. Su mirada cayó sobre el respiradero y Dewey contuvo el aliento. Exhaló lentamente cuando la sombra de Donald se alejó y escuchó el ruido de las sábanas de la cama. Se sentía como una eternidad antes de que Donald finalmente saliera de la habitación. Paco pensó en volver a salir, pero sabía que Donald simplemente podría venir y verificar más tarde. Se arrastró por las rejillas de ventilación y se dirigió hacia la habitación de Rosita.

Paco miró a través de los espacios de la rejilla de ventilación de Rosita y susurró, "Rosita" cuando la vio leer en su cama. Miró por encima antes de abrirse paso y abrió el respiradero.

"¿Paco? ¿Qué estás haciendo aquí?" Paco se arrastró hacia afuera.

"Me estoy escondiendo del tío Donald. Es muy temprano y realmente quiero evitarlo por el mayor tiempo posible".

Rosita parecía confundida. "¿Acaso es, Día de acicalamiento?"

Paco se frotó la cara con las manos. "Todos los meses al tío Donald le gusta arreglarnos. No tenemos que hacerlo ya que todos nos bañamos, pero él insiste en hacerlo de todos modos".

Rosita frunció el ceño, "creo que él fué acicalado antes".

Paco suspiró: "No es que me duela, en realidad se siente bien tener mis plumas limpias y esponjadas, pero es tan vergonzoso. Nosotros mismos podemos prepararnos la mayor parte del tiempo y él siempre lleva una eternidad. Prefiero esconderme y hacerlo por mi a mí mismo para que cuando finalmente me atrape, solo tenga que arreglarme la cabeza ".

"¿Pero por qué los arregla, chicos?"

"El piensa que es una buena manera de mostrar su afecto o algo así muy tonto. Ya pensamos en él como nuestro padre, solo lo llamamos tío Donald porque insistió en eso cuando éramos pequeños".

Rosita volvió a fruncir el ceño: "¿Le has dicho que no te gusta que te acicale?"

Paco se rió entre dientes, "Le decimos todo el tiempo. Siempre nos quejamos".

De repente, alguien llamó a la puerta de Rosita.

Paco se metió debajo de la cama de Rosita mientras que Rosita, abría la puerta.

"¡Hola, Rosita! ¿Has visto a los chicos?" Preguntó Donald. Paco contuvo el aliento, ¡ por favor no se lo digas! el pensó.

"No Sr. Donald, no los he visto".

Donald se rió entre dientes, "¿Cuántas veces te he dicho que solo me llames Donald?"

"Ja, ¿Por qué los busca de todos modos?"

Donald suspiró: "Es el día de acicalado. Me gusta tomar a los muchachos y arreglar sus plumas, pero a ninguno de ellos le gusta".

Paco escuchó la tristeza en la voz de Donald y se sintió un poco culpable. Continuó mirando al suelo mientras Donald continuaba.

"Mis padres solían acicalarme mucho cuando era pequeño. Pero después de que murieron y me mudé con Rico, siempre los echaba de menos. A Rico no le gusta mostrar mucho afecto. Pensé que a ellos podría mostrarles el cariño que significaba mucho para mi"

". Bien, ahora realmente me siento culpable" - Paco hizo una mueca.

"¿Les ha dicho a Hugo, Paco y a Luis lo mucho que significa para ti? Tal vez serán más cooperativos al respecto" cuestionó Rosita.

Paco escuchó a Donald suspirar de nuevo: "No, pero está bien. Probablemente no signifique mucho para ellos". Paco se estremeció ante eso.

"De acuerdo, me reuniré con los demás ahora mismo, una vez que se vaya. Tenemos que hablar de esto".

"Ojalá la abuela me acicalara". Paco se quedó sorprendido. Supuso que Donald también lo estaba, ya que vaciló antes de responder: "

"Bueno, es diferente para todos, realmente no hay necesidad de hacerlo siempre que te bañes regularmente".

"Lo comprendo, pero es muy agradable que se muestre ese afecto. Sé que la abuela me ama, pero está tan ocupada que no puedo pasar tiempo con ella. Honestamente, paso más tiempo contigo que todos los días que con ella". Rosita sonaba tan triste. Paco esperaba que Donald pudiera animarla. Él ya sabía que a Donald realmente le agradaba Rosita y la había adoptado extra -oficialmente.

Se comprobó que tenía razón un momento después, cuando Donald preguntó nerviosamente:

"¿Quieres que te acicale? Sé que solo he vivido aquí durante un par de meses, pero ya te considero un miembro de la familia". Paco sonrió ante eso. Él y sus hermanos ya pensaban en ella como su hermana.

"¿En serio? ¿Podría llamarte tío Donald entonces?"

Donald se rió de nuevo. "Claro que puedes. Puedes llamarme como quieras. Ahora, si te sientas en la cama, puedo arreglarte las plumas". Escuchó a Rosita correr hacia la cama antes de saltar sobre ella. Escuchó a Donald caminar antes de sentarse en la cama también.

Paco esperó hasta que Donald salió de la habitación antes de salir de la cama. Rosita entrecerró los ojos una vez que se levantó.

"¡No sé por qué te quejas tanto! El Tío Donald es tan amable con ustedes, y me di cuenta de cuánto se esfuerza en arreglar las plumas de los brazos y la cabeza. No creo que yo haya estado tan limpia y esponjosa ".

Es cierto, sus plumas son muy suaves y están perfectamente alineadas ahora.

"Lo sé. Voy a reunir a Hugo y a Luis para contarles lo que escuché. Luego todos iremos con el Tío Donald y pediremos disculpas".

Rosita sonrió ante eso. "¡Bien! Él realmente es como un padre, así que ustedes necesitan que le digan cuánto se preocupan por él". En ese momento, Rosita lo empujó de nuevo en el respiradero y lo cerró. Paco se echó a reír y se arrastró de nuevo por las rejillas de ventilación. Encontró a Hugo y a Luis escondidos en la rejilla de la sala de estar escuchando la radio. El tío Rico estaba sentado en su sillón con la radio encendida mientras leía el periódico.

"Hugo, Luis, tenemos que hablar. Síganme". Los condujo de vuelta a la habitación de Rosita.

"Hola chicos!" Rosita saludó mientras los dejaba entrar. Hugo y Luis notaron lo limpia y mullida que se veía.

"¿El tío Donald te acicalo?" Cuestionó Hugo.

Luis miró ligeramente sorprendido. "Supongo que ahora te considera familia" Luis se rió.

Ahora Paco sonrió. "Me escondí aquí para escapar del tío Donald. Sin embargo, vino a buscarnos. Le dijo a Rosita que la razón por la que siempre nos acicala es porque sus padres solían hacerlo antes de morir y se sintió un poco solo desde que estuvo con el tío Rico quien no suele mostrar afecto. Significa mucho para él y ahora me siento bastante culpable ". Hugo y Paco también parecían culpables.

"Bueno, vamos entonces!" Hugo tomó sus manos y fueron a buscar a Donald juntos.

Los tres salieron de la mansión y llamaron a la puerta del cobertizo.

Oyeron a Donald gritar: "¡Vamos!" antes de que la puerta se abriera. Parecía realmente sorprendido de verlos allí.

"¿Chicos? ¿Qué estás haciendo aquí?" Hugo, Paco y Luis se miraron el uno al otro antes de que Paco se adelantara y abrazara a Donald.

"Perdonanos por huir siempre de ti". No nos dimos cuenta de que significaba mucho para ti". Donald se quedó sin habla.

Luis agregó: "No es que no nos guste, es solo que es un poco embarazoso".

Hugo intervino. "Supongo que los padres siempre avergüenzan a sus hijos y tendremos que acostumbrarnos, ¿no es cierto?"

Paco sonrió, "¡Cierto! ¡Estamos listos para ser acicalados, papá!" Donald los miró con los ojos muy abiertos antes de que se llenaran de lágrimas. Donald recogió a los tres en sus brazos.

"¡Oh, mis niños! ¡Los amo mucho!" Paco sonrió, contento de que Donald supiera cuánto lo amaban.

Fin