Petición de: @_erika_moon_512_

Espero que esto sea lo que esperabas ^_^

Antes que nada, les quiero decir que aquí son mayores de 25 años.

Y pueden imaginarlos con la ropa que quieran, me dio fiaca hacer esa parte XD

Espero que a todos les guste~

-No puedo hacerlo- murmuro Louie, retorciendo sus dedos con fuerza.

-Y ahí va de nuevo- suspiro Huey con algo de cansancio.

-¡Ho, vamos!- Dewey rodó los ojos. -¡No seas cobarde, hermano!-

-¡No soy cobarde!- gruño, mirándolos con el ceño fruncido. -Solo estoy...decidiendo...-

-Llevas dos horas y media "decidiendo"- el mayor enarco una ceja, haciendo comillas en el aire con los dedos.

-Es que...- el menor desvió la vista. -...y si...¿ella dice que no?-

-¡Ella no lo hará!- negó el hermano del medio. -Ella te adora, no te podría decir que no aunque lo intentara-

-Tiene razón- sonrío el de rojo. -¿Realmente quieres hacerlo?-

-¡Por supuesto que quiero!- suspiro, rascándose la nuca. -...la quiero muchísimo...- saco algo del bolsillo de su chaqueta, mirando la cajita negra que tenia en la mano con una ligera sonrisa. Los dos patos se miraron entre si, suspirando.

-¡A por él!- se abalanzaron sobre su hermano vestido de verde, agarrándolo firmemente de los brazos.

-¡Suéltenme traidores!- gruño mientras luchaba para soltarse, dejando caer por accidente la pequeña caja al suelo. Dewey se agacho con algo de dificultad pero sin soltar a su hermano, agarrando la caja con la mano y dejándola rapidamente en su bolsillo.

-¡Vamos~!- sonrío Huey. Entre ambos arrastraron al menor de los tres hacia la puerta, luchando para llevarlo por el pasillo.

-¡Enciende el auto tío!- rió Dewey, ignorando por completo los gritos y reclamos ajenos.

... ... ... ...

-¡Hey!- bufo Louie al ser empujado bruscamente fuera de la limusina de su tío, apenas logrando mantener al equilibrio. Miro hacia atrás para reclamar, gruñendo al ver que la puerta se cerraba y el auto arrancaba, alejándose después de tocar un par de veces la bocina. -Los odio...- miro a su alrededor, notando que estaba en el parque central. Pudo notar enseguida a Webby no muy lejos, con sus manos aferradas a las correas de su mochila en la espalda y mirando con una gran sonrisa llena de emoción las preciosas y coloridas flores ahí plantadas. Trago con algo de fuerza, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta y apretando ligeramente la cajita que su hermano había metido ahí en medio de su secuestro. Empezó a caminar hacia la pata, mostrando la mejor sonrisa que podía e intentando ignorar el nerviosismo que lo inundaba.

-¡Llegaste~!- Webby se volteo a verlo apenas estuvo cerca, sonriendole enormemente. Se le acerco con los brazos extendidos, abrazándolo con cariño y dándole un beso en la mejilla. Se separo, agarrándole de la mano.

-¿Creíste que no vendría a la cita que yo mismo pedí?- enarco una ceja, sonriendo con diversión. -Me ofendes Webbs~- se llevo la mano libre al pecho, fingiendo una mueca de dolor. Empezaron a caminar a paso lento.

-Ya te ha pasado- rió ella. Louie se rasco la nuca, recordando.

-Me había quedado dormido esa vez...- murmuro. Había llegado prácticamente dos horas después de la hora programada de su cita. Corrió hacia el lugar de encuentro pero ella ya no estaba. Webby no le hablo en dos semanas. Habían sido las peoras semanas de su vida.

-Siempre te quedas dormido~- rodó los ojos con diversión. -Entonces...- balanceo ligeramente sus manos unidas. -...¿que era ese tema tan importante del que querías hablarme?-

-Pues...- se detuvo en seco, haciendo que ella se detuviera y se parara de frente, mirándolo con curiosidad. Él miro sus manos entrelazadas, sintiendo un nudo formarse en la garganta. -...escucha...yo...- respiro profundo. -...lo que quería decirte era...amm...-

-Espera un momento~- ella le sonrío, soltándose y sacándose su mochila, agachándose para dejarla en el piso y metiendo la mano dentro.

-¿Qué estas haciendo?- enarco una ceja, viendo como ella sacaba una pistola de plástico muy familiar. Era la misma pistola de dardos con la que jugaban de niños.

-¡Aja~!- sonrío triunfante, levantándose. Louie vio con curiosidad como la pata apuntaba hacia un arbusto cercano y disparaba 5 veces, para después apuntar hacia la copa de un árbol y repetir la cantidad de disparos, sus sonrisa solo agrandándose al escuchar reclamos.

-¿Tíos?- el pato parpadeo con sorpresa al ver a su tío Donald y a su tío Scrooge salir del arbusto, el primero con dos dardos pegados en la frente y el segundo con los tres.

-Hola sobrino- Scrooge sonrío como si nada, apoyándose en su bastón y agarrado del brazo de Donald.

-Hey~- Donald se veía muy avergonzado.

-¿Pero qué...?- frunció el ceño al ver a sus hermanos caer de la copa del árbol con un quejido.

-Eso dolió...- murmuro Huey, quitando los dardos de su mejilla.

-¡Eso no se hace Webby!- reclamo Dewey, quien tenia dos de los dardos en la frente y uno en el pico.

-¿Qué hacen aquí?- Louie se cruzo de brazos, mirándolos con enojo.

-Te estamos dando apoyo emocional~- sonrío con nerviosismo el de rojo.

-¡Son unos malditos!- gruño el de verde. -¡Si van a darme apoyo emocional, háganlo desde la casa!-  

-Queríamos ver si realmente te atrevías a preguntárselo~- rió el de azul.

-¿Preguntar?- Webby enarco una ceja, mirando a Louie y bajando la pistola. -¿Preguntar que?-

-B-Bueno...y-yo...- se rasco la nuca con nerviosismo.

-¡Hazlo~! ¡Hazlo~!- canturreo su hermano del medio.

-¡Cállate!- gruño, sacandole la pistola de dardos a la pata y apuntando hacia su hermano, disparando hasta quedar sin munición. -Escucha Webby...- suspiro, para después mirarla y sonreír ligeramente. -...te amo, ¿lo sabes...no?-

-Claro que si- le sonrío con cariño, agarrando su mano desocupada y dándole un ligero apretón. -Yo también te amo~- el pato sintió tranquilidad al ver el brillo de cariño que ella tenia en sus ojos, junto con la calidez de la mano ajena en la suya.

-Cásate conmigo- las palabras salieron de repente de su pico, sonriendo con cariño y mirándola a los ojos.

-¿He?- Webby lo miro con sorpresa pura.

-Cásate conmigo- repitió, apretando la mano ajena y sin desviar la vista, escuchando los jadeos que su familiares chismosos hacían.

-Ho...- ella tenia los ojos bien abiertos. Louie sintió miedo al ver que no obtenía una respuesta o una reacción, siendo reemplazando con el pánico cuando lagrimas empezaron a correr por las mejillas ajenas.

-W-Webby, n-no d-debes...- se callo al ver que ella intentaba aguantar una sonrisa. Louie sonrío ligeramente, sintiéndose más tranquilo y teniendo una idea de la respuesta que le daría. -Tendrás que aceptar, aun tengo la pistola~- levanto la pistola de plástico, su sonrisa solo agrandándose al escuchar una ligera risa venir de la pata.

-N-No tienes m-más munición- sonrió, las lagrimas aun saliendo de sus mejillas.

-Peeeero...- soltó el arma, abrazándola con cariño y acercándola a su cuerpo. -...tengo muuuucho cariño para darte si aceptas~- le beso las mejillas, sin molestarse por las lagrimas ajenas. Ella soltó una carcajada, posando sus manos en las mejillas del pato para separarlo un poco y poder mirarlo a los ojos.

-¡Claro que acepto~!- se lanzo para darle un cálido y fuerte abrazo, sollozando ligeramente pero soltando algunas risitas. Louie sonrió como bobo, solamente abrazando con un poco más de fuerza a la pata. Pudo escuchar los gritos y felicitaciones de su familia a su alrededor pero simplemente se concentro en Webby, quien se separo un poco solo para besarle en el pico.

¡Fin!...¡No! ¡Esperen un momento!

-¿Qué esta pasando aquí?- todos los presentes se callaron, mirando con algo de sorpresa a Mrs.Beakley, quien estaba parada de brazos cruzados y mirándolos con una ceja arqueada.

-Ho cielos...- Louie se golpe la frente con la mano, llamando la atención de sus hermanos y de la pata.

-¿Qué pasa?- Webby se seco las mejillas, mirándolo con curiosidad.

-Puede que...yo...- se rasco la nuca. -...me haya olvidado un...ammm...pequeño detalle por los nervios-

-¿No hablaste con ella?- Huey enarco una ceja, apuntando de manera disimulada a la pata mayor.

-Nop- el de verde hizo una mueca.

-Buena suerte hermano~- rió Dewey con diversión. Louie gruño, sonriendo ligeramente al sentir la mano de la pata agarrar la suya. La miro de reojo, encontrándose con una gran sonrisa. Ya tenia el "Si" más importante, solo le faltaba uno.