Antes de empezar, les diré que Maxwell y Alexandra son totalmente míos. Son gemelos y son hijos de Loubby :3

Maxwell (Max): de plumas blancas, con el flequillo de su cabello siempre despeinado. Viste una remera manga corta negra con una calavera blanca enfrente y con una campera con capucha de color verde. Es el mayor por unos segundos.

Alexandra (Alex): de plumas blancas, con su cabello atado en una trenza cosida que le llega hasta la mitad de la espalda. Viste un vestido corto y chaleco con capucha de color violeta con los bordes negros.

Espero que les guste~

P-D: ¿Alguien cree que podría hacerme un dibujo de los gemelos, porfis?

Petición de: GatiloversGonzalesRu

Todo estaba tranquilo en el parque del centro de la ciudad, con los trillizos y su amiga jugando entre risas. Estaban entretenidos divirtiéndose entre ellos, sin ser consientes de la esfera de luz que se formaba en medio del parque, desapareciendo en un fuerte destello y dejando a dos patos jóvenes ahí, ambos viendo tosiendo ligeramente.

-No puedo creer...- la pata hizo una mueca, intentando no toser más pero si tener mucho éxito. -...que dejaste caer esa tonta bomba de humo dentro del laboratorio- el pato a su lado rió, logrando no toser más.

-Fue una accidente, hermanita~- le sonrío con diversión.

-Accidente o no, creo que Anthony estará muy molesto con ambos- se cruzo de brazos, mirándolo con una ceja arqueada.

-Nha, él nos adora demasiado~- canturreo él, sonriendo al escuchar a la pata reír ligeramente.

-Tienes razón Max~- ella metió las manos en los bolsillos de su chaleco, sonriendo.

-Siempre la tengo Alex~- se rieron por unos segundos, para después mirar a su alrededor y darse cuenta de que ya no estaban donde se suponía.

-¿Donde estamos?- pregunto Alex con curiosidad.

-Ni idea- negó Max. -Supongo que...muy lejos de casa- miro hacia otro lado, nervioso repentinamente.

-¡Maxwell!- ella lo miro con el ceño fruncido, molesta, y él no pudo evitar encogerse en su lugar, no le gustaba cuando lo llamaban así. -Tomaste la cinta, ¿verdad?- vio como él metía las manos en los bolsillos de su campera y se negaba a mirarla.

-¡Deja de mirarme!- bufo con molestia, sacando lo que parecía ser una cinta métrica de su bolsillo. -No pude evitarlo- la miro con una sonrisa avergonzada.

-Lo sé, lo sé- se rasco ligeramente la nuca. -¿Podemos volver?- pregunto después de unos segundos. -Digo, antes de que mama y papa se enteren del desastre que hicimos en el laboratorio de Tony, vayan y nos castiguen...otra vez- termino con tono de resignación.

-Bueno...nop- negó, mirando la cinta y frunciendo el ceño ante la palabra "Cargando" que decía en una de las pantallas del costado con letras brillantes. -Dice que necesita cargarse por unos minutos- se miraron entre ellos, un pensamiento cruzando por sus mentes al mismo tiempo.

-Adiós a nuestra visita al parque acuático- lloriquearon al unisono con tristeza, suspirando. Alex levanto la vista con curiosidad, podía escuchar risas no muy lejos, voces muy familiares hablando, y no pudo evitar caminar, dispuesta a ver a los dueños de esas voces.

-"Cargando"...que tontería- Max suspiro con molestia y levanto la vista, dispuesto a hablarle a su hermana pero quedando tieso al no verla. -¿Alex?- miro a su alrededor pero no pudo encontrarla y eso solo lo hacia sentirse tenso. -¡¿Alexandra?!- corrió a ciegas y para su suerte, no tardo mucho en verla, parada bajo un árbol y dándole la espalda. Se le acerco rapidamente y la tomo del hombro para hacerla voltear, mirándola con el ceño fruncido. -No puedes irte así nada más- gruño, molesto.

-L-Lo siento...- ella se veía ligeramente avergonzada. -...pero mira- señalo hacia enfrente y entonces, el pato pudo ver lo que llamo la atención de su hermana: eran tres patos vestidos de diferentes colores (rojo, azul y verde), junto a una pata de moño, los cuatro sentado en una banco de la gran plaza.

-Esos son...- parpadeo, sorprendido. -...¿los tíos Huey y Dewey?- vio como como el pato de azul hablaba de algo con mucha emoción, el pato de rojo rodando los ojos con un sonrisa divertida.

-Eso parece- rió ligeramente. -¡Y ahí están mama y papa!- señalo con una gran sonrisa, viendo como la pata se reía ligeramente, el pato de verde viéndola con una ligera sonrisa.

-Vaya...- se rasco la nuca. -...si que retrocedimos mucho- se sobresalto al escuchar un fuerte sonido venir de su bolsillo, sacando la cinta de ahí y mirándola, sonriendo al notar en la pantalla se podía leer "¡Listo!". -Ya se cargo- miro a su hermana.

-¡Genial~!- sonrío. Miraron por última vez a los patos sentados y luego entre si, riendo ligeramente.

... ... ... ...

-¡Volvimos!- sonrieron enormemente, alzando los brazos en señal de triunfo al aparecen en medio de un gran laboratorio. -¡Increíble~!- chocaron las manos, tensándose al escuchar a alguien aclararse la garganta. Se voltearon lentamente y tragaron con miedo al ver a una pata mayor ahí, de cabello largo atado en una cola alta y camisa sin mangas rosa, junto a una falta violeta. A su lado había un pato, con el flequillo de su cabello despeinado y con una remera verde manga corta, con un chaleco del mismo color. Ambos estaba cruzados de brazos y con el ceño fruncido. -Hola mama...Hola papa- sonrieron con nerviosismo, parándose lo más firme que podían y escondiendo las manos tras la espalda, intentando parecer casuales e inocentes.

-Hola niños- el pato los miro, enarcando una ceja.

-¿Tienen algo que decirnos?- pregunto la pata. Max y Alex se miraron entre ellos, para después mirar a los mayores.

-¿Estamos en problemas?- preguntaron al mismo tiempo.

-¿Ustedes que creen?- ambos suspiraron con tristeza ante la respuesta de los mayores.