Título: Painful love

Género de inicio: erótico (deseo)

Género de final: drama (indiferencia)

Frase: “Quiero sentirme en lo más profundo de ti, que tus uñas dejen marcas en mi piel, tus gemidos son la más dulce melodía”

Personajes: Yoongi - Jimin

Autor: NamuSamm

Las luces rojas destellando en el techo le otorgaban al local una atmósfera sensual, la música no era otra cosa más que un estímulo para enardecer a la multitud que gustosa gritaba emocionada, todos contemplaban con  hambre la delgada figura que se movía sobre el escenario.

Aquel joven de cabellos teñidos de un rosa vibrante, cuerpo delgado y perfecto, sus piernas torneadas y firmes envolviendo aquel tubo en medio de la pista, todo en aquel joven gritaba sensualidad y lujuria, pero no todos los que lo veían sentían lo mismo, el hombre de ojos gatunos y mirada sombría que sentado en la barra sostenía un vaso de whisky y sentía su cuerpo arder con cada movimiento del bailarín.

—¿Cuánto cuesta un privado con él? —le pregunto al bartender y señaló al pelirosa.

—Mucho, Mimi es la estrella del lugar.

—¿Cuánto?

—Mil dólares por una noche, pero te prometo que vale la pena, ese culo que tiene es perfecto para enterrar tu polla, si lo sabré yo —dijo el hombre con un toque de añoranza en su voz.

Sin decir nada más Min Yoongi sacó su billetera y dejó sobre la barra el doble de la cantidad pedida.

—Toma, dame un cuarto y me llevas al chico cuando termine el baile.

El bartender sonrió con sorna, llamó a una mesera y le indico el pedido del hombre, con paso tranquilo acompañó a la chica hasta al segundo piso, el cuarto no era nada extraordinario, solo una cama, un buró con una lámpara y un sofá sexual adornaban el lugar.

Mientras esperaba, a la mente de Yoongi llegó un recuerdo de dos años atrás, cuando por primera vez estuvo con el amor de su vida.

“Quiero sentirme en lo más profundo de ti, que tus uñas dejen marcas en mi piel, tus gemidos su la más dulce melodía”

Varios minutos pasaron antes de que el bailarín entrará, le sorprendió ver la habitación completamente oscura, solo la pequeña lámpara aún lado de la cama iluminaba escasamente el lugar, pudo ver la silueta del hombre que lo había comprado esa noche sentado en uno de los lados.

Sonrió y se acercó a él contoneando sus caderas mientras recordaba porque hacía aquello.

—Hola guapo, ¿estás listo para mi? Dime qué deseas, yo haré realidad cualquier fantasía —su voz suave y casi en un susurró le otorgaba cierto toque de misterio y sensualidad.

Yoongi no habló, sólo lo tomó por la cintura y lo jaló hasta él, lo sentó a horcajadas sobre sus piernas y de inmediato devoró su boca en un beso hambriento, Jimin gimió cuando los dientes de aquel hombre mordieron su labio inferior con rudeza, pudo sentir el sabor metálico de su sangre mezclarse con la saliva.

La ropa no tardó en ser tirada al suelo, las hábiles manos de aquel extraño lo acariciaban con avidez, había algo en su toque que le resultaba familiar, al igual que el aroma de su colonia, y tal vez por eso es que se permitió disfrutar, tal vez si pensaba que era el hombre que amaba podría ser más fácil entregarse a un desconocido que había pagado por él.

Con los ojos cerrados sintió el cambio de posición, ahora estaba recostado en la cama, sus piernas groseramente abiertas, sintió la cabeza del miembro en su entrada, y el escozor cuando su agujero se expandió por la intromisión, no había nada de ternura no cuidado al que estaba acostumbrado con su lindo gatito, lo que hacía en esos momentos era algo grotesco, salvaje y sin una pizca de amor, pero debía de hacerlo, solo así podría volver a él.

Yoongi golpeó con fuerza el interior, dejando en cada embestida un poco del coraje y el asco que sentía, muchas fueron las posiciones en que profano ese cuerpo que muchos más habían tocado. Cuando sintió su cuerpo anunciar su orgasmo, cargo al chico poniéndolo nuevamente sobre sus piernas.

Jimi  se aferró a la espalda del hombre encajando su uñas en la espalda, mientras sus gemidos avisaban sobre su inminente orgasmo, estaba por llegar a la cima.

—Así… muévete gime para mí, quiero sentirme en lo más profundo de tu ser, sigue clavando tu uñas en mi espalda, tus gemidos son una preciosa melodía —hablo Yoongi por fin.

El cuerpo encima de él se tensó, y detuvo cualquier movimiento, levantó el rostro y buscó enfocar la vista para poder verlo bien. Yoongi lo tomó por la cintura y lo obligó a moverse mientras los ojos marrones del pelirrosa comenzaban a llenarse de lágrimas.

—¡Vamos…! ¡muevete que para eso pagué, al igual que todos con los que te has acostado! ¡muevete…! —gritó Yoongi mientras con una fuerte estocada se derramó en su interior.

Jimin no podía dejar de llorar, quería hablar, explicarse, pero los fríos ojos de su pareja se lo impidieron, la indiferencia reflejada en ellos lo mantenía mudo, sin delicadeza alguna Yoongi lo levantó y lo arrojó a la cama, lo vio vestirse, con un aura oscura sobre él parecía otro hombre, distinto del dulce y tierno hombre que amaba con locura.

Yoongi se sentía asqueado, y furioso, lo habían engañado como a un estúpido, cuando estuvo completamente vestido, sacó su cartera, tomó unos cuantos billetes y los arrojó al rostro del que hasta esa noche había sido su preciso e inocente novio.

—Toma, es el pago por tus servicios como la puta que eres, que te aproveche y hasta nunca.

Sin decir nada más, se dió la vuelta y se fue, sin importarle los gritos de súplica de Jimin, en su corazón ya no había amor por ese embustero, solo una fría, cruel y dolorosa indiferencia.