—Votre roi est arrivé! —exclamo el joven rubio mientras las puertas del hotel se abrían con fuerza, haciéndose notar.

Los huéspedes sonrieron nerviosos ante la presencia del príncipe infernal.
Charles Luzbel Morningstar, el primogénito de Alastor y tercer hijo de Lucifer. Un niño que desde su nacimiento se pronóstico su poder como el anticristo, generando diversas opiniones al respecto.
El príncipe había llegado al hotel, y todos no pudieron hacer más que admirarlo.
¿Era bello?, claro. Cómo el mismo ángel caído que tenía por madre.
¿Aterrador?, ¡Por supuesto!, como su padre.
¿Poderoso?, sí, como Dios.
¿Caprichoso?, demasiado.
¿Presumido?, a más no poder.
¿Orgulloso?, pff, hasta la duda ofendía.

Camino con las manos en la espalda, traía puesto un traje de color azul, una gran capa de un azul más fuerte colgaba desde sus hombros, en sus manos, un par de guantes negros las cubrían, unas botas negras le hacían compañía.

—Charles... —su hermana mayor, Charlie sonrió nerviosa—, ¿Qué haces aquí?

—Vine a visitar. Mí padre no me deja salir del castillo últimamente, dice que “debo aprender sobre las responsabilidades de ser un Rey” —sus dedos hacían comillas mientras hablaba—, pero igual seré Rey, ¿Qué más dan las reglas y lineamientos?

—Son importantes —tomo un montón de papeles que descansaban en uno de los sillones—, tienes que ser un buen gobernante, después de todo, las relaciones diplomáticas entre el cielo y el infierno se basarán en tú capacidad para gobernar.

—Yo soy buen gobernante.

—Sí, seguro —parecía molesta por el actuar de su hermano—. Un buen gobernante piensa en lo mejor para su pueblo, no para sí mismo.
Sí no haz faltado a tus clases de adiestramiento, sabrás eso.

—Tengo muchas cosas que hacer.

—¿Viajar al cielo para molestar a los angeles, poner de mal humor a mi padre, ser grosero con nuestros hermanos y un clasista con todos?
Sí, es una agenda ocupada.

—Hago más que eso —se cruzó de brazos—, también recibo adiestramiento militar angelical en contra de mi voluntad.
Dicen que evita que me vuelva un peligro.

Charlie camino en dirección a su habitación sin decir una palabra, pero Charles iba tras de ella con una gran sonrisa, como su padre solía hacerlo.

—¡Charles! —Neha, su sobrina corrió a darle un abrazo, a lo que esté sonrió nervioso.

—Neha... —sus manos tomaron los hombros de la joven y la alejaron con brusquedad—, ¿Qué haces aquí?

—Aquí vivo —soltó una leve risa.

Neha tenía la piel pálida como él y Charlie, pero el cabello como Vaggie, sus ojos eran diferentes, pues uno era rojo mientras el otro era dorado.

—Es verdad —finalmente soltó a la joven y sacudió sus manos enguantadas—, ¿Y Francis?

—No lo he visto últimamente, pero no lo culpare.
Ha estado ocupado, desde que Angel y Husk se han vuelto soberanos respetados, él ya no pasa tiempo conmigo. Ni siquiera Kathie.

—Tiene sentido, ese tipo de puestos son demasiado importantes y demandantes.
¿Y qué harás tú?

—Mi mamá me ha estado instruyendo para dirigir el hotel —sus ojos brillaron cuando comento aquello. Charles rodó los ojos—, me parece maravillosa la idea de ayudar a los demás a redimirse.

—El cielo tendría sobrepoblación.

—Es igual de optimista que su padre —Vaggie apareció con los brazos cruzados, el rubio sonrió un poco.

—Hola, cuñadita —lamió un poco sus labios—, ¿Está vez me dejaras arrancarte un pedazo de carne?

Un golpe en la cabeza del príncipe lo hizo voltear de inmediato, mirando a su hermana con un gesto molesto.

—Era broma... Para la carne angelical tengo acceso ilimitado al cielo.
No le vuelvas a pegar a tú futuro Rey.

—Ni siquiera te has molestado en tomar una regencia en el reino para conocer realmente el poder diplomático y la importancia de que no seas un imbécil.

—¡No soy un imbécil, puedo reinar este lugar con los ojos cerrados! —sus orejas pasaron a ser cuernos de carnero, demostrando su enojo.

—Neha podría reinar mejor que tú —Charlie se cruzó de brazos—. No estás listo para reinar el infierno.

—¿Y qué harás? —sonrió con superioridad.
—Las gemelas están lejos de poder tomar el trono, Damián y Dennis están aún más lejos.
¿Harás a mis padres seguir gobernando hasta que creas que estoy listo para gobernar?

—Esta plática la debo tener con un adulto —la rubia nunca aparto la vista de su hermano—, y tú, definitivamente no eres un adulto, solo eres un niño mimado que jamás se toma algo en serio.

Charles gruñó en respuesta antes de alejarse de las tres mujeres, dispuesto a abandonar el hotel.

—Olvidalo Charlie, tú hermano es un idiota.

—Neha, estás lista para dirigir el hotel —sonrió con orgullo.

—¡¿De verdad?! —la mencionada comenzó a saltar por el pasillo, para después abrazar a sus madres—, gracias mamá.

Neha corrió directo a su habitación, dejando a Charlie y Vaggie a solas.

—¿Crees que de verdad esté lista?

—Lo está, no tienes que dudar de ella. Puede que cometa un par de errores, ¿Qué más da?
Ella está lista para esto Vaggie, la hemos educado e instruido bien.

—Sí —tomo las manos de su esposa—, pero, creí que le darías la dirección del hotel en seis meses, con la coronación de tú hermano.

—Tenemos que hablar de eso, porque hay una desición importante que tomaré y necesito que me apoyes.

—Siempre.

En el castillo Morningstar, Lucifer se encontraba con Denisse, el cuarto hijo de su matrimonio con Alastor, quién tenía apenas tres años y miraba la tele junto a su madre.

—Hola mi amor —saludo Lucifer sin despegar la vista del televisor, pese a que el odiaba dicho aparato, era lo único que a Denisse le interesaba ver por el momento.
—¿Cómo te fue?

—Charlie dice que no puedo gobernar el infierno, ¡Qué no soy digno o algo así!

El príncipe tenía las astas algo crecidas, sus ojos azules eran rojos y si cola demoníaca había reemplazado la de venado.

—¿De verdad? —sonrió un poco—, ¿Y por qué dijo algo como eso?

—¡Le gusta molestarme!

El rey negó divertido—. Supongo entonces que ya te presentaste ante el tutor que te asignamos tú padre y yo.

Charles rodó los ojos, estaba claramente molesto.

—No he tenido tiempo.

—Seguro —Denisse tomo uno de los dedos de su madre.
—A tú padre no le gustará saber que no te estás tomando esto muy en serio. Él tuvo que esforzarse mucho para ser el Rey que es ahora.
Le tomo un tiempo acostumbrarse, y peor porque tenía trabajo atrasado, no fue fácil. A ti te dejaremos todo en bandeja de plata, y odiaría tener que quitarte el trono por tú falta de compromiso.

—Tonterias, soy el anticristo.

—Ese título no te convierte en un buen monarca —escucho a su hijo gruñir—, hablo muy en serio Luzbel. Anticristo o no, tienes una obligación y una responsabilidad con la gente de este reino.

—Y con el consejo angelical, mi abuelo, ustedes, el reino, la tierra el cielo.
Con todo mundo tengo una gran responsabilidad.

—Deberias escuchar a tú madre —Alastor apareció frente a su esposo e hijo. El pequeño Denisse, al mirarlo extendió sus brazos en un intento de llamar su atención, la cual le fue dada de inmediato.
Poco después, se inclino para besar al rubio—. Ser un Rey no es un trabajo que te debas tomar a la ligera, y precisamente por eso no saldrás de este castillo hasta que estés listo.

—Esto no es justo —el príncipe apretó los puños—. Yo ya soy digno de ser un Rey.

—Eres un niño.

—¡No!
Jamás lo entenderías, haz sido un Rey toda tú vida.

Lucifer torció la boca.

—Eso no es verdad, tú padre adquirió el título de Rey después de tú nacimiento y la boda.
No es un tema del que se hable mucho, Charles.

—Era igual a ti cuando era un soberano.
Caprichoso, egoísta, y sobretodo, un idiota.

—¡Yo no quiero estar encerrado en este lugar!

—¡Pues te quedarás aquí, hasta que me demuestres que eres alguien digno del título!
Ningún hijo mío me hará pasar el ridículo frente a toda la multitud demoníaca por un par de caprichos.

—Entonces no quiero ser parte de esta familia.

Lucifer tomo a Denisse en brazos, quién oculto su rostro en el pecho de su madre.
El ángel tomo la mano de su esposo, calmando la evidente molestia.

—Te guste o no perteneces a esta familia, todos esos lujos y el estilo de vida que te hemos permitido llevar lo tienes gracias a esta familia.

—Alastor...

—No Lucifer, no puedes venir a salvarlo cada que el niño meta la pata.

—No es necesario que lo regañes, y tampoco es necesario que digas esas cosas Charles, somos una familia y aunque no me agrade la manera en la que tú padre lo dijo, es verdad.
Este estilo de vida te lo da la posición social que tienes, pero no te da el derecho de creerte mejor que nadie.

—Soy mejor que cualquiera en los tres reinos —y dicho esto, dio media vuelta y se dirigió a su habitación con pasos fuertes.

Alastor negó indignado—. Él no está listo para esto —miró a su esposo—, necesitamos hablar y sabes bien que ya no puede esperar

Y bueno, empezamos con esto, el prólogo del maravilloso Spin-off sobre Charles Luzbel Morningstar.

Sí bien quería hacer una especie de musical, me rendí porque no me salían las canciones, sin embargo, será una especie de comedia que se desarrolla en un periodo de tiempo corto.

Conocerán un poquito del comportamiento de Charles, y se van a divertir, créanme, los hará reír en muchas ocasiones.

Sin más que decir, hasta el próximo miércoles pecadores.