Capítulo 31: Nos sentiremos infinitos.
And now, I'm one step closer to being two steps far from you.
POV LOUIS.
Londres, 2019.
Las estrellas no son infinitas. Tienen luz propia y compañía durante mucho tiempo. Son las protagonistas de la noche. El único brillo en un cielo oscuro y profundo. La iluminación en un camino temeroso.
Desde aquí las observamos brillar, a veces las intentamos contar.
Pero puede que mañana no sean las mismas.
Éstas se apagan, pierden luz, llegan a su fin.
Pero él era una estrella. Era mi estrella. Y era infinito.
Habían pasado tan solo unas horas desde que la decisión se había vuelto firme e irrevocable; como tinta grabada en piel; como fuego arrasando con todo. Ahora tenía respuestas para varias de mis preguntas. Sabía porqué. Cuándo. También el qué.
Pero definitivamente no sabía cómo.
No era valiente, eso lo tenía claro. Enfrentarme a ella y decir lo que en mis pensamientos sonaba tan fácil, no lo sería en lo absoluto. Había perdido la voz cuando ni si quiera había dicho una palabra.
La cena fue de lo más tranquila y en cierto modo, distante. Quería una reunión familiar que para mí se sintió lejana y apartada. Quizá porque tenía demasiadas cosas en la mente, demasiados sentimientos colapsando poco a poco a punto de estallar.
Mis hermanas se habían ido ya a su habitación dejándonos a mí y a mi madre solos en la sala. Ella pasaba la vista por algunas revistas probablemente buscando una noticia concreta. La televisión sonaba de fondo pero ninguno de los dos prestábamos atención.
Abrí la boca varias veces para decir algo; pero una vez más; no había ni rastro de voz en mí.
La maldita pregunta de cómo hacerlo se repetía una y otra vez. Pero ninguna respuesta, consejo u opción serían suficientemente buenas; porque de una forma u otra, dolería, haría el mayor daño posible a la persona que más me quería en el mundo.
Lo peor de todo, era que ya no me importaba.
Ya no me compensaba, lo había hecho durante años; pero por primera vez ahora quería ser yo. Una efímera pero intensa sensación recorrió todo mi cuerpo en ese momento; sonreí como un idiota y podía jurar que los ojos me brillaban. Si debería estar llorando de tristeza, era todo lo contrario.
- ¿Louis?
Me estaba hablando y era obvio que quería respuestas. En ese momento sólo podía ver a Harry; una de las tantas imágenes que mi mente había guardado para reproducir justo en ese instante. Y Dios, era lo que quería ver por el resto de mis días.
- ¿Sí?
- ¿Estás bien?
¿Cómo decir adiós?
Me cuestioné varias veces si estaba preparado para esto, para finalizar algo tan importante, fijo y eterno como lo es una familia. Supongo que nunca tendría una respuesta con certeza.
Darles lo único que Harry podía darme en la distancia era cruel y algo que yo no había aceptado. Sería egoísta que mi madre diera su brazo a torcer y se conformara con una llamada cada cierto tiempo. Probablemente, con la sucesión de los días ni si quiera descolgaría el teléfono.
Puede que no el olvido pero si la aceptación.
Vuelvo a Hawaii, mamá. Sé que tendrás mil cosas en contra de esto, sé que estamos construyendo un futuro mejor juntos. También sé que quieres que me sienta realizado. Pero no lo lograré aquí; sabes que no lo haré; que es totalmente injusto, pero ni si quiera tú y mis hermanas podéis salvarme de esto. Os quiero, y estoy seguro de que el mero recuerdo de una vida con vosotros será suficiente para recordar cuánto fue que os quise cuando lo haya olvidado.
Quise decir muchas cosas pero no fui valiente para ello.
Todo se heló a mi alrededor.
- Sí, solo un poco cansando. Voy a subir a coger una chaqueta y me voy.
Ya había puesto un pie en el primer escalón cuando propuso otro plan con el que seguir escribiendo un libro que estaba destrozándose poco a poco debido a sus páginas mojadas.
- ¿Vamos mañana a comer por ahí?
- Te llamo. -fue lo único que cobardemente pude contestar.
No entré en mi cuarto, ni si quiera para darle un último vistazo a la que fue mi habitación durante la mayor parte de mi vida. Todas las puertas estaban abiertas menos la de Charlotte. Abrí con cuidado pensando que estaría dormida pero sus ojos me encontraron cuando me hice paso dentro.
Tenía un libro entre las manos que dejó con cuidado a un lado de la cama. Luego ella también se apartó e hizo un gesto para que me acercara. Tenía aspecto cansando y el sueño era claro en sus ojos. Aún así estaba leyendo; me recordó en demasía a todas las noches que había pasado en Londres desde que volví. El sueño me buscaba sin descanso; pero el agridulce de las fantasías dolía demasido.
A veces me cuestionaba si la mentalidad de Charlotte y la mía tenían algo de parecido. Yo pintaba mis deseos. Ella los leía.
- ¿Ya te vas?- asentí y me senté a su lado, observando de reojo el libro junto a nosotros.- ¿Me lo vas a decir?
- ¿El qué?
- Lo que llevas queriendo decirle a mamá desde que viniste.
Suspiré y busqué sus ojos rogando por una ventaja que de verdad necesitaba. Ella sonrió tiernamente y se acercó buscando mi cuerpo para fundirnos en un abrazo.
Probablemente el último.
- ¿Tienes papel y lápiz?
- ¿Tan difícil es de decir? ¿Tanto que no eres capaz de decir ni una palabra?
Tanto que no fui capaz de responder su pregunta. Sacó una libreta del cajón de su mesita de noche y luego me cedió un bolígrafo. Me acomodé y suspiré antes de volver a ordenar las ideas que hacía unos minutos tenía bastante claras.
Mientras escribía, Charlotte volvió a la lectura de aquel libro.
- El canto que se perdió bajo el mar. ¿Novela pirata?
Ella simplemente sonrió.
Cuando volví a la planta baja, mi madre se había quedado dormida en el sofá. Sentí impotencia y frustración, pero así bien llegué a la conclusión de que despertarla estaría excusado aunque no tuviera argumentos de gran peso de cara a ella.
- Mamá, despierta. Ya me voy.
- Mmhm.
Abrió un poco los ojos y sonrió de forma leve. Me puse de rodillas frente al sofá y acaricié su cabello arrepentido de haberla molestado.
Era consciente de que este era un adiós definitivo. De que todo lo que vienera de mi parte desde ese momento para esa familia solo sería dolor. Pero no me consideraba egoísta; no después de todo.
Y si lo era; lo aceptaba.
- Me voy.- repetí.
Pero el peso de esas palabras era enorme. Me iba. De verdad me iba.
- Te quiero mucho. Muchísimo.
- Y yo.- murmuró en el duermevela.
Besé su frente con cuidado y dejé el papel doblado caer sobre la mesa. Tras un último vistazo al salón y a la mujer que yacía dormida en el sofá, sonreí. Sonreí cuando las lágrimas ya habían comenzado a mojar mis mejillas.
- Voy a ser feliz, mamá.
Pov externo.
Hawaii, 2019.
Estaba de pie mirando el cielo mientras todos los pasajeros seguían saliendo de las puertas principales del aeropuerto. Sus ojos cristalinos, conteniendo lágrimas que por ese entonces resultaban innecesarias. Sólo una pequeña mochila en mano.
No había estado más seguro de algo en toda su vida.
Que era justo lo que estaba por terminar, de una forma u otra. Para empezar una nueva o para siempre.
Esa seguridad le hacía sentir en cierto modo lleno de euforia y adrenalina. Nunca se había sentido de esa manera. Seguro, decidido.
Su respiración se aceleraba por momentos, no había suficiente aire en esa isla. La ansiedad crecía en su pecho y los nervios comenzaban a atacar sus extremidades. Las manos sufrían un leve temblor, sus piernas aún paralizadas por el ansia.
Cerró los ojos durante unos segundos y calmó su respiración.
Ya está. Se acabó. Hora de empezar de nuevo. Estaba justo ahí.
Cuando abrió los ojos, tenía frente a ellos el mismo mundo que había dejado segundos antes. Pero se sentía diferente. Ese aire se sentía familiar. El color del cielo era refugio. El mar era hogar.
Acomodó la mochila bien en su espalda y echó a caminar a la zona de taxis. Una mano lo tomó del brazó haciéndole parar en seco y girar sobre sí mismo para ver de quién se trataba.
- Discu... ¿Nos conocemos?
Louis frunció el ceño intentando averiguar de dónde le era familiar aquel rostro cuando una pequeña silueta salió de detrás de la mujer. Se posicionó a su lado mirando alrededor, ojos azules y expectantes. Los abrió incluso más cuando vio a Louis.
- ¡Tú!
- Mmm, creo que nos vimos una vez en la playa.- admitió Louis recordando al pequeño discutir con su madre sobre las sirenas.
Aquel chico vio a Harry y su inocencia lo había creído real; algo que Louis tardó bastante en aceptar. Ojalá lo hubiera hecho antes.
- Oh, mejor. Estaba por pedirle un favor. Se ve usted responsable y de verdad necesito a alguien ahora mismo. Soy Eli y él es Luke.
- Louis. Y claro, lo que quieras.
- Luke acaba de venir de vacaciones pero mi pareja ha tenido problemas para entrar en el país. Necesito quedarme aquí y solucionar unos problemas. Mi hermana está esperándole justo frente a casa; sólo necesito que compartas tu taxi con él, no quiero que viaje solo.
Luke dio un par de pasitos hacia delante, levantó la cabeza para mirar a Louis y sonrió enseñando todos los dientes.
- Claro, no te preocupes. ¿Dirección?
- La lleva escrita en la maleta. ¿Te doy la mitad del trayecto?
- Oh, no, no. Pago yo, no es problema. ¿Seguro que hay alguien esperándolo?
- Sí. Él reconocerá a mi hermana. Muchísimas gracias. Ahora tengo que volver. Luke- cuando obtuvo la atención de su hijo, le hizo un gesto con los dedos y él asintió.
La mujer se dio la vuelta y Louis la observó alejarse y entrar de nuevo en el aeropuerto. Cuando vino a darse cuenta, bajó la cabeza lentamente y vio cómo una manita se agarraba a la suya con firmeza.
Buscó los ojos de Luke y éste volvió a sonreír, esta vez con los labios unidos. Sin decir nada, caminaron hasta la zona de taxis y entraron en el primero que vieron libre. Louis le leyó la dirección de la maleta del pequeño y el vehículo arrancó.
- ¿Has venido solo, campeón?
- Sí. El novio de mamá no ha podido entrar. Su vilado está caducado.
- Visado- le corrigió intentando no reír-. ¿Y dónde habéis ido?
- A México. Él es de México. Es hermoso, ¿sabes? Pero allí no hay sirenas.
Esta vez Louis no pudo evitar reír aunque se mordió el labio en el intento. El vehículo pasaba cerca de la playa, y poco a poco sentía como su destino se acercaba. El latido de su corazón aumentó de forma atroz.
- ¿Está bien? La sirena, digo.
- Supongo. Hace más de una semana que no le veo. Es un tritón, no una sirena.- corrigió aún sabiendo que él mismo le había llamado sirena la mayor parte del tiempo.
- ¿Has estado en tu casa con tus hijos?- preguntó con curiosidad e inocencia.
- Sí he estado estado en casa. Pero no tengo hijos, tampoco voy a tenerlos.
- ¿Nunca?
- Nunca.
- ¿Porque no tienes una novia?
Louis soltó el aire en una risa y negó con la cabeza mientras buscaba los ojos de Luke, que miraban por la ventaba esperando que su edificio apareciera. Cuando se miraron, el pequeño hizo un gesto que exigía respuesta y Louis se sonrojó antes de contestar.
- Tengo novio.
El escarlata de sus mejillas se intensificó cuando dijo aquellas palabras en voz alta. Todo era más real, todo era igual de demente.
- ¿Y qué? Mi amigo Ed tiene dos papás.
- Ya, pero nosotros no podemos cuidar a un bebé.
Luke asintió y abandonó la conversación por un par de minutos. Abrió la melta y rebuscó entre sus cosas; sacó una libreta y luego un estuche. De éste, tomó con cuidado un collar que había dentro, el colgante era la cola de una sirena. Parecía piedra pintada.
La acarició entre sus dedos admirando la sencilla pieza azul cuando de repente abrió los ojos con sorpresa y miró a Louis tanteando sus posibilidades. Pensó que iba a gritar, pero su acusación fue un leve susurro.
- Tu novio es el sireno.
Louis se sorprendió y lo meditó por un momento.
- ¿Por qué lo dices?- fue la respuesta más ambigua que encontró.
- No lo niegas.
- Luke...
- Toma. Quédatelo. Pero te lo tienes que poner, ¿vale? O dárselo a él.
- Vale- aceptó sin negarse ni una sola vez. Tomó el colgarte entre las manos, lo observó, y luego se lo pasó por la cabeza-. ¿Por qué estamos susurrando?
- Para que el conductor no sepa. Es nuestro secreto- Louis asintió y Luke miró por la ventana nervioso cuando el vehículo se paró.-. Ahí está mi tía Trish.
Louis le pidió al taxi que no se marchara y acompañó a Luke fuera del coche. Cruzaron la calle y el pequeño paró varios metros antes de llegar a su portal, en el que su tía esperaba con una sonrisa.
- Gracias por el collar.
- Si alguna vez te transformas en sireno, promete que aparecerás si esto se me olvida cuando sea grande.
- Te lo prometo.- dijo sin pensarlo y el chico se acercó a él para abrazarlo antes de correr hasta su portal.
Para Louis el mundo era algo vacío y oscuro. Codicioso, malvado, cruel. Pero debía admitir que había personas que valían la pena. Siempre las habría. Lo horrible de esa situación, es que ésas son las que suelen sufrir todo el poder y el control que tienen sobre ellos la maldad del resto.
Había conocido personas maravillosas, y de ahora en adelante, el simple hecho de intercambiar palabras con un humano sería difícil.
Pero no lo echaría de menos.
Volvió al taxi y dio aquellas indicaciones que se sabía de memoría. Era la dirección por defecto en él. La playa dónde todo empezó.
El móvil comenzó a sonar a mitad del trayecto pero ni si quiera miró de quién se trataba. Probablemente su familia, o Niall si es que se había enterado. Pero no era algo con lo que debiera tratar ahora. Se acabó.
Cuando el vehículo frenó, sintió el corazón en la garganta, latiendo con fuerza en su pecho como si fuera a estallar ahí mismo. Dejó una suma importante de dinero y salió sin esperar la vuelta.
La sensación que se apoderó de él en ese momento era muy parecida a la que sintió cuando Harry lo llamó atrayéndolo con magia. Su cerebro y cuerpo estaban desconectados, pero estos sabían muy bien lo que hacer. Caminó todo el bosque sin ni si quiera ser consciente de lo que pensaba. Solo quería llegar y ver el mar.
Cuando el camino terminó y tuvo bajo sus zapatos la blanca arena, se los quitó y hundió los pies con rapidez. Supiró. Estaba ahí. A tan solo unos segundos de verle de nuevo. Era tan increíble como real y quería gritar y dejarse la voz debido a la adrelania que recorría todo su ser.
Comenzó a caminar con lentitud hasta que la zona rocosa comenzó. Miró a su alrededor y contempló la playa desierta hasta que las piedras interferían en su visión. Volvió la vista al agua y como si de magia se tratase, ésta había llegado a sus mejillas.
Estaba llorando.
Dejó caer la mochila sobre la arena y echó a andar sobre las rocas. Controlaba su equilibrio y respiración al mismo tiempo, mirando sus pies dar pasos unos tras otros sin encarar el agua del mar rompiendo sobre las rocas que pisaba. Cuando llegó a una suficientemente alejada, levantó la cabeza y no vio nada en el mar durante unos segundos.
Después el agua burbujeó a lo lejos y el brilló azul viajó bajo el mar hasta su posición.
No estaba respirando.
Tomó aire con tanta fuerza que se escuchó entre el sonido de las olas, justo cuando el rostro de Harry emergía del océano.
El suspiro se perdió en sus pulmones.
Él mismo se perdió en todo lo que había soñado. En el rostro de Harry frente al suyo. En todas las imágenes que revivía sin poder evitarlo una y otra vez cada que cerraba los ojos. Se perdió en el fondo del océano, como el canto de las sirenas. Se perdió cielo arriba, dónde las estrellas lucían infinitas pero no lo eran. Dónde se apagaban y desaparecían para siempre.
Se perdió en matices azules como todo lo que había pintado; se perdió en el verde de sus ojos.
Se daba cuenta por segundos de lo que sentía como si fuera la primera vez.
Harry lo observaba con los ojos abiertos, desconcierto en su mirada, preguntas sin fin en su expresión. Probablemente deduciendo si lo que veía era producto de su imaginación o no.
Louis abrió la boca pero Harry habló primero.
- Eres real.
- Soy real.
Louis se pasó las manos por el rostro para limpiarse las lágrimas y posteriormente dejó caer su cuerpo en el mar. No se hundió, fue directo en busca del cuerpo de Harry y lo pegó al suyo tanto como pudo.
Frío. Tanto como el agua.
Buscó su boca y sus labios se fundieron, haciendo que el calor de unos y el frío de otros colapsaran en un gemido dentro de ambas bocas.
Salado. Tanto como el mar.
Enredó los dedos en su pelo y cruzó las piernas dónde las escamas comenzaban. Se sentía tan familiar y natural. Las manos de Harry acariciaban su espalda encima de la camiseta empapada intentando calmar los sollozos que Louis daba sin darse cuenta. Sin embargo sus ojos verdes también habían hecho acto de presencia dejando caer lágrimas sin cesar.
Louis tomó su rostro entre las manos y enfrentó sus ojos con necesidad.
Hacía un segundo habían intercambiado las mismas palabras que cuando se conocieron pero de manera inversa. Frases que en ese instante, tenían un peso totalmente diferente. Que significaban mil y una cosas. Que escondían millones de secretos.
Fue entonces que Louis recordó que todas aquellas cosas que le dijo a Harry por teléfono nunca llegó a escucharlas. Él estaba ahí, entre sus brazos, sin creer aún que había vuelto y sobre todo, sin saber por qué. Le debía explicaciones, pero no fue lo primero que dijo.
- Te quiero.
Y nunca había dicho una verdad más grande.
- Louis. ¿Que hac-?
- Te quiero.- repitió de nuevo.
Harry suspiró y apartó la mirada de Louis por un solo segundo para volver a él de forma inmedita.
- ¿Por qué has vuelto? ¿Qu-?
- Te quiero.
- ¡Louis! ¡Respóndeme!- gritó en el desespero.
Louis sonrió; había visto pocas veces a Harry de ese modo, en ese estado de ánimo en el cuál no comprendía muy bien lo que sentía puesto que hacía demasiado que los sentimientos se volvieron algo fuera de su naturaleza.
- Te estoy respondiendo.- dijo simplemente y esperó a que Harry procesara sus palabas.
- Louis... Te quiero.- admitió rendido.
- No pude más. Lo intenté cada día, lo llevo intentando años. Pero he encontrado la solución y me parece cobarde no intentarlo al menos. No tengo nada más que perder, pues si sale mal te pierdo de ambos modos.
Las palabras de Louis se grababan en Harry de una forma casi dolorosa. Su expresión era puro pánico y desconcierto. Miedo de hablar y de esccuhar. Ansioso de saber y de tocarle. De tenerle y de saber por qué.
- No me hagas esto ahora.
- Harry, me estoy condenando si vuelvo a vivir en un maldito cuadro gris para siempre.
- No llores más, por favor.- susurró besando sus mejillas llevándose las lágrimas sobre sus labios.
- La vida es como el arte. No tiene precio si lo vale todo. Y me di cuenta tarde porque nunca debía haberme marchado. Eres cada cosa que pinto. Cada línea. Cada color. Eres tú.
Las olas rompían contra sus cuerpos desplazándolos cada vez más hacia las rocas. Harry mantenía las manos firmes en su espalda y Louis las piernas a su alrededor.
- Ha parecido una eternidad.
- Estoy aquí, justo aquí. Tienes que hacerlo.
Harry tomó aire con fuerza y su gesto se volvió más asustado que antes. Comenzó a negar con fiereza y Louis tomó sus manos cuando éstas cayeron a ambos lados de su cuerpo.
- No. No. No vuelvas a decirlo. Nunca.
- Es nuestra oportunidad. Escúchame, es lo que quiero.- rogó sin desviar la mirada de los ojos asustados de Harry en ningún momento.
Él quería ser la estrella infinita. La que no se apague, la que transmita luz y brille durante toda la eternidad. Que perdure para siempre. Que algún día sea tan importante como el sol.
Para Louis ser una estrella eterna era ser feliz. Y él nunca había brillado.
Para Louis ser una estrella eterna era sentir todas esas cosas que sólo Harry le había dado. Y no quería perderlo de nuevo.
El tritón le dedicó varias miradas llenas de dolor antes de declinar la proposición. Para que la estrella brille de forma eterna, debe pasar por la posibilidad de apagarse en un suspiro.
- Si el mar no te acepta simplemente morirás.
- Es la única opción de estar contigo.
- No lo haré.
- Ahógame, Harry.
Su voz era ruego absoluto, quebrada y rota por el llanto y la impotencia que crecía en su pecho. No quería volver al principio, estaba decidido y Harry debía entenderlo.
- No. No puedo.
- Mírame, Harry. Todo va a salir bien, todo puede ir perfectamente y si no; se acabó. No va a ser peor que lo que dejo atrás.- admitió desesperado.
Harry tomó sus brazos con fuerza y Louis pudo ver furia en su mirada.
- No te atrevas. Si tu te mueres, te has muerto y ya está. Se acabó para ti. Pero yo lo hice, y no me perdonaría nunca. Te habría perdido para siempre.
Sus palabras dolieron como dagas clavándose con lentitud en su pecho. Harry lo había perdido todo y Louis le estaba diciéndo que renunciaba a ello. Era egoísta lo que le pedía, sin duda lo era. Dejaba una enorme responsabilidad en él sin las cosas salían mal. Pero no tenía otro plan. No quería otra cosa.
- Se acaba para mí si estoy fuera del mar, Harry.
- ¿Y qué si despertaras? ¿Y qué si emerges del mar, me miras y no sientas nada?
Cada argumento de su parte era más doloroso que el anterior.
- Eso no va a pasar.
- Pasará. Pasará porque recuerdo a mi madre, recuerdo toda mi vida junto a ella y solo hay recuerdo ahí. No hay sentimientos, Louis. Pasa porque miro a Zayn y recuerdo cada cosa que hicimos juntos, pero no es importante para mí. No hay nada.
- Para.- rogó asustado.
- Esto es lo que más me destrozaría. Que me miraras a los ojos y no hubiera absolutamente nada. Que te volvieras frío como él.
Lo pensó por un momento y si pánico lo había absorbido unos segundos antes, ahora cada uno de sus movimientos estaba bajo el mayor temor.
No había luz si abría los ojos y no tenía un te quiero que decirle. No había eternidad si no era junto a él. No había sentido si olvidaba cuánto dolía amarle.
Era tan poderoso y diferente que resultaba imposible. Era mágico. Jamás había nada comparado a eso. Nadie podía convivir con un sentimiento como aquel. Ninguna magia podía ser más poderosa que aquello.
Podría estar convenciéndose a sí mismo; quizá fuera una falsa venda sobre sus ojos que cubriera el dolor de la realidad ante ellos. Pero quizá y solo quizá, pudiera ser así.
- ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando admití que me enamoré de ti?- esperó a que Harry contestara pero solo recibió un leve asentimiento de su parte- Dijiste que tú lo habías hecho cuando pronuncié tu nombre. ¿Era verdad?
- Es verdad.- sentenció buscando sus manos de nuevo, relajando su cuerpo poco a poco.
- Di mi nombre.- ordenó.
Harry estudió su expresión intentando leer más allá, pero con Louis todo era muy complicado. Su matiz de colores era demasiado extenso. Sus ideas repentinas. Su amor sincero pero difícil.
- Louis.
Su nombre fue acariciado por sus labios y entonado de forma grave y profunda.
- Ya está. Me he vuelto a enamorar.- sonrió.
- Louis...
- Otra vez- dijo divertido y pasó los brazos alrededor del cuello de Harry.
- Hablo en serio. Basta. Esto me duele.
Había inocencia en su voz, parecía un bebé difícil de converncer porque el acto a efectuar es demasiado complicado para él. No quiere fallar. No quiere perder. No quiere estar solo.
- Estoy hablando en serio. Me enamoro de ti cada vez que parpadeas, Harry. Ese es el menor de mis problemas.
- Es el mayor de los míos.
- Harry, por favor.
- No.
- ¡Maldita sea, te lo estoy rogando!
- ¡No es fácil, Louis! ¡Soy un mostruo!
El corazón de Louis volvió a latir con fuerza y de nuevo el oxígeno se había esfumado de la faz de la tierra.
-¡No lo eres, basta con eso! ¿Es porque a veces lo deseas? ¡Yo también!
- ¡Cállate!
- Vale.- Louis acató la orden y bajó la voz al ver a Harry con lágrimas en los ojos.
- Acabas de volver, ahora no.
- Vale.
- Me estás pidiendo disparar a lo único que vale la pena en mi vida incluso cuando está en la otra parte del mundo. No me hagas esto ahora mismo.
- Vale.
- Deja de decir vale.
- Vale.
- Bésame.
- Vale.
♦ La primera parte del capítulo ha estado bajo el punto de vista de Louis porque era su despedida y quería hacerlo de ese modo. El punto de vista de Harry será pronto y se desvelarán cosas que no se puede desde un punto de vista externo como es el mío y desde el cuál me siento más cómoda, sinceramente. // Os recuerdo que estamos en la fase final de la historia
♦ Gracias por los votos y comentarios. Si podéis votas por todos los caps que no habéis votado os lo agradecería. Como siempre gracias por los edits que enviais a drowned.larry en instagram.
♦ Como sabéis podéis ver el nuevo tráiler ya desde cualquier dispositivo. Link en sinopsis, bio y tablón.
#Pregunta: (esto es bastante importante para mí, me gustaría que respondierais) ¿Entendéis bien a Louis y cómo se siente respecto a la vida?
#Pregunta2: ¿Tenéis algún momento favorito de Drowned?
#PreguntaNadaVer: ¿Drag me down o Infinity?
♦ Dedicación para las bebitas lulu_ls, harryftmilanesa, MsLuly, CheshireCheeks, IceGirl_Larry, ni4llmighty, mylastwishper, lagordafandelfi, DianaMrt3, 1Danny_LS, prettybluexeyes, lxrrymydrugs, babycakxs, JamieFoolsGold, PolyHoran17, LarryXxZiall y ronniegm1.
En especial a _showmehow que me mandó un mensaje precioso a instagram.
Si queréis dedicatoria decidlo aquí :)
Mi snap es meritommo por si me queréis agregar.- M.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro