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Capítulo 24: Un lienzo.

And if you really need me, you gotta love me harder. / If you know about me and chose to stay, then take this pleasure and take away the pain.

Hawaii, 2019.

Estaba ameneciendo cuando se desveló y no pudo volver a dormirse. Era temprano para ir a los laboratorios, así que no pudo hacer otra cosa que prepararse y salir a desayunar fuera. Había bastante gente por las calles, muchos madrugadores que iban a trabajar, otros hacían ejercicio. Los turistas aprovechaban el día desde bien temprano para verlo todo.

Cada uno tenía su historia ahí, y eso siempre había llamado la atención de Liam. Le gustaba observar cómo todo el mundo empleaba los segundos de su vida en cosas que o bien les hacía felices, o bien no. A veces quería acercarse y gritarles que debían cambiar su rutina, pero eso no era ninguno de sus asuntos. Sentía impotencia, pero lo único que podía hacer era observar.

Louis Tomlinson odiaba su vida. La odiaba tanto que había huído de ella hasta terminar en Hawaii, acoplado al estudio de su mejor amigo, esquivando lo que no le hace feliz.

Pero estaba en un maldito bucle, porque las cosas que nos hacen infelices deben ser enfrentadas, si no, nunca conseguiremos avanzar.

Entró en una cafetería que recién abría y encargó un café para llevar. No había traído nada consigo excepto la carteram las llaves y el móvil; por lo tanto tendría que regresar a casa antes de ir a los laboratorios. De todas formas tenía que tomar el coche.

Salió del establecimiento café en mano y caminó hasta verse en el paseo principal antes de la playa. Solo varias personas estaban caminando por la orilla; era una de las playas más solitarias de la zona y eso lo ayudó a decidirse para pasear por ella. No era ese tipo de personas que se agobia cuando hay demasida gente, pero sí es ese tipo de personas que necesita estar solo bastantes veces al día.

El sol estaba ya bastante alto iluminando la arena y el mar. Azul, brillante, tranquilo. Amaba vivir aquí, amaba poder admirar el océano cada vez que se sentía atrapado. Ver que hay libertad ahí.

A su espalda, dos mujeres conversaban alteradamente, y frente a él, un anciano y un perro paseaban con lentitud dejando huellas a su paso.

— Te digo que está embarazada, mamá. Embarazada.

— Brenda, por el amor de Dios. Me lo has dicho como cien veces desde ayer.

— Pero es que no es posible. ¡Es gay! ¿Cómo va a dejar a alguien embarazada? Esto no puede ser real, mamá- hubo una leve pausa y luego un suspiro pesado. Liam sonrió.— Voy a dejar de apoyar a esa banda, me quitan la vida.

— Y las buenas notas. A ver si te centras.

La más joven volvió a replicar pero Liam dejó de caminar y de prestar atención cuando un reflejo llamó su atención en el agua muy a lo lejos.

Delfines.

Se acercó mucho más a la orilla, justo antes de que sus pies tocaran el agua. Esperó unos segundos haste que volvió a dejarse ver en la superficie. El mar brilló a su alrededor; la naturaleza era increíble. Por eso también amaba su trabajo, investigaba y estudiaba el comportamiento de la naturaleza y eso le fascinaba. El ser humano creía ser el centro de todo solo por tener fuerza y razón; pero no lo era. En lo absoluto.

Siguió su caminó ahora detrás de las dos mujeres que aún seguían discutiendo cuando la vibración de un móvil llamó su atención. Se llevó la mano al bolsillo pero el suyo definitivamente no era. Miró a su alrededor y vio una carcasa verde sobresalir en la arena.

Se agachó para tomarlo y limpió toda la arena antes de mirar quién llamaba. Mamá. La foto de una mujer sonriendo ocupaba toda la pantalla. Se dio la vuelta y a paso rápido alcanzó a las mujeres que ya habían decidido disfrutar del silencio.

— Perdonen, ¿es vuestro? Estaba en la arena.

— ¿Brenda?- inquirió su madre pero la joven enseñó el móvil que tenía en la mano.

— Vale, se le habrá caído a alguien. Lo llevaré a comisaría. Gracias.

Con eso, decidió que ya era hora de volver si quería dejar el móvil en la policía y llegar a tiempo al trabajo. Terminó de tomarse el café y depositó el vaso en una basura cerca antes de emprender camino de vuelta a casa.

— Buenos días, señor Payne. Madrugador.

Lindsay se encargaba de venir todas las mañanas y limpiar el portal, vigilar las cámaras y hacer llegar a cada vecino su correo. Era linda y siempre había dejado ver su nerviosismo cada vez que Liam rondaba cerca suya. Su pelo rubio tenía matices rojos y sus ojos eran verdes, claros y enormes. Era bajita y delgada, parecía muy poquita cosa.

— Es un bonito día. He visto delfines en la playa.- comentó llamando el ascensor.

— ¿Delfines? Vaya, me pasaré por la playa esta tarde. Quizá logro ver alguno.- titubeó y sonrió sin saber muy bien qué más decir. Y así era siempre. Rubor, vergüenza, y un Liam que ni si quiera se daba cuenta.

— La playa nunca se moverá de ahí. Espero que veas alguno. Hasta luego, Lindsay.- las puertas del ascensor se abrieron y entró con rapidez.

— A-adios, señor Payne.- dijo una vez las puertas se habían cerrado.

Una vez en su casa, dejó las cosas en la mesa de la entrada para ir a buscar lo necesario para el trabajo. Su maletín, una carpeta que hacía días debía haber devuelto y algunos expedientes que le reclamaban. Mientras se aseaba una vez más, la vibración de un móvil volvió a sonar pero estaba seguro nuevamente de que no era el suyo. Siempre lo tenía en silencio.

Salió del baño para atenderlo, quizá era el dueño llamando desde otro dispositivo para encontrarlo. Lo tomó entre sus manos y frunció el ceñó al ver la llamada. Jo. Una foto de Jocelyn haciendo una mueca se mostraba en la pantalla. Lo descolgó sin más dilación y no tuvo tiempo de decir nada puesto que la voz de la chica gritando se anticipó.

— ¡Louis Tomlinson! ¿Se puede saber dónde has pasado la noche? ¡Me dejaste hablando sola y estoy malditamente preocupada! ¡Dime algo!

— ¿Jo?

— ¿Liam? ¿Q-qué haces tú con el móvil de Louis? ¡¿Está contigo?! Oh, Dios.

— No. No, no. Jo, no está comingo. He encontrado su móvil esta mañana en la playa. ¿Cuándo fue la última vez que lo viste?

— Ayer se fue a dar una vuelta por la noche y... No te preocupes, Liam. Seguro que está por ahí desayunando, estará por llegar.- la voz de Jo titubeaba, estaba nerviosa y solo intentaba ocultarlo.

— Jo, te repito que su móvil estaba en la arena. No había casi nadie en la maldita playa. ¿Y si le ha pasado algo?

— Cállate. No digas eso. Seguro que está por venir. Encima Nicole tiene el móvil apagado y se fue esta mañana temprano, ni si quiera puedo avisarla para que lo busque.

— Te veo en el laboratorio en un rato. Si cuando salgamos no ha vuelto, nos ponemos a buscarle nosotros. Que su móvil estuviera en la arena es lo que me tiene nervioso...

Y sus palabras no ayudaban a Jo en lo absoluto. Más cuando ella sabía lo que había más allá. Sabía de los peligros que acechaban en el mar. Sabía lo idiota que podía llegar a ser Louis. Y Dios, ahora no lo sacaría de su mente en todo el día. ¿Y si esa loca lo había ahogado? ¿Y si él mismo había cometido una locura? Suspiró y asintió a la nada antes de colgar el teléfono.


— Estate quieto, por el amor de Dios.

— Aún tienes que decirme a quién le has robado eso.

Louis alzó una ceja y bufó sin contestar su pregunta. Siguió haciendo trazos sobre el papel y mirando a Harry cada varios segundos. Éste a veces cambiaba de posición o bien hundía la cola en el mar, sin embargo Louis, después de tantas llamadas de atención, dejó de decirle nada.

A quién quería engañar, podría dibujarlo sin ni si quiera tenerlo delante.

Había despertado muy temprano en la mañana, cuando aún ni si quiera el sol había salido. No había nadie junto a él, se sentía frío y vacío sin Harry a su lado. Fue entonces, cuando por décima vez se había dado cuenta de lo mucho que necesitaba su contacto.

Él lo había estado esperando en el mar, su gesto era serio, abrumado y algo avergonzado. Y Louis sabía porqué. Estaba esperando algo, una señal, un movimiento que le dijera que todo lo ocurrido en la noche anterior era real y no lo había imaginado. Sin embargo Louis se sentía de la misma manera.

Obligado por Harry, fue hasta la zona de ocio y hoteles para buscar a Niall y desyunar algo. Tomar una ducha y estar un tiempo en soledad. Niall se había alegrado mucho de verlo, había pagado por ambos desayunos en el hotel y dado algo de dinero para que Louis pudiera volver en taxi a casa de Jo.

Pero por su puesto, el emprendió su camino de nuevo a la playa. Bajando una calle antes del bosque, un hombre estaba haciendo caricaturas de carboncillo a los turistas. Le había costado bastante que le vendiera un par de cartulinas y un carbón, pero accedió a cambio de que volviera a hacerse una caricatura próximamente.

Y ahora estaba ahí.

Trazando líneas sobre las cartulinas. Subido a una roca y mirando a Harry desde arriba. Su espalda estaba pegada así mismo a una roca, el agua comenzaba a cubrir su cuerpo a mitad del pecho, y la cola estaba completamente hundida excepto por la aleta que en ocasiones Louis pedía que sacara.

— ¿Te queda mucho, DiCaprio?

— No eres divertido.- comentó terminando de dar sombras a su cabello.

— ¿Te gusta pintar gente desnuda?- bromeó con la sornisa contenida en la comisura de su boca y Louis dejó de pintar para mirarle.

— Harry, tienes una maldita cola de pez. ¿En serio?

Éste al fin dejó escapar la risa y se puso serio de inmediato volviendo a posar como una vez se le había indicado en un principio.

— ¿Has estado en París?- preguntó de repente.

— Hmm, sí.- contenstó Louis algo desconcertado.

— Esa es una de las cosas buenas de París. Hay muchas chicas dispuestas a quitarse la ropa.- citó a Jack Dawson sin equivocarse en una sola palabra y Louis bufó incrédulo.

Se sabía citas de esa maldita película y llevaba años atrapado en el mar. Jodida ironía. Dejó la cartulina sobre la roca y se quitó la camiseta. Después fue bajando poco a poco hasta que su cuerpo golpeó el agua.

— Harry Styles, ¿memorizaste citas de Titanic? ¿Por qué demonios memorizaste citas de una película?- exclamó sin acercarse a él.

— Eso nos aclara dónde estamos en el esquema de las cosas.- citó de nuevo.

— Basta. Estás loco.

— Eso es lo que dicen todos, pero con el debido respeto, señorita; no soy yo el que está dispuesto a tirarse del barco.

Louis sonrió sin decir nada por unos segundos. Nadó hasta quedar frente a él y fijó la mirada en sus ojos. Lucían claros, tranquilos, felices. Su boca había dejado de estar tan púpura como ayer, y el tono de su piel era más rosado debido al rubor que cubría sus mejillas en esos momentos.

Harry Styles podía ser magia. Podía ser una criatura de la mitología. Podía parecer no ser real. Pero ante todo, Harry era arte.

Podría pasarse todo el resto de su vida tomando fotografías. Dibujando su rostro en un lienzo. Pintando y degradando los colores azules de sus escamas. Intensificando el verde de sus ojos hasta que pareciera que pueden mirar de verdad.

Harry era arte porque el verdadero concepto de éste, es ver más allá de lo que nos dice una apariencia. Ver que se esconde en cada matiz. Qué quiere decir la expresión del rostro que hay dibujado o de los colores que cubren la superficie. Admirar qué grita el arte. Y Harry tenía pintadas en el alma todas las respuestas que este mundo desconocía.

— ¿Eras el típico adolescente tú saltas yo salto?- cuestionó sin ocultar la sonrisa en su rostro.

Sus ojos lucían pequeños debido a la alegría que desprendían. Las arruguitas bajo ellos no desaparecieron mientras Harry admiraba cada detalle de él. Instintivamente llevó una mano a su mejilla y acarició su piel hasta tocarlas.

— Vuela alto; muy alto.- fue lo único que dijo.

— Yo también se jugar a esto. No eres el único que memorizó citas de Titanic- argumentó y bajo la mirada y sonrisa de Harry, pensó algo que decir.— Prefiero ser su fulana que tu esposa.

Harry soltó una carcajada pero intentó ponerse serio para seguir contraatacando. Cerró los ojos durante un segundo buscando las palabras y las pronunció lentamente.

— El beso más difícil no es el primero, sino el último.

Louis perdió parte de su sonrisa pero todavía había alegría en su rostro. Son solo citas. Solo citas del maldito Titanic.

— Soy el rey del mundo.- susurró. Y se sorprendió a sí mismo, que una frase que debía gritar, saliera de sus labios de una forma tan leve como lo hizo.

— Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder.

Y Louis perdió su sonrisa completamente. Porque sí, estaban citando Titanic, pero en la mirada de Harry había más que eso. Él era consciente de todo, él creía no tener nada que ofrecer. Nada que perder. Y Louis de verdad no sabía cómo hacer cambiar esa opinión que tenía sobre sí mismo.

— Te--tengo solo diez pavos en el bolsillo-, Harry frunció el ceño pero esperó pacientemente a que terminara.— no tengo nada que ofrecerte, ya lo sé. Pero me siento implicado. Me... creo que dice algo ahí pero no recuerdo exactament el qué. Hmm. Si tú saltas, yo salto, ¿recuerdas?

— ¿Eras tú un adolescente tú saltas yo salto o sólo lo has dicho para que me sienta mejor?- preguntó Harry con una sonrisa que hizo que Louis perdiera la tensión que hacía unos segudos había sentido.

— De hecho, lo era. Crecí en artes. Pinturas, libros, películas. Era lo mío.

Permanecieron en silencio durante un rato. Frente a frente, mirándose como si no existiera un mar más allá de ellos. No había nada. No había ni si quiera aire. Solo eran ellos.

Y es ahí cuando de verdad te das cuenta de lo mucho que puedes apreciar a una persona. Cuando mirarla es meramente suficiente. Cuando admirar cómo respira calma tus pulsaciones. Cuando los silencios dejan de ser incómodos.

Louis desvió la mirada de sus ojos verdes a su boca por un segundo, fue un acto inconsciente y rápido, pero cuando volvió a ellos, éstos estaban mirando la suya. Y Harry se dio cuenta.

— ¿Has terminado el dibujo?- preguntó para evadir el hecho de que Louis le hubiera visto.

— Ehm, casi. Faltan algunos detalles. Lo terminaré en casa.

— Píntame como a una de tus putas francesas.- dijo totalmente serio.

— ¡Harry!- exclamó antes de que su voz se hundiera en una carcajada.

Rieron durante un rato, citaron de nuevo aquella película que de alguna manera ahora compartían y nadaron hasta que las rocas y la orilla se veían de forma diminuta desde su posición. Louis, como casi siempre, se enlazó al cuerpo de Harry pero esta vez desde la espalda.

Solo se movían despacio de aquí para allá. Intercambiando palabras y pequeñas bromas que hacían reír al otro. Y una vez más, olvidaron el mundo que había ahí fuera. Louis lo olvidó.

— Vamos a volver, debes ir a casa.

Louis asintió y se dejó llevar por Harry de nuevo hasta las rocas. Se sentó en ellas y esperó a que su piel se secara lo suficiente como para coger la cartulina y marcharse del lugar. Y sí, estaba completamente seco una vez se puso en pie y comenzó a caminar hasta la orilla.

Para volver a la ciudad. Encarar personas, hablar de futuro. Planear cosas. Decisiones. Mentiras. Hipocresía. Dolor. ¿En qué momento el lienzo de su vida se había vuelto a colores azules? Y es que de hecho, lo veía así.

Meses atrás, hubiera dibujado a grises, oscuros, tonos marrones, blancos sucios. Trazos sencillos. Intensidad plana. Y ahora, todo era azul. Solo azul. Profundo, libre. Fresco. Harry.

Y fue por eso que no pudo seguir caminando.

Volvió sobre sus propias pisadas y se tiró al mar. Harry lo observó confuso, nunca se marchaba hasta que la silueta de Louis se perdía entre las sombras. Las gotas de agua salpicaron su rostro pero fue como si no hubiera pasado. Intacto y a prueba de ella.

Louis emergió del mar y fue cuestión de una mílesima de segundo que sus brazos rodearan el cuello de Harry sus labios buscaran su boca.

El sabor salado de ambas bocas se encontraron y se acariciaron por lo que parecieron horas. Las manos de Harry permanecían posadas sobre la cintura de Louis mientras éste las enredaba en su cabello. Separaron sus labios para respirar unos segundos y se miraron por lo que fue un suspiro, antes de que Louis dejara esta vez un leve beso sobre sus labios. Sencillo, corto, sonoro.

— Lo siento.- dijo viendo a Harry totalemente paralizado frente a él.

Las olas chocaban contra ambos cuerpos y desplazaban sus cuerpos poco a poco, pero los movimientos eran tan leves que resultaban imperceptibles.

— ¿Por qué?

Había miedo en su voz, temor a una respuesta que quizá no quería escuchar. Pero lo único que Louis dijo fue:

— Porque no voy a dejar de hacerlo.

continuará....

♦ Quiero decir que el personaje de Liam va a tener un papel bastante importante en esta historia y que no odieis a mi bebito, please. Es uno de mis personajes favoritos.

♦ He hecho una cuenta de instagram para Drowned, yayy. Avisaré de las actualizaciones, maratones y demás noticias. Además de fotos de frases y fanarts que me enviais y aesthetics que estoy haciendo. Me haría ilusión que me siguierais. La cuenta es: drowned.larry (Os voy a seguir de vuelta a todos).

#Pregunta: ¿Cuántos años tenéis?
Yo tengo 18. En tres meses cumplo 19 yay.

♦ Dedicación para: danystylinson8782 Brisduarte valeriaStyles18 RestlessS0uls

Quiero dedicar a más gente pero hay como 40 users y solo apunto cuatro agdhflahd. Dejad más aquí para la próxima apunto más.

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