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Capítulo 13: Cayendo.

Maybe I'm just a kid in love, maybe I'm just a kid in love. Oh baby, if this is what it's like falling in love, then I don't ever wanna grow up.

Hawaii, 2019.

Fue como caer.

Caer desde muy alto, sin tomar medidas ni precauciones, sin ni si quiera darse cuenta de la proximidad de la superficie del mar. No es premeditado, pero abres los ojos cuando el aire golpea tu rostro, y quizá, sólo quizá; ya es demasiado tarde para parar. Porque es como caer. Y ya estás cayendo. Y ya has caído.

Y no tienes ni los medios ni la voluntad suficiente para volar de nuevo hacia un lugar seguro.

Porque es tarde.

Aquella boca frente a él lucía rosada y húmeda, parcialmente abierta y llamativa. Y en ese instante, fue cuando probablemente abrió los ojos en su caída y sólo vio rocas bajo su cuerpo.

Toda su mente se paró ante la realidad, cuestionándose a sí mismo cómo sus pensamientos lo torturaban cruelmente sin poder ponerle remedio alguno. Ascendió la mirada que hacía unos segundos no observaba y encontró aquellos ojos verdes algo desconcertados.

— ¿Estás bien?

— Sí.- respondió Louis casi preguntando.

— ¿En qué piensas?

Buena pregunta, de hecho. Pero fue intentando averiguarlo que desconectó del mundo en el que se encontraba. Negó con la cabeza varias veces forzando una sonrisa para no preocupar a Harry y dejar las cosas y tal y como estaban. Se deshizo de su agarre y hundió la cabeza en el mar para mojar su cabello. Todo su cuerpo ardía.

— ¿Crees que ya tenemos confianza suficiente como para que pueda hacerte fotos?- preguntó algo cohibido una vez salió del agua.

Y es que esa era la parte que más odiaba de estar con Harry; sentir que es el único lugar en el que todo está bien y se siente vivo; pero tener miedo de decir algo equivocado. Para él y para su propia razón.

Algo que nadie entendería pero le valía bastante poco de hecho.

— Te recuerdo que nadie iba a ver las otras y, bueno, tu amigo las vio.

— Oh, vamos. Desde que llegué a este sitio mi mente está en constante batalla con la otra parte de mi cerebro, fue un error que no voy a volver a cometer.- sentenció dándole seguridad a Harry de ello, como también a sí mismo.

— ¿Desde que llegaste o desde que me conociste?

Louis entrecerró los ojos y suspiró. ¿Iba a seguir mucho más con ese tema de que todo lo malo comenzó cuando se conocieron? ¿En serio? Porque quería gritarle que no cambiaría ese hecho por nada del mundo.

Pero no lo haría.

— Que te den.- fue lo único que salió de su boca y Harry sonrió ante ello.

Sin embargo su expresión tanquila duró tan solo unos segundos. Louis no estaba seguro de si había palidecido dos tonos o tres. Al principio comenzó a mirar a su alrededor en busca de algún tiburón que fuera a acabar con sus vidas de un bocado pero todo en el mar estaba tan tranquilo como hacía unos segundos.

— Ahora eres tú el que está raro. ¿Te pasa algo?

— Sí. Tengo mis cosas bajo unas rocas más allá del lago, donde da comienzo el río.

Y entonces Louis también se vino abajo, su mente intentó trabajar con la misma rapidez que otras veces pero lo único que podía pensar era que quizá ya lo habían encontrado. ¿Y si habían visto su foto? ¿Y si encontraban solo Dios sabe qué y llegaban a encontrar a Harry?

— Tengo que ir a por tus cosas, maldita sea.- dijo tomando a Harry de las manos esperando a que éste los hundiera a ambos en el mar y los llevara a la playa.

— No vas a poder interferir en el estudio, van a en-

— Cállate, Jo me ayudará. Vamos. ¡Ya!

— ¿Quieres hacerme el favor de respirar primero?

— ¡No! Eres una maldita sirena, ¿por qué tienes objetos personales?

Y aun con esas, Harry sólo pudo sonreír y acariciar las manos de Louis en el agua. Negó lentamente y suspiró.

— Está en mi plan de complicarte la vida.


Para su sorpresa no había demasiado jaleo en la zona de estudio, sólo un par de hombres recogiendo las cosas para marcharse. De todas formas, tal y como Jo le dijo, caminó hasta el río y lo nadó a tráves hasta llegar a la otra orilla. Quería darse prisa porque Harry le había prometido volver a la playa pasado un rato y quería devolverle sus cosas.

Cuando llegó a las rocas indicadas, no encontró nada raro y entró en pánico unos instantes hasta que decidió buscar con más profundidad en cada hueco de cada piedra. Suspiró cuando dio al fin con una pequeña bolsa de tela rasgada. La tomó y ni si quiera sin mirarla se puso en marcha para salir de allí.

Cuando sus pasos se acercaban al hotel, inspeccionó los objetos que había dentro con cuidado y sin sacar ninguno; quizá era entrometerse en la privacidad de una persona, o de un tritón. De Harry. Pero ansiaba saber qué eran esas cosas que Harry poseía únicamente.

Había una cadena de plata con un colgante en forma de círculo que tenía grabada la letra A. Otro con una cruz, y una pulsera de tela que estaba prácticamente rota. Una cinta negra que parecía para el pelo. Al fondo, había un pequeño bote sin nombre aunque no del todo vacío; y su foto.

Fue imposible no sonreír aunque fuera un poco, así que no intentó esconderlo. Entró al hotel y Jo acudió a él con rapidez y desconcierto en sus ojos. Suspiró al ver la bolsa de tela en sus manos y sin más, lo abrazó.

— Gracias a Dios. ¿Se la llevas tú? Tiene cosas muy importantes para él ahí.

— Sí, Jo; no te preocupes. Ahora dime, ¿alguna novedad?

— No. Pero han decidido ir todos esta noche a un bar y necesito que vengas porque Nicole no puede y me niego a estar con esa panda de locos toda la noche.- rogó la chica tanto con sus palabras como con la mirada.

— ¿Y por qué no dices que no puedes? No tengo ganas de ir con esa gente. Ni si quiera tengo ganas de verle la cara a Niall.

Jo sonrió y Louis frunció el ceño sin entender el porqué de su sonrisa. Elevó la ceja derecha esperando una explicación y Jo bufó.

— Últimamente sólo tienes ganas de ir a la playa. Con Harry.

Al principio, esperó una respuesta por parte de Louis. De hecho, Louis también espero una respuesta salir de su boca, pero se quedó quieto, estático sin mover ni una sola pestaña. La chica asintió y golpeó su hombro antes de comenzar a caminar hacia el exterior.

— Te espero aquí a las diez, no es una pregunta.

De vuelta a la playa, se preguntó si el resto de su estancia en Hawaii sería como hasta ahora. Ir del hotel a la playa y ni si quiera rechistar por ello. Suspiró mirando por la ventana del taxi y fue cuando decidió que tendría que hablar con alguien sobre las cosas que pasaban por su cabeza si no quería volverse loco.

Jo era una candidata perfecta, pero conocía a Harry y necesitaba a alguien que estuviera fuera todo esto, al margen de una locura como la que estaba viviendo.

¿Y si resulta que estaba soñando y nada era real?

No, no podía ser cierto. Todo se sentía demasiado vivo aquí, su vida no terminaría siendo el último capítulo de una mala serie de televisión.

Había cogido algo de dinero y su móvil antes de salir, encontraría un lugar para dejarlo. Comenzó a sonar en sus bolsillos y sólo rezó para que no fuera Niall requiriendo de su ayuda.

Mamá.

— ¿Mamá?

— Louis, al fin. Llevo llamándote todo el día, ¿no llevabas el móvil encima?

— De hecho no, lo dejé en el hotel mientras iba a la playa, a la que voy de nuevo y tendré que colgar.- se excusó y vio como el taxista levantaba las cejas desde el retrovisor.

— Louis hace semanas que no hablamos, sólo quería saber cómo estabas y cuándo volvías. Hay noticias aquí. Tu hermana ha hablado con uno de los ejecutivos de la empresa y te ha consegido un puesto en la revista.

Estático. El aire estancado en la boca dando vueltas en sus pulmones hasta desaparecer. Parpadeó y carraspeó antes de volver a la llamada, ahora más receptivo y curioso.

— ¿Estás hablando en serio?

— ¡Sí! Tu hermana le ha enseñado alguno de tus trabajos privados y ni si quiera dudó. Si todo sigue bien, el puesto podría volverse fijo.

— ¡Mamá, un puesto fijo!

— Lo sé, cielo. Ahora cálmate, ve a la playa, disfruta y cuando llegues al hotel, llámame. Tienes que hablar con la empresa y hacer muchas cosas. Saludos a Niall.

Y colgó antes de que Louis pudiera decir nada más.

Increíble. Un puesto en la empresa ejecutiva de una revista; una de las más vendidas en todo Londres. Miles de fotógrafos querrían trabajar ahí y su hermana le había conseguido un puesto. Aunque esa parte torturara su orgullo, la abrazaría y la elevaría por los aires en cuanto la viera.

El taxi paró y no dijo nada, simplemente espero a que Louis saliera de su burbuja y le pagara. Se bajó del vehículo sin dejar de sonreír. Caminó hasta salir de los aparcamientos y entrar en la zona de paseo que lo llevaría a la playa.

Entre sus manos sintió la bolsa de tela y su gestó se volvió serio y crucial. Suspiró y entró en la arena casi a punto de llegar a su encuentro. Si la vista no le fallaba, la orilla del mar brillaba azul cielo y sin mostrar los dientes, una pequeña sonrisa curva se hizo paso en su rostro.

— Vamos, antes de que alguien venga.- susurró una vez tuvo a Louis delante.

Éste caminó hasta las piedras amontonadas en la orilla y escondió su móvil y algunos billetes diciéndose así mismo que si cuando volviera no estaban, sería lo más obvio y únicamente culpa suya. Entró en el mar y por segunda vez en el día, buceó de la mano de Harry con rapidez hasta perderse en el océano.

No soltó la bolsa entre su manos, es más, se aferró a ella con fuerza hasta que Harry los llevó a ambos a la superficie.

— Aquí tienes, vas a tener que encontrarle un nuevo lugar a esto. Lo he mirado, lo siento.

Harry sonrió y abrió la bolsa para inspeccionar sus objetos y los fue sacando de uno en uno con cuidado para explicarle a Louis el porqué de ellos.

— Esta cadena no solía quitármela nunca, me la regaló mi hermana.- dijo con la cruz en la mano.

— ¿Por qué no te la pones?

— Porque a veces recordar es doloroso.- argumentó y apretó la cadena entre sus dedos.

— Recordar es valiente, vivir de ello duele pero es suficiente. ¿Me dejas ponértela?

Harry lo pensó durante unos segundos y luego asintió dejando la cadena de plata en las manos de Louis con sumo cuidado. Giró para darle la espalda y Louis se dispuso a colocársela. Acarició sus largos cabellos para dejarlos a un lado de su cuello y cerró la cadena. Dejó pasar sus dedos sobre las branquias de su cuello y sonrió ante su tacto. Había querido tocarlas desde hacía mucho.

— Esta cadena me la dio mi madre, la A es por su nombre. No me gustaba nada, luego se convirtió en mi favorita. Pero digamos que no soy tan valiente como para vivir con esta puesta.- comentó con un bufido guardándola de nuevo en la bolsa.

El gesto de Louis se entristeció y su corazón se hizo pequeñito ante las palabras de Harry.

— Esto es para el pelo. Me lo dio Jo cuando empezó a crecer mucho, pero está a punto de romperse, mira.- dijo mostrando como por una parte, la tela estaba rasgada.

— Póntela, te traeré una nueva.

Harry asintió y se pasó la cinta por el pelo dejando todo el cabello mojado hacia atrás. Su rostro ahora estaba despejado como también su cuello. Aunque pudiera parecer más normal, su verdadero aspecto se hacía paso en él.

— Esto es para las heridas, también me lo trajo Jo. A veces he tenido cortes bastante grandes. Este trozo de espejo lo encontré en la orilla, lo uso para mirar como cambio con el tiempo; y esta pulsera es la que tenía en la hermandad con mis amigos. Pero está rota. Ah, y lo mejor, aquí está tu foto.- dijo con una sonrisa que Louis imitó.

— Una fea foto.

— Basta con eso.

— Es que no es justo que yo tenga una foto tuya con esos ojos grandes verdes y esa sonrisa enorme en la que sales perfecto y tú tengas esto, ¿has visto mis ojos? Por favor- elevó la mirada de la foto a Harry y lo encontró hundido en el agua hasta casi sus ojos.— ¿Harry? Sal. ¡Sal!

Estaba por hundirse totalmente y salir nadando de ahí sin mirar atrás. Odiaba sus pensamientos ahora mismo.

Y Harry salió, dejando ver el rojo de sus mejillas que automáticamente pasaron a las mejillas de Louis.

— Te has ruborizado- afirmó sin dejar de mirar a Harry.

— Tú también.

— Pero yo me he ruborizado porque tú te has ruborizado primero.

— ¿Qué excusa es esa?- bromeó Harry nadando hacia él para tomar la foto y guardarla en la bolsa con el resto de cosas.

— No, espera. ¡Dámela! Me haré una nueva en la que salga mejor y te la traeré.- gritó forcejeando con los brazos fuertes de Harry para intentar tomar la foto de nuevo.

— ¡Esta la hice yo! ¡Déjame!

Louis se agarró a su cuello con los brazos y enlazó ambas piernas a sus caderas, justo donde la piel escamosa comenzaba. Intentó acceder a la bolsa que Harry escondía en su espalda pero iba a ser imposible, Harry en comparación con él, era bastante grande. Pero por primera vez, no se sintió pequeño.

Rendido, echó su cabeza hacia atrás sin soltarse de su cuerpo, encontrando la cara de Harry girada hacia su rostro, teniendo así su piel a tan solo unos milímetros; milímetros que se convirtieron en un roce de labios mientras Louis se soltaba de su cuello.

— Lo siento.- dijo Harry una vez contempló el rostro serio de Louis en el agua.

— No, ha sido sin querer, no es la gran cosa, ya sabes.

— Ya, ha sido como mi segundo casi no beso.- bromeó dejando escapar una risa hueca y Louis también río.

Ante sus ojos, observó como Harry volvia a hundir su rostro, esta vez casi completamente. Iba a irse.

— Harry- dijo esperando a que saliera pero no lo hizo.— ¡No otra vez! ¡Sal!

— Perdón.

A veces odiaba que Louis no entendiera la vergüenza que recorría todo su ser en momentos como ese. Dejaba de ser Harry para ser esa criatura que aquel hombre una vez encontró.

Ahora lucía vulnerable intentando que el rubor desapareciera de sus mejillas. Intento fallido.

Louis no supo porqué se estaba disculpando de nuevo, si por el incidente o por esconder el rubor que normalmente aparecía en su piel. Pero de una forma u otra, sabía que no había porqué sentirse así.

— Está bien- dijo al final, tras unos segundos de silencio en los que de hecho, no pensó en nada.—; quiero besarte.

Harry levantó la cabeza, simplemente mirándolo desconcertado. Ni si quiera rubor apareció en sus mejillas cuando vio a Louis acercarse a él. Sintió sus manos mojadas en los hombros y cómo dejó de acercarse cuando tan sólo faltaban un par de centímetros para que fusionaran.

Louis abrió la boca sobre sus labios cerrados lentamente, pidiendo permiso para ello; fue cuando Harry aceptó sin pensarlo y sus bocas se fundieron la una en la otra.

Primero inocentemente, sin saber qué hacer, sin saber por qué. Sin saber ni si quiera cómo. Luego ambas lenguas se encontraron y sólo pudo desear que no se separaran nunca más.

Y sí, era como caer.

Y ya habían caído.


#LOVEWINS #PRIDE #USA #LOVEISEQUAL #SAMELOVE  YAYYYYYYYYYYYYY.

♦ Gracias por vuestros comentarios y votos en el capítulo pasado y en toda la historia en general. Ya casi llegamos a 10k leídas.

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